Tour Life: Pablo y Pepo (Desakato)
- Nombre del músico: Pablo (guitarra y voz) y Pepo (voz)
- Grupo: Desakato
¿De quién es la persona que os despedís con más dificultad cuando os vais a tocar?
Pepo: La última persona de la que nos despedimos es Ezequiel, del bar Antonio (risas). Siempre nos tomamos un café y el pincho por la mañana antes de irnos de gira. Nos pregunta: «¿a dónde vais hoy? Pues venga, unos pinchos». Es buen vendedor, pero siempre pregunta, es atento y, sobre todo, nos cuida.
¿Cuál es la mayor cantidad de gente ante la que habéis tocado y dónde?
Pablo: Uf, no te sabría decir. En el Viña Rock, imagino. Los últimos dos años del Viña Rock, si buscas afluencia de gente pues te harás una idea. Tocamos en prime time y 40.000 por ahí, serían. Unos dirán 40.000, otros 10.000 (risas), así que ponle 30.000, para no quedar de flipados (risas).
¿Cuál es la cantidad más pequeña de gente ante la que habéis tocado y dónde?
Pablo: Esa sí que la tengo clara. Tocamos en un garaje en Sotondrio, en Asturias, para cinco personas: la novia del batería, la novia del bajista, Eva, el de la organización y el otro batería
¿Cuál es la mayor cantidad de dinero que habéis cobrado por un bolo? Puede ser positiva o negativa. La cuestión es que haya muchas cifras.
Pepo: Pues te voy a decir cuánto perdimos. Llegamos a Estados Unidos para hacer gira por allí y por México. Habíamos sacado pasta generosa de la cuenta para llevar de sobra cada uno por si había algún problema. Somos gente muy de pueblo, precavida, y llevamos siempre cash porque de las tarjetas… yo no me fío de un trozo de plástico… hay que llevar billetaje. Yo utilizo pinza, y ahora mismo no tengo un puto duro (risas mientras la enseña sin nada). No voy a sacar dinero, porque igual te dejo mal con el fajo que traigo (risas).
Bueno, el caso es que nos fuimos de gira a EEUU y México. Llevábamos algo más de 1.000 dólares cada uno en la cartera por lo que pudiese pasar. Nada más bajarnos del avión e ir a coger un coche de alquiler, aquí Pablo vocalista, guitarra y perdedor de cosas, se había dejado la cartera en el asiento delantero del avión con el dinero en metálico y tarjetas, DNI y demás. No te vamos a decir lo máximo que ganamos, pero sí te vamos a decir lo máximo que perdimos yendo a tocar.
Una anécdota interesante, se lo compramos
¿Con qué equipo técnico tocáis?
Pablo: Lo que suelo llevar en directo últimamente es una SG de los 70 y una guitarra Les Paul Junior de 2008 creo, pantalla Orange y un cabezal Soldano. Luego también llevo pedales varios, afinador y demás.
Pepo: Yo voy con la maleta y con la pinza para el dinero (risas). Llevo un micro inalámbrico Shure y todos llevamos los in ears, la petaca y 8 pantallas.
¿Tenéis patrocinio de alguna marca?
Pablo: Tenemos alguna colaboración con alguna marca como Gibson y Orange, pero son colaboraciones, no tenemos ninguna obligación con nadie. Son colaboraciones puntuales, no somos ni endorsers ni trabajamos habitualmente ni tenemos ninguna exclusividad con ninguna marca.
¿Os toca compartir material alguna vez?
Pablo: Cuando vamos a salas solemos llevar a grupos de confianza, cercanos a nosotros, y siempre compartimos nuestro backline con ellos. Normalmente, ellos se suelen llevar sus cabezales y utilizan nuestra base de batería, las pantallas y todo lo demás. No le tengo ningún aprecio a mi material, le dejaría mi guitarra a cualquiera. Hay gente que dice que no se presta nunca la pluma ni la guitarra y yo presto todo, me la suda.
Pepo: Aparte, es algo bastante inherente para un grupo de rock que gire por ahí compartir las cosas porque siempre vas a tener que compartir algo… o a todo el mundo se le puede estropear un cabezal, o se le rompe la guitarra y tienes que prestársela. Nosotros venimos de muy abajo, amigo, hemos tenido que tocar en sitios muy duros y compartimos muchas cosas. Siempre compartimos todo y lo vemos bastante natural.
¿Cuál es vuestra rutina de calentamiento antes de salir a tocar?
Pablo: Pues lo único que hacemos es tomarnos un chupito juntos y pegarnos unas bofetadas para darnos un poco de energía.
Pepo: Nos damos un abrazo todos antes de salir siempre también.
¿Qué es lo primero que hacéis al bajar del escenario?
Pablo: Pues yo me tengo que desnudar siempre, porque voy sudadísimo (risas).
Pepo: Después de tocar siempre saludamos a la gente. Nos vamos 5 o 10 minutos a sentarnos un poco, a tomar aliento y cambiarnos la camiseta, porque bajamos siempre empapados de sudor, pero siempre procuramos bajar a saludar al público, a hacernos unas fotos o lo que la gente quiera para así estar un rato con la gente antes de irnos.
¿Cómo reaccionáis cuando alguien se sube al escenario?
Pablo: Nosotros venimos de la cultura del hardcore de toda la vida, la gente se sube al escenario y se tira al público y no hay ningún conflicto. Lo que no puedes es consentir tampoco un pesado que se te pegue al micro y perjudique al show, pero que la gente se suba, se tire o esté con nosotros, eso es algo habitual y normal.
¿Preferís tocar los fines de semana o pasar por ejemplo un mes seguido fuera?
Pepo: Por las circunstancias que han venido dadas, nos ha tocado siempre salir los fines de semana. Nunca hemos tenido una gira larga. Tenemos salido a tocar fines de semana o alguna fecha por semana, en 10 días 5 conciertos o así. Nunca hemos tenido una gira tipo americana de estar 3 meses en un autobús fuera de casa.
Pablo: Yo lo del autobús lo veo.
Pepo: Sí, pero igual a la segunda semana estás hasta el toto y te quieres ir a casa y estar tirado en tu cama.
Pablo: Bueno, por probar yo lo haría.
Las muletas entran en escena
¿Habéis tenido que tocar alguna vez estando enfermos?
Pablo: Yo me acuerdo una vez que he tenido que tocar a lo Camarón sentado en una silla porque tenía un esguince y tenía la pierna escayolada y fue horrible. Me sentía impotente ahí en la silla.
Pepo: Alguna vez he terminado algún concierto lesionado o he estado enfermo toda la semana y llegar a tocar muerto de temblores y con fiebre, pero al final sales.
Pablo: Me ha pasado la de salir acatarrado o así a tocar pero que en el concierto se te quita. Debe ser la adrenalina o algo. Luego te da el bajón y estás peor, pero durante el bolo los nervios te hacen tirar para delante.
¿Cuál ha sido vuestra situación más vergonzante sobre el escenario?
Pablo: El día que iba yo escayolado, salí ahí con la intro, saludé con las muletas, me senté en la silla y me pusieron la guitarra y, de repente, la PA no iba y yo estaba sentado en la maldita silla allí y los demás…
Pepo: Los demás hicimos un Michael Jackson para atrás (risas).
Pablo: Yo no tenía las muletas porque se las había llevado el backliner y estaba en una silla ahí saludando a la peña, en una silla de cocacola de plástico de estas de terraza de bar y digo «pero qué cojones hago aquí, tío». Y digo «pues nada, que me piro» y pido las muletas y me voy, y ya la segunda vez que salí ya salí como… joder, que mierda.
Pepo: Hace un par de veranos, en León, se nos fue la luz 3 veces en los primeros 30 segundos de la primera canción. Así 3 o 4 veces, arrancábamos y se volvía a ir el generador, fue una locura (risas). En mi caso, empecé como batería del grupo y no sabía tocar, era zurdo de las dos manos (risas). En la segunda maqueta metimos a Nano, el batería actual. Hacíamos una historia ahí al final del concierto donde nos cambiábamos Nano y yo. Él cantaba y yo tocaba un poco la batería. Una cosa sencilla y tal. El caso es que en el cambio ese, una vez, llegué justo cuando tenía que empezar a tocar y toqué un plato de pie y a la hora de sentarme, perdí el taburete y me caí para atrás. Si me hubiera caído solo, nadie se hubiera dado cuenta, pero justo llegué a tocar el plato para que todo el mundo me viera caer de espaldas para atrás. Fue seguramente de las peores vergüenzas que me podría pasar en un escenario.
¿Qué es lo más glamuroso que habéis hecho estando de gira? Ducharse no cuenta
Pablo: De gira no nos duchamos nunca (risas).
Pepo: Decir: «buenas noches, Los Angeles», tiene su encanto.
Pablo: Además en castellano, que eran todos mexicanos. Haber ido a Los Angeles está guay. Nosotros somos muy fans de la cultura del punk rock americano y del skate, y Los Angeles es la cuna de todo eso. Haber estado allí para nosotros es lo más glamuroso que hemos vivido.
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