¿Se salvarán los festivales?
El panorama pintaba aciago en abril del año pasado. Tras unas semanas de estado de alarma y caos pandémico, todos los grandes festivales europeos comenzaban a anunciar su aplazamiento a 2021.
La fórmula del aplazamiento, pero, fue tan solo un eufemismo para sortear las implicaciones legales que generaba una cancelación. Sin apoyo gubernamental en forma de decreto que blindase a los organizadores de conciertos de devolver la integridad de las entradas vendidas al público y sin cobertura de las aseguradoras que para algo hacen constar en sus contratos que las “causas de fuerza mayor” o “actos de Dios” no están cubiertos por sus pólizas, a los organizadores tan solo les quedaba driblar al público como podían aún a riesgo de poner en juego su reputación y la de sus eventos. La otra solución era la de una bancarrota en cascada de muchas empresas incapaces de asumir la descapitalización que supondría devolver el importe de las entradas (millones de euros) mientras que los grupos contratados retienen sus cachés para el año siguiente (millones de euros, también).
Para 2021 las cosas no pintan mejor. Si bien en un primer momento, el público y todo el sector de la música en directo dio por perdido 2020 ante la idea de un 2021 de normalidad inmediata, las diferentes olas, confinamientos y retrasos en la vacunación en la UE han complicado sobremanera la situación. A día de hoy nadie piensa que vaya a ver un festival en 2021.
La gran columna vertebral del verano festivalero europeo (Hellfest, Graspop, Download) ya ha anunciado el aplazamiento de sus eventos a 2022. Otros, como Wacken, intentan ofrecer esperanza ante una cita más allá de junio -a principios de agosto- que podría llegar a celebrarse en algún formato más conservador que el habitual, siempre bajo el visto bueno de las autoridades sanitarias alemanas, que a día de hoy están sumidas en el caos de una tercera ola que no han podido controlar aún pese a las masivas restricciones aplicadas sobre la población.
La mayoría de promotores se excusan a la hora de participar en el reportaje. Unos por política de empresa (la comunicación de Live Nation en pandemia viene dictada por la central de Los Angeles para todo el planeta) y otros por miedo a hablar de lo que no deben en un momento en el que el público está muy sensible, caso de la mayoría de festivales de rock de nuestro país.
“Con un poco de suerte y si no hay nuevos retrasos sanitarios bruscos, los esfuerzos están puestos en verano de 2022”, explica un veterano promotor de festivales español que no quiere revelar su identidad. No ve viable hacer eventos en formato reducido con testeo previo como está sucediendo con los macroestudios llevados a cabo en la sala Apolo y en el Palau Sant Jordi de Barcelona (más info en nuestra sección “Photopass” de Power Magazine el pasado mes de abril) porque “la sensibilidad de la administración es una cosa y los datos del momento, otra muy distinta”.
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“¿Vale la pena realizar un formato reducido lleno de cortapisas y medidas sanitarias?”, se pregunta. “Esto no es un concierto de hora y media, sino eventos de 10 o 12 horas de duración.
La posición de las aseguradoras es invariable. “Teniendo en cuenta que en 2021 no se va a poder hacer nada masivo no hace falta ni plantear el seguro”, aseguran fuentes del sector. “Y el gobierno no va a avalar a los grandes festivales o eventos culturales. Me parece una entelequia del máximo nivel”.
“Creo que hay cuestiones que son estatales y falta un poco de comunicación y sensibilidad en el gobierno central a la hora de legislar sobre empresas como las aseguradoras”, explica Jordi Herreruela, promotor del veterano festival barcelonés Cruïlla. “Ojalá esto cambie en los próximos meses, porque todo cambia muy rápido. Espero que lo podamos resolver, aunque ahora no estamos en posición de encontrar cobertura financiera por parte de las administraciones para hacer festivales este año”.
“Está bien que haya ayudas”, sostiene, “pero lo ideal es volver a trabajar con normalidad”.
Si bien el concierto de Love of Lesbian para 5.000 personas celebrado en Barcelona fue un éxito con reminiscencias de la vida prepandémica, la unión de promotores que lo hizo posible no incluía a algunos grandes del sector, como Doctor Music o Live Nation, a priori, primeros interesados en reiniciar la actividad cuanto antes. ¿Es momento de que los organizadores de conciertos entierren las rivalidades empresariales y remen todos en la misma dirección?
“Ojalá”, sostiene Herreruela. “La covid ha traído muchas cosas malas, pero también otras buenas, como el espíritu de colaboración entre promotores. El Cruïlla XXS del verano pasado trabajó en unión con el Barça, el Hospital de Sant Pau, el Disseny Hub, el Liceu… creo que hay un espíritu de colaboración que me gustaría que se mantuviese una vez pasada esta crisis. Tu me hablas de promotores que forman parte de grandes grupos internacionales donde las dinámicas son distintas. Nosotros somos promotores independientes asentados en Barcelona cuyas decisiones se toman en Barcelona”, afirma.
Ante la posibilidad de que 2022 sea un año brillante en cuanto a oferta festivalera, otro veterano promotor indica que “el calendario ya se está reagendando a 2022 y el mercado ya estabilizará oferta y demanda, como siempre”.
El fantasma del Brexit es otro de los grandes problemas a los que se enfrentan las giras internacionales. Preguntamos a Herreruela si le consta que exista algún tipo de mesa de trabajo entre el Gobierno y el Reino Unido para facilitar el tránsito de artistas y sus mercancías cuando se reanude la actividad cultural.
“No me consta. Este verano será complicado que haya grandes giras con grandes producciones, pero podrán girar algunos artistas sin grandes montajes que puedan tener producciones locales. Comenzaremos a ver artistas internacionales este verano”, revela.
“El año que viene, en 2022, la gran dificultad será para grupos emergentes. Los grupos pequeños con presupuestos reducidos y condiciones ajustadas tendrán problemas para tener presupuesto con el que conseguir visados. Los grandes grupos con grandes presupuestos y grandes producciones no tendrán problema”.
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