Con Nightwish en el Círculo Polar Ártico: así es su nuevo disco
La idea de pasar un fin de semana en la nieve con el grupo más grande del metal contemporáneo no sonaba mal. Nos vamos hasta Kittilä, bien entrados en el Círculo Polar Ártico, para descubrir los secretos del nuevo trabajo de los fineses.
La primera ocasión fue en marzo de 2004. Acababa de instalarme como colaborador habitual en Metal Hammer y Nightwish nos invitaron a pasar un fin de semana en Helsinki con ellos para escuchar el disco que estaban a punto de editar, llamado ‘Once’. Canciones como “Wish I Had An Angel”, “Ghost Love Score” o “Planet Hell” sonaron atronadoras en el equipo de sonido de un bar del centro de Helsinki en la mañana de un sábado. Por ahí andaban los miembros de la banda, aunque con una curiosa ausencia: la vocalista de entonces, Tarja Turunen. No debería sorprender demasiado que apenas un año y medio después, en octubre de 2005, Nightwish y Tarja decidiesen tomar caminos separados en uno de los divorcios musicales más sonados del metal.
Tiempo después, con la banda ya recompuesta y una nueva vocalista llamada Anette Olzon, Nightwish nos invitaron a los míticos estudios Abbey Road para escuchar su nuevo trabajo, ‘Dark Passion Play’ en verano de 2007. Lo mismo sucedió con ‘Imaginaerum’ en 2011, para lo que volamos a Alemania para una escucha del disco y entrevista en las oficinas de Nuclear Blast en Donzdorf. Y casualmente, un 17 de enero de 2015 escuchábamos en los Finnvox Studio de Finlandia el que era su último trabajo hasta la fecha, ‘Endless Forms Most Beautiful’. El destino y la casualidad quisieron que fuese cinco años exactos después cuando nos reencontrásemos con Nightwish en Finlandia para escuchar un nuevo disco de la banda.
El lugar elegido en esta ocasión es un resort turístico al norte de Laponia, llamado Levi. El típico lugar donde la gente se viste de elfo, los perros husky dominan el mundo y la temperatura máxima es de 10° C bajo cero durante el día. Situado por encima del Círculo Polar Ártico, Levi tiene apenas tres horas y media de luz del día en ésta época del año, lo cual hace de esta zona un lugar ideal para el recogimiento y la contemplación.
Volé hasta Helsinki un viernes a media mañana para luego coger otro avión hasta Kittilä, nombre de la ciudad principal que alberga el distante aeropuerto, unos 950 kilómetros al norte de Helsinki. Si bien la banda tiene por costumbre recluirse en una casa rural perdida por los bosques finlandeses para trabajar en sus discos, en ésta ocasión lo ha hecho en Röskö, casi en la frontera de Finlandia con Rusia, prefirieron traernos a éste otro lugar caracterizado por la posibilidad de ver auroras boreales. En Levi existe un complejo turístico llamado Tonttula donde se programan multitud de actividades (paseos en trineo, esquí, etc) y donde la banda decidió llevar a cabo la sesión de escucha de su nuevo disco. Un lugar idílico donde la música de Nightwish suena muy distinta a tu casa, sin duda.
Una vez llegado a Kittilä junto al resto del contingente de periodistas europeos invitados por la banda a la aventura -con Metal Hammer y The Metal Circus como únicos medios españoles- nos recibe Ewo Pohjola, el histórico manager de la banda desde sus inicios. Un simpático y oriundo señor finés con greñas y cara afable. El responsable de haber ayudado a que la visión de Tuomas Holopainen se haya convertido en un fenómeno global dentro del metal. Pronto nos acompaña a un autocar que deberá llevarnos hasta el resort situado a 25 kilómetros del aeropuerto. Después de abrir el compartimento de equipajes del autocar nos indica que podemos dejar nuestras bolsas. “O coger vuestra bebida, porque las guardo aquí”. Así que Ewo procede a sacar varias cajas de long drink de Hartwall. Para quien no haya estado nunca en Finlandia, el ”long drink” es un cubata en lata -esos que ahora se están poniendo de moda en España llevan años instalados en Finlandia-. Aunque de baja gradación (4,4%) no dejan de ser cubatas en lata, lo que me parece un signo impepinable del progreso de una sociedad.
“Let the madness begin” nos dice el manager, probablemente obviando el hecho de que la media de edad de todos los periodistas es de 40 años. A esa edad, “madness” es no meter los platos en el lavavajillas después de comer. Aun así los brindis se suceden, así como los reencuentros de periodistas europeos que solo nos vemos en estos eventos o en los festivales de verano. Al llegar al complejo Tonttula de Levi, nos asignan un precioso iglú de cristal donde instalarnos durante los dos días que durará la excursión escolar en la que nos hemos metido. Poco después, cenamos con la banda, tremendamente finlandeses en su comunicación con el resto de presentes pero cordiales a fin de cuentas. Ceno delante de Marco Hietala y su novia brasileña y nos pasamos el rato viendo fotos de nuestros respectivos perros en bucle mientras saboreamos un menú vegetariano. Nos retiramos pronto a la cama, porque las diez de la noche en un lugar a diez grados bajo cero no invita a otra cosa.
Al día siguiente, tras el desayuno en la casa central del complejo, nos disponemos a escuchar el nuevo disco de la banda en su totalidad, ésta vez con la presencia de todos los miembros de la banda que nos dieron la bienvenida a la sala de reuniones donde tendría lugar la escucha. Floor y Troy se dirigieron brevemente a los presentes para comentar que “habrá un descanso de diez minutos entre uno y otro disco” y para puntualizar que “el segundo disco es completamente orquestal, sin voces, así que os advertimos: os vamos a meter en un universo paralelo. Es un disco que tiene muchísimo contenido y es posible que no lo podáis absorber en una sola sentada”. También habría una sorpresa.
“Nos han enviado el nuevo videoclip esta mañana y lo veremos todos por primera vez aquí”, explicó Floor. “Es de una calidad tan alta que ha llevado toda la vida finalizar el render y algunos de nosotros ni lo hemos visto aún acabado”. Tras un breve aplauso de los presentes, comienza la escucha a través de un monstruoso sistema de sonido. Estas son las impresiones:
“Music”
Una intro misteriosa y envolvente con multitud de elementos tribales da paso a unos coros y una melodía tremenda que se disipan y dejan paso a una angelical voz de Floor Jansen que te captura desde el primer momento. La batería de Kai Hahto entra poco después, con Jansen explorando melodías que no suenan a nada que ya hayamos escuchado de Nightwish hasta ahora. Difícilmente es esta una banda de refritos, como ya sabemos. Una vez entra la batería y el tema explota lo hace sin apenas guitarras, que llegan directamente para el solo, breve y conciso. En este tema la protagonista es, sin duda, la voz de Floor -aunque contiene una parte más heavy en el centro del tema con los clásicos acentos explosivos que a la banda le gusta meter en estos casos-.
“Noise”
Un tema que empieza en ritmo “allegro” y que es contundente y bombástico -no en plan “Planet Hell”, pero en ese estilo-. La voz de Floor va por derroteros más contenidos y en tonos más bajos, más tétrica y con ese rollo “Pesadilla Antes de Navidad” en las melodías que tan común es en la música de la banda. El estribillo es tremendo sobre una base de guitarras que puede tener ciertos ecos a “Ghost River”. Es un tema complejo, con multitud de elementos y -nuevamente- una parte más metalera en el centro a modo de divagación instrumental que desemboca en una parte rápida y con doble bombo a piñón fijo que puede recordar al “One” de Metallica en cierta y distante manera. El crescendo final pone los pelos de punta.
“Shoemaker”
Empieza con una melodía de clavicordio antes de entrar en los primeros versos de Floor sobre una base de ritmos complejos de batería por parte de Kai. Por primera vez, Marco Hietala aparece en el pre-estribillo cantando a coro con Floor aunque sin usar su voz más agresiva y fundiéndose con ella en una melodía conjunta de lo más evocadora. Nuevamente, una parte central donde el grupo se pierde en un progreso instrumental y sinfónico hasta que vuelven las voces de Jansen / Hietala para compartir unos versos.
Un fragmento narrado da paso a una sección operática de Floor que se une posteriormente a la voz de Marco y luego a un coro antes de dar por finalizado el tema sobre unos contundentes golpes de batería.
“Harvest”
Kai vuelve a comenzar este tema con un juego de toms tribal que da paso a una canción de tonalidades celta en las melodías vocales. Una guitarra acústica y una mandolina acompaña a las voces de la banda en un tema de lo más positivo que seguramente tendrá que sonar en sus próximos directos. Luego entran en juego las guitarras y las melodías de Troy Donockley y un solo de teclados de Tuomas. El grupo se pierde en un desarrollo celta a más no poder que mantiene la línea que han llevado hasta ahora, especialmente desde la entrada de Troy. Finalmente la banda vuelve a la melodía principal pero esta vez con bajo, batería y guitarra acompañándoles.
“Pan”
Un tema de efluvios más pop en un principio donde Floor explora distintas tesituras y que luego gana en contundencia con la entrada de doble bombo y guitarras sobre distintos colchones de teclados y violines. La parte central recuerda a uno de esos traviesos fragmentos a lo Willy Wonka y la Fábrica de Chocolate, casi bordeando el trabalenguas. Si de algo no se puede acusar a Nightwish es, precisamente, de ser complacientes.
“How’s The Heart?”
Nuevamente la formación tira por lo celta para construir una melodía de lo más atractiva. Hasta ahora, el Hietala más agresivo ha brillado por su ausencia, concentrándose en apoyar la voz de Floor con tonalidades más graves y suaves a la misma vez. La parte central del tema aporta un ritmo casi disco de lo más bailable.
Es posiblemente el “Elan” o el “Nemo” de este disco, el tema aún más melódico que el resto, con las guitarras más relajadas y un toque especialmente pop diseñado para llegar a un gran público.
“Procession”
Otro tema de inicio suave, sobre una base de piano que en cierto momento comienza a compartir protagonismo con la gaita irlandesa de Troy. Seguramente es el tema más ‘relleno’ del disco, a falta de darle una segunda escucha.
“Tribal”
Seguramente la canción más dura de todo el álbum, con un juego de voces agresivas y unos ritmos que -como su propio nombre índica- tienen mucho de tribal. El tono sostenido final de Floor es de lo más épico.
“Endlessness”
Un tema lento y cadente que se inicia con una melodía de guitarra de Emppu y luego da paso a una melodía más ochentera doblada sobre una tenue orquestación. El tema lo canta en los versos Marco, a quien luego se le une un coro sinfónico. Floor dobla algunas partes en segundo plano pero el gran protagonista es un Hietala que brilla con luz propia como vocalista en esta canción. Un corte dramático y melancólico para conducirnos al final del disco con cierto halo de tristeza expresado en la melodía final con la que se cierra el trabajo.
El segundo álbum es una suite orquestal dividida en ocho movimientos donde no hay rastro de la voz de Floor en ningún momento. Del mismo modo que en ‘Endless Forms Most Beautiful’ encontrábamos un tema como “The Greatest Show On Earth” que superaba los 24 minutos de duración, en este nuevo trabajo se halla “All The Works Of Nature Which Adorn The World”, el cual va en otra dirección pero tiene la misma esencia: una pieza larga, llena de diversos desarrollos y que confluye en un todo gigantesco que, simplemente, separa a Nightwish de cualquier otra banda de su época y entorno.
Como gran fan de Disney, Holopainen ha creado una pieza que podría equipararse a las bandas sonoras de muchas de sus películas. La habilidad de Holopainen para crear tensión y hacerte ver escenas de una película en tu cabeza mientras escuchas sus composiciones es uno de los grandes tesoros de la banda finesa.
“The Green” es la más céltica de todas las composiciones del segundo CD, un tema absolutamente precioso y altamente evocador, con giros algo más tormentosos que contrastan sobremanera en lo musical. Así mismo “Ad Astra” sirve como pieza concluyente de la suite, con pequeñas narraciones que nos transmiten la idea tras la pieza musical.
Tras la escucha del disco, la banda presentó su nuevo video para el tema “Noise”, una crítica despiadada a la sociedad actual permanentemente absorbida por sus pantallas y dispositivos. Una pequeña obra de arte audiovisual que la banda pondrá en circulación en las próximas semanas a modo de adelanto del nuevo trabajo.
Aunque la banda alude a que el disco es “una continuación temática de lo que hicimos en ‘Endless Forms Most Beautiful’, en palabras de la vocalista Floor Jansen, también niega que sea “un disco conceptual”. Un disco repleto de música y que muestra a un grupo en constante evolución y que se niega a capitular ante los postulados de la industria musical e incluso del metal actual. En la entrevista con Marco y Floor que ofreceremos en el próximo número el grupo detallará con más profundidad los secretos tras el nuevo disco.
Tras la tarde de entrevistas y tras escuchar el nuevo disco un par de veces más en la casa-hotel de Tonttula (hasta el batería Kai dijo “oye, lo pongo otra vez más o me callo la puta boca ya?”), nos retiramos a por otra sabrosa cena -la sopa de reno del mediodía no la llegué a probar- y a reposar a nuestros iglús antes del largo viaje de vuelta al día siguiente. Un gran fin de semana de vacaciones en la nieve junto al mayor grupo de metal de los últimos veinte años en Europa. Algo que no sucede todos los días ni todos los años.
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