En el heavy metal, una portada resulta un elemento definitorio y fundamental, aunque algunas bandas lo pasen por alto. Salvo excepciones, la mayoría de portadas son un claro adelanto del contenido que vamos a encontrar en el disco o, por lo menos, hacen alusión directa a alguna canción del interior. Como herramientas de expresión y de comunicación que son, todas las portadas deberían cumplir su cometido; cuanto más innovadoras y visibles, mucho mejor. Pero, a veces, eso se vuelve en contra de sus ideólogos.

No es ninguna novedad, a estas alturas, ver a metaleros que siguen comprando vinilos por, al margen del sonido que ofrece, tener la portada a lo grande en su colección. Y es que la portada de un disco es un elemento importantísimo en nuestra cultura musical. Muchos/as las llevamos en camisetas, banderas, pegatinas, parches, espalderas… y no cabe decir que son lo más parecido a un cartel de propaganda que se precie: representan una comunicación visual y un mensaje expresado gráficamente.

La información contenida en una portada se puede presentar de una forma concisa y simple, facilitando su percepción casi instantánea (veamos a Eddie en “The Book Of Souls” – 2015) o, contrariamente, de manera más compleja: “Machine Messiah” (2017), de SEPULTURA, podría ser un claro ejemplo. Hay quienes lo consideran secundario, tal vez, gracias a eso, estamos escribiendo este reportaje, pero hay bandas que le dan gran importancia a eso que denominamos artwork. Que se lo pregunten a THE BEATLES. ¿Quién les iba a decir, cincuenta años atrás, que una de sus portadas más elaboradas, la de “Sgt. Peepers” (1967), iba a seguir siendo observada con tanto fervor? La portada de ese álbum se ha convertido en una de las más famosas de la historia de la música, no solo por su rica composición, sino más bien por su simbolismo. Todos se empeñan en esclarecer su significado. Por aquello de que MacCartney murió y le buscaron un sustituto… Un caso para Iker Jiménez, sin duda.

Y si ponemos la vista en España, pues ahora mismo me viene a la mente el grupo madrileño BEETHOVEN R, que fue acusado de machista por la portada de su último disco “A Fuego En La Piel” (2016) y por algunas letras que lo integran, siendo la punta de lanza de una campaña de desprestigio mediante redes sociales, que demandaba la expulsión de la banda del festival “Leyendas del Rock”. Ambos ejemplos, son muestra de que las portadas no son un simple elemento decorativo. O no deberían de serlo. Mayca Cruz, ya realizó un didáctico reportaje para esta web, sobre la batalla de Iwo Jima en las portadas de rock y heavy metal, que podéis leer aquí, con lo cual, en esta ocasión, hemos querido irnos al extremo opuesto y ofreceros nuestro particular “Top 10” con algunas de las portadas menos acertadas de la historia del heavy metal. Cinco nacionales y cinco internacionales.

Si nos centráramos en la década de los ochenta, de bien seguro que tendríamos material suficiente como para elaborar diez reportajes. De esa etapa hemos recuperado precisamente el álbum “666” (1988), de ÁNGELES DEL INFIERNO, y “Els Senyors De Les Pedres” (1989), de SANGTRAÏT. ¿No os habéis preguntado nunca qué pinta ese personaje sin cuello, con la cara torcida y cráneo desproporcionado, pegado en el centro de la portada? ¿No hubiera quedado mejor sin el cabezón en medio? Y en cuanto a SANGTRAÏT… Muchos/as sabréis que es una de mis bandas de cabecera, pero, a veces, miro la portada y no puedo evitar reírme. Vale que el disco se titula los señores de las piedras, y que La Jonquera, localidad natal del grupo, se caracteriza por sus montañas rocosas, pero, al igual, una vuelta de tuerca en el diseño no hubiera estado de más. Sin embargo, al margen de los gloriosos ochenta, nuestra intención es dar un repaso que abarque diferentes épocas.

Si damos un paseo por la siguiente década, por ejemplo, nos topamos con dos álbumes de versiones. Uno es, el para muchos innecesario, “The Spaghetti Incident?” (1993), de GUNS N’ROSES, y el otro es el “Tributo” (1996), de SARATOGA. Del primero, creo que poco más podemos añadir: simplemente, un logo con el nombre del grupo sobre un plato de espaguetis. Se dice que la idea de la portada surgió a raíz de una pelea de espaguetis entre Axl Rose y Steven Adler. Pero bueno, sea como fuere, en su conjunto, esa foto parece presagiar que GUNS N’ROSES, tal como los conocíamos en los noventa, tenían las horas contadas. Y en cuanto al segundo tributo, el último disco de Fortu Sánchez con los SARATOGA de Niko del Hierro y Jero Ramiro, mirad la portada y me contáis. Una membrana de altavoz, flotando sobre una foto del horizonte, sirvió de carátula. ¿Es una broma? La misma pregunta nos hicimos cuando HELLOWEEN sacaron a la luz su “Chameleon” (1993), el último de Michael Kiske como vocalista. No creo que vaya muy errado si digo que se trata del disco peor acogido por los fans de las calabazas. Tres colores básicos, lo que conocemos como RGB, a partir de los cuales se forman el resto de colores, acompañados por el amarillo, sobre un fondo blanco, es lo que encontramos en el quinto disco de los alemanes. Un álbum controvertido donde los haya.

Y ya metidos de pleno en el milenio con un dos al frente, tenemos un “Moment Of Glory” (2000), de SCORPIONS, grabado junto a la Orquesta Filarmónica de Berlín, que pone en portada a un tiranosaurio ataviado con sus mejores joyas. ¡Ole tú! Muy divertido, ¡no me diréis que no! Casi tanto como ver los caretos de los cuatro TIERRA SANTA enganchados a las nubes, de forma bastante cutre, en la foto que dio vida a la portada del disco “Apocalipsis” (2004). Siempre que la tengo entre manos, se me hace inevitable dirigir la vista hacia Arturo (a la derecha) e Iñaki (parte inferior). Me da la sensación de estar frente a unos ojos que flotan en el aire junto a su nariz… Al igual, la idea de los riojanos era homenajear a QUEEN, aunque a mí me recuerda más a la portada de “Llanto De Un Héroe” (1998), de AVALANCH, y a esos ojos que también flotan en la parte superior izquierda… En ocasiones, de la idea al resultado final puede haber un trecho. Como diría José Pedrerol: “¡Así no!”.

Y ya que hablamos de AVALANCH, vámonos a Asturias para echar un vistazo a “El Hijo Pródigo” (2005). Mira que tienen portadas espectaculares los de Rionda, gracias a uno de los mejores ilustradores, en su temática, como es Luis Royo, pero en este disco… ¿En qué estaban pensando? Vale que buscaban alejarse de la pomposidad de tiempos pasados, pero de ahí a usar esos colores marrones y sin forma alguna que podamos identificar… No como en “Last Look At Eden” (2009), de EUROPE, que vemos a esa especie de manzana cortada por la mitad, envuelta en una capa de pinchos, como si de una castaña se tratara. Si os soy sincero, esa portada no me parece tan mala. Su contemplación puede llevar a varias conclusiones. Eva cogió la manzana, con lo cual, además de la fruta prohibida, ¿no veis unos genitales femeninos en la portada? Al igual soy demasiado mal pensado, así que, para terminar, os dejamos con BON JOVI y su “Burning Bridges” (2015). Esa sí que no deja lugar a dudas. El penúltimo disco de los norteamericanos viene enfundado en un “papel de churros”, como si de una demo se tratara, y con el título escrito a bolígrafo. Para la historia queda.

Y hasta aquí el repaso a diez de las peores portadas que han tenido el valor de poner al frente de sus discos una pequeña representación de grupos de heavy metal. Al igual, algunas de las que hemos visto no os parecen tan malas, y me juego cualquier cosa a que vosotros participaréis con ejemplos que también serán la mar de válidos y divertidos. En definitiva, el objetivo del reportaje, además de haceros pasar un rato entretenido, no es otro que dar importancia a las portadas y a su mensaje. En el heavy metal, ese elemento visual resulta un elemento definitorio y fundamental, aunque algunas bandas lo pasen por alto. Salvo excepciones, la mayoría de portadas son un claro adelanto del contenido que vamos a encontrar en el disco o, por lo menos, hacen alusión directa a alguna canción del interior. Y me atrevo a decir que muchos/as de vosotros/as también le dais importancia a este aspecto. Seguro que todavía estáis alucinando con la ilustración que acompaña la carátula del último lanzamiento de vuestra banda favorita. En cualquier caso, a mí, me ocurre. Nunca he podido evitar quedarme cautivado ante el trabajo de Derek Riggs, Ken Kelly, Gyula Havancsák, Hugh Syme, Andreas Marshall, Luis Royo, Carlos Díez, Felipe Machado… Como herramientas de expresión y de comunicación que son, todas las portadas deberían cumplir su cometido; cuanto más innovadoras y visibles, mucho mejor. Pero, a veces, eso se vuelve en contra de sus ideólogos.

Ivan Allué