Rockambolescos: Mayhem
El género musical de guitarras y volúmenes altos por excelencia, el rock -y consecuentemente el metal-, ha sido por desgracia uno de los más ligados a los delitos y excentricidades más sonados de la historia reciente por culpa de unos cuantos músicos a pesar de que la relación entre este tipo de música no implique una asociación directa con algo malo (igual que, por ejemplo, ver una película de terror o gore no crea psicópatas).
Los actos violentos, extremos o singulares han jugado un importante papel en la música de las pasadas décadas, en ocasiones hasta convirtiéndose en un atractivo alimentado por polémicas o por asuntos no asociados a algo malo per se como el maquillaje, los disfraces, ciertas formas de vestir, protestas, etc. ¿Quién no recuerda disparates como las acusaciones hacia Marilyn Manson como culpable del tiroteo de Columbine simplemente porque los asesinos escuchaban su música?
Desde los tiempos del delta blues con figuras como el mítico Robert Johnson, tachado de satánico y de vender su alma al diablo, hasta las “provocadoras” melenas de The Beatles y sus innumerables historias sobre drogas, muerte o fanatismos obsesivos como el de Charles Manson, ya se empezó a escribir sobre las idas y venidas de algunos músicos -muchos de ellos culpados injustamente solamente por el hecho de ser negros o por tener el pelo largo- más allá de lo creativo y con fines absurdos.
Aunque la sociedad racista, clasista y conservadora de la época de nuestros abuelos y padres fue clave en la creación de bulos y prejuicios sin pies ni cabeza, lo cierto es que desde los años ’40-’50 hasta hoy han existido muchísimos sucesos en contextos semejantes que han provocado el encasillamiento de géneros y artistas, como es el caso de Slayer con el satanismo, la oscura historia de los noruegos Mayhem, la suciedad y violencia del punk GG Allin o mismamente la lucha extrema, explícita y quizás malentendida por la libertad de Wendy O. Williams o Rockbitch. Cosas hoy en día superadas o normalizadas fueron previamente actos rebeldes o de mal gusto en ocasiones necesarios para avanzar y abrir puertas, pero también hubo personas que sobrepasaron la línea bajo el amparo de una libertad y valores inventados.
En esta sección se recopilarán algunas de las historias más bestias y explícitas dentro del mundo del rock, metal y sus vertientes, intentando tocar tanto las más conocidas como otras que han permanecido más ajenas a los focos mediáticos y que podrían ser candidatas a películas de serie B por su temática extrema, surrealista o tabú. Algunos de estos sucesos se percibirán como livianos comparados con otros de los narrados ya que, como es lógico, no es lo mismo emborracharse hasta morir ahogado en tu propio vómito que torturar, violar o asesinar a una persona.
Antes de empezar, recalcar que esta sección no pretende entrar en juicios de si algo es más o menos grave ni tampoco normalizar ningún tipo de crimen. El único fin de todo esto es el entretenimiento e información en base a datos lo más fiables posibles que reflejan una realidad documentada que puede ser contrastada e interpretada libremente para sacar las conclusiones pertinentes. Aun así, como hay margen de error en todo, cualquier dato dudoso o errado será corregido si se certifica con pruebas que no es fake.
Mayhem: la locura nórdica que ha hecho historia
De Mayhem hay poco que no se conozca. A pesar de que varios de sus miembros estaban pasadísimos de rosca e hicieron cosas que son de todo menos agradables, actualmente son un pilar cultural en Noruega. Tanto es así, que sus habitantes han de tener los conocimientos mínimos tanto sobre ellos como sobre el resto de grupos principales de la escena de black metal que allí se gestó. Que aquellos jóvenes condenados por violencia, asesinatos, quemas de iglesias o por liarla parda en sus shows sean ahora bien cultural común es cuanto menos curioso, ¿no?
Mayhem comenzaron su carrera en 1984 con Necrobutcher (Jørn Stubberud) como bajista, Manheim (Kjetil Esten Haraldsson) como batería y Euronymous (Øystein Aarseth) como guitarrista. De aquella, Messiah (Eirik Norheim) y Maniac (Sven-Erik Kristiansen) se turnaron como vocalistas, hasta que en 1987 éstos dejaron el grupo para dar paso a un breve tiempo de incertidumbre hasta la llegada del sueco Dead (Per Yngve Ohlin) y Hellhammer (Jan Axel Blomberg), que tomaron las riendas de la voz y batería respectivamente.
La “verbena” empezó a comienzos de los ’90s con el suicidio de Dead, un personaje que hacía cosas como enterrar su ropa antes de dar directos, cortarse con botellas y cristales mientras actuaba o apuñalar y lamer cabezas de cerdo ensangrentadas. El chaval llegó a guardar un cuervo muerto en una bolsa durante un tiempo para olfatearla antes de salir a escena y sentir, según él, el “hedor de la muerte en sus fosas nasales”. El introvertido, enfermizo y oscuro Dead se pegó un tiro en abril de 1991 después de un intento fallido de suicidio horas antes, en el que se rajó las muñecas sin conseguir desangrarse debido al frío. El drama y la tragedia del grupo podrían haber quedado aquí, pero esto fue solamente fue un aperitivo.
El cadáver de Dead, de 22 años, estaba impregnado en sangre y en sus propios sesos (también esparcidos por las paredes) con una nota al lado que rezaba “perdón por la sangre”, dando un toque más enfermizo a la escena con la que se topó poco después Euronymous, guitarrista y fundador del grupo, que lejos de sorprenderse ante la sangría, y en vez de llamar a las autoridades pertinentes, se le dio por fotografiar el cuerpo sin vida de su amigo que posteriormente se utilizaría como portada del bootleg ‘Dawn Of The Black Hearts’.
Aunque tras esta historia se han creado varios mitos, como el de que Euronymous se comió unos pedazos del cerebro de Dead, esto no ha sido verificado ni contrastado, pero sí que se ha confirmado que el guitarrista guardó pedazos del cráneo de su amigo para repartir como amuleto a personas cercanas e importantes dentro del llamado Inner Circle noruego.
Tras el impactante suicidio de Dead, Necrobutcher abandona el grupo al sentirse triste y descontento con las actitudes infantiles y ególatras de Euronymous, dejando su puesto de bajista a Occultus (Stian Johansen), compañero de Euronymous en su tienda de discos y lugar de reuniones Helvete. Éste duró muy poco en Mayhem y el grupo se tropezó con el siguiente protagonista: Varg Vikernes (Kristian Vikernes de nacimiento), fundador y único miembro de Burzum.
También reclutaron a Attila Csihar como vocalista para grabar ‘De Mysteriis Dom Sathanas’, una de las biblias innegables del black metal. Con Vikernes y Attila se logró terminar el disco entre junio de 1992 y mayo de 1993 en el estudio de grabación de Grieg Hall, en Bergen, pero tardó en salir alrededor de un año, entre otras cosas por la tensa relación entre Vikernes y Euronymous. Ambos querían captar toda la atención posible y ser las estrellas y caras visibles del grupo, pero solamente había una medalla para el ganador de esta batalla de egos y liderazgo tan típica en los grupos musicales indiferentemente del género.
En agosto de 1993, Varg -que ya había quemado con anterioridad la iglesia de Fortun, templo medieval de madera del siglo XII- asesinó a Euronymous con Snorre W. Ruch (guitarrista e ideólogo de los riffs a trémolo picking del black metal junto a Euronymous y que también ayudó a componer algunas letras del ‘De Mysteriis Dom Sathanas’) del grupo Thorns como cómplice, apoyándose en que lo había timado a la hora de lanzar los trabajos de Burzum a través de su sello Deathlike Silence Productions y en que se había quedado con parte de sus beneficios monetarios además de amenazarlo de muerte. Vikernes fue condenado a 21 años de prisión por asesinato y, por si fuera poco, por tener en su casa varias armas y 150 kilos de dinamita con los que, según se especula, planeaba volar por los aires la Catedral de Nidaros. Existen diversas teorías al respecto relacionadas con la ideología del asesino y víctima, incluso en las que se tratan temas como la sexualidad de Euronymous, pero ninguna de ellas es oficial a pesar de que haya muchos personajes de la escena nórdica posicionados en uno u otro bando.
Finalmente, Varg logró la libertad en 2009 y se cambió legalmente el nombre a Louis Cachet para evitar problemas. Actualmente vive en una casa de campo en Corrèze (Francia) con su mujer e hijos, donde ocasionalmente grababa vídeos que se podían ver en YouTube hasta su eliminación en 2019 por incitar al odio y en los que narraba sus versiones de los hechos defendiendo sus principios supremacistas neonazis mientras arreglaba su coche, hacía labores de campo, salía a por leña o paseaba por el bosque.
Mayhem estuvieron sin casi dar señales de vida hasta que en el 2000 renacieron con la vuelta del vocalista fundador Maniac y de Necrobutcher, además de contar ya con el batería Hellhammer y Blasphemer (Rune Eriksen) como nuevo guitarrista e importante impulsor de la segunda vida de Mayhem en composición y producción. Maniac trajo de vuelta la cara más salvaje del grupo, dando directos en los que salía ebrio a los conciertos y se cortaba los brazos de una forma todavía más violenta que la de Dead en su momento y que lo llevó a terminar en la UCI varias veces. Dejó el grupo de forma definitiva en 2004 habiendo grabado dos discos y cediendo nuevamente el trono al frontman húngaro Attila Csihar.
A día de hoy el grupo continúa con Attila, el cual tampoco ha estado excento de incidentes a pesar de ser uno de los miembros más cuerdos que ha pasado por las filas de Mayhem. El percance legal más reciente y resonado del vocalista fue en el festival Hellfest de 2011, donde se presentó con una calavera humana real entre toda la parafernalia escénica y atrezzo habitual del grupo. El propio Attila confirmó sin tapujos poco después que, efectivamente, la calavera era real y que la había conseguido de contrabando.
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