Cuando el sr. Sergi Ramos me comunicó que íbamos a contar con una actuación de MARILLION en nuestro humilde programa de radio Electric Circus no quise creerle. No es que su palabra no valga un pimiento, (a veces tan solo vale 2), no, sencillamente me costaba creer que una banda de la magnitud de MARILLION que ha vendido la friolera de 15 millones de discos iba a pisar nuestro estudio radiofónico situado en el Prat del Llobregat para realizar una breve actuación.

Montar un concierto acústico en una emisora de gran envergadura no habría sido muy complicado, de hecho casi todas las emisoras de cierto renombre suelen tener los equipos y las instalaciones necesarias para ello, sin embargo no era nuestro caso. Tirando de equipo propio y con la inestimable ayuda del señor Albert Clemente, pudimos, siquiera plantearnos, el poder llegar a realizar dicho acústico con los equipos necesarios. Tras bastantes negociaciones previas con sus representantes y haciéndoles saber que no íbamos a poner micrófonos y guitarras acústicas de varios millones de pesetas, la banda accedió a realizar el evento con lo que teníamos.

A primera hora de la mañana llegamos a los estudios de la radio para montar todo el tinglado, algo que a priori parecía sencillo, aunque más tarde se demostró que no lo era. Tras más de 3 horas de arduas peleas con los equipos para que todos funcionaran correctamente, la banda hizo acto de presencia por la puerta de los estudios de la radio. Tras unos minutos previos de caos y confusión en los que tuvimos que amoldar todo el montaje a lo que la banda había traído (Nada que ver con lo que nos habían dicho que traerían), creíamos tenerlo todo listo para empezar pero como ya se sabe, todo funciona correctamente hasta la hora de la verdad y sin saber muy bien porqué, un aparato empezó a gastarnos bromas de muy mal gusto. (Es lo malo de comprarse un equipo 2 días antes de tenerlo que utilizar).

No vamos a entrar en detalles técnicos que casi nadie entendería, da igual, la cuestión es que teníamos a los señores de MARILLION con sus instrumentos colgados al cuello esperando a que 2 mocosos de una radio de mierda española  lograsen averiguar donde estaba el error en semejante entramado de cables, micrófonos y aparatos con lucecitas de colores y muchos botones. Nunca he sido una persona creyente, pero aquel día estuve a un paso de serlo. Cuando la paciencia de MARILLION (y la del resto de los allí congregados) estaba quemando sus últimos cartuchos, por arte de magia el error se subsanó y por fin pudimos respirar en paz, todo estaba listo para que empezara el concierto.

Demostrando la clase que poseen tanto como músicos como personas, MARILLION ejecutaron un corto setlist de 5 temas, "Marbles", "You’re gone", "Don’t hurt yourslef", "Easter" y "80 days", ante la atónita mirada de todos los que estábamos allí. Steve Rothery y Pete Trewavas destacaron indudablemente por sus cualidades como músicos sin embargo el que se llevó todas las miradas y halagos fue Steve Hogarth por semejante repertorio vocal con el que nos deleitó.

MP3 del Acustico : 80 Days | Don’t Hurt Yourself | Easter | You’re Gone

Tras unos 20 minutos y la pertinente entrevista con ambos Steves, la banda se dirigió de nuevo hacia la sala Razzmatazz donde tenían que hacer las pruebas de sonido para el show programado para la noche. Desde aquí me gustaría dar las gracias a todos los que hicieron posible que el acústico funcionara, Sr. Ramos, Albert Clemente, Emma, Técnico de MARILLION (Fuese cual fuese tu nombre), Mike y desde luego a la banda por su comportamiento ejemplar y profesionalidad.

MP3 de la Entrevista

Una vez desmontado todo el tinglado, Sergi Ramos y un servidor nos desplazamos hacia el centro de Barcelona con el fin de ver a la banda actuar sobre el escenario del Razzmatazz I. Por las mismas fechas que su anterior visita a Barcelona de hace 3 años, los paladines del rock sinfónico más sutil y cada vez más accesible MARILLION presentaban su nuevo trabajo de estudio "Marbles" ante una conglomeración de fanáticos que casi llenaba el Razzmatazz I. La banda liderada por Steve Rothery, Mark Kelly y compañía mostró cómo se han de hacer las cosas en un escenario pese a las adversidades que en un show pueden ocurrir. Fue muy curioso como ante el apagón que se dio en el escenario, la banda en vez de retirarse se quedara a animar al público haciéndolo callar y con dos guitarras acústicas invitarle a seguirles en el tema "Easter". A más de uno se nos puso la piel de gallina escuchando la voz de 1500 personas cantando con dos guitarras acústicas desenchufadas de fondo. Su repertorio tiró principalmente de los discos de la era Steve Hogarth, léase "Season’s end" para arriba y contentó a los más acérrimos de la banda con algunos temas de la era Fish (probablemente los que desataran mayor euforia entre la concurrencia). De cualquier forma, Steve Hogarth es un fenomenal frontman, con un chorro de voz sublime que ha sabido hacerse con su estilo propio en vez de imitar al señor Fish y eso se agradece (Pese a su aparente egocentrismo).

La puesta en escena de MARILLION fue de las más espectaculares que he visto nunca con un proyector lanzando imágenes sobre una pantalla enorme y una serie de cámaras situadas estratégicamente por todo el escenario que captaban los movimientos de los 5 componentes de la banda. Tras más de 3 horas de concierto, MARILLION hicieron varios bises pero mis piernas ya no daban más de sí y opté por abandonar la sala. Desde fuera pude escuchar como la banda volvía a salir una y otra vez alargando su actuación casi hasta las 3 horas y media, impresionante, yo tuve que ausentarme tras “Cover my eyes”, de veras que no podía más. Era gracioso ver como incluso la gente de seguridad, dejaba entrar de nuevo a los que, como yo, salieron de la sala creyendo que todo había acabado, un gran detalle por su parte.

Conciertos como el vivido esa noche de domingo en el Razzmatazz se ven muy poquitos. De acuerdo, MARILLION no hacen heavy metal ni nunca lo han hecho, pero que yo sepa la buena música no va reñida con las etiquetas y está claro que no todo en esta vida es metal, metal y más metal. Un 10 para ellos.

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