Dos compañeros tuvieron la suerte de ser las primeras personas en España en escuchar el nuevo trabajo de Meshuggah. Hemos querido saber sus impresiones desde ambos puntos de vista para ver las coincidencias respecto a su opinión y también las posibles divergencias de criterio. Aquí os dejamos sus testimonios sobre la listening session de 'Immutable', lo nuevo de Meshuggah.

Marc Fernández: No existe en el mundo un grupo capaz de aunar a los fans más variopintos del metal con la presteza con la que Meshuggah lo consigue. Su improbable mezcla de estilos sigue logrando que millones de fans de la música alrededor del mundo se queden boquiabiertos o con la ceja enarcada a partes iguales. Su próximo lanzamiento siempre es motivo de impaciencia en la comunidad, y con el pistoletazo de salida para la campaña promocional de ‘Immutable’ a punto de dispararse, la banda nos convoca a una Listening Session para compartir de primera mano sus impresiones.

Magia en vías de extinción

Las Listening Sessions son una práctica que lamentablemente está cayendo en desuso, pese a que en su día era uno de los mayores acontecimientos que podías vivir si te dedicabas a la prensa musical. Era ese momento en el que la banda, con todo su poderío y reputación, entregaba un producto aún virgen y a veces hasta incompleto a la merced de un grupo de personas cuyo criterio podía ensalzar o hundir un lanzamiento.

Más allá de lo importante que era para la banda, suponía un codeo directo entre los músicos y su guarda pretoriana con los medios responsables de hacer llegar sus palabras a los fans, una simbiosis directa que al final refuerza el aspecto más humano de esta industria. Aún así, y aún cuando el maltrecho mercado de la venta física de CDs no hubiera hecho ya bastante por menoscabar estos eventos, allá por 2020 llegó un virus que solo iba a estar un par de semanas, pero que dos años después sigue condicionado todas nuestras relaciones.

Pero ya basta de ser tan fatalistas, porqué dentro de la rareza de estos tiempos oscuros, hemos tenido la increíble posibilidad ya no solo de escuchar ‘Immutable’ en su integridad, sino de hacerlo con la banda en una experiencia única y que nos recuerda lo buenos que son estos momentos genuinamente humanos entre amantes de la música. No, no se hizo en su estudio, con una taza de café en mano, un catering intachable ni con la posibilidad de estrecharle la mano al artista después, pero el covid nos ha vuelto espabilados, y al final, sin gastar ni un solo céntimo en aviones, hostales o caras comidas de emergencia en el bar de un aeropuerto, logramos reunirnos un grupo considerable en Zoom para escuchar el nuevo trabajo de Meshuggah.

Un buen grupo tal vez sea un término demasiado vago y poco ilustrativo de la importancia del momento. En la llamada somos la friolera de75 personas, contando a la banda, su gente y unos pocos representantes de discográfica que lo supervisan todo con aspecto ominoso. La sala se va llenando poco a poco, y mientras esperamos la banda bromea y charla con nosotros, obviamente añorando los encuentros en persona y rebosando humildad. Antes siquiera de empezar, aquello ya se había convertido en una entrañable sesión de reencuentros.

El relaciones públicas indiscutido de la banda es un Tomas Haake parlanchín y que no deja de lucir una sonrisa que se pierde en las profundidades de su espesa barba de mago errante. El ambiente de una sesión así es una forma fácil de saber si el grupo confía en su producto o no. Una banda que se ha visto presionada a sacar un trabajo en el que no confía, estará recelosa y distante, como si en vez de hablar de su bebé estuviera esperando para pasar la ITV y volver rápidamente a casa.

En cambio tenemos al señor Haake saludando a todo el mundo y bromeando sin parar, como si en vez de ser uno de los baterías más importantes de la historia fuera un niño que se muere de ganas de llagar a casa y enseñarle a sus padres los cuatro riffs que ha grabado con su móvil.  No hemos empezado con la escucha y no puede resistirse a revelarnos aún más detalles sobre ‘Immutable’.

“Es el álbum más largo que hemos hecho jamás” nos explica con un tono de incontrolable emoción en su voz “Hasta cierto punto hemos querido volver a esa libertad que teníamos al principio. Ya sabéis, cuándo empiezas como banda y haces lo que te da la gana porqué no tienes que rendirle cuentas a nadie”.

Finalmente nos mandan unos códigos por el chat, todo el mundo se silencia los micrófonos y comienza la magia. El álbum arranca “Broken Cog”, que nos traslada a la brutalidad de sus inicios como un mazazo irresistible. Es más pesada que cañera, y se siente más como una introducción, pues Jens Kidman enfoca las melodías vocales como una narración. “The Abysmal Eye” tiene un ritmo pesadísimo y super salteado marca Meshuggah, y tiene toda la pinta de que será el single de ‘Immutable’, pero en mi humilde opinión, “Phantoms” se alzó como otra de las grandes ganadoras entre los periodistas, una canción ideal para ejercitar los músculos del cuello sin salir de casa y compleja hasta decir basta.

En esta clase de eventos cuesta mucho hacer una review con cierta validez, y para obtener una opinión en profundidad y contrastada de ‘Immutable’, lo mejor será que leáis la que podamos subir en un futuro. Hay que tener en cuenta de que solo pudimos escuchar los temas una vez y en el contexto de un evento con la banda, por lo que las conclusiones que pueda sacar no solo se basan en una primera impresión, sino que además se verán edulcoradas por las expectativas que hay sobre esta nueva música y por el hecho de tener el honor de experimentar algo así con los mismos artistas.

Pese a todo, estas primeras impresiones son buenas, y el resto de los periodistas de todos los rincones del planeta no dejan de hacer observaciones y bromas por el chat. “God He Sees In Mirrors” suena como los álbumes más recientes, te agarra del cuello y no te suelta en cinco minutos y medio. Tiene un cambio en la marca del minuto que enloquece a la canción y al personal, que, entre otras observaciones jocosas, comentan que no les importaría que sus vecinos llamaran a la policía si es para escuchar este tema a todo volumen.

La larga “They Move Below” tiene una extensa intro muy tranquila que se siente como una transición en el ecuador de ‘Immutable’, que desemboca en una locura poli rítmica que pone de manifiesto lo futil que es tratar de apreciar al 100% temas tan complejos y espesos con una primera escucha. “Black Cathedral” tiene los riffs del mejor black metal con la base rítmica del excelso nivel técnico de Meshuggah, logrando sonar como si Emperor y Mastodon hubieran tenido un bebé. Finalmente, “The Faultless” tiene un opening arrollador y no levanta el pie del acelerador en toda la canción, sirviendo como un clímax que culmina la hora y cuarto de escucha intensa por parte del variopinto grupo que nos habíamos reunido en esta sesión.

Una Unanimidad Absoluta

A continuación, tocaba el turno de las preguntas y respuestas, que se alargaron hasta pasada la medianoche, algo de esperar considerando el pequeño ejército de periodistas musicales que había reunidos en la sala de Zoom. Haber tratado de apuntar todas las preguntas y respuestas de la noche habría sido tanto un ejercicio de futilidad como abnegarse a redactar un artículo que fácilmente pasaría las 10.000 palabras, pero fue sencillo quedarse con las reacciones de la prensa.

Hubo una unanimidad bastante rara de ver entre la prensa musical, y es que aún cuándo solo habían pasado segundos desde que terminara el álbum, ya hubo varios que celebraban la originalidad y la complejidad de la que ‘Immutable’ hace gala. Antes siquiera de que se formulara pregunta alguna, la banda tuvo que deshacerse en “Thank You” y “You Are Wellcome” durante unos buenos diez minutos.

Siendo aventurado, se respiraba cierta aura especial en esa algarabía que había sucedido al solemne silencio de la escucha, la clase de sensación que augura que el lanzamiento de ‘Immutable’ no pasará por debajo del radar sin hacer ruido. Hay un qué en el trabajo que enseguida lo ensalza por encima de la miríada de lanzamientos que verán la luz en 2023, un todo que es más que la suma de sus partes.

Por un lado, tenemos a la banda, que se muestra totalmente volcada en su nueva apuesta y que no teme en estar hasta altas horas de la noche respondiendo preguntas, sin poner malas caras ni mirar al reloj ni una sola vez. Luego está el factor cronológico de un grupo que no ha dejado de sorprender, y que pese a tocar un estilo a priori poco comercial y orientado a un nicho muy pequeño, logró hacerse un hueco en el olimpo de las bandas más representativas del género.

‘Immutable’ se siente como este disco destinado a romper los grilletes de una era para pasar a otra, un trabajo de una inmensidad y una ambición lo suficientemente faraónicas como para complacer a los fans de siempre, pero que a la vez se siente más cercano y conciso, dispuesto a atrapar en su hora de duración al fan del metal que todavía no se haya decidido a darle una oportunidad a la banda.

Por supuesto, las primeras preguntas giran alrededor de la música. “Es como la banda sonora de un Doom, pero si los compositores hubieran sido matemáticos”, comenta un periodista italiano haciendo estallar en carcajadas a toda la banda. El ambiente distendido que han creado los músicos es tranquilizador, es el buen rollo inherente por tener confianza total en tu producto, permitiendo que las preguntas sean entre directas y cachondas, sí, pero facilitando que los músicos respondan con total honestidad.

“Con cada nuevo álbum sentimos que hemos de hacer algo un poco mejor” señala Tomas Haake, que una vez más monopoliza las respuestas de la banda “Llegados a cierto punto de una carrera, es muy fácil volverse complaciente y lanzar algo que cumpla lo justo, sin llegar a ponerte en un desafío. Es algo que desde Meshuggah hemos querido evitar a toda costa desde el día uno”.

Por el contrario, al preguntarles si la longitud del álbum implica que es un trabajo temático, Haake se muestra un poco más misterioso. “Hay conexiones y una suerte de argumento subyacente, pero no esperes encontrar una historia” comenta meciéndose la barba, como si temiera hablar más de la cuenta “No vamos a decirles a nuestros seguidores cómo tienen que interpretar algo o asumir que hay un argumento incuestionable. No es nuestro estilo dar respuestas tan sencillas. Es algo eminentemente artístico, y mi deseo es que cada uno obtenga su respuesta al final de su escucha”.

El otro gran tema por debatir es la posibilidad de salir de gira, algo que en tiempos de Covid es más difícil que nunca. “Estoy muy cansado de planear una gira que luego no se puede hacer” comenta esta vez Frederik Thordendal “Hacer un tour nunca es sencillo, pero con el virus hay muchísimos más factores para tener en cuenta. Todo el crew ha de estar vacunado, cada país tiene su propia legislación, los visados se vuelven una pesadilla, y todo este plan de más puede irse al garete con que alguien dé positivo. Cuando salimos de gira somos un grupo de más de veinte personas, por lo que estadísticamente parece demasiado probable que alguien termine contagiado y que todo acabe bruscamente”.

Pese a esta observación algo funesta, un Haake que se lo ha estado pasando demasiado bien como para terminar el evento en una nota oscura se muestra un poco más optimista. “Yo creo que 2022 será nuestro año” afirma con una sonrisa que busca quitarles hierro a las palabras de su compañero “Ya tenemos cerrada una gira europea muy ambiciosa que comienza en mayo, y a continuación nos iremos a Estados Unidos en otoño. Tenemos en mente una producción que no creo que vaya a dejar a nadie indiferente, y si todo va bien, supondrá el regreso definitivo de los grandes espectáculos y el fin de esta pandemia”.

Lamentablemente, hay un patrón que se repite en las confirmaciones de todas estas giras post covid, y es que la mayoría se saltan España. Los motivos no podrían ser más evidentes: la administración no deja de marear a los promotores con unas restricciones que no responden a un patrón lógico o médico evidente. Un día las cosas parecen haber vuelto a la normalidad, pero nadie puede estar seguro de que a la semana siguiente la autoridad autonómica de turno no vaya a decidir limitar el aforo de los recintos, obligar al cierre temprano de las salas o que directamente imponga un toque de queda que muy difícilmente puede casar con los apretados horarios con los que trabaja el atareado crew de una banda de gira.

Pese a la nota amarga que supone estarnos quedando a la cola de la recuperación cultural europea, considero que el lanzamiento de ‘Immutable’ será uno de los puntos álgidos de este año, y estoy deseando tenerlo entre mis manos para poder hacer una review lo suficientemente sesgada como para desgranar un producto de tanta complejidad.

No quiero curtir la piel del oso antes de haberlo cazado, y no considero que sea prudente inflar la expectación y clamar por algo que aún debe templarse por las grandes reacciones, pero si la música no hablará por sí misma, la elegante y humilde predisposición de una banda que ya no tiene nada que demostrar debería servir para ser un poco menos cínicos y emocionarnos por un lanzamiento que no dejará a nadie indiferente.

Otro punto de vista

Mikel Yarza: No todos los días tiene uno la oportunidad de escuchar el nuevo álbum de Meshuggah. Es más, han pasado seis años desde que Nuclear Blast publicara la última novedad discográfica de los maestros suecos del metal extremo. ‘Immutable’ verá la luz el 1 de abril, bajo el respaldo del sello Atomic Fire, pero The Metal Circus ha tenido la oportunidad de asistir a la primera sesión de escucha del anticipado trabajo.

Los seguidores de los sonidos más vanguardistas están de enhorabuena. El nuevo disco de Meshuggah es una auténtica bomba de relojería que recupera el atrevimiento original de la banda y expande sus bases estilísticas hasta limites insospechados. ‘Immutable’ es un ejercicio de genialidad inventiva, riffs marca de la casa y el sonido más demoledor del quinteto hasta la fecha. Escucharlo de arriba abajo supone un auténtico viaje de los sentidos. Con 13 canciones y 66 minutos de duración, es el disco más largo de su trayectoria.

30 años después de su álbum debut, el quinteto sueco aún sigue desafiando los cánones del metal extremo. Nos adentramos en las profundidades de internet, para ser testigos de primera mano de su nuevo recital. Estas son las primeras impresiones sobre ‘Immutable’:

1- Broken Cog

Varios golpes devastadores rompen el silencio, golpes que vuelven a repetirse tras un diminuto silencio. El ritmo es extremadamente mecánico y el riff seco, solamente salpicado por la pegajosa cola que el bajo deja antes de cada silencio. De pronto, surge una inquietante melodía y se queda suspendida en el aire, mientras el riff muta y comienza a balancearse como un columpio. Unas voces recitadas añaden aún mayor profundidad a la misteriosa atmósfera. Ya estamos dentro. De primeras, una de las cosas que más llama la atención es el apabullante sonido. Guitarras, bajo y batería forman un muro infranqueable, el primero de los trece golpetazos que prometen reventar nuestros oídos.

2- The Abysmal Eye

Tras el sólido inicio suben las pulsaciones y llega la caña bruta, un riff de mayor velocidad que se revuelve sobre el doble bombo y se convierte pronto en un nuevo y pegadizo groove. Se trata de Meshuggah en estado puro, pero, a su vez, también se abre ante nosotros un nuevo horizonte, una ventana a ritmos más abiertos y menos cuadriculados. La sección central vuelve a ofrecernos un pasaje ambiental, con muchas capas de guitarra pululando sobre las sensacionales polirritmias comandadas por el baterista Tomas Haake. Es en este momento cuando llega el primer solo de Fredrik Thordendal, miembro fundador que vuelve a la banda tras cuatro años de ausencia. Su retorno era muy esperado y el solo está a la altura, es exquisito y perfectamente reconocible. La banda rompe la canción en el tramo final con un riff muy agresivo, equiparable a un martillo que golpea tu cabeza sin pudor, una y otra vez.

3- Light The Shortening Fuse

Tras realizar los primeros derrapes por la carretera, el quinteto vuelve a endurecer el volante y se sumerge en la densidad, en ese vasto universo que ha distinguido su propuesta artística del resto en la década pasada. Precisamente, el riff principal de esta canción entronca con sus trabajos más recientes, ‘Koloss’ y ‘The Violent Sleep Of Reason’. Todavía no hemos escuchado el primer cuarto del disco, pero, a estas alturas, ya podemos identificar un patrón común a la hora de estructurar las canciones. Un riff dominante nos sumerge en el trance rítmico, y después llegan los destellos centrales donde florecen la melodía y los ritmos añadidos.

4- Phantoms

Meshuggah ama las matemáticas y esto se hace más que evidente en “Phantoms”. En esta ocasión, la banda no se limita al habitual juego de ritmos irregulares, sino que explora el mástil de la guitarra en busca de determinadas notas que dotan a la canción de un abanico armónico más amplio. Además, este es el primer tema en el que un instrumento suena en solitario. Se trata de un recurso clásico donde la guitarra se desnuda y otorga a la canción una nueva sensación. También sirve al oyente para identificar el verdadero sonido de Mårten Hagström y valorar aún más lo que el resto de instrumentos aporta al conjunto. Acto seguido, la banda vuelve a golpear con todo y el hormigón sonoro compuesto por guitarra y bajo atruena sin piedad. Varias capas atmosféricas vuelven a ser añadidas a medida que el corte se acerca a su final.

5- Ligature Marks

“Ligature Marks” echa la mirada atrás y vuelve al pulso rítmico del primer tema, aunque se denota una tendencia más marcada por explorar su groove que su atmósfera. El sello de Thordendal vuelve a estar aquí muy presente a la hora de dar un nuevo cariz a los ritmos con melodías perturbadoras. La música que estamos escuchando es tan absorbente que por momentos uno olvida que la voz también existe, que los guturales de Jens Kidman son un instrumento más en este sofisticado rompecabezas. En este sentido, la sensación inicial es que el nuevo disco cuenta con menos líneas vocales de lo habitual y más partes de extensa instrumentación. La luminosa melodía final de esta canción es una de las más fascinantes de todo el disco, al ser en modo mayor, un recurso que escasea en la trayectoria de la banda y solo está presente en su material más antiguo.

6- God He Sees In Mirrors

Retornamos al universo de la polirritmia, pero la banda sigue añadiendo más ingredientes a la cazuela. Esta vez, resulta interesante contemplar la estructura de la canción. Tras presentar el riff inicial, el quinteto echa el freno y deja a Kidman en solitario por unos segundos, antes de volver al ataque por debajo suyo con el mismo ritmo. Thordendal se luce aquí sobremanera y ofrece el solo más loco de todo el álbum, una pieza esquizofrénica que podría servir perfectamente para ambientar la pesadilla más enfermiza. También sobresale la sección final, con unas envolventes notas de guitarras que se repiten en bucle y se difuminan progresivamente, hasta alcanzar el silencio absoluto.

7- They Move Below

La canción mas larga del álbum llega justo en su parte central, dura casi diez minutos y arranca con unas guitarras limpias que transmiten paz absoluta. Los arpegios rezuman calidez y suponen una estimada bolsa de oxígeno después del perpetuo castigo auditivo. La tranquilidad finaliza pasados los dos minutos, con la llegada de un riff vasto y más abierto, un ritmo que vuelve a dar espacio a las melodías para florecer y al riff principal para mutar en varias direcciones. El tema transcurre como un toma y daca entre pasajes rítmicos y melódicos que van creciendo constantemente. Además, los pasajes melódicos contienen un aura realmente trágico, como si algo terrible fuera a suceder de un momento a otro. La canción brilla en su magistral finalización y se convierte en una de las más memorables de todo el disco, precisamente, por ser una de las más diferentes.

8- Kaleidoscope

Nos adentramos en la segunda parte del álbum con un nuevo bombardeo de ritmos irregulares. Llegados a este punto, uno se va fijando en matices cada vez más pequeños y, en esta ocasión, vuelve a llamar la atención el grasiento sonido del bajo, que se hace notar por debajo del riff principal de guitarra. Creativamente, “Kaleidoscope” parece ser el tema que menos novedades aporta al disco, una pieza que no sobresale por encima del resto. Pero recordemos, esta no es más que la primera escucha del nuevo álbum.

9- Black Cathedral

Casi en forma de señal, como si estuviera leyendo nuestros pensamientos, la banda nos vuelve a sorprender con un nuevo giro de guion. Suena un pasaje de guitarras con trémolo, un riff que podría pertenecer al catálogo de las grandes bandas de black metal, como sugiere el propio título de la canción. Nos mantenemos expectantes, a la espera de conocer el desenlace de este trance impregnado en distorsión, pero ese momento nunca llega y la pieza acaba siendo un interludio de dos minutos, un paréntesis antes de volver a la furia final.

10- I Am That Thrist

Resulta interesante fijarse en la conversación que los títulos de cada canción establecen con la música que los acompaña. Tras el evocador interludio, “I Am The Thirst” transmite sed literal, la inquietud de aquella persona que no acaba por encontrar lo que busca. Avanza sobre un terreno oscuro y peligroso, pero no cesa en su intento. Este tema es probablemente el más maléfico de todos, debido a las notas empleadas en la guitarra y los guturales de Kidman, más agudos de lo habitual. Mención especial a la sección final, donde rompen con el riff principal y sorprenden con el riff más ambicioso de todo el disco, uno de esos riffs que contiene un final diferente en cada repetición y descoloca al oyente en varias ocasiones en un breve periodo de tiempo.

11- The Faultless

El arranque de este tema retumba como los pasos de gigante de un dinosaurio. Después, modula su intensidad y se repite en varias ocasiones, hasta el punto de preguntarnos si no estamos volviendo a escuchar la misma canción una y otra vez. La continuidad es, sin lugar a dudas, una de las características más distintivas de Meshuggah, pero, en realidad, los riffs que hemos estado escuchando son significativamente diferentes entre ellos. A fin de cuentas, esto se debe a que la banda es capaz de sumergir al oyente en un trance sensorial absoluto donde pierde la perspectiva de lo que ha sucedido hace apenas 15 minutos. Este tema sirve para identificar otra tendencia compositiva del quinteto: los nuevos riffs, aquellos que rompen con la tendencia dominante de las canciones, siempre llegan en su segunda parte.

12- Armies Of The Preposterous

Como si de una armada real se tratara, “Armies Of The Preposterous” ataca con uno de los arranques mas letales del disco, similar al inicio del segundo tema, “The Abysmal Eye”. La banda vuelve a incorporar dobles bombos y ritmos más veloces de lo habitual. En ocasiones, el pulso del riff principal recuerda a “Bleed”, una de las canciones más aclamadas de la banda, sobre todo en la sección central, donde el quinteto muestra su destreza para sacar el máximo partido a un mismo riff. Se trata de una perla muy ingeniosa y uno de los temas que debería pasar el corte de cara a las actuaciones de directo, uno puede intuir que será muy disfrutada por el personal.

13- Past Tense

Cerrar por todo lo alto no es tarea fácil. En el caso de ‘Immutable’, intuíamos que la canción final no sería una más y, efectivamente, Meshuggah vuelve a desmarcarse de todos los esquemas para ofrecer una conclusión estelar. La ambientación para el cierre vuelve a ser intrigante. Los solitarios acordes de guitarra denotan fragilidad, pero toman vigor para transformarse en lo que podría ser la banda sonora de una película de terror protagonizada por bichos malignos

Sorprendentemente, la canción vuelve a mutar y se traslada a un lugar luminoso, nuevamente con arpegios en modo mayor. Se trata de un cambio fabuloso, un soplo de aire fresco y una muestra de que existe luz al final del túnel. Sin embargo, la armonía principal vuelve a retorcerse, como aquella persona que acaricia la felicidad con los dedos, pero vuelve a sumirse en su particular mar de dudas y preocupaciones. Conclusión estelar.

Una vez concluida la escucha en primicia de ‘Immutable’, arranca la ronda de preguntas con la prensa internacional que responde el baterista de la banda Tomas Haake de forma telemática. El shock hacia lo recién escuchado es de tal calibre, que los periodistas tardan en articular sus primeras palabras. Tras unos minutos compartiendo reacciones iniciales, comienza la acción. Preguntado sobre cómo se las arregla Meshuggah para crear la banda sonora del caos y la destrucción, Haake responde que su modo de componer es “muy visual”. Asegura que los miembros de la banda entienden “cada riff como una imagen” y añade que prestan especial atención a los compositores de bandas sonoras ya que identifican en ellos esa misma filosofía.

“Entendemos cada riff como una imagen”

La singular discografía de Meshuggah cuenta ya con nueve álbumes de larga duración y Haake reconoce que se cuestionan a sí mismos cada vez que afrontan un nuevo disco: “es esto que acabamos de crear nuestro estilo de inmediato o es solamente un quizás?” se pregunta, “no queremos un quizás”. El reputado baterista afirma que resulta difícil “mantener la identidad intacta” y muy fácil “perder la perspectiva” cuando uno lleva “tantos años haciendo el mismo trabajo”.

La partida y el retorno de Fredrik Thordendal a la banda es uno de los principales puntos de interés de la prensa. “Este disco suena diferente porque Fredrik apenas ha participado en él”, apunta Haake, quien puntualiza que Thordendal no ha compuesto ni producido nada en disco, se ha limitado a los solos. “Él era nuestra referencia, la persona a la que tendíamos para todo lo relacionado a la grabación y el sonido”. Meshuggah ha optado esta vez por los estudios Sweetspot en Halmstad (Suecia), donde unas pocas bandas de metal como Arch Enemy y Opeth han registrado sus trabajos. Se trataba de “un nuevo reto” y, en este sentido, Haake asegura que la partida de Thordendal también trajo a la banda “algo más de libertad” y sirvió para volver a sus raíces.

“La salida de Fredrik Thordental nos trajo algo más de libertad”

Para Meshuggah, ‘Master Of Puppets’ de Metallica ha sido esta vez una de esas grandes referencias, un álbum que fue compuesto según Haake con la convicción de arriesgar, en un ambiente donde “realmente nadie conocía la fórmula, se trataba de coger todas las partes interesantes y mezclarlas como fuera posible”. El baterista lamenta que, precisamente, la mayoría de las bandas actuales “tiene miedo de arriesgar” y por ello resalta que han querido hacer “un disco con mayúsculas”, no una suma de pistas individuales, sino “algo que deba ser escuchado al completo”. Para Haake son “más importantes” los últimos 30 segundos de un tema y los primeros 30 del siguiente, que la propia canción en sí. De hecho, banda trata de moverse al margen de la actualidad musical y revela: “apenas escuchamos metal”.

Sobre el apartado lírico, Haake explica que la mayoría de las canciones siguen siendo “una reflexión sobre el punto en el que nos encontramos actualmente como sociedad”, mientras que existe algún tema en el que abordan los remordimientos, “tratan sobre fantasmas personales, aquello que hiciste o le dijiste mal a esa persona, los errores que nos persiguen”. En Meshuggah existen varios letristas, “Jens no lo escribe todo” dice Haake, quien durante la última década ha tratado de cuidar el diálogo en el proceso de composición colectiva de la banda, ya que, una vez en el escenario “Jens no solo tiene que decir las letras, sino que debe sentirlas”.

“Apenas escuchamos metal”

De todos modos, la auténtica novedad reside en el proceso de grabación: “esta vez Jens ha registrado todas las voces desde casa, desde su estudio personal”. Según Haake, esto ha hecho posible repasar todo el material con más tiempo, incorporar nuevos arreglos y mejorar el disco en su conjunto. Para el baterista, la voz es precisamente el elemento que “más brilla sobre el resto”.

Marc Fernández y Mikel Yarza