Riffs que cambiaron el Metal (III)
Continuamos nuestra travesía para hacer una selección de los riffs de guitarra más emblemáticos, los que han cambiado la historia del Metal, los que han sido padres de toda una generación. Aquí tenéis la tercera entrega.
Mastodon – Blood and Thunder (2004)
Mediados de la primera década del siglo XXI. Parece que todo está inventado en materia de riffs, pero llegan unos señores barbudos, procedentes de Atlanta, que están dispuestos a darte una lección. No sólo son una de las bandas que han seguido una de las evoluciones estilísticas más interesantes de este nuevo siglo, sino que además, con «Leviathan» consiguieron hacer una nueva Biblia del Riff. Alguien dijo que «todos los riffs son variaciones de Black Sabbath». Y aunque sea una hipérbole, no anda lejos. Pero sin lugar a dudas, Mastodon han conseguido crear escuela.
Emperor – I am the Black Wizards (1994)
Hay mucha discusión acerca de quiénes fueron los verdaderos padres del black metal. Y realmente, como en todos los estilos, no hay un sólo progenitor, sino una cadena formada por varios artistas de distintos niveles de importancia. Aunque personalmente considere que la figura prima en esta eclosión fueron Darkthrone, Emperor tienen el trono reservado por coger las bases de ese estilo neonato y elevarlas hacia un terreno con teclados, más melódico y con unas construcciones que muchos consideramos más interesantes. El principio de este tema es inconfundible.
Led Zeppelin – Whole Lotta Love (1969)
De acuerdo, no son propiamente Heavy Metal, pero sin ellos nada de esto habría existido. Han sido acusados de «plagio» innumerables ocasiones, pero en una época en la que era tan habitual que todo el mundo tocase canciones «populares» de dudoso compositor… ¿Qué importancia tiene? Lo verdaderamente relevante es el hecho de que ellos estuvieran ahí para aglutinar el blues con sonidos más duros, y conformasen una de las indudables figuras paternales para el Heavy Metal. Riffs como este son, simplemente, esenciales.
Sleep – Jerusalem (1999)
Para ser justos, esta lista debería incluir también a Kyuss, uno de los padres por excelencia del stoner, que revolucionaron el mundo del metal allá por los principios de los noventa con discos que se han convertido en auténticas piedras angulares, como «Blues for the Red Sun» (1992). Menos conocidos, pero no por ello menos importantes, son la banda de Matt Pike y Al Cisneros. Con unos primeros trabajos contemporáneos a los anteriormente mencionados, y publicando obras de inmensa calidad como «Holy Mountain», no fue hasta 1999, cuando lanzaron el que para muchos es su trabajo cumbre, que llegarían al extremo que los divinizaría. «Jerusalem» (o como se tituló unos años después al ser regrabado, «Dopesmoker»), es una colosal canción de más de 50 minutos que nos lleva en una sofocante travesía por el desierto: las bases del stoner/doom fueron llevadas a un nuevo nivel y supusieron el monumento que imitar para innumerables agrupaciones posteriores, acólitos de la cannábica psicodelia que aquí escuchamos.
https://www.youtube.com/watch?v=BbxxTbuolms
Ozzy Osbourne – Crazy Train (1980)
Ozzy siempre ha tenido muy buena mano para trabajar con guitarristas. Después del increíble estallido de Black Sabbath y la correspondiente deificación de Tony Iommi, fue a dar con otro de los inconfundibles iconos de la guitarra del siglo XX. De los dedos de Randy Rhoads salieron canciones tan míticas como «Suicide Solution», «I Don’t Know» o «Mr. Crowley»… y evidentemente, «Crazy Train». Probablemente una de las canciones de metal más conocidas de todos los tiempos, y en gran parte gracias a ese divino riff inicial. Descanse en paz.
https://www.youtube.com/watch?v=ZcoweoZ6jpM
At the Gates – Slaughter of the Soul (1995)
En anteriores ediciones hablábamos de In Flames, pero es verdaderemente imposible hablar sobre la escena de Gotheborg sin nombrar a At the Gates. Para muchos de sus fans más acérrimos, sus obras más destacables serán discos anteriores, pero lo cierto es que si un álbum creó una senda que seguir para muchísimas bandas jóvenes, ese fue «Slaughter of the Soul». En esta fenomenal obra del ecuador de los 90 encontramos la mayoría de elementos que más tarde se convertirían en el abecedario de estilos como el deathcore. Y además tiene ese «go!» al principio. No me diréis que no es de los mejores riffs que hayáis oído nunca.
Death – Zombie Ritual (1987)
De una de las bandas fundamentales en el death metal melódico, a uno de los pilares del death metal propiamente dicho. Aproximadamente a partir de la segunda mitad de la década de los 80, el thrash metal deja de ser lo suficiente extremo para muchos. Se empieza a jugar con formas mucho más agresivas, voces más oscuras… Obituary, Morbid Angel, Possessed y demás comienzan a desmarcarse por un camino propio, del que es imposible no destacar la figura de alguien como Chuck Schuldiner. Así sonaba el tema más emblemático del primer álbum de Death.
Queen – Stone Cold Crazy (1974)
Probablemente no sea la típica canción icónica de Queen, pero desde luego es una de las que hicieron historia por un simple motivo: sus rápidos riffs de guitarra fueron precursores del thrash metal años antes de su eclosión en los 80. Evidentemente no fueron una única referencia, puesto que la influencia del punk fue muchísimo más importante, pero no deja de ser curioso ver cómo encontramos detalles así en uno de los primeros temas de una banda que se haría conocida por otro tipo de canciones más tarde.
Gorguts – Obscura (1998)
Última banda de death metal que mencionamos en esta lista, pero importantísima por su papel en la derivación del género hacia derroteros más técnicos y vanguardistas. En el 98 los canadienses Gorguts, que años antes ya habían publicado discos de un death más estándar, sorprenden a todo el panorama metálico con un álbum exageradamente enrevesado, oscuro y caótico. El extremo llevado al extremo. El tema título contiene uno de los riffs más desmembrantes que podáis escuchar nunca, porque simplemente te vuela la tapa de los sesos cada vez que lo oyes. Pura genialidad. Años más tarde se volverían a superar con una obra maestra como es «Colored Sands», pero eso ya es otra historia…
Meshuggah – Future Breed Machine (1995)
A menudo es cuestionada la existencia del «djent» como un género propiamente, algo más que lógico puesto que ese nombre alude a un sonido y no a un estilo. Sea como sea, cuando alguien suelta ese palabro, todos sabemos a qué se está refiriendo. Y todos sabemos también, que los precursores de la mayoría de recursos utilizados por esas bandas no tenían ni idea de la bola de nieve que iban a causar. Los suecos Meshuggah publicaron en el 95 «Destroy, Erase, Improve», un álbum que transformaba el thrash técnico que mostraban en su primer trabajo, en algo totalmente rompedor e innovador. Sin duda alguna, son una de las bandas que más han hecho por la renovación del metal en los últimos 25 años, y este riff fue, en gran medida, el causante de todo.
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