Después de superar las cuatro décadas, se puede confirmar que la carrera de Marillion ha sido más que fructífera a todos los niveles.

Nunca ha sido una banda con largos años de descanso y han demostrado ser trabajadores como pocos. No se puede decir que nunca hayan cambiado de miembros, aunque su núcleo central capitaneado por Steve Rothery, se ha mantenido casi inamovible desde comienzos de los ‘80. El gran cambio de Marillion ha sido en los micros. Sus seguidores más neófitos nunca olvidaran la salida de Fish en noviembre de 1988, ya que poco a nada tiene que ver por carácter y tono de voz a Steve Hogarth, su recambio. De ahí que siempre se divida -de forma un tanto injusta, porque ambas rebozan de calidad- la trayectoria de la banda en dos etapas.

Marillion

Por todo ello, es tarea harto difícil seleccionar las 10 mejores canciones de Marillion. Sin ir más lejos, las conocidas revistas ‘Prog Magazine’ y ‘Classic Rock’ se unieron para hacer un especial de la banda británica incluyendo una selección de 50 temas elegidos por los seguidores. Reconocieron que la variedad de votos por parte de los fans superaba con creces la centena, al mismo tiempo que se sorprendieron de las numerosas composiciones más actuales que también se incluían y que se posicionaban por encima de sus clásicos más populares.

Sea como sea, Marillion sigue estando activos en la actualidad y con sus últimos lanzamientos no hacen más que reafirmar que nunca van a intentar sobrevivir de las glorias pasadas. Como no tienen dependencia con ninguna discográfica, el grupo británico se ha dedicado a expandir su música como forma de arte. Lo mejor de todo es que todavía no se vislumbra el final de su carrera. Su disco número 20 está de camino.

“Script For A Jester’s Tear” (‘Script For A Jester’s Tear’, 1983)

El debut de Marillion fue una revolución parta el mundo progresivo, y una fuente de inspiración para bandas posteriores que tomaron como referencia el buen hacer compositivo de ‘Script For A Jester’s Tear’. El tema que le da título es un gran exponente del ADN de Marillion. Demuestran una calidad y un sonido original que, como en muchos otros casos, sufrió el rechazo de numerosas discográficas. Muchas canciones destacan de este excelente disco de estreno, y casi al azar se podría haber incluido en esta lista otras como “The Web”, “Garden Party”, “Forgotten Sons” o la paranoica “He Knows You Know”.

“Kayleigh” (‘Misplaced Childhood’, 1985)

Para muchos seguidores de Marillion, ‘Misplaced Childhood’ es el disco clave de su carrera. Esta tercera entrega de los birtánicos alzó la popularidad de la banda a todos los niveles, y parte de ese éxito fue por su single “Kayleigh”. ‘Misplaced Childhood’ fue el primer álbum conceptual de la banda, y habla del amor, el éxito repentino y la infancia perdida. Fish reconoció que las letras de este disco se concibieron bajo los efectos del LSD. Su grabación en los Hansa Tonstudio de Berlín tampoco estuvo exenta de excesos, y entre otras lindeces, el vocalista se dedicaba a estampar botellas contra el muro que se encontraba a tiro de piedra (nunca mejor dicho), de los estudios.

Respecto a “Kayleigh”, Fish explicó que se la dedicó a una ex pareja llamada Kay Lee como disculpa por su comportamiento en su relación, pero en su letra se reconocen a cuatro antiguas novias. Como curiosidad, a finales de 2005 se reveló a través de un estudio que más del 96% de las británicas llamadas Kayleigh nacieron después del año 1986. Pero no solo en el Reino Unido, también en todo el mundo se expandió este nombre a raíz de esta canción.

“Sugar Mice” (‘Clutching At Straws’, 1987)

Sin lugar a dudas, es una de los mejores temas lentos de Marillion con un trasfondo sentimental que queda plasmado a la perfección con su música, sobre todo en el subidón de intensidad al final. «Sugar Mice» habla de un trabajador británico que emigra a los Estados Unidos para escapar al desempleo, abandonando a su familia con la que tampoco guarda muy buena relación. Los ratones de azúcar son una golosina muy popular en el Reino Unido, sobre todo en Navidad. En este tipo de temáticas, Fish se desenvuelve como pez en el agua, porque transmite una pasión sin igual. Tras la gira de ‘Clutching At Straws’ el cantante deja la formación, principalmente por problemas con su manager. Comienza la era Steve Hogarth.

“The Great Scape” (‘Brave’, 1994)

Hogarth comenzó a ganarse a los fieles seguidores de Marillion con ‘Seasons End’ y ‘Holidays Of Eden’, pero el gran tanto se lo apuntó con la publicación de ‘Brave’. Un trabajo muy oscuro -para disgusto de su discográfica- a diferencia de su predecesor. La temática se centra en la historia de “la chica que no saltó” que su cantante conocía desde hacía años, cuando todavía no formaba parte de Marillion. La policía había detenido a una adolescente de la que nunca se desveló su identidad, que deambulaba perdida por el puente Severn, situado entre Inglaterra y Gales. El disco no tiene ni una fisura, aunque “The Great Scape” es la canción más desgarradora y resume (si es que eso es posible) el sentimiento de este enorme trabajo.

“Beautiful” (‘Afraid Of Sunlight’, 1995)

La lista de temas lentos de calidad en la carrera de Marillion es casi infinita, pero es inevitable no sentir debilidad por “Beautiful”. Es una de las interpretaciones más intensas y logradas de Hogarth, que se desvive por explicarnos la belleza de lo simple y el materialismo occidental. Aunque ‘Afraid Of Sunlight’ fue recibido por los brazos abiertos por la crítica y sus seguidores, fue el primer trabajo de la banda que no entró en el top 10 de la lista de ventas de su país.

“Genie” (‘Marbles’, 2004)

El tiempo ha sido justo con ‘Marbles’, y hoy en día puede considerarse como una de las mejores obras de toda la carrera de Marillion. Puede que, por su larga duración en la edición doble o su diversidad de publicación ya que contó con el apoyo financiero de sus seguidores (Marillion fue una de las bandas pioneras del conocido crowdfunding), necesitara de múltiples escuchas para que sus seguidores aceptaran los cambios de tornas de su sonido -sin perder nunca su identidad- y comenzaran a aceptar la actualidad de la banda sin mirar con nostalgia el pasado. “Genie” es la típica canción que parece perderse en el gran montante, pero que goza de una delicadeza y una fuerza en su segundo tramo apoyada por un gran solo de Steve Rothery que pone los vellos de punta.

“Neverland” (‘Marbles’, 2004)

‘Marbles’ es todo un universo, de principio a fin. La letra y atmósfera de “Neverland” es indescriptible, pero la magia que desprende hace que se haya convertido con el paso del tiempo en una de las canciones favoritas de los seguidores de Marillion. La letra es una carta de amor de Hogarth dedicada a su esposa y habla de las personas que siempre están contigo y te apoyan. Al mismo tiempo es una vía de escape para aprender de los errores en las relaciones de pareja. El destino quiso que el vocalista se divorciara poco después de su publicación, por lo que la emoción que desprende cada vez que interpreta este épico y largo tema en vivo es más que palpable.

«Somewhere Else» (‘Somewhere Else’, 2007)

Sin tener que depender de ninguna discográfica, Marillion consiguió total libertad artística, y es una cualidad que se repite en sus discos más recientes. ‘Somewhere Else’ es otro claro ejemplo de que la banda se aventura a probar con diferentes sonidos y estructuras, aunque el tema que le da título es pura evocación musical con su esencia impresa. En el ecuador arrastran el tempo hasta casi apagarlo, pero lo levantan con un sentimentalismo a la altura de muy pocos. De nuevo, Steve Rothery embruja con un solo memorable.

“This Train Is My Life” (‘Happiness Is The Road – Vol. 1’, 2008)

La producción musical más contemporánea de Marillion sigue sumando auténticas joyas a su discografía. Después del enorme trabajo compositivo, los británicos no se amilanaron y publicaron ‘Happiness Is The Road – Vol. 1’. Entre muchas de sus canciones destaca “This Trains Is My Life”, un auténtico viaje emocional con la soberana guitarra de Rothery gobernando cada línea melódica. La letra es una delicia y está cargado de simbolismo. Es una de las canciones de su producción más reciente que no falta en sus set.

“Gaza” (‘Sounds That Can’t Be Made’, 2012)

Marillion no para de sorprender a sus seguidores con cada álbum y el tema de apertura de ‘Sounds That Can’t Be Made’ fue un golpe directo a la mandíbula. A estas alturas de su carrera nadie se imaginaba que la banda rozaría el metal progresivo en un corte que supera los 17 minutos. Desde finales de los ’80, no grababan una canción tan abiertamente política, aunque como ya ha puntualizado en varias ocasiones Steve Hogarth, se trata de un tema dedicado a los niños que viven en los campamentos de refugiados de Gaza y Cisjordania, sin intentar postularse con ningún bando de esta eterna guerra ni apoyar la violencia venga de donde venga. A pesar de ello, no se libró de las críticas.

Satur Romero