Volvemos con nuestra sección Tour Life y nuestro protagonista en esta ocasión es un cantante considerado como uno de los mejores de España. Carlos Tarque, vocalista de MClan y de su proyecto personal que lleva su nombre, Tarque, nos cuenta cómo es su vida de gira y nos dice algunas anécdotas que te sorprenderán.
  • Nombre del músico: Carlos Tarque (voz)
  • Grupos: MClan, Tarque

¿De quién es la persona que te despides con más dificultad cuando te vas a tocar?

Vivo solo, así que no me despido de nadie, la verdad.

¿Cuál es la mayor cantidad de gente ante la que has tocado y dónde?

Creo que fue en el Fórum de Barcelona y creo que eran 200 000 personas. Fue un concierto con El Canto del Loco y Pereza, en la fiesta de La Mercè 2006.

¿Cuál es la cantidad más pequeña de gente ante la que has tocado y dónde?

Directamente tocar en un sitio donde no había nadie. De hecho, suspendimos el concierto. Fue con Los Deltonos en un pueblo de Murcia y no había ni una sola persona, ni una entrada vendida. Abrieron las puertas y tampoco entró mucha gente, unos 30 o 40. Un desastre total, pero nos emborrachamos y al final fue divertida la noche.

¿Tienes roadies o te toca cargarlo todo con tus propias manos y pies?

Tengo roadies. Con MClan llevamos unos cuantos años y, por suerte, tenemos cierto nivel de infraestructura que nos permite dar trabajo a gente que hace el trabajo bien. Además, lo necesitamos para que el espectáculo funcione bien.

Carlos Tarque Entrevista

Carlos Tarque (Foto: Josefi Lemon)

¿Cuál es la mayor cantidad de dinero que has cobrado por un bolo? Puede ser positiva o negativa. La cuestión es que haya muchas cifras.

A nivel personal, 6 000 o 7 000 euros en un concierto de caché potente, no mucho más. Aunque tengamos un caché grande con MClan, tenemos muchísimos gastos. Antes de la crisis, que había unos cachés brutales, empezabas a quitar y era lo que te quedaba.

¿Cuál es el equipo técnico con el que sueles tocar?

Nosotros llevamos nuestro backline y luego los equipos que ponen en cada lugar. De personal llevamos un técnico de sonido, un técnico de monitores, técnico de P.A., técnico de luces, road manager, dos backliners y un conductor de furgoneta, a mayores de todos los músicos. Solemos ser unos 16 o así. Yo tengo mi equipo, pero en general nos lo ponen donde vayamos. Lo que llevo yo son los auriculares. Ha habido años que llevábamos siempre el mismo equipo porque había una gran gira y presupuesto y podíamos llevar un trailer con sleeper y tal. Pero, en general, nos adaptamos a los sitios y mandamos un raider con lo que necesitamos. Entonces llegas y normalmente te lo han puesto todo.

¿Tienes patrocinio de alguna marca o sale todo del sudor de tu frente?

No tenemos sponsor. Hemos hecho algún anuncio con Mahou en algún momento y nos han sponsorizado alguna gira, pero no hacemos todo nosotros.

¿Te avienes a tocar con material de otras bandas o alquilado si la situación lo demanda o siempre tienes que llevar lo tuyo?

Nosotros no compartimos material porque es un problema. Para un grupo novel que está empezando, no te queda otra, pero yo ahora no comparto material porque aparece algo roto y es un puto marrón. Llevamos nuestra microfonía aparte y eso hay que comprenderlo. No somos amateur, no puedo estar con el ampli roto diciendo por el micro que a ver si alguien puede venir y tal… Eso no puede suceder. Yo cobro un dinero y tiene que estar todo en perfecto estado. Compartir material, si puede ser no. Una cosa es si invitas a alguien a tocar, pero a un grupo telonero ya es otra cosa. Mucho menos nuestro equipo, que es brutal. Hay amplis de 5 000 euros, son reliquias de los años ’70 y hay que tratarlos con mucho cuidado.

¿Cuál es tu rutina de calentamiento antes de salir a tocar?

Dos chupitos de ron y dos cervezas.

¿Qué es lo primero que haces al bajar del escenario?

Tomar un chupito y una cerveza. No, en general nos abrazamos porque hemos hecho un buen concierto y siempre nos abrazamos antes de tocar también. Generamos esa comunión como grupo.

¿Cómo reaccionas cuando alguien se sube al escenario?

A mí no me gusta que alguien invada un sitio en el que no le han dado permiso. El escenario es mío, no es suyo, ¿o sí? Entonces me parece una intromisión, casi una usurpación. Que mucha gente lo hace de buen rollo, pero este no es tu sitio, luego ya si quieres hablamos. A parte, puede ser hasta peligroso. Imagina que cae del escenario y te denuncia. Que aún encima quien lo hace, suele ser porque se ha tomado cuatro copas.

Entrevista Carlos Tarque

Carlos Tarque (Foto: Josefi Lemon)

¿Prefieres una gira como Dios manda estando un mes fuera de casa o ser un “weekend warrior” que solo hace conciertos solo los fines de semana?

Me gusta en fines de semana. Cada vez valoro más estar en casa porque hemos hecho muchas giras y el trabajo de músico son muchas horas fuera de tu casa, que eso es lo que vale dinero al final. Que la gente me dice que sólo trabajo dos horas, pero yo para esas dos horas estoy 36 horas fuera de casa, que es una semana laboral. Y tú estás en tu casa viendo la tele con tus hijos y tu familia, que eso está muy guay, mientras yo estoy en una puta furgoneta, fuera, comiendo mal o bien, pero que al final la carretera está guay pero cansa mucho. Llevo 25 años en esto, y al principio me flipaba, quería estar siempre de gira. Ahora me gusta, pero también me gusta llegar a casa.

¿Has tocado alguna vez estando enfermo? ¿Cómo superaste aquel concierto?

Sí, con ibuprofeno y con mierdas. Con cortisona para la voz. He tenido que salir a tocar con 39º de fiebre. Nosotros no somos los Rolling Stones como para cancelar. De hecho, hoy no iba a venir, que esto no es un concierto, no obstante, esta mañana estaba con fiebre en la cama porque arrastro muchos días de promoción y me he puesto enfermo. Pero bueno, ahora estoy mejor y he podido venir. Estoy ahí ahí.

¿Cuál ha sido tu situación más vergonzante sobre el escenario?

Una que no me gustó nada fue un día que teníamos un telón y se quedó colgado en la primera canción. Fue un ridículo total.

¿Qué es lo más glamuroso que has hecho estando de gira? Ducharse no cuenta

No sabría decirte. Hoteles de la hostia, miles. En 25 años también nos han puesto caterings que no te puedes ni imaginar. Liarme con la directora del hotel, también (risas).