Análisis de ‘Immortal’ con Michael Schenker
Michael Schenker es imparable. Su ritmo es inalcanzable por prácticamente ningún otro músico de su generación. Y con ese ritmo celebra en enero de 2021 los 50 años de su carrera. Lo hará con un nuevo disco titulado ‘Immortal’ y estuvimos presente en la escucha digital que ofreció a los principales medios europeos desde el estudio de su productor Michael Voss.
Las listening sessions han avanzado con la pandemia. Hemos pasado de coger un pesado vuelo a una ciudad desconocida de Alemania o Escandinavia con dos escalas, a quedarnos sentados en la comodidad de nuestra habitación o despacho e intercambiar impresiones con Michael Schenker sobre su nuevo disco. Así, un viernes a la hora de la sobremesa, nos encontramos digitalmente con el legendario guitarrista alemán, quien ha decidido celebrar los 50 años de su primera grabación de estudio con la edición en enero de 2021 de un nuevo trabajo del Michael Schenker Group. Se titulará ‘Immortal’ y tiene poco de black metal noruego. Más bien todo lo contrario.
Schenker ha dejado de lado su concepto Michael Schenker Fest, bajo el que ha editado dos grandes discos de estudio como ‘Resurrection’ y ‘Revelation’. En él, reunía a los vocalistas que han protagonizado los mejores momentos de su carrera como Gary Barden, Robin McAuley o Doogie White. Sin embargo, en este nuevo trabajo ha apostado por ampliar el abanico y contar con personalidades del rock duro de origen dispar y calidad superior. Agárrense: después de 50 años, Joe Lynn Turner y Michael Schenker han trabajado juntos en este disco. Pero es que el guitarrista alemán también ha descubierto las bondades del invencible Ronnie Romero. “Si es bueno para Ritchie Blackmore, es bueno para mí”, bromeaba Schenker con los periodistas europeos al respecto. Ah, y un tal Ralf Scheepers de unos tales Primal Fear también presta su hiriente y cortante voz para algunos de los temas más heavies de ‘Immortal’. Y no nos olvidemos del gran Michael Voss. Además de producir el disco, Voss ha prestado su voz en varias canciones ofreciendo el toque más melódico y sentido, además de infinidad de coros de apoyo en la mayoría de canciones.
Claro que siendo un disco de Schenker, no podía faltar la colaboración de McAuley, Barden y White. Sus voces resuenan en la épica re-escritura del clásico de Scorpions “In Search Of Peace Of Mind”. Según Schenker, la primera pieza que jamás grabó en un estudio a la edad de 15 años, antes de que su talento le hiciese una presa del descorazonado negocio de la música. Y en este ‘Immortal’ una muestra de que el círculo ha sido completado para el guitarrista.
A nivel musical, completan el disco tres bateristas fenomenales como Simon Philipps, Bodo Schopf y Brian Tichy (quien iba loco de ganas por trabajar junto a Schenker en este disco), el bajista Barry Sparks y teclistas como Derek Sherinian y Steve Mann. Un elenco de lujo para un disco que corona una carrera más longeva de lo que nadie habría imaginado hace veinte años, cuando Schenker se encontraba en sus horas más bajas. Ahora, renacido, y sabedor de que su creatividad no le abandonó en su peor momento y tampoco lo hará en su madurez artística, Schenker sienta cátedra con un trabajo para el que aún faltan meses pero que se anticipa como uno de los lanzamientos de hard rock del 2021.
El análisis
El disco arranca con “Drilled To Kill”, una pieza rápida a doble bombo que pone a prueba la stamina y resistencia de Brian Tichy. Contiene “por primera vez” en su carrera, un solo doblado entre la guitarra de Schenker y el teclado de Derek Sherinian. Con la voz de Ralf Scheepers al frente le da un filón muy heavy y clásico al disco. Es fácil retrotraerse a 1981 en base a la energía e inspiración del tema.
Más lenta y ondulada es la aparición de Joe Lynn Turner en escena con el medio tiempo “Don’t Die On Me Now”. Con Simon Philipps a la batería, se trata de un tema algo menos contundente en ese aspecto y más creativo. El solo de Schenker, dramático y sentido, le resume en menos de treinta segundos como guitarrista.
La aparición de Ronnie Romero en escena llega con la rápida “Knight Of The Dead”, que Romero borda con maestría y descaro. Se nota que ha crecido con ésta música, que es lo que fluye por sus venas y que sus referencias son las correctas. La unión de su voz rasgada y enérgica y el riff stacatto e imbatible de Schenker es simplemente perfecta. Me sorprendería mucho que Romero no tomase un rol más continuo en la carrera de Schenker. Suenan, simplemente, demasiado bien juntos.
“After The Rain” es un baladón tremendo con Michael Voss encargándose de todas las partes vocales y un crescendo final que contiene una melodía instantáneamente familiar que te reconfortará, como un viejo pero cómodo sofá. Schenker cuenta con la colaboración de Bodo Schopf en la batería por primera vez en el disco.
“Devil’s Daughter” cantada por Ralf Scheepers es una caña de canción, repleta de doble bombo y un sabor a los temas de MSG de los dos primeros discos en cuanto al deje de hard rock gamberro ochentero y festivo. La entrega vocal de Scheepers es alucinante para un tipo que pasa la cincuentena y que lleva toda la vida desgañitándose al frente de Primal Fear.
“Sail The Darkness” ofrece un medio tiempo con un Ronnie Romero que trabaja las melodías vocales con maestría y con el conocimiento de quien ha estudiado los dejes y aspectos distintivos de la voz de los grandes de los años ’70 y ’80 y que los incorpora a su estilo vocal con soltura. Con un toque melancólico y decididamente más melódico, Romero brilla junto a la guitarra de Schenker en una evocadora pieza que navega con increíble destreza y finaliza de manera un poco abrupta pero con buen encaje.
“The Queen Of Thorns And Roses” es un tema animado, up tempo, con la voz de Michael Voss ofreciendo contraste melódico respecto a la garra de Romero. La manera en que la guitarra de Schenker responde a las lineas vocales de Voss es magistral y demuestra que la creatividad del alemán no se da por vencida. El solo de outro es tremendo.
“Come On Over” posee un riff muy ochentero, que podría haber estado en discos como “Assault Attack” o “MSG” y los colores de la voz de Romero acercan mucho a esa época, sin duda. Sin embargo, “Sangria Morte” nos aporta la mejor colaboración entre Schenker y un Joe Lynn Turner en estado de gracia. La manera en que la voz de Turner, un clásico impepinable de la misma época que Schenker, casa con los riffs y melodías del maestro habla por sí sola. Del mismo modo que sucede con Romero, una vez comprobado el resultado, lo que nos extraña es que no haya un disco completo de Turner/Schenker en el futuro.
El disco se cierra con la nueva versión de “In Search Of Peace Of Mind” que Schenker ha grabado junto a Romero, Barden, McAuley y White. Un viaje a la mente creativa de un chico de quince años que en apenas una semana dejó una huella indeleble en el mundo del incipiente rock duro europeo de principios de los ’70. Grabada para “Lonesome Crow”, el primer disco de Scorpions editado en febrero de 1972, la pieza se ve alargada hasta más de seis minutos en esta versión que pone los pelos como escarpias. Los contrastes entre las distintas voces de los implicados ofrece distintos colores sobre un clásico a menudo infravalorado en el catálogo de Scorpions pero que demuestra el porqué la banda tuvo en el Schenker pequeño a su principal arma en un primer momento. Y no hay más que ver lo que Schenker parió más adelante en UFO o en discos como “Lovedrive” de los propios Scorpions. Pero como el propio guitarrista dice, siempre que se acerca a su hermano Rudolf, sale escaldado. Sirva este tributo a su pasado como lo más cerca que jamás vamos a estar de que Michael recuerde sus viejos tiempos de Scorpions.
Ya fuera del disco, como bonus track, encontramos un último tema, titulado “Fighter” y nuevamente con Ronnie Romero a la voz, que es una pieza a medio tiempo, cadente y llena de buenas melodías de hard rock ochentero, con buenos colchones de teclados de Steve Mann a juego. De hecho, desde aquí propongo una recogida de firmas al respecto.
Las palabras del maestro
Una charla con Schenker siempre es intensa y densa. Cualquier respuesta del guitarrista no baja de cinco o seis minutos de duración y sus reflexiones, análisis y explicaciones son tan lucidas como las de una persona de 65 años que lo ha visto y vivido todo. Desconfía del artista veinteañero que está subiendo y tiene mentiras que contarte para llegar al triunfo. Confía en el tipo que está de vuelta de todo y que no tiene miedo a llamar a las cosas por su nombre. Schenker se ubica en esa segunda categoría y departir con él es el equivalente a subirse a una montaña rusa en un parque de atracciones. De algún modo sabes que acabarás en el lugar correcto pero por el camino te esperan curvas, subidas y bajadas.
“He usado el Marshall JCM800 de 50W y alguna otra amplificación para las acústicas, pero sobre todo la Flying V de siempre”, dice Schenker sobre el equipo que ha usado en este álbum. “El disco ha sido todo un viaje. En un primer momento iba a ser un disco con un bajista, Barry Sparks, un batería, Bodo Schopf, un teclista como Steve Mann y Ronnie como vocalista”, explica. “Con las restricciones del coronavirus en distintos países todo ha sido más complicado. Cuando mañana vuelva a Reino Unido me tendré que pasar 14 días en cuarentena, por segunda vez, y esto son unas grandes vacaciones para mí que me permiten hacer muchas cosas creativas”, se ríe el guitarrista.
“Hemos tenido que bailar con esta situación y pensar ideas que se pudiesen llevar a cabo. Al ser el 50º aniversario de mi carrera, quería hacer algo especial y nos encontramos con que Ronnie Romero se encontró con que tenía que hacer cuarentena y con mucho trabajo contratado, lo que no le permitía poder darse el lujo de perder dos semanas de cuarentena cada dos por tres. Por eso Michael Voss, mi productor, ofreció la idea de Joe Lynn Turner. Y yo dije ‘venga, ¿por qué no?’. Es una buena opción si estaba interesado. Así que Michael y Joe quedaron y salió rodado.
De la nada apareció la opción de trabajar con Brian Tichy a la batería. El quería contribuir al 50º aniversario de mi carrera como músico y acabó tocando en seis canciones y lo hizo gratis. Tan solo quería ser parte de todo esto. Bodo Schopf está viviendo en Italia y tiene una buena situación que le ha permitido montarse un estudio en casa para grabar todo.
Antes de este disco estuvimos ensayando durante mucho tiempo para unos shows en Japón con más de cinco horas de música y un set A y un set B donde iban a tocar Simon Philipps y Bodo Schopf. Pero con el coronavirus todo eso se tuvo que cancelar. Ensayamos todos juntos en Brighton, en el Reino Unido, y eso le sirvió a Bodo para inspirarse con el estilo de Simon Philipps y su sonido de batería. Cuando el corona comenzó, Bodo tuvo problemas de salud y no quería meterse en un avión y hacer cuarentena así que decidió copiar a Simon y construirse un estudio de primera línea en casa para grabar las baterías. Y además, eso le permite poder hacer trabajos de sesión para otros músicos sin moverse de casa”.
Sobre los vocalistas que participan en el disco, Schenker se muestra especialmente sorprendido con Ralf Scheepers. “Le pregunté a Michael sobre qué vocalista podría funcionar en determinadas canciones. Yo no escucho música, porque me dedico a crear y no tengo la menor idea de lo que la gente escucha y lo que es popular o quienes son los artistas destacados ahora. Mi compañera me sugirió a Ralf Scheepers de Primal Fear y dije ‘vale, vamos a ver’. Ella también es músico y tiene oído para las cosas. Como Michael le conocía porque los dos viven en Alemania fue todo rodado y Ralf estaban encantado de colaborar en el disco. Al final canta dos temas en el disco. Cuando escuché la primera, ‘Drilled To Kill’, me quedé alucinado con su voz. Es increíble el rango que tiene. Eso me permitió hacer temas más metaleros, que es algo que buscaba en este disco.
Brian Tichy nos recomendó a Derek Sherinian para el disco, que es el teclista que solía estar en Dream Theater. El caso es que cuando escuché la canción y vi el duelo de teclados y guitarra que habíamos conseguido me quedé alucinado. Era la primera vez en mi vida que hacía algo así y fue toda una revelación. La manera en que lo que él hacía complementaba mi guitarra fue increíble. Tanto que fue la canción que escogí para abrir el disco. Ha habido tantas contribuciones increíbles en este disco que pienso que no habríamos llegado hasta aquí sin el coronavirus. Al tener los elementos en contra tuvimos que ser creativos y buscar la manera de hacer un gran disco de celebración con las posibilidades que existían en ese momento”.
La vuelta de Michael Schenker Group en el noménclator no evita que Michael Schenker Fest vuelva a sacar la cabeza en un futuro cercano, según el guitarrista. “Michael Schenker Fest es algo que siempre va a estar ahí y que seguiremos haciendo cuando la gente se pueda permitir pagarnos por ese concepto”, se ríe jocosamente. “Este es el 50º aniversario de mi carrera, He usado el nombre de Michael Schenker Group porque podría ser cualquier line-up, ya que he usado muchos en el pasado”.
Sobre la exactitud de los 50 años de su carrera, algunos arquean la ceja porque el primer disco de Scorpions llegó en 1972, de modo que técnicamente el 50º aniversario tendría lugar en 2022, Pero Schenker pone orden rápidamente: “Mi 50º aniversario se basa en cuando la música fue creada y yo grabé las canciones de ‘Lonesome Crow’ en 1971. Yo tenía 15 años cuando grabé aquel disco y tenía 15 años cuando compuse la canción ‘In Search Of The Peace Of Mind’. Cuando el disco se editó fue 1972 y yo ya me había ido a UFO. La celebración no es por la fecha de edición, sino por cuando yo grabé mi primer disco, y eso fue en 1971”.
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