El pasado 8 de junio una de las mejores voces de heavy metal nos dejaba de forma inesperada. A pesar de fallecer a sus 47 años, su legado seguirá resistiendo a lo largo de los años.

Vivimos una época extraña. Muchos de los artistas consagrados que hemos conocido a través de su música y a los que se les considera toda una leyenda en el rock y el metal, nos están abandonando. Hay casos que son inesperados y extremos como Chris Cornell o Chester  Bennington, pero la mayoría es porque su hora, aunque no nos guste, les ha llegado. Pero André Matos no estaba en las quinielas, ni mucho menos. Su muerte ha sido un shock para toda una generación que creció escuchando Hammerfall, Gamma Ray, Rhapsody, Stratovarius y sobre todo Angra. Se ha apagado una de las mejores voces del power metal, y con tan solo 47 años.

Las muestras de condolencias y de dolor han circulado a través de las redes sociales desde que se conociera la triste noticia el pasado sábado 8 de junio. La muerte de André Matos de un paro cardíaco ha sido un auténtico varapalo para muchos de sus seguidores, compañeros e incluso ex compañeros.

El vídeo de Kiko Loureiro totalmente roto confesando que, justo la semana anterior, a través de un intermediario se abría una puerta para una reunión de Angra después de 20 años, nos deja un sabor más agrio si cabe. También pone los pelos de punta la interpretación improvisada en acústico de Rafael Bittencourt en São Paulo de “Make Believe” como homenaje al que fuera su compañero, el mismo día de la muerte del cantante paulista.

Ha sido una pérdida terrible y puede que pase mucho tiempo hasta que surja un talento tan grande como el de André Matos. Solo su música servirá de bálsamo para recuperarnos de esta terrible pérdida. Llegó al mundo de la música con humildad y trabajo, y se ha ido del mismo modo. Sin velatorio público e incinerado con la compañía de sus familiares y amigos más cercanos. Era muy reservado con su vida privada, pero al mismo tiempo siempre tenía una sonrisa o unos minutos para acercarse a sus fans y compartir algún que otro momento o foto para el recuerdo.  Su voz y su música lo harán inmortal.

Viper – A Cry From The Edge (1989)

Con tan solo 15 años André Matos se unió a Viper y al año siguiente, en 1987, publicaron su disco de estreno ‘Soldiers of Sunrise’. No era una obra sorprendente ni mucho menos, pero su pasión por convertirse en cantante de heavy metal tras asistir al primer Rock in Rio en 1985 con Queen, Iron Maiden, Ozzy Osbourne, AC/DC y Scorpions entre otros en el cartel, ya se notada. Con la publicación de ‘Theatre of Fate’ en 1989 la mejoría fue más que notable.

Viper

A pesar de que sus influencias eran muy evidentes, las canciones de este trabajo les ayudaron para darse a conocer, y ya destacaba Matos por su timbre de voz. Poco después abandonó la banda para seguir con sus estudios musicales, pero siempre ha mantenido una relación de amistad con todos los integrantes de Viper. Es más, en 2012 ofrecieron algunos conciertos de reunión en Brasil y en los últimos años de su carrera en solitario sorprendía a sus fans con alguna que otra canción de aquella primera etapa.

Angra – Carry On (1993)

El primer trabajo de Angra es uno de los pilares del power metal. Así de claro. ‘Angels Cry’ les catapultó a lo más alto con un disco de estreno que, se mire por donde se mire, es una joya musical a todos los niveles. Angra presentaba una receta con dosis de innovación y no había agudo que se le resistiera a su vocalista.

Angra

Tal era su nivel que circula la leyenda de que Iron Maiden se interesaron por Matos cuando Bruce Dickinson abandonó la formación en 1994, pero Steve Harris insitía en tener un cantante británico. “Carry On” abría un disco formidable y aunque años después Matos confesara que era una canción compuesta en su totalidad por él y grabada por Angra, se ha convertido en un himno del estilo.

https://www.youtube.com/watch?v=TpFy0gn6Y0E

Angra – Stand Away (1993)

Se podría seleccionar cualquier tema de ‘Angels Cry’ en una antología de Angra, pero si por algo destacaba Matos era por su destreza a la hora de transmitir sentimientos. Hay muchos temas que ha grabado que consigue ponerte los pelos como escarpias, y “Stand Away” es uno de ello.

Angra – Nothing To Say (1996)

Después de la publicación de un par de singles, Angra volvía a hacer historia con ‘Holy Land’, para muchos de sus seguidores su gran obra maestra. Si en su debut ya mostraban una personalidad a prueba de bombas, en su segunda entrega la mezcolanza de estilos y su forma genuina de componer e interpretar llegaron a las cotas más altas.

Angra

Rafael Bittencourt y Kiko Loureiro a las guitarras, Luis Mariutti al bajo y el batería Ricardo Confessori canalizaban unos temas reforzados con la portentosa voz de André Matos. Repitieron fórmula y después de una intro arrancaban a toda velocidad con “Nothing To Say”. Otra canción de matrícula de honor y otro himno para la colección de Angra.

Angra – Carolina IV (1996)

Muchos son los temas memorables de Angra, pero “Carolina IV” es LA canción. El folclore brasileño, la música clásica, riffs y solos de guitarras impresionantes, un estribillo pegadizo… Todo un desparrame de talento en poco más de diez minutos que pocas veces han podido superar. Puedes escucharla varias veces seguidas y siempre te embruja por su magia. Ese responso intermedio que alza el vuelo hasta terminar con un duelo de guitarras es una genialidad.

Angra – Make Believe (1996)

André Matos tenía una de las voces más agudas del planeta, pero siempre la usaba por y para la canción sin necesidad de exaltar su ego. “Make Believe” es posiblemente una de sus mejores interpretaciones. Apasionada, poderosa, potente. El registro de su voz para transmitir al oyente su bella letra no conoce límites.

Angra – Lisbon (1998)

Los brasileños volvían a salirse del molde y siguieron enriqueciendo su música para su tercer disco: ‘Fireworks’. Aunque muchos grupos hubieran deseado haber firmado este trabajo, se notaba que las trifulcas internas eran imparables. De hecho, nos confesaba Rafael Bittencourt en una entrevista que tuvieron que convencer a André Matos para que grabara este trabajo por las malas.

Angra ya tenían en aviso a Edu Falaschi para sustituirle, pero Matos terminó registrando este trabajo que parecía ser más un proyecto de estudio que un álbum de una formación unida. Su salida era cuestión de tiempo y cuando terminaron su gira de presentación en 1999, el vocalista ponía tierra de por medio arrastrando a Luis Mariutti (que sería su fiel escudero hasta el final) y al batería Ricardo Confessori.

Se abría una nueva etapa para Angra y un horizonte nuevo para André Matos. “Lisbon” será recordaba por ser uno de los mejores temas de un disco que dejó muy malas noticias para los seguidores de los brasileños.

Virgo – Take Me Home (2001)

Al mismo tiempo que junto con algunos de sus compañeros de Angra además de Hugo Mariutti, hermano de Luis Mariutti, formaba Shaman, Matos saldaba una cuenta que tenía pendiente junto al productor Sascha Paeth que conocía bastante bien de sus discos con su anterior banda. El trabajo homónimo de Virgo, compuesta casi a partes iguales por Matos y Paeth, se sale de los cánones habituales del cantante, pero demuestra su talento en unas composiciones que poco o nada tiene que ver con el metal. “Take Me Home” es un claro ejemplo de ello y mostraba otro prisma en la habilidad vocal del artista sudamericano.

Shaman – Fairy Tale (2002)

Shaman fue el empuje que necesita el vocalista de São Paulo tras romper las cadenas con Angra. La libertad compositiva era latente en este primer trabajo trabajo titulado ‘Ritual’ que contenía canciones de notable alto como “Fairy Tale”, “Distant Thunder”, “Pride” o “For Tomorrow”. La grabación de su DVD en vivo demostraba el tirón que el vocalista y sus compañeros aún tenían en su tierra natal.

Con su segundo y último trabajo ‘Reason’ (2005) a pesar de no ser un mal disco y que nos mostraba a un André Matos que nunca se casaba con un solo estilo (electrónica, música clásica, mucho piano), no consiguieron el mismo efecto y a este trabajo de transición no le ayudó la salida de un siempre problemático Ricardo Confessori, que terminó por poner punto a final a esta aventura de Matos.

André Matos – Letting Go (2007)

Tocaba volver a empezar y junto con los hermanos Mariutti, su compañeros en Viper André Hernandes a la guitarra y un jovencísimo Eloy Casagrande de 16 años a la batería (que después se marcharía a las filas de Sepultura), André Matos formó una nueva banda con su nombre. Porque era una banda como no se cansó de confesar en más de una ocasión. Contó con mucho apoyo y colaboraciones de sus compañeros europeos como los productores Sascha Paeth y Roy Z.

Musicalmente en su estreno ‘Time To Be Free’ volvió a las raíces powermetaleras de Angra, pero era solo un toque de atención ya que en sus dos posteriores trabajos bajo esta rúbrica – ‘Mentalize’ (2009) y ‘The Turn of the Lights’ (2012) – hubo espacio para el hard rock (su gusto por Journey y por Steve Perry era más que evidente) y la experimentación. “Letting Go” abría un disco donde nos reencontrábamos con el Matos más intenso.

Symfonia – Don’t Let Me Go (2011)

A finales de 2010 Matos se animó a formar parte de un supergrupo junto con Timo Tolkki, Jari Kainulainen, Mikko Härkin y Uli Kusch llamado Symfonia. Pero el esperanzador inicio de esta formación se diluyó con la publicación del primer y único trabajo ‘In Paradisum’. La falta de inspiración de las canciones de este trabajo era alarmante.

Tolkki preparó unos temas que eran un copia y pega de su última y decadente etapa en Stratovarius. En diciembre de 2011 el guitarrista finés anunció su disolución por problemas internos y por el poco apoyo recibido por parte del público. André Matos salvó la mayoría de las canciones con su voz, y la balada “Don’t Let Me Go” era de las pocas que se salvaban de la quema.

Avantasia – Sign Of The Cross (2001)

La conexión de André Matos con la escena heavy metal europea era total y absoluta, y cuenta en su haber con numerosas colaboraciones. Trick or Treat, Luca Turilli o incluso nuestros Avalanch están presentes en su biografía. Aunque su participación más sonada fue con Avantasia en las dos primeras partes de sus ‘The Metal Opera’ (2001 y 2002) en el papel de Elderane the Elf  y en ‘The Wicked Symphony’ (2010).

Tobias Sammet André Matos Avantasia

Precisamente el último concierto que ofreció Matos antes de fallecer fue con Shaman en su gira de reunión (iniciada en el pasado 2018) como teloneros de Avantasia, antes de compartir micrófono con su amigo Tobias Sammet en este show del pasado 2 de junio en su São Paulo natal. André Matos, descanse en paz.

Satur Romero