Javier Bragado: Detrás de la cámara (I)
La fotografía musical es un negocio en el que, por desgracia, poca gente puede obtener una cantidad de ingresos suficientemente cuantiosa como para poder mantener esa actividad como único sustento económico. Si se tiene en cuenta el porcentaje de fotógrafos que viven de ello con respecto a los “fotógrafos” que lo hacen por hobby, esta cifra llama mucho más la atención por su escasez.
Uno de los profesionales más reconocidos del sector musical -insistimos en la palabra profesionales porque es algo que se debería reconocer más cuando una persona emplea su fuerza laboral completa a esta labor- es Javier Bragado, fotógrafo con el que (por suerte) llevamos trabajando muchos años y al que hemos podido seguir muy de cerca. Este seguimiento no ha sido solo en la evolución de su carrera fotográfica, sino a un nivel personal más profundo, por lo que no hemos querido perder la oportunidad de hablar con él de una manera distendida para hacer un repaso a su trayectoria desde sus inicios hasta el día de hoy, que se encuentra sin dudas en su mejor momento.
Si eres seguidor de la escena metal y llevas a cabo un mínimo de seguimiento de medios de comunicación, bandas, festivales o fotógrafos del panorama, raro será que no hayas visto una foto de Javier Bragado en tu vida. Todo ser tiene unos comienzos, sea en el trabajo, en el amor o en cualquier ámbito, y para conocer de cerca a Javi, o, mejor dicho, para que le conozcáis un poco más lejos de las publicaciones de redes sociales que haga o cosas que habéis podido escuchar de él, aquí comienza un largo repaso a su vida profesional.
Los inicios profesionales de Javier Bragado
Lo primero que le preguntamos a Javi en cuanto empezó esta larga conversación que se alargó casi a las dos horas fue un tópico que en este caso era necesario: ¿cuándo comenzó tu interés por la fotografía? Después de bromear sobre este tipo de preguntas que parecen de manual, nos confesó que no entraba en sus planes cuando era pequeño ni en su etapa universitaria, ya que él estudió para otras cosas, de hecho, entre sus aficiones nos destacó que “me gustaba mucho el cine y todo el mundo de la imagen. Empecé a estudiar Comunicación Audiovisual por eso. De fotografía había hecho algo, pero nada serio”.
En esos primeros contactos con la cámara en la universidad añadió que “tuve un par de asignaturas que me empezaron a despertar el gusanillo y cogí en casa una reflex de mi padre con la que empecé a hacer un par de cosas, pero era un auténtico desastre. Me fui a hacer fotos a un partido de rugby de unos colegas con una cámara que no tenía ni autofoco. Creo que ni siquiera revelé esas fotos. Fue en el año 2000 o por ahí”.
La carrera que estudió Javier fue Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid, y de ahí, aunque menciona que tuvo sus primeros affairs con la fotografía, pasó a trabajar como productor de deportes en Telemadrid en las retransmisiones deportivas de la cadena de televisión, que por aquel entonces eran cuantiosas, no como ahora que, en ese sentido, los derechos televisivos han hecho que el canal autonómico de Madrid se haya quedado sin prácticamente nada de lo que tenía por aquel entonces.
Los momentos en los que terminas la etapa universitaria son complicados para cualquiera. Antes de decantarse por Telemadrid, las dudas afloraron por su cabeza, como por la de la mayoría de estudiantes en una coyuntura como esa, y aparte de la oferta en la televisión, Javi nos explica que “tenía los papeles para irme a estudiar a la Escuela de Cine de Nueva York. La idea era irme allí, pero me llamaron de Telemadrid para trabajar cobrando bien, ni siquiera con un contrato en prácticas, sino para entrar directamente. Con 23 años estaba ganando unos 1.800/2.000 euros currando solo 4 días a la semana. Era muy jugoso, así que lo cogí. Ahora podría estar petándolo, ganando Oscars… (risas)”.
Sobre aquel empleo en Telemadrid, en el que estuvo durante 5 años, Bragado nos cuenta también que “El trabajo estaba bien y aprendí mucho. Era en una época antes de la crisis en la que la tele estaba muy bien pagada y el horario era bueno, pero me arrepiento de haberlo cogido porque era solo por razones económicas”.
De Telemadrid a TVE
Tras haber estado en Telemadrid en la que probablemente fue su “época dorada”, como en el mercado de fichajes en el caso del fútbol, Javier Bragado pasó de Telemadrid a TVE. No fue un fichaje al uso, sino que accedió a través de aprobar una oposición. Está claro que la seguridad de un trabajo obtenido a través de una oposición no es igual que la de currar para una empresa que no es pública, pero no todo son ventajas.
“Allí era más coñazo que en Telemadrid, donde hacía mucha retransmisión, temas de deporte y estaba mucho en la calle”, confesaba Javi, que nos relataba que “en la tele todo está muy automatizado, hay poco espacio para la creatividad, prácticamente cero. Es como un trabajo de fábrica, cada día se hace todo igual, todo está muy encorsetado”.
La producción no era algo por lo que Javier sintiese una devoción espectacular, de hecho, nos explicó que “acabé ahí de rebote”, y sobre su examen para acceder a Televisión Española nos relató que “la oposición de TVE la aprobé sin estudiar, me presenté porque se fueron mis colegas de Telemadrid. Es curioso, porque en el teórico pasé el corte, que era muy fácil y tenía la carrera muy reciente y me acordaba. Pero en el práctico pinchó mucha gente. Había un caso que se basaba en una retransmisión de un partido de 2ª B. Era como preguntarme: ¿y tú qué haces los lunes? Me resultó muy fácil”.
Comienzos en la fotografía
La creación artística ha sido y es probablemente la mayor afición de Javier desde siempre. Él mismo nos contó que “siempre he sido muy creativo, me gusta crear cosas. Cuando estaba en el instituto escribía relatos cortos, en la universidad hice cortos…”. En la etapa de Telemadrid no había excesivas preocupaciones en la vida de Javier por el buen sueldo y el tiempo libre que tenía, por lo que en 2007 empezó todo el tema de las fotos.
“Tenía un colega fotógrafo que trabajaba en la agencia EFE y hablé con él. Me hizo referencia a una escuela en Madrid, EFTI, y me apunté sin mayores pretensiones, solo para echar el rato. Al principio hacía fotos de las fuentes del parque y eso, cosas simples. En la escuela tenían platós y estudios para los alumnos, y cogimos un plató 3 o 4 colegas y fuimos a probar las cámaras haciéndonos fotos entre nosotros. Aquello me encantó muchísimo. Ahí descubrí un mundo nuevo y vi algo que me interesaba más. Estudié dos años allí y me fui metiendo poco a poco”, ampliaba Bragado sobre su entrada en el mundo de la fotografía.
Entrada en la fotografía musical
La música, o más bien el arte, y la fotografía no fueron ligadas desde el principio en la trayectoria de Javier, concretamente “El primer año no hice nada de música, hice algún retrato y alguna historia. Fue el segundo año cuando me metí en un máster que era como un curso avanzado y ahí ya empecé con fotografía artística”. Este es un punto importante porque, en alusión a lo que hemos explicado anteriormente sobre el gusto de Bragado por la creación artística, este es un paso fundamental para descubrir qué le gusta hacer dentro del ámbito fotográfico.
Acerca de lo que es la fotografía artística en sí, Javi nos explicó que “cuando creas cosas, escribes relatos y demás, quieres hacer algo que tenga un peso y valor, tienes que hablar de cosas de las que tengas conocimiento, que sepas contar. Yo, por ejemplo, no hago de moda porque no entiendo. No consiste en hacer fotos a una chica bonita, consiste en vender moda, básicamente. Si no entiendes la moda y las tendencias, probablemente hagas una cosa sin valor, no estás vendiendo moda”.
Por este motivo, dentro de los conocimientos de Javier, la música era uno de los que destacaba, ergo decidió unir ambas pasiones. “Llevaba muchos años tocando la guitarra y empecé haciendo eso. Me gustaban mucho los retratos, y comencé fotografiando a bandas de colegas que conocía. La primera foto que hice en estudio a una banda fue a Inordem, a quienes conocí en un concurso de bandas del ’98 o ’99 donde tocamos con ellos. Quedaron segundos, pero lo petaron muchísimo. En sus inicios le daban mil patadas a cualquier grupo que ande ahora por ahí”, recordaba Bragado sobre su contacto inicial con el mundillo.
La situación por aquel entonces no se puede asemejar a la de ahora. La visibilidad que existe hoy por hoy con las redes sociales no era viable en aquellos tiempos (que ya parece tan lejanos), por lo que el boca a boca era fundamental para que supieran lo que hacías. La forma de contactar con ellos para esto fue llamativa cuanto menos como nos contó Javi. “Les hice las fotos porque había hecho las pruebas para entrar en la banda, que buscaban guitarrista. El día que hice dichas pruebas les comenté que hacía fotos y me llamaron más tarde para hacérselas”.
Una de las bandas con las que siempre se relaciona el nombre de Javier Bragado es Sôber. Esta unión a la formación madrileña tuvo como origen un trabajo de clase (más allá de los gustos musicales). “Le hice retratos a Carlos Escobedo por una práctica en la que teníamos que hacer un retrato a alguien que no conociéramos en persona. Un compañero lo conocía, me pasó el contacto y a partir de ahí fue cuando nos conocimos Carlos y yo”.
Primeros medios de comunicación
Al igual que los músicos comienzan sus trayectorias tocando en garajes o locales de ensayo cochambrosos, en la fotografía musical el primer paso salvo muy contadas excepciones es el de colaborar para un medio de comunicación. Antes de ello, rondando 2008, Javier abrió una cuenta de Myspace (qué tiempos aquellos) como plataforma para buscar grupos y hacerles sesiones.
Ahí fue donde apareció Rock In Spain, primer portal en el que Bragado colaboró fotografiando conciertos y haciendo sesiones a bandas, de las que nos cuenta que “las sesiones como las que hacemos ahora para Metal Hammer empezamos haciéndolas para Rock In Spain, no las hacía nadie. Era una web pequeña pero hacíamos cosas muy interesantes. Estuve un par de años con ellos a tope, ayudando a dirigir la web”.
Ahí fue donde aparecieron dos de los grandes medios nacionales para llamar a la puerta. “En 2010, en la misma semana, me llamaron Rafa Basa y Sergi Ramos. Rafa Basa me llamó para cubrir a Iron Maiden en Valencia y para colaborar con ellos, aunque al final solo hice el concierto de Maiden. Sergi me llamó para otro bolo, no recuerdo cual era. El problema de RafaBasa.com es que piden demasiadas fotos para mi gusto y que había mucha gente colaborando, por lo que era difícil acceder a los conciertos por la alta demanda. Después de Maiden quise hacer Manowar y un par de bolos más, sin embargo, estaban cogidos por compañeros de la web. Ramos sí me lo dio, para The Metal Circus, y desde ahí trabajamos juntos”, nos rememoraba Javi.
En una de las sesiones mencionadas anteriormente, la de Crucified Barbara, conoció al promotor de aquel concierto en la sala Gruta 77 de Madrid, Roberto Villandiego, quien estaba con Kerrang y con quien estableció una relación que se prolongaría en el tiempo tanto a título personal como laboral. Las sesiones a bandas pasaron a hacerse para Kerrang, ya que con Rock In Spain la cosa terminó diluyéndose.
Al mismo tiempo, Javier también contactó con Rockzone, pero como su campo de actuación se centraba más en Barcelona, tan solo pudo fotografiar contados conciertos. En este momento, tres medios centraban su actividad dentro de la escena, pero todo cambió a finales de 2011 con el concurso de acreedores que se llevó a cabo. “La Heavy la cogió Mariskal y la siguen haciendo ellos, que tiene todo el sentido, la verdad. Metal Hammer se la quedaron y cerraron Kerrang”, nos explicó Javi, que nos iba adentrando en el origen de lo que sería la formación de su propio medio de comunicación musical.
La aventura de Revolver
A raíz del cierre de Kerrang, Roberto Villandiego, el antes mencionado Sergi Ramos (director de esta web) y el propio Javier Bragado se lanzaron a la piscina y montaron su editorial, su empresa y, en definitiva, la edición española de la revista Revolver. A día de hoy, Revolver Magazine en España no existe por los problemas más que obvios que ha conllevado la prensa en papel en los tiempos que corren, pero Javi nos confesó que “sigo convencido de que la podíamos haber sacado adelante, pero que cometimos muchos errores”.
Es complicado lanzarse a la piscina con un proyecto de esta magnitud. “Creo que había talento e ideas y era algo que podía salir. El problema, a parte de los que surgen cuando se juntan tres personalidades fuertes, es que en una empresa tienes que tener mínimo dos personas con cargos fundamentales: una que sepa de la materia de lo que vas a emprender y otra persona que sepa controlar todo lo que conlleva una empresa. Nosotros sabíamos de lo que queríamos hacer, pero no teníamos ni idea de cómo llevar una empresa. Hubiéramos necesitado, sobre todo, un comercial y un abogado o alguien de empresariales que hubiera gestionado todo bien para tener todo en orden. Teníamos una gestoría, pero era un caos”.
La revista estuvo en el mercado durante dos años (desde 2012 hasta 2014), y llegó a tener sus buenos momentos, pero, como se puede entender, la responsabilidad y la carga de trabajo y de tiempo que conlleva llevar una revista es muy grande, por lo que finalmente, el proyecto tuvo que cerrar. Para Javi fue una época positiva, y reflexionaba con nosotros que “de todo se aprende en la vida”.
Siguiente paso: Malditos Artistas
La vida continúa, y no toda la música es rock y metal. Por aquel entonces, Javier ya había hecho alguna cosa más fuera de este mundillo como fotografías a algún que otro concierto de Melendi. Un amigo de hace años, Juanma Rodríguez, le llamó en esas fechas y le comentó que tenía una idea. De ahí germinó el proyecto de hacer libros de las giras de los artistas.
El mismo Melendi fue el protagonista de esto, y entre Juanma y Javi cerraron que “el acuerdo era que él me ponía una idea en la mesa y yo ponía el contacto, y conseguí una reunión” como nos declaró el propio Bragado. Cerrar esa reunión fue más difícil de lo que a priori puede parecer. “Pensaba que era imposible que funcionara y no sabía muy bien cómo abordar el tema. Estuve un par de días dándole vueltas, no sabía como hacerlo”, confesaba Javier.
Y entonces, las casualidades del destino hicieron que se alineasen los astros y todo se materializó. “Me acuerdo que justo esa semana fue un aniversario del Hard Rock Café. Tocaban Sôber con Mago de Oz y me dijo Carlos (Escobedo) de ir a hacerles unas fotos. Las hice y, justo cuando me iba, en la puerta del restaurante, tenía delante al manager de Melendi. Al encontrarnos cara a cara ya vi que no tenía otra oportunidad, le dije que tenía un proyecto y concretamos una reunión. Les encantó la idea y empezamos a girar con ellos, y ahí comenzó Malditos Artistas haciendo libros, vídeos… el proyecto ha ido evolucionando con el tiempo según las necesidades de los propios artistas”.
Evolución en medios y proyectos venideros
Juanma Rodríguez, además de compartir Malditos Artistas con Javier, llevaba muchos años en la revista Metal Hammer como uno de los fotógrafos de mayor jerarquía en el medio, pero las motivaciones personales hacen que no todo sea eterno. “Él cada vez estaba más cansado del rollo metal, no quería hacer más de eso. Me dijo que pasaba de hacer más movidas de estas y que me metía para hacer un poco lo que hacía él. Así que empecé con Metal Hammer, pero seguía con The Metal Circus”, explicó Javi sobre su entrada en Metal Hammer España.
A raíz del cambio de director de la revista, que pasó a ser David Rodrigo, Bragado ha ido ampliando su actividad en Metal Hammer, pero al mismo tiempo ha ido acrecentando su abanico musical, un poco como Juanma pero sin dejar de lado el metal. “Después de hacer el libro de Melendi hicimos el libro de La Oreja de Van Gogh, fue la siguiente gira que hicimos. Luego hicimos la gira entera de Joaquín Sabina, durante gran parte del año pasado (2018), fuimos de gira con Dani Martín y Melendi, y hasta octubre prácticamente no hice nada que no fuera eso. Todo esto compaginado con otras cosas”, relataba Javi, con quien seguimos hablando de más temas que podréis leer muy pronto en The Metal Circus.
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