Sabaton nos enseña su disco en el Museo Militar de Bruselas
Este texto, después de todo lo que hemos vivido merced a la pandemia, se hace un tanto extraño y a la par agradable y reconfortante de escribir. Antes era común que de manera frecuente una discográfica te enviase a otro país a escuchar el nuevo disco de la banda que fuera y a pasar el día con sus miembros, pero en los tiempos que corren era algo que se atisbaba lejano. Por suerte, con Sabaton volvió a suceder.
La banda sueca lanza su nuevo álbum el próximo 4 de marzo y ya ha comenzado con el proceso de promoción del mismo. Son uno de los colosos en la actualidad de la discográfica Nuclear Blast, la cual ha sufrido la marcha de artistas de primer nivel de su roster como Helloween, Opeth, Destruction, Burning Witches, Meshuggah y más tras haber sido adquirida por Believe Music, así que han vuelto a apostar fuerte por el poderío de Sabaton.
Con este pretexto, y con todas las medidas de seguridad y salud posibles tomadas para que el encuentro fuera lo mejor posible en todos los aspectos, nos pusimos en marcha y volamos a Bruselas para una cita muy especial en el Museo Real de las Fuerzas Armadas y de la Historia Militar de la capital belga para adentrarnos en la atmósfera en la que Sabaton ha englobado este ‘The War To End All Wars’.
El último trabajo de estudio que han llevado a cabo los suecos trata de nuevo de asuntos bélicos. Ninguna novedad en el horizonte en ese aspecto. En esta ocasión el evento seleccionado ha sido la primera guerra mundial, y eso fue totalmente acorde al lugar en el que nos habían emplazado para la listening session de este álbum, un museo de unas dimensiones inmensas con todo tipo de material de dicho conflicto. El él hay piezas de toda índole del último milenio, pero lo que reunía la atención de este viaje era lo que atañe al periodo entre 1914 y 1919, en el cual se centra la temática del álbum de Sabaton.
Jubilee Park, el lugar en el que se haya este museo, era un entorno perfecto por el cual contemplar su belleza y majestuosidad para acceder al Museo Militar, donde nada más pasar nos hicimos nuestras correspondientes pruebas de antígenos todos los periodistas que acudimos a la cita para certificar al máximo el entorno más seguro posible sin coronavirus al acecho.
Todos los presentes dimos negativo, así que cuando los últimos rezagados pasaron nos llevaron en un pequeño paseo por el recinto al lugar donde, tras un aplauso fallido por parte de la “maestra de ceremonias”, recibiríamos a los miembros de la formación escandinava. Una vez con ellos, nos dirigimos a la sala “más moderna” del museo en cuanto a que contaba con el equipamiento de una gran pantalla, un proyector, equipo de sonido al completo y sillas para unas cuantas decenas de personas (sin que eso conllevase la ausencia de algunas fotografías de la Segunda Guerra Mundial o un bombardero presidiendo en el techo ya que era donde había material de dicha época).
Nos sentamos cada uno donde nos pareció y entonces Joakim y Par al frente de Sabaton presentaron la escucha de su nuevo trabajo, un ‘The War To End All Wars’ que si bien trata la historia de la I Guerra Mundial no se desarrolla de manera cronológica en el disco a la hora de ordenar su tracklist, sino que, como nos comentó el vocalista después, se ha colocado de la forma final para favorecer la escucha completa del álbum (como sucedía antaño con los CDs o cintas), algo importante para el grupo según nos confesaba su cantante. Estas fueron las primeras impresiones que dejó ‘The War To End All Wars’:
1- Sarajevo
“Sarajevo” ejerce como intro gracias a una voz femenina que da paso a un ritmo contundente y pesado con la voz de Joakim en modo épico. Este “pregunta-respuesta” se produce varias veces para presentar la historia sucedida en Sarajevo que desató toda la guerra. El estribillo con ese toque épico mencionado es perfecto para reflejar esa grandeza inicial que Sabaton pretende imprimirle a ‘The War To End All Wars’.
El posterior puente, con cortes de platos agresivos, se torna a un estilo más heavy/power in crescendo con la guitarra que despliega un riff pegadizo a modo de solo y la batería atronando con los dobles bombos. De ahí va a un pasaje mucho más tranquilo y sosegado con la guitarra cual típica composición que se podría escuchar en un disco de Steve Vai o Joe Satriani para volver al estribillo del principio contundente y a darle protagonismo a la orquestación y la voz femenina de la introducción, que acaba con un “war begins”. Un comienzo tremendamente bueno.
2- Stormtroopers
El power metal más clásico vuelve desde el inicio con “Stormtroopers”, una canción que explica quiénes eran los soldados bajo esta denominaciones; un grupo experto en combate que desplegaron para generar ventaja ante el enemigo con unas habilidades en el campo de batalla muy superiores a las del resto.
El tema como tal es una muestra de riffs no muy complicados pero eficientes y ritmos de batería potentes que recuerdan al power de los 2000 y deja ver otra cara de Sabaton para este álbum. La canción no tiene muchos cambios de dinámica hasta el segundo estribillo, que cuando acaba da paso a un puente en el que una voz cual coro de misa es posteriormente apoyada por una guitarra que hace una melodía similar y termina rompiendo con la progresión de la batería para el solo de guitarra con una base powermetalera de nuevo.
3- Dreadnought
“Dreadnought” arranca con una intro más contundente que recuerda a grupos más pesados en algunos tramos como Rammstein y Avatar, pero un 5/4 alternado a lo largo de la estrofa trastoca al oyente medio, algo sobre lo que la banda incidió que sirve para “salir un poco de lo habitual”. El pre estribillo va in crescendo hacia un estribillo lento pero con esa cadencia bombo-caja contundente para darle más protagonismo a la voz mientras la guitarra hace una línea similar durante todo el rato.
De nuevo, como sucede en gran parte del disco de los suecos, después del segundo estribillo hay un breve puente que no cambia la velocidad pero introduce el solo, que busca ser más emotivo que llamativo en este caso por la naturaleza del tema. De ahí vuelve a otro puente que introduce al pre estribillo para generar esa sensación de epicidad creciente hasta el estribillo. Una canción que se hace difícil imaginársela en directo por la falta de cambios durante la misma y por su pesadez.
4- The Unkillable Soldier
Los Sabaton más heavies regresan en “The Unkillabe Soldier”, que recuperan esos riffs y ritmos clásicos de la banda en estos últimos años para generar un ambiente festivo. El estribillo, con los coros más marcados casi que la voz la de Joakim, están pensados para que este tema sea “una fiesta”. Una especie de “Primo Victoria” con la velocidad más alta. El solo de guitarra viaja sobre la misma base con la intención de darle otro toque, pero de ahí pasa a la fiesta clásica de la banda. Huele a directo.
5- Soldier Of Heaven
“Soldier Of Heaven” empieza con un toque discotequero ochentero y con protagonismo para Joakim. Tiene un corte más hardrockero en esta ocasión, lo que permite ver que, como se dice coloquialmente, a nivel estilístico cada canción de su padre y de su madre. La electrónica es la base de esta canción junto con una batería simple pero contundente a modo de conductora. Otra que no tiene muchos cambios de dinámicas si se hace un pequeño análisis de las primeras cinco de ‘The War To End All Wars’.
6- Hellfighters
Sabaton continúa con otro gran cambio de estilo a nivel musical en “Hellfighters”. Esta vuelve al heavy/power desde el principio con una intro con cortes que da paso a un riff y, sobre todo, una batería muy potente que empuja a la canción.
La tesitura de la voz de Joakim en esta canción es más grave que en las anteriores en algunos tramos y permite vislumbrar que ya no solo quieren hacer himnos coreables, sino también dar caña con composiciones rápidas. Busca transmitir más energía en consonancia con la instrumental, por lo que esa bajada se podría considerar como “su particular gutural”, algo que se refleja de manera principal en el estribillo. A pesar de que tiene algún corte por su potencia, la cadencia de esta canción también es casi todo el rato similar. El final con los graves tan potenciados hace que todo retumbe de una manera grandiosa.
7- Race To The Sea
Vuelven los Sabaton más clásicos con un riff más pesado y una intro tan llamativa que casi asusta por su ataque tan repentino. La voz en realidad tiene melodías que sin distorsión se podrían incluir en cualquier canción de pop, y el estribillo vuelve a jugar con el tiempo saliéndose del 4/4 en algunos tramos para no ser tan monótono. Otra vez, la repetida cadencia a lo largo de todo el tema puede hacerlo demasiado largo, y solo un final en el que se incrementan las revoluciones gracias al doble bombo lo mejora.
8- Lady Of The Dark
Una batería con bastante soltura y, como se dice coloquialmente, “con mucho rollo”, da pie de “Lady Of The Dark”, una canción que tiene rasgos de hard rock dentro del “universo Sabaton”. La guitarra busca adornarse en ciertos pasajes a modo de break y le da un toque diferente a lo habitual de los riffs machacones. El solo tiene de nuevo un corte más “bonito” para la guitarra y los fans de la misma, por lo que en un cómputo general, el hard rock le gana la partida al heavy al final de este corte.
9- The Valley Of Death
“The Valley Of Death” comienza con una intro con guitarras y cortes de batería con un cariz más heavy/power. Aquí, aunque sigue la típica cadencia de Sabaton “al trote”, tiene guitarras que se lucen un poco más en sus riffs.
El hecho de que la parte del estribillo no tenga una batería seguida sino que vaya como al principio en la intro haciendo cortes hace de este tema que sea anómalo no solo en cuanto a la música de Sabaton, sino a la mayoría de cualquier grupo que te venga a la cabeza. Más adelante va a un pasaje más místico que recuerda un poco a algunos de esos que tanto les gusta hacer a Helloween para introducir el solo de guitarra, lo que también sucede en esta ocasión con los suecos de una forma parecida y bien ejecutada.
10- Christmas Truce
Las últimas dos piezas del álbum ya las habían desvelado antes de que llegáramos a la listening session. De hecho unos pocos días antes. “Christmas Truce” es una canción para que todo el mundo se coja de los hombros y baile en los conciertos. Es lenta y tiene un teclado que le da un aire navideño (lo que va en consonancia con la historia del tema, que trata de cómo los alemanes y los franceses hicieron “tregua” en Navidad para compartir regalos e incluso jugar a fútbol en el campo de batalla).
Los coros entre la voz de Joakim en las estrofas tratan de darle un toque épico, y el órgano que mete después del solo enfatiza, junto a la guitarra que se le une con la misma melodía, que busque esa epicidad mencionada a lo largo de la canción.
11- Versailles
El cierre del disco se produce con el primer adelanto de ‘The War To End All Wars’, “Versailles”. Alude, como en el arranque, la voz de la intro del principio para concluir la historia del disco explicando el contexto bajo una base de guitarras aguda que va alternado a la voz de Joakim con la elevación del resto de los instrumentos para aportarle ese toque épico, estructura similar a la que hay en la primera “Sarajevo”.
Tiene un toque muy positivo en sus dos estribillos, y, una vez más, cuando acaba el segundo, deja paso a un tramo típico de los guitarristas virtuosos que tienen grupos propios que vuelve a desembocar en el estribillo, el cual termina con la banda cantando el nombre del álbum “The War To End All Wars”, un punto y final adecuado para otro disco bélico de los suecos.
Una vez concluyó esta escucha y tras la posterior entrevista que llevamos a cabo (en nuestro caso con el frontman Joakim Broden, aunque depende de cada medio o su relevancia tenía un miembro u otro de Sabaton), la prensa e invitados al evento en el museo estuvimos en la cafetería charlando hasta la hora de la cena -cuyo menú no era muy amplio pero saciaba al menos, que es lo importante-.
Después de ello llegó la sorpresa de la jornada. A pesar de que había gente que ya se había marchado al hotel puesto que había acabado (a priori) su labor, regresamos con la banda al lugar al que habíamos acudido para escuchar ‘The War To End All Wars’ y Sabaton presentó un vídeo a modo de película de animación en el que transcurre toda la historia narrada en su álbum (esta vez sí de manera cronológica y no en el orden del tracklist del disco).
Este largometraje de unos 67 minutos de duración tenía gráficos, para asemejarlo con algo fácilmente comparable, a lo que serían algunos de los primeros juegos de Tomb Raider. La referencia a Indiana Jones con la mítica escena del almacén de “En Busca del Arca Perdida” o el final “en carne y hueso” con la entrega de la caja protagonista del film a Joakim son algunos de los momentos más reseñables del vídeo -historia aparte-.
En esta ocasión sí que era el final del día (a nivel formal), así que cuando finalizó la proyección todos (prensa, banda y su equipo) volvimos a la cafetería y estuvimos compartiendo unas horas bastante agradables con mis componentes de Sabaton, que estuvieron (todos ellos) muy majos en lo que en el plan de promoción de la discográfica se denominaba como “Aftershowparty”.
Con quien más estuvimos, en nuestro caso particular, fue con Joakim y un grupo de periodistas franceses con quienes surgieron historias graciosas y anécdotas interesantes. Un colofón espléndido para una jornada que, en un primer momento, parecía que podía perder enteros merced a la situación provocada por la pandemia pero que, al final, se tradujo en la escucha de uno de los discos que tendrán más bombo en los primeros meses del año y en una de esas reuniones que tanto echábamos de menos los allí presentes desde que comenzó este calvario con el coronavirus.
A modo de outro 2.0, Sabaton nos dio una bolsa con merch a cada asistente, y para quienes fuimos en avión fue algo complicado -y, en parte, tedioso- explicar que el abridor con forma (y material similar a nivel visual) de bala no lo era, sino que era un producto de promoción de una banda de heavy metal de Suecia que había decidido hacer un evento en Bruselas porque presenta nuevo disco en 2022. La velada salió bien y la bala-abridor llegó a España, que es lo importante.
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