Deja de quejarte del precio de los festivales

Los festivales son el tema de conversación aproximadamente desde octubre -cuando comienzan a confirmarse bandas- hasta el mes de Julio. Sí, en efecto, en 2019 los festivales monopolizan casi totalmente la conversación musical. Si hubiese un Twitter exclusivamente del mundo metalero, el trending topic perpetuo sería siempre #festivales o, en su defecto #confirmacionesfestivales.

No cabe duda de que este modelo acumulativo de disfrutar de la música en directo ha venido para quedarse. También parece que vino para quedarse el tren de vapor, pero no se nos ocurre otra manera de que disfrutemos de la música en el futuro más conveniente -y a veces incómoda- que los festivales. Son la ensalada de la música en directo. El poke bowl de los conciertos. El sandwich club del entretenimiento.

No cabe duda de que el factor más decisivo para acudir a un festival es, junto con el cartel, el precio. Un festival de bandas medianeras a un precio asequible puede ser una gran opción. Un festival con bandas mastodónticas a un precio desorbitado y a mil kilómetros de tu ciudad puede ser una idea penosa para tu economía.

En cualquier caso, vaya por delante, el precio de las entradas de los festivales paga la producción y contratación del mismo, pero no es la principal fuente de beneficios -como en los cines, que viven de las coca colas y palomitas a nueve euros. Así que, cuando os clavan 10€ por un litro de birra, que sepáis que ese es el coste real del festival. Los 120 o 130 euros de abono simplemente sirven para pagar todo lo que veis (escenarios, grupos, vallas, seguridad, sonido, luces, etc.) y lo que no veis (seguros, alquiler del recinto, vuelos, hoteles, personal, seguridad social, etc).

Si alguien esperaba que ver a 50 o 100 bandas en un mismo recinto a lo largo de tres o cuatro días iba a ser barato, bueno, lo es. Especialmente si uno piensa en el precio de cada entrada de cada banda por separado. Todo depende de la cantidad de bandas que te interesen de un determinado cartel: si solo te importa el cabeza de cartel, quizá pagar 150€ no te sale a cuenta. Si te interesa la experiencia, el global, sale muy a cuenta. Aunque la cerveza valga nueve o diez euros por litro.

¿Cuanto valen los festivales?

La diversidad de precios de los festivales en toda Europa responde a cuestiones tales como el poder adquisitivo y renta per cápita de los países que los albergan, algo que incide especialmente en citas escandinavas o alemanas. En las del sur de Europa o en España los precios son más comedidos -las economías italianas o españolas son sensiblemente diferentes. Para un sueco, venir a España a un festival es una ganga. Para un español, irse a Suecia a un festival -salvo que trafique o tenga abundantes tierras- es un suicidio económico.

Los festivales españoles tienen un condicionante añadido respecto a otras citas europeas. La competencia entre citas y promotores en España es encarnizada. Donde en Bélgica tienes Graspop, en Suecia tienes el Sweden Rock, en Alemania tienes el Wacken, en Francia tienes el Hellfest (después de que Download haya pasado a mejor vida), Italia tiene el Firenze Rocks, el Reino Unido tiene el Download UK…y España tiene el Download, el Resurrection, el Rock Fest Barcelona, el Leyendas del Rock y el Rock the Coast. Cinco festivales compitiendo, generalmente, por los mismos grupos y cabezas de cartel: una situación a la que el mercado reacciona subiendo precios. Los artistas y sus agentes piden en España, a menudo, el doble o el triple de lo que piden en otros países. Saben que alguien lo pagará con tal de poder completar su cartel.

Festivales en España

En España las citas son variadas y van desde el heavy-rock más clásico al metal vanguardista y moderno. Desde Rock Fest Barcelona a Resurrection Fest, que se celebran el mismo fin de semana este año, va un abismo. De Def Leppard a Slipknot hay muchos tonos y variedades. Así mismo, en 2019 la contratación ha estado especialmente enrarecida debido a la falta de grandes cabezas de cartel, lo que ha disparado el caché de bandas como Tool, Slipknot, Slayer y muchos otros. Los grandes que giran este verano (Metallica, Bon Jovi, Rammstein, entre otros) hacen sus propios shows de estadios y pasan de festivales, obligando a buscar otras opciones a sus programadores.

Rock Fest Barcelona

Rock Fest Barcelona ha sido el más polémico de todos los festivales, pero la situación ha sido muy diferente a Download u otros. Cabezas de cartel que en otros lugares serían segunda línea y el eco de una edición 2018 que juntó sobre un escenario a Ozzy, Judas, Kiss, Scorpions, Megadeth y Helloween se han confabulado para ponerle las cosas difíciles al festival de Can Zam. Con una entrada más barata que en la anterior edición -algo que es de recibo- por 160€ + gastos de distribución se puede comprar un abono de cuatro días que da acceso a ver a WASP, King Diamond, Michael Schenker Fest, Def Leppard, ZZ Top, Arch Enemy, Dream Theater, Europe, Saxon y muchos otros.

No, claro que no es el cartel del año pasado, pero Rock Fest tiene a su favor estar situado junto a la ciudad de Barcelona, en Santa Coloma de Gramenet, y tener metro en la puerta. Sigue siendo una opción más atractiva que ir a lugares más retirados o peor comunicados. Además, solo con el público local que disfruta de tener un festival de este tipo a tiro de su casa, Rock Fest ya tiene mucho ganado. Vendrán años más espectaculares en la contratación pero, por 160€ + gastos, es una opción bien comunicada y situada.

Resurrection Fest

Resurrection Fest es un festival más orientado a la chavalada, pero ya desde hace años está programando a bandas clásicas para conseguir aunar dos públicos que aparentemente son los mismos fans del metal pero que parecen irreconciliables a veces: dile a un fan de Scorpions que escuche a Parkway Drive y te dirá “¿Parkway qué?”. Si un festival en España intenta aunar la vieja y la nueva guardia, ese es el Resu. Este año tienen un cartel con multitud de bandas que son totalmente a medida de su público: Slipknot es LA banda del Resu por mayoría absoluta. Parkway Drive, a día de hoy, son la otra gran banda.

Slayer en plena gira de despedida y su caña burra no van a disgustar precisamente a los que quieren hacer circle pits hasta para desayunar. Within Temptation es ‘el grupo mainstream’ que nivela las energías y King Diamond es un vacile que se han querido pegar para los más clásicos del lugar. Pese a haber agotado abonos, el Resurrection tiene aún algunos tickets de tres días a la venta al precio de 145€ + gastos, y otros de cuatro días al precio de 157€ + gastos. Otras opciones más elaboradas como el acceso a la zona VIP Pandemonium rondan los 215€ + gastos (3 días) o 227€ + gastos (4 días).

Rock The Coast

Rock The Coast es el chico nuevo en la oficina de este año. El festival de Fuengirola presenta un cartel con Scorpions y el retorno de Rainbow junto a grandes figuras medianas como Europe, Opeth, The Darkness, la despedida de UFO, Michael Monroe, Conception, Tarja y muchos más. En un enclave privilegiado frente al mar y con el castillo de Sohail como acompañante.

El MareNostrum Castle Park es un lugar a medida para vivir los conciertos con comodidad y en un entorno envidiable, algo de especial valor teniendo en cuenta que el sector de edad al que va orientado el cartel es variado pero con más incidencia en los fans del classic rock y el hard rock. El abono del festival está a un precio de 130€ + gastos, mientras que las entradas de día se venden al precio de 80€ + gastos. Las ofertas para los más madrugadores (de 80 y 100€ respectivamente) volaron hace muchos meses.

Leyendas del Rock

Cuando comenzó la contratación de artistas para 2019 parecía que el Leyendas del Rock iba al ralentí, pero finalmente ha conseguido cerrar un cartel muy atractivo a falta del anuncio de un cabeza de cartel que llegará en los próximos días. Con la gira aniversario de Thin Lizzy y el show exclusivo de Airbourne están apuntando directamente al público más hardrockero. Sin embargo, el resto del cartel va desde el metal extremo de Cradle of Filth, Pestilence, Decapitated o Deicide, al rock australiano de Rose Tattoo, el metal gótico de Lacuna Coil, los himnos de Dee Snider y Rata Blanca o la caña actual de Avatar – sin olvidar una nutrida selección nacional con Warcry, Avalanch, Saratoga, Tierra Santa Koma, Obus, Lujuria, Medina Azahara y muchos más.

En un recinto ya conocido como el Polideportivo Municipal de Villena y con servicios como acampada y piscina y a medio camino de Valencia, Murcia y Madrid, el Leyendas es un festival asequible y con un cartel muy bueno al precio de 100€ + gastos a día de hoy. No hay disponibles entradas de día actualmente.

Download Festival Madrid

El otro gran macrofestival español de metal, el Download Festival Madrid, tiene un cartel ecléctico, donde los cabezas van de Scorpions a Tool, pasando por Slipknot. Pero la cosa no queda ahí: la parte media va desde Amon Amarth a Sabaton pasando por Me First And The Gimme Gimmes. Y ya si eso hablando también de SUM 41, Architects, Children of Bodom, Papa Roach, Rival Sons, Stone Temple Pilots, Red Fang, The Wizards, Leprous, Watain y un buen montón más de grupos.

Pese a haber tenido dos primeros años imbatibles a nivel de cabezas de cartel, este año han sufrido el mismo mal que el resto de citas, al estar muchas de las grandes bandas de descanso o haciendo sus propias giras, aunque finalmente ha quedado un cartel muy bueno a medida de todos los gustos -desde el metal más clásico al más vanguardista. Los abonos para el Download se venden al precio de 145€ + gastos, mientras que la opción VIP tiene un coste de 400€+gastos. Las entradas de día cuestan 75€ + gastos en el caso de las normales y 165€ + gastos en el caso de las VIP.

Azkena Rock Festival

Después de alejarse unos años del heavy metal, el Azkena Rock Festival vuelve este año a intimar con el género tirando de artistas de hard rock clásico como Tesla, stoners como Corrosion of Conformity, leyendas como Phil Anselmo de Pantera, los Melvins y pequeños regalos como The Cult, Blackberry Smoke y los enormes Inglorious. Los cabezas no son hipermetaleros (Stray Cats, B-52’s, Wilco) pero son leyendas por derecho propio en el mundo del rock que hay que ver, como Joan Jett el año pasado.

Con una estructura de precios simple y llana, el Azkena Rock tiene un bono de dos días que cuesta 120€ y entradas de día que cuestan 65€. Asequible, situado en un entorno tremendo como es Vitoria y el parque de Mendizabala y con un ambiente rockero como tienen pocos festivales. Cuidado al detalle, mimado en la restauración y bien dimensionado, el Azkena es una cita nuevamente ineludible.

Doctor Music Festival

Doctor Music Festival se debatía entre la vida y la muerte hace unos días con el rumoreado cambio de emplazamiento del Pallars Sobirá al Circuit de Montmeló. Ahora, confirmado el cambio, las cosas tan solo pueden ir a mejor para la cita nostálgica por excelencia del año.

El cartel es un max-mix de estilos que intenta replicar el Doctor Music Festival original y aunque en el metal no gozan de las grandes figuras de antaño (Alice Cooper, Megadeth, Sepultura, Gary Moore…) han conseguido cerrar unos cuantos nombres de altura en términos actuales. Ahí están Anathema, Behemoth, Berri Txarrak, Greta Van Fleet, Hawkwind, Frank Zappa (ok, no es metal, pero su actitud era más metal que la de, no sé, Alcest), King Crimson, Opeth, Sabaton, Sober, Sisters of Mercy, The Smashing Pumpkins y the Strokes. Las entradas rondan los 170€ por tres días, 120€ por dos días y 62€ por días sueltos.

Festivales en Europa

Mucho se habla del precio de los festivales en España y mucho nos parece que los festivales en Europa son la panacea. Pero hay que tener en cuenta múltiples factores que van más allá del precio de entradas o abonos. Los desplazamientos, beber y comer en países de alto poder adquisitivo como Francia, Alemania o Suecia, los hoteles, trenes y transportes varios. Es evidente que no supone el mismo gasto ir a un festival si eres de Barcelona, Madrid o Galicia, por poner ejemplos. Pero si eres de Valladolid, Sevilla o Cáceres tanto te da irte a Clisson, a Wacken o a Viveiro. En cualquier caso, os ponemos un ejemplo de los precios de los principales festivales de metal europeos.

• El Sweden Rock Festival tiene un cartel que es de auténtico ensueño -como siempre-. Kiss, Rainbow, Def Leppard, ZZ Top, Slayer, Disturbed, Dream Theater, Styx (Styx!!!!!), Arch Enemy, Amon Amarth, Demons & Wizards, Behemoth… Todo lo que en España está repartido en múltiples citas, allí se da cita en un único festival. Los tickets de cuatro días cuestan 2698 coronas suecas ( 257€) y los de tres días, 1998 (191€). En el caso de los tickets de día, se pueden encontrar por 1398 coronas suecas (133,50€).
• Hellfest (que este año suma fuerzas con el Knotfest de Slipknot) tiene un cartel repleto de pesos pesados como Manowar, Kiss, Def Leppard, Slayer, Lynyrd Skynyrd, Slash, Whitesnake y más de cien grupos en total. El precio de la entrada ronda los 209€ para los 3 días. El día de Knotfest (con Amon Amarth, Rob Zombie, Sabaton, PApa Roach y otros) tiene un precio aislado de 66,60€.
• Wacken celebra su 30 aniversario en 2019 y tiene un cartel con nombres de la talla de Sabaton, Powerwolf, Parkway Drive, Airbourne, Opeth, Queensrÿche, Krokus, Within Temptation, Slayer, Prophets of Rage, Anthrax y muchos más. Con 75.000 abonos vendidos desde hace meses no es que tengáis muchas opciones para ir, pero de manera orientativa, los tickets costaban en su momento 220€.
• El Graspop tiene también a lo mejor de cada casa: Slipknot, Kiss, UFO, Hammerfall, Disturbed, Slayer, Halestorm, Phil Anselmo, Sabaton, Testament, Slayer, King Diamond, Carcass y muchos más. Los tickets están al precio de 210€ por tres días, mientras que el precio por un solo día es de 99€.
• El Download del Reino Unido tiene un precio por ticket general de 220 libras + gastos, incluyendo camping. El cartel incluye, como en muchas otras citas europeas, a Def Leppard, Slipknot, Tool y Smashing Pumpkins, además de Slayer, Skindred, Enter Shikari, Rob Zombie, Eagles of Death Metal, Lamb of God, Tribium, Whitesnake, Slash y decenas más. Es el festival con mejores actividad extra-musicales, que van desde fitness, a yoga pasando por combates vikingos. Para ir una vez en la vida.

¿Son caros los festivales españoles?

Depende de como se mire. Lo que es caro es poder ver a todas las bandas que, en otros países, tocan en una sola cita porque solo hay un gran festival del estilo. Si aquí queremos ver a Def Leppard, Thin Lizzy, Rainbow, Slipknot, Tool y Parkway Drive, tenemos que ir a seis festivales distintos, lo cual puede costar alrededor de 800€ en abonos a día de hoy, sin contar los gastos de desplazamiento de ir a todas las citas.

Las bandas son conscientes de que un país con un atractivo turístico como España tiene muchas más citas festivaleras que los grises y lluviosos territorios norteños que albergan algunos de los principales festivales del género. Es por ello que, conscientes de la curiosa dinámica de mercado que se da aquí, multiplican sus precios exponencialmente porque saben que alguien se lo pagará. Aún así, los precios de los tickets se contienen por debajo de la media europea y en ningún caso han roto aún el límite psicológico de los 200€.

Público del Resurrection Fest (Foto: Oficial)

Si sumamos la gente que acude a todos los festivales españoles del género, podríamos entender que de haber una sola cita, grande, con un cartel inclusivo a todos los géneros y bien comunicada, podría superar los 80.000 asistentes por día, cuando hoy en día no hay ningún festival que pase de los 25.000 o 30.000 asistentes por día en el mejor de los casos. Un festival único con el triple de asistencia tendría mucho más margen negociador con los grandes agentes que la atomización actual, donde sucede justo lo contrario: mandan los agentes que son sabedores de que seis promotores distintos tienen seis eventos cuyo cartel llenar de grandes nombres.

La culpa echádsela al sol y el buen clima. Y a la avaricia interminable de agentes y managers. Los que organizan festivales no son hermanitas de la caridad, pero se encuentran en una posición difícil, con eventos de alto riesgo y difícil rentabilización que dependen en muchos casos de ayudas, subvenciones, marcas comerciales y otras entradas de dinero que ayuden a contener el presupuesto. La próxima vez que digáis “que guay, voy en manga corta en marzo” pensad que lo acabaréis pagando en junio y julio.