Sin brazo y a lo loco: la sorprendente historia del éxito masivo de Def Leppard
Una nochevieja de 1984 estuvo a punto de llevarse por delante el sueño de Rick Allen de Def Leppard. Pero perder un brazo no le frenó y siguió adelante con aún más determinación.
Def Leppard nacieron en Sheffield, Inglaterra, alrededor de 1977, en medio de todo el caos y la bilis del punk de la época. Como respuesta al movimiento, el Reino Unido dio lugar a su propia ola de grupos de heavy metal, la conocida New Wave of British Heavy Metal, una corriente musical que paradójicamente influída por la inmediatez del punk puso el cerrojazo a la tumba de dicho genero.
Grandes bandas abrazaron la NWOBHM, como Iron Maiden, Saxon, Venom, Diamond Head, Urchin, Praying Mantin, Demon, Samson, Tank, Girlschool o Raven. Pero ninguna representó tan bien el orgullo nacional del género como Def Leppard , un grupo de adolescentes compuesto por el bajista Rick Savage, el baterista Tony Kenning y el guitarrista Pete Willis. Estos ficharon al vocalista Joe Elliot después de conocerle en un autobús (como siempre pasa en las grandes bandas, benditos autobuses) y posteriormente, ya en 1978, al bueno de Steve Clark como segundo guitarrista.
Con un EP homónimo en marcha, Tony Kenning abandonó inesperadamente la banda y fue sustituido en las sesiones por Frank Noon, antes de que la banda decidiera fichar al por entonces quinceañero Rick Allen, el auténtico bebé de la banda en aquel entonces.
No tardarían en despertar el interés del sello Phonogram, que ofreció un contrato que daría pie a un gran disco como “On Through the Night”, editado en 1980 ante gran aclamación en Estados Unidos, a donde fueron de gira con Pat Travers y AC/DC entre otros. Fue allí donde capturaron la atención del productor Robert John “Mutt” Lange, que había trabajado con estos últimos en discos como “Highway to Hell” y “Back in Black”. Se ocupó de producir el segundo trabajo de la banda, titulado “High N’Dry”. A partir de ahí, la carrera de la banda comenzó a dispararse, echando a Willis y fichando a Phil Collen como guitarrista para la grabación del definitivo “Pyromania” de 1983. Y luego todo se tiñó de negro.
Un dramático accidente
Tras una espectacular gira y un éxito sin precedentes propulsado por canciones ya legendarias como “Photograph” o “Rock of Ages”, la banda se decidió a preparar su siguiente disco, “Hysteria”. Pero en la noche de fin de año de 1984, mientras conducía su Corvette, Allen se encontró con un Alfa Romeo que le adelantó y que luego no le dejaba pasar.
En su obcecación por adelantar al conductor, Allen no vio una rotonda y perdió el control de su coche, que voló por encima de un muro y terminó en un descampado cercano, boca abajo. El horrible golpe seccionó el brazo izquierdo de Allen al estar mal atado el cinturón de seguridad. Su novia de entonces, quedó bien asegurada por su cinturón y resultó ilesa. Allen fue llevado al hospital y los doctores intentaron recuperar su brazo, pero una infección les obligó a descartar la idea durante los días que Allen pasó inconsciente tras el percance.
“Estuve inconsciente durante unas dos semanas después del accidente» declaraba Allen a Sergi Ramos en 2011. «Cuando volví a la realidad, me di cuenta de que tenía una pieza de espuma, una especie de cojín, al pie de mi camilla de hospital. En aquel momento, mi brazo derecho estaba muy mal y estaba pegado a mi cuerpo para que se mantuviera inmovilizado. No podía empujarme a mi mismo hacia arriba en la camilla para sentarme, así que me pusieron ese cojín de espuma en la camilla para que pudiera empujarme yo solo hacia arriba e incorporarme en una postura más cómoda».
«Cuando me quise dar cuenta, estaba dando golpes con mis pies en ese cojín de espuma y con ellos me di cuenta de que podía tocar un montón de ritmos básicos con los pies. Mi amigo, que resultaba ser ingeniero electrónico, me vio tocando con los pies y me dijo ‘creo que podría desarrollar algo que te ayudaría a tocar, unos pedales especiales’. Y le dije ‘genial, hazlo’. Se fue, comenzó a trabajar en esos pedales y luego le dije a mi hermano que se trajera mi equipo de sonido a la habitación de hospital. Allí, comencé a escuchar toda la música que solía disfrutar cuando estaba creciendo. Rápidamente me di cuenta de que podía tocar la mayoría de ritmos básicos usando mi pie izquierdo y derecho”.
Impertérrito, Allen volvió a Holanda con Def Leppard tres semanas y media después, con un brazo menos pero con la determinación de seguir siendo el baterista de la banda.
Con el lema “querer es poder” en mente, Allen divisó un sistema mediante el cual tocaba con su pie izquierdo –a menudo poco usado en los bateristas de rock- las cosas que antes tocaba con su mano izquierda. Con la ayuda de la compañía Simmons, construyó un kit a medida que le ofrecía los sonidos y facilidades necesarias.
Del hospital al estudio de grabación
Ni corto ni perezoso, Allen grabó “Hysteria”, el siguiente disco de la banda. Subió con ellos como baterista en el concierto del festival de Donington de 1986. Y no ha parado desde entonces.
“Fue interesante, porque Def Leppard me dejaron a mí esa decisión de si quería seguir tocando en la banda» recuerda.
«Nadie lo dijo abiertamente, pero se que si no hubiera podido hacerlo, tendrían que haber encontrado a alguien nuevo. Durante un breve lapso de tiempo de tiempo trabajaron con otro baterista, un tipo llamado Jeff Rich, que había trabajado con Status Quo. El y yo tocamos juntos, practicando, porque el concepto de tocar baterías electrónicas era algo muy novedoso y siempre hacia falta un apoyo adicional» recuerda Allen.
«Justo antes de hacer el show de Donington en 1986 hicimos unos shows de calentamiento en Irlanda. El primer show fue bien, los dos tocamos juntos sobre el escenario. Luego tuvimos un día de descanso y el tuvo que volver a Inglaterra. Para el segundo show, el avión que Jeff debía coger resultó cancelado. Tuvimos que montar ambos kits sobre el escenario, pero no fue hasta la mitad del show que Jeff pudo llegar y subirse al escenario».
«Los otros miembros de la banda me dijeron, al acabar el concierto, que apenas habían notado cuando había vuelto Jeff y se había puesto a tocar. La siguiente noche tocamos en un lugar tan pequeño que no cabían los dos kits de batería así que me preguntaron si quería intentar tocar yo solo. Dije que me encantaría. Lo hice y tras el show, Jeff vino y me dijo ‘imagino que me he quedado sin trabajo, no?” (risas). Me dijo ‘puedes hacer esto solo, yo puedo volver a casa, me ha encantado compartir esto contigo y te deseo toda la suerte del mundo’. El tío más elegante que he conocido.”
La historia de Def Leppard ha sido la de una banda a la cual el éxito le ha sonreído especialmente. “Hysteria” llegaría a vender más de diez millones de copias en Estados Unidos y aun hoy sigue siendo el disco más querido de la historia de la banda. Otros como “Adrenalize” generaron enormes éxitos como “Let’s Get Rocked” o “Make Love Like a Man”, mientras que otros como “Slang” o “Euphoria” llevaron a la banda por derroteros más experimentales.
Hoy en día Leppard siguen adelante con Rick Allen como baterista, girando por todo el mundo y grabando discos. Toda una demostración de que, en una ocasión, las bandas de rock estaban compuestas por amigos leales y no simples hombres de negocios o músicos intercambiables entre sí.
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