Esporádicamente, llegan noticias sobre System Of A Down. Indicios de una posible reunión, la hipotética creación de nuevo material, atisbos de una posible gira, etc. Como migajas de pan, los fans siguen estas pistas y las consumen con avidez. Pese a ello, tristemente ya no quedan muchas esperanzas de ver la banda en activo y, lo más importante, sin ciertas actitudes que no revelen el cansancio mutuo que se profesan sus integrantes. Pero mirando la parte positiva, siempre quedarán las canciones que marcaron su carrera y dejaron un bonito y variado legado musical. He aquí una selección de ellas.

Tras alguna que otra reunión puntual se pudo ver a la banda girando por el mundo, con unos directos sonoramente impecables, pero con una escenificación que nada tenían que ver con los SOAD de antaño. Otros métodos de seguir la pista a sus integrantes fue convencernos de que sus trabajos en solitario calmarían nuestras ansias de nuevo material. Mientras Serj Tankian tomaba las riendas de su proyecto en solitario, Daron Malakian, John Dolmayan y, más tarde, Shavo Odadjian lanzaban el bombazo que es Scars On Broadway.

System Of A Down

Sin embargo, seguía sin ser System Of A Down, a pesar de tener ambos proyectos la misma combinación entre lo cultural, propiamente armenio, el componente de denuncia social y un carisma único. Hay quien piensa que, a veces, es mejor que lo bueno se acabe antes de que termine por corromperse. No hace falta siquiera mencionar algunos de tantos ejemplos de bandas cuya música ha quedado cuanto menos marchita tras los años, peleas y demás.

Lo cierto es que Tankian y compañía sí regalaron nuevos cortes como “Protect The Land” o “Genocidal Humanoidz”, pero no sería justo considerarlos como temas que contengan el alma de System Of A Down, puesto que las circunstancias de su creación fueron inusuales. La verdad es que siempre nos quedará esa espinita clavada al pensar qué podrían habernos regalado si no hubiera ninguna ruptura de por medio. La siguiente selección se basa, salvo por una excepción, en la santísima trinidad de la discografía de los armenios. Coronada con ‘Toxicity’, su repertorio por excelencia se encuentra entre ‘Mezmerize’ y su álbum debut, ‘System Of A Down’.

“Sugar”  (‘System Of A Down’, 1998)

Caótica, estrepitosa, esperpéntica. System Of A Down inició su carrera con temas de esta índole. A cada cual más extravagante, estas fueron las canciones que por su rareza captaron la atención de un público que terminaba de desintoxicarse del grunge a las puertas del cambio de milenio. Con esta canción, remarcaban que lo que contaba para ellos no era una imagen bonita. Más bien al contrario. El primer contacto con la banda, y más específicamente con los temas de ‘System Of A Down’, suele ser como ver según qué tipo de desastre: no quieres mirar, pero no puedes apartar la vista.

“War?” (‘System Of A Down’, 1998)

Clásico entre clásicos para los que siguen la trayectoria de la formación desde sus inicios y para aquellos que no son grandes amantes de la influencia nu metal que System Of A Down fue introduciendo en algunas de sus canciones posteriores. “War?” tiene unos matices que dejaron de ser característicos de la banda hace mucho, mucho tiempo. Eso se nota también en los coros. Quizás no sea el primer tema que escuche un fan novel, pero una vez encontrada, no faltará en su playlist.

“Prison Song” (‘Toxicity’, 2001)

Potentísima canción dentro de este álbum arrollador. Es, por sus características, un ejemplo más del gran golpe que supuso la llegada de ‘Toxicity’. El sonido de System Of A Down se fue refinando, tratando y adaptando hasta llegar a ser este mejunje de estructuras, voces y riffs. Guarda similitud con temas como “Deer Dance”, pero gana en consistencia gracias al trabajo de Daron a la guitarra.

“Chop Suey” (‘Toxicity’, 2001)

¿Hay algo que no se haya dicho ya de “Chop Suey”? Para los fans de la banda o los que ya conocen la canción es un tema para disfrutar. Hay algo, desde los primeros rasgueos a la guitarra, hasta los lamentos más desesperados del vocalista, allá a la mitad del tema, que la hacen irresistible. Una impresión similar causa a los primerizos, que deben procesar el gran despliegue musical que tienen ante sus narices. Una favorita, y con razón, de muchos amantes del metal.

“Toxicity”  (‘Toxicity’, 2001)

Tema aparentemente principal del disco. Curiosamente, queda sobrepasada por el tema explicado anterior, un himno del metal más contemporáneo que, como se acaba de decir, ha llegado a oídos de casi todo el mundo. Esta canción marca un hito en su carrera, no solo por sus características musicales, sino por representar el inicio de una era que sería muy provechosa para la banda. En ella se consolida la imagen que todavía conservamos de System Of A Down, y un sonido que raramente consiguen en futuros trabajos.

“Aerials”  (‘Toxicity’, 2001)

Se podría decir que en su primer álbum la banda tiró de sonidos y escenarios esperpénticos, quizás sobresaltos demasiado extremos para según qué gustos. Seguimos hablando del ‘Toxicity’ y del crecimiento abismal que experimentó la banda en él. Hay una clase, un modo de dejar todos los cabos bien atados. “Aerials” es prueba de ello. De la cabeza a los pies es un tema sin fisuras. Tiene profundidad, algo que te arrastra a sus dominios sin que nada puedas hacer para resistirte. El momento culminante es durante la última estrofa, después de una sutil carga de energía. La grandiosidad de este tema le ha valido para ser versionada por otros artistas, como Amon Amarth.

“BYOB” (‘Mezmerize’, 2005)

Las canciones de SOAD suelen tener un doble valor. En primer lugar, el musical, por ser hipnóticas a su modo, por enganchar al personal como lo hacen. Después, en segundo lugar, por el compromiso que tienen con sus ideologías. Aunque eso quizás fuera una de las causas de su posterior disolución, durante su carrera fue el motor creativo de la banda. El poder de denuncia y crítica social se ve en “BYOB” en todo su esplendor. Y no solo eso, sino que musicalmente es un cañón. Mucha variedad en sus melodías, tonalidades y demás. En definitiva, un tema muy rico y rebosante de fuerza, que tanto sirve para ponerse las pilas como para descargar rabia o frustración.

“Cigaro” (‘Mezmerize’, 2005)

Desde su súbito arranque hasta su apoteósico final, esta canción nos brinda un subidón de energía brutal. A un ritmo vertiginoso, Daron Malakian y Serj Tankian destripan las estrofas, una tras otra. Vemos, sobre todo, a Tankian usando algunos registros de gutural que acaban de darle un toque más extremo, todavía más si cabe. Musicalmente, y aunque no es exclusivo de este tema, hay pequeños toques a la guitarra, por ejemplo, que le confieren ese aire étnico tan especial a la canción.

“Question!” (‘Mezmerize’, 2005)

Mezclar sonidos, instrumentos y estilos no es algo exclusivo de ‘Mezmerize’, pero la mezcla perfecta entre acústico y tonalidades mucho más duras, sí lo es de “Question!”. Dulce en según qué fragmentos, melancólica en otros. Serj Tankian opera en un registro bastante distinto al habitual al suavizar su tono, lo que convierte algunos fragmentos de la canción en un paréntesis de cierta serenidad.

“Lonely Day”  (‘Hypnotize’, 2005)

La única canción de ‘Hypnotize’ que incluimos en este reportaje. Unos primeros acordes ya sirven para identificar el mítico tema, himno de la tristeza y la soledad. Una faceta diferente de System Of A Down, algo prácticamente único en toda su discografía. El valor principal de esta canción se halla en el hecho de que tanto gusta a los fans que se dejaban las cervicales en “Cigaro”, como para oyentes pasajeros que puedan escuchar este tema en el transcurso de sus vidas exentas de metal.

Marina Salcedo