Tour Life: Tatiana Shmaylyuk y Eugene Abdukhanov (Jinjer)
Chupitos de vodka. Esa es una buena manera de recordar la conversación que tuvimos con la mitad de Jinjer. Son ucranianos rudos, y no lo suficiente según hablan de la gente de su país, pero además disfrutan de lo que hacen y de su trabajo como músicos, sobre todo cuando están de gira, algo perfecto para hablar en nuestra sección Tour Life, donde todo fue muy loco en el momento.
- Nombre del músico: Tatiana Shmaylyuk y Eugene Abdukhanov (voz y bajo)
- Grupo: Jinjer
¿De quién es la persona que os despedís con más dificultad cuando os vais a tocar?
Eugene: Le digo adiós a mis amigos, mi mujer, mi hijo y llamo a mi madre.
Tatiana: Yo me despido de mi almohada y de mi cama.
¿Cuál es la mayor cantidad de gente ante la que habéis tocado y dónde?
Tatiana: Fue en Sudamérica, en Santiago de Chile concretamente, donde encabezábamos el cartel de la gira y hubo 1.200 personas, y eso además en la primera vez en la que tocábamos allí.
¿Cuál es la cantidad más pequeña de gente ante la que habéis tocado y dónde?
Eugene: Fue hace mucho tiempo (risas).
Tatiana: Hace muchísimo. Al principio creo que tocamos en Lugansk y no vino nadie, ¡0!
Eugene: Ese concierto fue curioso. Yo no tocaba en Jinjer, estaba en otra banda, y fuimos ambas a tocar juntas a Lugansk.
Tatiana: Solo había merodeando un viejo borracho, así que se canceló el bolo. Fue en los inicios de la banda. Después fuimos a Rumanía y vinieron 4 personas.
Eugene: Uno era el dueño de la sala, y con él estaban su hijo y su hija y aparte un tipo que ya estaba sentado sin ir por el concierto.
Tatiana: Fue muy embarazoso, así que al final nos lo tomamos como otro ensayo más.
¿Tenéis roadies u os toca cargarlo todo con vuestras propias manos y pies?
Eugene: Depende. En esta última gira con Amorphis y Soilwork éramos 7: cuatro músicos, el técnico de sonido, el encargado del merchandising y el tour manager. En América vino una persona más, y ahora lo que hacemos es repartir la responsabilidad de transportar el equipo entre todo el equipo. Salvo excepciones, hacemos todo el trabajo.
¿Cuál es la mayor cantidad de dinero que habéis cobrado por un bolo? Puede ser positiva o negativa. La cuestión es que haya muchas cifras.
Tatiana: En los comienzos de Jinjer tocamos en Donetsk, nuestra ciudad, y supuestamente íbamos a cobrar unos 15$… pero el organizador nos dijo que se había gastado todo nuestro dinero bebiendo, así que hoy no íbamos a ganar nada esa noche… así que 0, otra vez (risas). No puedes ganar menos que cero…
Eugene: Sí, ¡puedes perder tu propio dinero! Solo con el transporte ya palmas pasta. En 2013 cada vez que tocábamos perdíamos dinero prácticamente. Nos jugábamos nuestra propia pasta cada noche con cada concierto, y no conseguíamos suficiente para compensar todos los gastos que teníamos de billetes para viajar, hoteles, comida…
¿Cuál es vuestra rutina de calentamiento antes de salir a tocar? (NdR: Al escuchar la pregunta, el tour manager, Oleg, se ríe detrás al pensar lo que pueden decir)
Tatiana: Al final de las giras termino completamente exhausta, así que creo que nada salvo drogas duras que me levanten – por supuesto, estoy bromeando (aquí su tour manager vuelve a partirse de risa). Al principio o al final de las giras es cuando tienes que prepararte todo lo posible. Yo… yo bebo (risas).
Eugene: Yo no…
Tatiana: ¡Ya no! ¡Porque había una época en la que tu bebías y yo no! En Estados Unidos pasé y estuve sin beber alcohol muchos días, y tú te tomaste lo que no me tomé yo en su momento
Eugene: (Risas) Pero me rajé y ahora no bebo nada.
Tatiana: ¿Eeeeeem?
Eugene: Ahora nos tomamos todos juntos un chupito de vodka… o a lo mejor dos… Solo caliento tocando… Antes del concierto no bebo, después del concierto para celebrar… (NdR: todo esto lo dice mientras Tatiana no para de desternillarse)
Tatiana: Me apuesto lo que quieras a que en esa lata de la que estás bebiendo ahora mismo (una de Pepsi Max Zero Zero) hay algo de alcohol.
Eugene: Nada… puedes oler si quieres
Si no lleva alcohol no le interesa…
Tatiana: ¡Choca esos cinco!
¿Qué es lo primero que hacéis al bajar del escenario?
Eugene: Nos cambiamos de ropa.
Tatiana: Y entonces ahí ya bebemos (risas). Me bebo un chupito solo para relajarme. En nuestra ciudad de origen, en Donetsk, la minería de carbón es típica, y la gente que se dedica a ello bebe muchísimo simplemente porque el trabajo es muy duro y arriesgado.
Eugene: Esto hace que beban antes, después, y muchas veces durante su jornada… depende. No todo el mundo, pero sí muchos de los mineros beben mucho.
Tatiana: Por esta razón, creo que se nos podría considerar como una especie de mineros de la música (risas). Beber, beber y beber.
Eugene: Todos en nuestras familias tenemos mineros.
Tatiana: Mi padre no es minero, es otra cosa. Trabajaba en una factoría que trabajaba el mercurio (NdR: aquí estuvieron hablando en ucraniano para tratar de decir cómo se decía mercurio, pero al final lo definió y nos entendimos gracias a hablar de lo que llevan los termómetros dentro). Para él era muy estresante currar ahí y él no bebía, por lo que no creo que sea algo de herencia.
Eugene: Alguien tiene que haber seguro en tu familia de quien lo has heredado. Tú eres la minera.
Tatiana: En resumen, cuando subo al escenario me bebo un chupito de vodka, cuando bajo, me tomo otro (risas).
¿Cómo reaccionáis cuando alguien se sube al escenario?
Eugene: Depende…
Tatiana: Si no rompe nada de nuestro equipo que tenemos sobre el escenario, está bien. Sin embargo, ha habido otras ocasiones, o al menos una en Lyon (Francia) el verano de 2018 donde tocábamos como artistas principales y no había ninguna valla, no había seguridad…
Eugene: Sí debía haber, pero definitivamente no estaban a lo que tenían que estar. Estarían bebiendo cerveza. La sala tenía unas 300 personas de aforo, pero si llega a ser por ellos podrían haber entrado más porque además hacía mucho calor y mucha humedad. Además, los franceses están muy locos en los mosh pit y alguno acabó en el escenario.
Tatiana: No, no fue así. Un tipo muy borracho que iba vestido muy arreglado como si fuese un duque subió al escenario y debió tropezarse con algo por la taja que llevaba y se cayó contra nuestra pantalla y la dobló.
Eugene: Este es un mal ejemplo, es una muestra de una experiencia mala. No obstante, también puede estar bien. Hay muchos casos en los que los fans se suben al escenario y acto seguido se lanzan hacia el público para hacer crowdsurfing, ¡lo que es genial! Me encantan ese tipo de conciertos, pero a veces hay cosas que se tuercen… En París hubo otro tipo que fue a saltar y se estrelló en el foso de los fotógrafos.
Tatiana: Y no una, sino dos veces. La primera vez se levantó algo aturdido diciendo que estaba bien y todo siguió, pero después volvió a subirse al escenario como si formase parte de la banda (risas). Era en plan: “vuelve a tu sitio con tus amigos, por favor” (risas).
¿Cuál ha sido vuestra situación más vergonzante sobre el escenario?
Tatiana: ¡Uuuuuuuuhhh! Hay tantos tío…
Eugene: Es muy embarazoso cuando las cosas no van bien técnicamente hablando durante el concierto. Cuando hay ruidos en las frecuencias de los in ears o no está todo bien conectado es un follón terrible. Lo peor sucede cuando se rompe una cuerda o simplemente se rompe directamente el bajo. En el Dong Open Air 2018 de Alemania me sucedió. Simplemente mi bajo se había roto y no podía tocar. Afortunadamente tenía otro y tuve que cambiar toda la afinación, por lo que hubo que tocar canciones diferentes a las que había previstas. Cambiamos el setlist porque ese bajo era completamente distinto y no podía tocar las canciones que había preparadas con él.
Tatiana: Para mí el momento en el que pasé más vergüenza fue, otra vez, en los inicios de Jinjer donde tocamos en una zona del este de Ucrania y no sé por qué me bajé del escenario, fui a hacer un mosh pit y se me echó encima un líquido que olía fatal, cerveza o algo por el estilo y fue un horror.
¿Qué es lo más glamuroso que habéis hecho estando de gira? Ducharse no cuenta
Tatiana y Eugene: ¿Glamuroso? (risas)
Tatiana: Quizás cuando estuvimos cenando en la sala Le Bikini en Toulouse… ¡había mayordomos!
Eugene: Muchas veces cuando te piden que firmes autógrafos o que te saques fotos en un restaurante si te reconocen… No podría decir que nada ha sido realmente glamuroso. A lo mejor Dubai sí que lo fue. Nos acogieron muy bien y estuvimos el día previo al concierto muy a gusto. También recuero en las Islas Filipinas. Tocamos en el festival Pulp Summer Slam 2018 y ahí también había lujos en el hotel.
Tatiana: Todas las bandas estábamos en un hotel donde había personal de seguridad con armas y no podías ir a ningún restaurante sin que te acompañaran.
Eugene: Ellos llamaban al taxi y te vigilaban. En el hotel estuvimos de fiesta liándola y en la zona de la piscina había un turista que estaba intentando leerse un libro, simplemente estaba relajándose allí. Es embarazoso también porque el tipo estaba descansando y nos dimos cuenta de que no era alguien con quien ir de fiesta.
Tatiana: Si a esto le sumas que estábamos bañándonos en la piscina, buceando y tirándonos de bomba con todo el agua saliéndose de la piscina… espero que no cayese en su libro (risas).
Eugene: He de admitir que era una persona con templanza, no se movió un ápice y siguió a lo suyo… y yo lo hubiera hecho (risas).
PD: Aquí termina la entrevista, pero, al igual que en los conciertos, hubo chupitos antes, durante y después. Ya nos hemos citado en la primera edición del Rock The Coast. A ver cómo acaba la cosa.
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