Las tiendas de discos inmortales: Discos Tesla (Barcelona)
Para cualquiera que visite la calle Tallers de Barcelona, hay una serie de tiendas que son de visita obligada: las dos de Revolver, Pentagram, Impacto…pero la primera que encuentras nada más girar desde la Rambla hacia la mítica calle, es Discos Tesla.
Con el mogollón de chapas en un lado y el expositor de carteles de conciertos y entradas a la venta en el suelo, es fácilmente reconocible.
Y ojo, que no es grande: es de las dimensiones de un pequeño portal de cualquier edificio de los más antiguos de la zona. Pero Tesla es un monumento a la resiliencia. El negocio de la música puede cambiar todo lo que quieras: Discos Tesla siempre está ahí. Al frente, desde su apertura en 1991, David Busqueta, un fan empedernido de Kiss que lo ha visto pasar todo.
“He ido modificando el negocio dentro de unos parámetros” explica Busqueta. “En su momento montaron la Virgin Megastore en Paseo de Gracia, los súpers vendían música junto a los tomates, luego llegó la Fnac, las descargas digitales…”. El negocio de la música ha vivido dos décadas especialmente turbulentas y Busqueta lo ha visto de cerca con su tienda.
La especialización como camino a seguir
“Yo me he especializado más, diversificando en estilos dentro del rock, blues, metal y demás” cuenta. “De todos modos, mis sentimientos son igual de reales que los de cualquier otro fan seguidor de estos estilos musicales así que hablo siempre el mismo idioma que la clientela”.
La tienda se mantiene físicamente en la calle Tallers, tanto con Busqueta tras el mostrador como con su ayudante Lacson, pero también recibe pedidos a través de su web, Facebook, Instagram o Whatsapp. “Estoy igual de cómodo contestando preguntas en persona o vendiendo online”.
Busqueta tiene claro que la especialización es el camino a seguir, en cualquier caso. Discos descatalogados, vinilos en edición especial… el coleccionismo es una de las drogas de los melómanos. El propio Busqueta es víctima, con una colección “privada” de “más de 18.000 vinilos”. “He visto de todo, he vendido muchos vinilos de coleccionismo puro y duro” explica “así que no me sorprende nada”. Como fan de Kiss sabe lo que es “pagar 100 o 200 euros por un disco de coleccionista” pero tiene claro que “hay gente que se lo gasta en una noche de juerga, otros en drogas o en ir al fútbol…y yo me lo gasto en esto”.
Busqueta hace una observación importante: a medida que las bandas clásicas “se frenan en su faceta compositiva” es normal “que vivan de fetiches y merchandise”. Aún así, el catálogo discográfico de las bandas grandes vende “siempre” y “las que pelean” se van consolidando en el mercado. Cita como ejemplos a Volbeat, Pierce the Veil o 21 One Pilots. Una cosa está clara: “siempre que uno de los grandes, ya sea Stones, Metallica, AC/DC o Iron Maiden edita un disco, el mercado se activa”.
¿Es el vinilo el salvador de la industria?
Desde hace tiempo se viene vendiendo el vinilo como una especie de salvador de la industria discográfica. Su mejor calidad es una ventaja para audiófilos pero también es el tamaño de sus carátulas o la calidez del sonido que emana de unos surcos respecto a un montón de ceros y unos. Según un informe de la empresa BuzzAngle, las ventas de vinilos aumentaron en Estados Unidos más de un 20% en 2017 respecto al mismo periodo del año anterior. Lo que pasa es que las ventas de CD bajaron un 9,4% y en porcentajes absolutos, la música física cayó un 7%. No obstante, es revelador que el vinilo siga pujando con fuerza por recuperar una cuota de mercado que, según se dice, “ya es igual a la de los años ’90” para el clásico formato.
“Personalmente nunca he dejado de comprar vinilos. El CD nunca fue santo de mi devoción”, explica el dueño de Discos Tesla. “En la tienda tengo vinilos de segunda mano y en el mercado dominical de Sant Antoni (donde también se les puede encontrar) vinilos y CD. Las multinacionales, siempre en búsqueda de su beneficio en lugar de potenciar la cultura musical han tenido que encender el piloto y han comenzado a sacar vinilos, aunque el mayor volumen de ventas sigue siendo para el CD”.
El ya consolidado evento del Record Store Day que se viene celebrando en todo el mundo desde 2008, es una iniciativa que pretende visibilizar a las pequeñas tiendas de discos independientes. En España se celebra el tercer sábado de abril. Para Busqueta no es más que un parche. “Es como el día del libro: vendes mucho un día, pero pasas hambre el resto del mes” sentencia.
Pese a todo, Discos Tesla tiene intención de seguir en pie mucho tiempo, aunque haya una “difícil supervivencia” que el achaca al “desasosiego político” que existe en Barcelona y “la escasa creatividad de las bandas” y la “crisis mundial de consumo”.
Son tiempos difíciles, sí, pero cuando uno gira por la Rambla hacia Tallers, lo primero que se encuentra sigue siendo Tesla. Tanto que gran cantidad de músicos de reconocido prestigio se han dejado caer por la tienda en un momento u otro. “Han venido músicos de Nirvana, Slayer, Sonic Youth, Iron Maiden, Mago de Oz, Bon Jovi, Megadeth, Banzai, Radio Futura, Revolver, Fito, Decibelios, Violadores del Verso,Tote King, Nach…” dice con orgullo el dueño. “Lo curioso es lo sorprendente de las compras que hacen los músicos: nada que ver con sus estilos musicales” apostilla.
Sergi Ramos
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