El 14 de octubre de 1983 fallecía en accidente de tráfico Jesús de la Rosa, líder y fundador de Triana. Hoy es el aniversario de la partida de un artista sin límites, pionero del grupo que fusionó el rock y el flamenco que acercó por primera vez dos mundos entre sí como nadie lo hizo antes.

Hubo una vez una banda que mezcló las letras más trascendentales ahondando en la poesía, que mezclando el flamenco y el rock, consiguieron alcanzar una presencia y un sentido como pocas veces volvería a lograrse. Triana surgiría como pieza angular en Sevilla de un movimiento aún por descubrir,  como primera pieza espléndida, en 1975 surgió `El Patio´, que pese a tener una  promoción prácticamente nula, tuvo una gran repercusión entre la juventud  más artística e inquieta de la época, alcanzando los mayores emolumentos a que pudiera aspirarse dentro del panorama musical en este país.

Abre la puerta

Si bien la música de Triana atravesó fronteras y fusionó el flamenco, con el rock  psicodélico y progresivo, comparados en algunos casos con Pink Floyd o King Crimson entre otros, su repercusión internacional hubiera sido absolutamente otra, de haber nacido en la Inglaterra o Estados Unidos de los años ’70.  Pero fueron sus raíces, y su particularidad única con el flamenco andaluz lo que les hizo irrepetibles. La identidad de su valor íntegro, claves en un momento  crítico en la historia moderna de España y la exaltación poética de la libertad.

Llegó el día

Triana acababan de dar un concierto en San Sebastián, y su cantante Jesús de la Rosa quién acababa de ser padre, viajó junto con Javier Osma, de San Sebastián dirección a Madrid para conocer a su recién nacida hija, cuando su Citröen BX  colisionó con una furgoneta, a la altura de la localidad burgalesa de Villariezo.  Jesús de la Rosa pese a haber sufrido heridas graves (al impactar en su cuerpo los teclados que llevaba en el vehículo), consiguió entrar por su propio pie al hospital,  pero los médicos no consiguieron salvarle la vida tras ser intervenido en la UVI.

Jesús de la Rosa murió a las 4 de la mañana del 14 de octubre de 1983.  Nunca llegó a conocer a su hija Ximena de la Rosa, quién se mudó a Buenos Aires  junto a su madre y viuda, tras la muerte del artista. Con su muerte y la desaparición de Triana, la música española no sólo perdió a un artista idiosincrásico, sino que ve cerrarse uno de los mejores testimonios musicales que ha dejado este país. Una pérdida irreparable para la música, pues excede su obra  de cualquier calificativo o encuadramiento. Jesús de la Rosa tuvo que subir hasta el cielo para ver,  y bajar hasta el infierno para comprender.

Adney Sid