WARCRY LISTENING SESSION
El pasado jueves 31 de marzo, Sergi Ramos se marchó a Oviedo para escuchar en exclusiva el nuevo disco de los asturianos WARCRY. Éstas fueron sus impresiones.
El pasado jueves 31 de marzo, Sergi Ramos se marchó a Oviedo para escuchar en exclusiva el nuevo disco de los asturianos WARCRY. Éstas fueron sus impresiones.
WARCRY se encuentran a pocos días, horas casi, de editar su nuevo disco de estudio, “Alfa”, que verá la luz el 15 de abril. Se trata de su primer trabajo en dos años y medio, que es el tiempo que ha pasado desde que “Revolución” viera la luz del día. Aquel fue un disco más complejo y progresivo en algunas partes, de corte más moderno, pero con “Alfa” WARCRY han sabido establecer un vínculo con su pasado como banda sin dejar de mirar hacia delante. ¿Cómo lo han hecho? Volviendo a las estructuras aparentemente simples de temas de sus dos primeros discos, con muchos más temas hímnicos y llenos de estribillos para recordar de los que tuvo “Revolución”, pero sin perder la atención al detalle, a las estructuras y al resultado final musicalmente hablando.
A la llegada a Oviedo es el siempre diligente manager de la banda al primero que veo. Aníbal Siñeriz, que lleva desde siempre trabajando por y para la banda, es el arma secreta de WARCRY en muchos ámbitos. Me recoge en el hotel Tryp Oviedo para llevarme a la muy cercana academia de guitarra que ha abierto Pablo García, el mago de las seis cuerdas de la banda, más prominente que nunca ahora que es el único hacha del grupo. Allí me espera Víctor García, vocalista, principal compositor y líder-que-no-va-de-líder de la banda. Pese a mis reticencias hacia la banda en el pasado (y es que aquellos dos primeros discos, en plena época de saturación del power metal más fotocopiado a nivel internacional, costaron de asumir a nivel personal, pero todo hay que contextualizarlo) he de admitir que en años recientes he descubierto el verdadero potencial de la banda y donde antes veía fallos, ahora veo virtudes. Pero también es obvio que, desde abril de 2002, cuando aquel primer disco salió a la calle, la banda ha dado muchos pasos de gigante a la hora de consolidar su sonido, su actitud sobre las tablas, su talento compositivo y demás. Poco tienen que ver los WARCRY de 2002 con los de 2011, más allá del hecho de que siempre fueron una banda de autentico heavy metal.
La evolución más clara en “Alfa” reside en el grado de coexistencia entre todos los miembros de la banda. Nadie destaca más que otro, sino que de manera unida y muy decidida, todos van a por un mismo fin. Cuando Pablo hace un solo, lo hace para que la canción gane puntos, no para lucirse. Cuando Santi funde su teclado con la guitarra de Pablo, aumentan y mejoran la canción. Cuando Víctor se va por derroteros más agudos lo hace para realzar esa parte de la canción, no para mostrar aptitudes vocales. Cuando Rafa toca sus splashes intercalándolos en un fill técnico, lo hace para marcar mejor ese momento, no porque quiera demostrar técnica. Y Roberto es Roberto y es un bajista y hace cosas de bajista. Como, por ejemplo, tocar el bajo y dar unos cimientos solidos sobre los que el resto de la banda decora, adorna, pinta, dibuja y colorea las canciones. En otras palabras: no es una banda de músicos individuales con intenciones que solo conciernen a sí mismos. WARCRY son uno de los “todos” más efectivos del heavy metal de nuestro país y por algún motivo siguen creciendo disco a disco, gira a gira. Así mismo, el cierto aperturismo que muestran dentro de unos parámetros de metal clásico, los hace muy apetitosos para otros públicos que no sean metaleros de pro ni fans de toda la vida. Con “Alfa”, WARCRY podrían pasar la misma línea que ya pasaron MAGO DE OZ con “Finisterra”, con las decisiones y el trabajo adecuado y sin necesidad de hacer canciones que se canturreen en las fiestas de pueblo. Así mismo, la temática cotidiana, cercana y realista de la banda – donde parece que hay épica en el fondo hay realidad contada con palabrería bien elegida- los hace comprensibles para cualquiera, en cualquier sector, en cualquier situación.
En los últimos años, WARCRY habían optado por hacer gala de un sonido más complejo, fruto obvio de una madurez como músicos que se mostraba necesaria en aquellos primeros y lejanos discos de principios de milenio. Pero si bien “Revolución” era un paso hacia delante en la dirección correcta (más progresivos, más duros en algunas partes, más actuales), “Alfa” es un paso hacia el lado igual de necesario, pues supone una conexión con sus orígenes como banda.
El disco comienza con “Alma de Conquistador”, un tema que mantiene aquella esencia guerrera y de superación propia de un “Hoy Gano Yo”, pero con diez años adicionales de madurez a cuestas y una calidad musical que a día de hoy es absolutamente indiscutible, tanto en arreglos como en composición. La banda suena a sus primeros dos discos pero con el valor añadido que les da tener mucho más camino recorrido. La batería de Rafael Yugueros recupera los doble bombos, sin excesos, pero remarcando que son parte de la identidad de los WARCRY más puros. Aunque servidor pensaba que el tema era un típico alegato épico leyendo la letra durante la escucha, Victor me aclaró rápidamente que no, que es sobre una persona que está luchando contra un cáncer. A eso me refería un par de párrafos más arriba.
En “La Muerte de un Sueño” la banda tira por derroteros más speedicos, propios del power metal de la época en la que WARCRY se dieron a conocer. No suena forzado y suenan muy cómodos recuperando parte de esa identidad, especialmente un Víctor García que ha ganado muchos enteros como vocalista en éste tiempo y se ha vuelto mucho más solvente en canciones de éste tipo.
“Cobarde” es puro hard rock fácil de escuchar, en formato medio tiempo, con una estructura fácil y llamativa. Estribillos muy potentes y una temática, la de violencia de género, que cantada con el toque adecuado y sumada al riff de Pablo, hace del tema algo irresistible. WARCRY no dejan de lado la temática social, demostrando que están muy centrados en el aquí y el ahora, no solo en la temática de fantasía y mitología. Cuando en el último estribillo la canción sube un semitono, si no se te pone la piel de gallina es que no estás vivo. Los teclados de Santi Novoa son especialmente prominentes en el tema y demuestran que ha sido un gran añadido al grupo. El solo de Pablo vuelve a ser perfecto.
Vuelven los dobles bombos con “Tan Fácil”, un tema que juega mucho con los contratiempos y en el que la banda combina perfectamente sus aptitudes melódicas con esos toques ligeramente progresivos, todo en un contexto de power metal acelerado al que es imposible no prestar atención. La cantidad de detalles (por parte de Rafa con los splashes, de Pablo en sus punteos, de Víctor en las melodías) es impresionante.
“Recuérdalo” es una conmovedora balada al estilo de un “God Gave Rock & roll To You II” de KISS. Hímnica, diseñada para que todo el mundo cante en directo, emotiva como ella sola y con temática propia de los WARCRY más positivos-pero-melancólicos. Será uno de los grandes momentos del directo. “Prométeme que jamás te rendirás, que tu vida seguirá aunque yo no esté” canta Víctor con un sentimiento que tira de espaldas.
“Amistad” es, como su propio título indica, toda una oda a la amistad. Nuevamente powermetalero, con pequeños detalles más complejos y progresivos por parte de Rafael, es otro himno futuro, uno de esos temas festivos, positivos y reconfortantes que se podrían comparar a algunos momentos de MAGO DE OZ en el pasado como “La Costa del Silencio” o “Fiesta Pagana”, aunque sin ser ni remotamente tan forzados.
“Apariencias” rompe un poco con el tono más powermetalero, para irse por derroteros mucho más progresivos, donde se nota que Pablo está funcionando al máximo de sus capacidades. No en vano, el tema es obra suya, en letra y música, el único en todo el disco que no ha compuesto Víctor. Recuerda a unos DREAM THEATER en sus momentos más aperturistas, desde el sonido de los teclados a la guitarra del propio Pablo.
Vuelve el doble bombo más aplastante con “Ardo por Dentro”, otro tema de letra reflexiva (en éste caso sobre la vejez) y algún que otro cambio de ritmo que te pilla distraído y dices “¿de donde ha salido esto?”. El solo de Pablo tira por derroteros neoclásicos, y el estribillo es melódico a más no poder, con detalles de teclado de Santi que terminan de embellecer. Terriblemente simple en principio, pero nuevamente lleno de pequeños detalles.
“Todo es un Infierno” es otro tema duro, violento y rápido, pero no por ello exento de melodía y buenos riffs. El grito desgarrado de Víctor al final pone los pelos de punta. El disco termina con “Libre Como El Viento”, otra pared de guitarras y batería coronada por melodías trabajadas, tiempos más allá de lo obvio (por ejemplo en la construcción de frases que efectúa Víctor), y unos teclados que parecen una mezcla entre STRATOVARIUS con una sesión maquina total de Pastis y Buenri del año 1997, pero incluso ese toque excesivo queda bien en el contexto del tema.
En definitiva, WARCRY han cuadrado una obra que marca su camino a seguir como banda en los próximos años y que supone el inicio de una nueva era para el grupo. Sacarán el disco por su cuenta, distribuyéndolo a través de su página web con envío a domicilio por un precio muy ajustado, además de situarlo en algunas de las principales tiendas y grandes centros comerciales del país. Pero han optado por alejarse del esquema clásico y centrarse en el “yo me lo guiso, yo me lo como” que tan bien le funciona a muchas bandas hoy en día, dado el estado del negocio discográfico. En su web, www.warcry.as podéis encontrar toda la información referente a la venta del disco y las opciones disponibles a día de hoy.
Y como no podía ser de otra manera, tras la escucha del disco terminamos en una sidrería-restaurante del centro de Oviedo, con un ambientazo inusitado para un jueves y una época de supuesta crisis. La banda se encontraba relajada, contenta del disco que acababan de recibir finalizado en sus manos, y convencidos de que el futuro pinta muy bien. Y sobre unas bravas, unas tapas gigantes de pollo al ajillo, tortilla de patatas y otros platos de dieta, comenzamos la sesión de “horas extra en el trabajo”, hablando de multitud de temas y pegándonos unas risas. Antes de ello realizamos amplias entrevistas, pero eso lo podréis leer en unos días…
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