Con ‘Senjutsu’ a punto de lanzarse, investigar la extensa discografía de Iron Maiden puede resultar abrumador para el que acaba de descubrirlos o el que solo conoce los grandes clásicos.

Sin embargo, si algo caracteriza a los británicos es que sus composiciones son de tal calidad que un tema que podría ser el mejor de otro grupo, para ellos no es sino unos minutos destinados a llenar el cupo de canciones de un LP.

«Strange World» (‘Iron Maiden’, 1980)

Una rara avis en las composiciones de los británicos, “Strange World” pasará a la historia por ser la primera balada de Iron Maiden, y es que la doncella no gusta mucho de bajar las revoluciones ni siquiera en sus canciones más tiernas. Mientras que “Remember Tomorrow” pavimentaría el camino hacia temas con secciones a múltiples ritmos como “Revelations” o “Children of the Damned”, “Strange World” se siente como un oasis de tranquilidad en el mar de las movidas canciones que han hecho famosos a los británicos.

«Purgatory» (‘Killers’, 1981)

Para muchos en ‘Killers’ Iron Maiden plantaron las semillas para lo que luego serían las fructíferas escenas de Thrash y Speed, y es que aunque posee otra de las raras baladas de Maiden en una dulce “Prodigal Son”, son sus temas de una breve y concentrada intensidad los que lo convirtieron en un tema memorable. Pese a todo, un tema que destaca tanto por su calidad como por su nula presencia en los sets de la banda desde el ’81 es “Purgatory”, y la teoría más aceptada es que es una canción que funciona mucho mejor con la rasgada voz de Di’Anno.

«Total Eclipse» (‘The Number Of The Beast’, 1982)

La gran tapada de ‘The Number of the Beast’, «Total Eclipse» implica siempre un inmenso debate entre los acérrimos fans de Iron Maiden. Lo curioso del trabajo que puso a Iron Maiden en el mapa, es que aúna desde himnos atemporales como “Run to the Hills” o “Hallowed Be Thy Name” con relleno digno de un B-Side como “Invaders” o “Gangland”, relleno que aún así le quitó el sitio en el LP a un “Total Eclipse” que presenta a los Maiden en su faceta más ocultista y experimental. La banda ha terminado por lamentar esta decisión, aunque afortunadamente en la era digital uno puede acceder a cualquier canción de una forma casi instantánea, ¿verdad?

«Still Life» (‘Piece Of Mind’, 1983)

Otra víctima del imparable poderío de los singles que la rodearon, “Still Life” se presenta como una versión algo más oscura de Revelations, creando una atmósfera bastante extraña en Iron Maiden que aparece lentamente de la mano de un delicioso solo de Dave Murray. Como dato curioso, Nicko McBrain dice unas pocas palabras en un fragmento narrado al revés como burla a todos los cristianos reaccionarios que acusaron a la banda de satanismo durante su periplo por Estados Unidos. Además, justo antes de los solos se menciona el nombre del álbum, que sorprendentemente carece de canción homónima, por lo que para mí siempre será EL tema del ‘Piece of Mind’.

«To Tame A Land» (‘Piece Of Mind’, 1983)

Y no abandonamos el ‘Piece of Mind’ y es que el cuarto disco de Iron Maiden nos dejó grandes canciones que con el paso de los años han ido cayendo en el olvido. Inspirada en la novela de Frank Herbert, la canción iba a llamarse “Dune”, pero el autor amenazó con demandar al grupo, por lo que tal vez sea otro motivo por el que el grupo no recuerda a la canción con mucho cariño. Más allá de las motivaciones tras la animosidad de la banda, “To Tame A Land” es una épica de Maiden al más puro estilo “Hallowed Be Thy Name” o “Fear of the Dark”, y probablemente tenga una de las mejores interpretaciones de Steve Harris, que no es algo baladí.

«Losfer Words (Big ‘Orra)» (‘Powerslave’, 1984)

Esta canción tiene el triste placer de ser la última instrumental que la banda jamás compuso, y aunque fue tocada brevemente en las primeras fechas del World Slavery Tour, no regresó a los sets del grupo. Hay muchas teorías que rodean a la desaparición de esta clase de temas, desde las que afirman que la banda consideró que las canciones instrumentales son poco comerciales hasta aquellas que aseguran que desde entonces Iron Maiden prefiere incorporar secciones largas sin voz a hacer temas instrumentales por derecho propio. Sea como sea, “Losfer Words” sirve para que Maiden haga gala de su habilidad musical y de paso deje ver un poco de lo que sería “Wasted Years” en su segunda mitad.

«Deja Vu» (‘Somewhere In Time’, 1986)

La canción más cañera del ‘Somewhere in Time’ es también una que la banda parece haber olvidado por completo, pues ni en la gira homónima del ’86 ni con posterioridad ha visitado los setilists de la banda. Para muchos fans, «Deja Vu» es un auténtico tesoro surgido de los dedos de Dave Murray, que aunque compone poco, cuándo lo hace no deja a nadie indiferente. Desde las melodías duales hasta la contundente base rítmica, esta canción es 100% metal clásico, y de haberla compuesto otra banda, sin duda sería su tema más reconocido.

«Alexander The Great» (‘Somewhere In Time’, 1986)

Y no dejamos el ‘Somewhere in Time’, y es que este disco parece condenado a ser recordado por la banda solo por “Wasted Years” cuando en realidad cuenta con algunas de las composiciones más imaginativas y brillantes de la doncella. Aunque aparentemente «Alexander The Great» se quiso tocar en la reciente gira del ‘Legacy of the Beast’, problemas a la hora de recordar los solos hicieron que la banda la retirara del setlist. Una épica con mayúsculas, la comedida calma y los ominosos pasajes acústicos recuerdan al sonido que la banda tendría 15 años más tarde ya con tres guitarras, y aunque es una canción muy querida y conocida, parece condenada a no ser interpretada jamás en vivo.

«The Prophecy» (‘‘Seventh Son Of A Seventh Son’, 1988)

La experiencia vital inherente a la conciencia humana es en sí misma un gran misterio, y aunque estemos constantemente rodeados por ella, jamás habrá un misterio mayor que el motivo que empujó a Iron Maiden a no interpretar íntegramente el ‘Seventh Son of a Seventh Son’, lo que entre otras cosas habría supuesto escuchar “The Prophecy” en vivo. Con unas melodías de voz y de guitarra que recuerdan a lo que en aquel momento era el floreciente power metal, “The Prophecy” es una pieza que posee una originalidad extraordinaria, incluso para los cánones de Iron Maiden. Solo escucha en la deliciosa outro con las guitarras acústicas gemelas de Murray y Smith y dime que es olvidable.

«Tailgunner» (‘No Prayer For The Dying’, 1980)

Si comparamos este tema con el resto que conforman esta lista tal vez no pase tan fácilmente desapercibido, pero seamos honestos: ¿quién recuerda el ‘No Prayer For The Dying’? Más allá de un “Bring Your Daughter to the Slaughter” que auguraba el potencial de Dickinson en solitario, la misma banda parece avergonzarse del batacazo que supuso este lanzamiento, en el que, pese a todo, hay espacio para canciones tan pegadizas y eminentemente Maiden como “Tailgunner”, pese a que para muchos es el hermano fracasado de “Aces High”.

«Fear Is The Key» (‘Fear Of The Dark’, 1992)

Iniciando con un medio tiempo y una pesadez bastante poco usuales en Maiden, “Fear is the Key” es la segunda canción con Fear en su título del irregular ‘Fear of the Dark’, y supone un soplo de aire fresco para una formula que a esas alturas amenazaba con estar trillada. Tratando un tema tan relevante para la época como lo fue el VIH y la muerte de Freddie Mercury, abraza una temática para un grupo que siempre ha estado más cómodo abrazando la historia, la mitología o algún delirio ocultista.

«Blood On The Worlds Hands» (‘The X Factor’, 1995)

Aunque la era Blaze Bayley siempre será recordada como el momento más bajo de Iron Maiden, lo cierto es que con el beneficio de la perspectiva es más fácil disfrutar de algunas de sus canciones. “Blood on the Worlds Hands” se imbuye profundamente de la oscura atmósfera que rodeó al polémico ‘The X Factor’, presentándose como una lenta y ominosa progresión a medio tempo que por desgracia se ve mermada por la plana producción que sufrió el trabajo.

«Como Estais Amigos» (‘Virtual XI’, 1998)

Siguiendo en la era Bayley, “Como Estais Amigos” presenta una canción dulce y desgarradora que busca acercar a los británicos y a los argentinos tras la terrible guerra de las Malvinas que había ocurrido apenas una década antes. Con sus pasajes en acústico y sus arreglos orquestales, es otra extraña balada al más puro estilo de Iron Maiden que afronta con elegancia un tema muy delicado y complejo, y que justo por ello no debería ser olvidada tan fácilmente. Más allá de la temática, la canción presenta algunos de los elementos que serían los protagonistas de la reunión que estaba por venir, el exitoso ‘Brave New World’.

«Dream Of Mirrors» (‘Brave New World’, 2000)

Aunque sin duda se trate de la canción más épica del celebrado ‘Brave New World’, este gigantesco tema se ha visto atrapado en la sombra de himnos que marcaron el retorno de la formación más querida de la banda. No es una joya en el sentido estricto, pues como “Alexander the Great” es un tema muy querido por los fans y que no ha tenido mucha presencia en los sets de la banda. Pero pese a todo, basta con ver la ejecución de «Dream Of Mirrors» en vivo en el Rock in Rio de 2001 para entender qué hace de esta canción algo excepcional.

«Face In The Sand» (‘Dance Of Death’, 2003)

Hay un motivo por el que «Face In The Sand» nunca ha sido interpretada en vivo, y es que es el único tema en la amplia discografía de Iron Maiden en emplear doble pedal, algo que Nicko McBrain definió como lo más difícil que ha hecho en su carrera. Con esa novedad en el sonido de la banda, el tema se desenvuelve con una naturalidad que, si bien no es extraña en Maiden, le otorga una profundidad a su sonido que no ha vuelto a verse en toda su carrera.

«These Colors Don’t Run» (‘A Matter Of Life And Death’, 2006)

Oscura y progresiva, esta canción refleja lo mejor del criticadísimo ‘A Matter of Life and Death’, álbum que, todo sea dicho, solo es tan odiado porque la banda se empeñó a tocarlo íntegramente en sus presentaciones en 2006. Pese a todo, el trabajo dejó algunos temas para el recuerdo, el más destacable siendo este “These Colors Don’t Run” que logró aunar los elementos grandilocuentes de las épicas del grupo con el gancho de sus cortes más comerciales.

«When The Wild Wind Blows» (‘The Final Frontier’, 2010)

Una canción especialmente relevante en tiempos de pandemia, “When The Wild Wind Blows” se presentó como el punto más álgido y épico de un ‘The Final Frontier’ bastante cojo, y lo cierto es que la canción cumple. Con más de 10 minutos de duración y una ejecución teatral por parte de Dickinson, supone la unión de todo lo que hace buena esa época más progresiva conocida como los Maiden de los 2000, y no puedo sino esperar que regrese a las presentaciones de la banda en algún momento.

«The Empire Of The Clouds» (‘The Book Of Souls’, 2015)

A pesar de que en su día hubo bastante expectación alrededor de esta canción por ser la más larga que Iron Maiden jamás había compuesto, el hecho de que el grupo no la interpretara en la gira hizo que poco a poco fuera cayendo en el olvido, pese a que muy probablemente sea de los mejores temas que el grupo ha compuesto jamás. Con una intro a piano como no se había visto jamás en una canción de Iron Maiden y una cuidada orquestación, “The Empire Of The Clouds” es un épico viaje que narra el trágico accidente del zepelín R-101, así como una canción que ningún fan del grupo debería perderse.

Marc Fernández