Un festival que va del flamenco al grindcore es imposible que funcione… pero bendita la idea, el intentarlo y bendita la suerte de poder decir que yo estuve allí.

A pesar que en la web de Doctor Music se hablaba de 30000 personas puede que quizá fuera el año más flojo en cuanto a asistencia. Esta vez en el cartel encontrábamos a Pulp, Garbage, The Verve, Portishead, Nick Cave, The Corrs en el lado indie y popero, pero en el metal la cosa no se quedaba corta con Barricada, Slayer, Iggy Pop (ambos repetían respecto al cartel del 96), Cradle of Filth, Napalm Death, Ktulu, Deep Purple y como grandes estrellas Bob Dylan y los Beastie Boys. Recuerdo que la mayoría de mis amigos habían decidido no ir al Doctor y variar un poco sus vacaciones, pero yo seguía fiel al festival.

Fue curioso un inicio con Sobrinus (banda basada en Primus) y con Pulp y Garbage, pues ambos llegaron a convencerme. Slayer no repitieron el tremendo concierto de su primera vez en la vaca y los Beastie Boys fueron de lo mejor de todo el festival. Los cambios de escenarios y horarios nos volvieron a volver locos y terminé en un concierto de las insoportables Nosoträsh esperando ver a Cradle of Filth. Nosträsh estuvieron a la altura de los Fresones Rebeldes y yo me perdí a Dani Filth, que se había cabreado con los técnicos de sonido y la había liado. Una constante en esa época. De Dylan recuerdo que optó por versionar sus propios temas costándome reconocer un himno tan conocido como “Blowin’ in the Wind”. Tocó a las 18:00 pues asoció montañas con frío e hizo instalar estufas en escena. Cayó un sol de justicia y para un servidor fue de lo más insulso del festival. En otro Azkena al que asistí sería todo lo contrario..

Rosendo cumplió bien su cometido y el show de Ktulu fue una auténtica batalla campal entre público y seguridad. Los intentos de invasión de escena con esa colosal banda sonora fueron una de las mejores estampas del festival. Las Killer Barbies divirtieron pues estaban de moda, y con los retrasos acumulados terminamos viendo a Stratovarius a las 4 de la mañana casi. Show algo descafeinado con Timo Kotipelto dándonos los buenos días y con poca gente. Deep Purple estuvieron de cine pero ya había evidencias claras de que el bueno de Ian Gillan había perdido muchísima voz. Cuando terminaron un río de gente fue a ver a The Corrs que en esa época estaban en lo más alto de las listas de ventas. Siempre he adorado la música irlandesa, e incluso en su vertiente más pop y ñoña la cosa funcionaba. Napalm Death despacharon una gran dosis de grindcore y mi acompañante, poco puesto en estos estilos, me preguntaba si realmente me gustaba eso que sonaba… Otro de los grandes cabezas de cartel era Richie Sambora, guitarrista de Bon Jovi que ese día hacía años. Recuerdo que había muchas adolescentes con pancartas adornadas con braguitas. Tocó bastante material de Bon Jovi, pero el concierto fue correcto y poco más.

https://www.youtube.com/watch?v=YHL9Y2SkqJ4

Finalmente el festival de la vaca se terminó en Cataluña en 1998. Habría una edición en Asturias y sería un completo fiasco. Grupos de rock , metal y hardcore relegados en una carpa y escenarios principales para grupos Benicàssim. La entrada fue alarmantemente escasa y la lluvia se unió a la fiesta el domingo final para dar por concluida la historia de uno de los mejores festivales de este país. También se hizo el Doctor Music Day intentando englobar en un día diferentes estilos de música. Funcionó porque Metallica eran los cabezas de cartel, no por otra cosa.

Se especula con hacer un festival a modo de conmemoración de aquellas doradas jornadas de música y buen rollo. Si así fuera espero que mantengan la apuesta ecléctica por mucho que fuera quizá lo que no hizo funcionar al festival. Pero uno de los mejores recuerdos que guardo de ese festival es el poder asistir a conciertos que nunca hubiese pensado acercarme y darse uno cuenta de la inmensa calidad de algunas bandas que despreciamos sólo por el hecho de salir por la tele o ser Pop. Un festival que va del flamenco al grindcore es imposible que funcione… pero bendita la idea, el intentarlo y bendita la suerte de poder decir que yo estuve allí.