Publicado en marzo de 1979, el segundo trabajo de Motörhead fue la presentación ante un público más masivo. Uno de esos discos que forma parte de los pilares del rock y el heavy metal y con el que Lemmy comenzó a forjar su leyenda.

En 1978, Bronze Records se atrevió a fichar a Motörhead, permitiéndoles grabar un single en los Wessex Studios londinenses, que contenía “Louie Louie” de Richard Berry y “Tear Ya Down”. Su buen funcionamiento y las apariciones en BBC Television y Top of the Pops, hizo que Bronze Records se animaran con su segundo trabajo. A principios de 1979 Lemmy Kilmister, Eddie Clark y Phil Taylor apuntalaban su nueva obra.

El álbum arranca con uno de sus temas bandera: “Overkill”. Supuso además su primer sencillo dos semanas antes del lanzamiento. Un tema rápido que te captura desde inicio y pone de manifiesto la influencia punk de la época que acompañaría a los británicos durante toda su carrera. Phil Taylor reivindica su apodo “Pilthy Animal” gracias a interpretaciones como esta. Continuarían esgrimiendo calidad por doquier en otro clásico indiscutible “Stay Clean” con el triplete ofreciendo nuevamente su mejor versión.

Con aires tabernarios “(I Won’t ) Pay Your Price”, exigen su sitio en un corte más lineal donde Eddie Clarke deslumbra con solvencia. Fruto de una ocurrencia de Lemmy surge la prescindible “I’ll Be Your Sister” solo relevante a nivel de curiosidad letrística y que se concatena con la difusa “Capricorn” que nos recuerda  tiempos pretéritos de Lemmy. Una dupla que reduce la intensidad antes de acometer la elegante “No Class” cuyo riff bluesy te obliga a ponerte de pie de inmediato. Rezuma descaradamente su esencia más clásica. Recuperando la tónica punk  y con los platillos retumbando la mollera, forjan un formidable corte donde consiguen consolidar una línea de bajo que raya la perfección y acapara la atención de otro tipo de audiencia.

Cambio brusco de estilo para recuperar aquel “Tear Ya Down” que destaca por enrevesadas guitarras y un Lemmy  soberbio marcando el guión con distinción. Se detiene el álbum para que con lentitud inicie su travesía, una taciturna “Metropolis” donde las melodías, los cambios de ritmo y sus solos descollan con engreimiento suficiente para erigirse como autentico clásico. En cotas más densas, culminan su obra con un bajo acompasado por la batería que retumba constantemente y sólo se ven aligerados por la voz de Lemmy  y la guitarra de Eddie Clarke que sirve de refresco y contrapeso.

‘Overkill’ supuso un gran éxito comercial, totalmente inesperado y alcanzando el puesto 24 en el Reino Unido. Es uno de sus álbumes más vendidos y contiene el que es junto a ‘Ace Of Spades’ su single más relevante, aparte de un buen número de favoritas dentro de su catálogo.

Txema Garay