Javier Bragado: Detrás de la cámara (IV)
Después de conocer cómo Javier Bragado empezó a interesarse por la fotografía, cómo posteriormente pasó a dedicarse a ella expresamente y las bandas y festivales con quienes nos ha explicado sus vínculos, hoy llegamos a la última entrega de la “mini biografía” del fotógrafo hasta la fecha.
Si conoces a Javi sabrás mínimamente cómo es su personalidad. Si te has cruzado con él en algún concierto, en un foso o en cualquier lugar o has intercambiado algún parecer o contenido en redes sociales, es posible que hayas adquirido una imagen (mejor o peor) de él, y también es bastante probable que no hayas tenido ninguna clase de contacto con él (no es tan famoso aunque le hayamos dedicado, con esta, cuatro publicaciones).
Javier Bragado desde el foso
Puedo hablar de Bragado tanto profesionalmente al haber formado equipo en distintas ocasiones como en calidad de amigo, ya que más allá de lo que nos une el curro también hemos disfrutado de viajes de ocio con más colegas y comilonas muy magnéticas. En el tiempo desde el cual conozco a Javier, como fotógrafo es un fuera de serie cuando trabaja de forma individual, pero en equipo también; a nivel personal deja bastante que desear (jaja salu2, es broma). Ahora en serio, es buen tío, pese a estar rodeados de troleadores como yo que intentamos liarla más que respirar.
¿Cuál es el problema? ¿Por qué hablo ahora de esto? Pues porque de vez en cuando, sea por envidias, malentendidos o por las razones que sea, se habla mal de la gente por motivos que muchas veces no tienen fundamento alguno. De esto también quisimos hablar con Javier Bragado, quien nos comentó que “en ocasiones pasan cosas por no pararte a charlar con otras personas. Al final todo el mundo está expuesto en redes, y damos una imagen que la gente puede percibir como positiva o negativa. Tendemos a quedarnos con esa primera imagen que nos lleva. Eso implica que a veces hay confusiones y es más fácil criticar antes de conocer a alguien”.
En conciertos de sala y festivales es donde es más probable que coincidas en el futuro o ya hayas coincidido con Bragado, ya que es el entorno público por el que más se mueve, y acerca de la gente con la que se relaciona o ha tenido contacto en este entorno también nos ha hablado: “soy consciente de mis debilidades y virtudes. Yo de primeras no soy el más simpático, en primer lugar porque soy muy tímido y me encierro en mi burbuja, y en los bolos o festis voy muy centrado.
En algún Resu me dijeron que parecía rancio por no hablar o tomarme una caña con ellos. Yo me pongo nervioso y preocupado, y me tenso. Lo último que pienso es en relacionarme. No lo digo como una virtud, realmente es una cagada, y me ha dicho gente que esté más tranquilo y sea más amable, pero no lo puedo evitar. Estoy concentrado en lo que hago y pensando en mis movidas. Igual que te digo que a priori soy un rancio, he sido así desde pequeño, mis colegas me llamaban gruñón.
Si estaba concentrado estudiando y me llamaban los colegas para hacer algo, les decía de mala manera que estaba estudiando, pero me conocían. Siempre he sido así. De quienes han tenido prejuicios hacia mí que luego han venido y hemos hablado un rato, al final sucede lo mismo. Nunca he hecho nada con maldad, todo lo contrario. No le puedes caer bien a todo el mundo, aunque tampoco lo pretendo. Estoy abierto a charlar un rato de cualquier cosa o conflicto que le pase a alguien. Somos todos gente normal y amigable, tengo hecho grandes amigos. Creo que todo eso se soluciona hablando con la peña. Pero luego al final no creo que sean envidias, sino malas intentivas por parte de los demás. Lo mejor es hablar con la gente y no prejuzgar”.
La exposición es determinante
Se habla en repetidas ocasiones de que si la escena tiene que apoyarse entre ella, que hay que tratar de sumar siempre, no restar, pero claro… luego ves dardos envenenados entre profesionales del sector por las causas que sean y, sinceramente, sorprende este discurso “happy flower” permanente cuando no se cumple desde la gente que lo promulga.
“Me sorprende ver a veces problemas de puertas hacia adentro. Fuera, veo fotógrafos de primer nivel que son gente encantadora, hablo con ellos por redes mil veces y es gente muy top, nos llevamos todos muy bien. También es cierto que cuando he ido a fuera a cubrir festivales, he ido de prensa y fui más relajado, como de vacaciones. Puedo entender a la gente que va al Resu de vacaciones, pero yo allí estoy en otro punto.
Igual que las giras, alguna vez me ha dicho la gente que no me junto, pero no puedo hacer otra cosa. Hago mi movida y vuelvo cuando acabe, no es por otra cosa, es porque es absurdo. Además te lo pueden decir compañeros, en los bolos de Dani Martín, más de uno, de dos y de tres, me bajaba al foso y comentaba todo a los compañeros como iba a pasar todo, a todo el que me ha preguntado. No habrá nadie que te puede decir que me haya preguntado algo, sobre todo cara a cara, y no haya hablado con él.
Otra cosa es que me mandan muchos correos, algunos muy raros, como uno que le presentara a Antonio Orozco, que no lo conozco. Normalmente contesto a todo, lo que me da tiempo. Los alumnos de mis talleres también te lo pueden decir. No puedes caer bien a todo el mundo y no te puedes obsesionar con eso. Habrá gente que no le guste tu imagen y tampoco puedes decirle: «oye, tío, vente a tomar una cerveza», porque no va a querer. Contra eso ya no se puede luchar”, declara Javier.
“No todas las opiniones valen en el arte”
Las críticas afectan, eso está claro, para todos, pero hay que saber cuáles tomar y cuáles no. Bragado amplía sobre esto que “con respecto a comentarios, depende quién lo haga y cómo lo haga. No puedes asumir todas las críticas de todo el mundo; se puede aprender de ellas, pero hay que ver si la intención es destructiva o constructiva. Las destructivas me dan igual, estoy mayor para esas cosas. Intento tomármelo de la mejor manera posible, puedes estar de acuerdo o no. Esto siempre se lo comento a mis alumnos y funciona, el tener a varias personas de referencia. Por ejemplo, a mi mujer no le enseño las fotos, porque no domina esa materia; debe ser alguien que entienda y tenga unos conocimientos, que sepa de lo que habla y sea sincero.
Si tú recibes una crítica les puedes preguntar qué opinan, y a raíz de eso evalúas si estás de acuerdo o no. Ahí ya valoras lo que puedes mejorar, pero tienes que buscar a alguien sincero con conocimientos. No todas las opiniones valen en el arte. En este mundo, no todo es opinable o cuestión de gustos. Hay cosas que son objetivas. No todas las opiniones deberían ser igual de válidas.
Me gusta el cine y puedo hacer una crítica de una peli, pero la de un crítico experto en cine que lleve 45 años haciendo eso va a estar objetivamente por encima de la mía. Su opinión debería tener más peso como líder de opinión sobre un tema que controla. En España se tiende a pensar que todo es subjetivo en el arte, que todo vale, y creo que eso es un error. El ejemplo básico se ve con las películas, que lo entendemos todos mucho más fácil. La típica crítica es que ‘una peli es una mierda’.
A alguien que usa el cine como entretenimiento y no sepa mucho, si le pones ‘El Nacimiento De Una Nación’ o ‘2001’ te va a decir que es un aburrimiento y una mierda, y estamos hablando de clásicos del cine. La opinión de esa persona no puede valer lo mismo que la de un experto o un catedrático de historia del cine porque no tiene las herramientas ni el conocimiento para haber entendido esa película.
Con las fotos pasa igual, sin embargo, aquí pensamos que todo es opinable. Cuando tú estás expuesto, lo estás a todo tipo de opiniones, pero hay que ver cuales tienes en cuenta y cuales no. No te puedes venir arriba ni abajo. Sucede mucho, porque la gente es educada y suele alabar y tener empatía, no obstante, no puedes venirte arriba. Si te dicen algo malo, suele ser en privado. Tienes que ser tú tu primer crítico, saber ponderar lo bueno y lo malo, y ni venirte arriba ni venirte abajo porque 3 personas que no tienen un criterio como líder de opinión dicen que no les gusta. Tienes que estar en ese nivel y aprender de todo”.
Profesionalización del sector
En España es muy difícil vivir de la fotografía, eso es un hecho. Si ya nos adentramos en el ámbito musical, el porcentaje de fotógrafos que sustentan su economía exclusivamente con esta profesión se puede enumerar sin demasiados problemas y sin emplear una cantidad de tiempo grande. En el caso del rock y el metal, ese número desciende todavía más, y Javier Bragado como uno de los que ha trabajado para vivir de la fotografía nos ha detallado cómo están las cosas y la manera de profesionarlizarlas para que el oficio prospere (es un discurso largo, pero está tan bien hilado todo que os lo dejamos íntegro para que lo “degustéis” y valoréis”):
“Con respecto a los cambios en la industria, en los últimos 3 o 4 años se ha mantenido porque hay gente que lo deja y otra que entra. Tuve una polémica con esto hace poco y me gustaría expresar mi opinión de la mejor manera posible sin parecer un cretino: en la liga de fútbol profesional te exigen estar dado de alta como autónomo para que te acrediten y un seguro de responsabilidad civil propio si eres autónomo o sino de tu empresa. Sin eso, no entras.
Un festival me parece que intentó solicitar lo mismo para dar photopass. A mí me parecía bien porque si alguien está haciendo fotos en una foto y no tiene todo en orden, es un follón y le pueden multar. Además, si se declara insolvente, el responsable civil es el fesitval por meterlo ahí, por lo que éste se cubre la espalda para no tener follones.
En todas las giras a las que he ido de fotógrafo oficial llevaba de mes en mes todos los papeles en regla. Incluso siendo la misma empresa en dos giras distintas nos han pedido todo dos veces, una para cada gira. Yo lo veía lógico, pero había gente que pensaba que queríamos hacer un gueto para quedarnos los 4 que vivimos de esto y de ese modo echar al resto.
Metallica, la Champions League de los conciertos, para unos pocos
Yo intentaba explicar que no creo que por derecho, por el hecho de que te guste hacer fotos de música, tengas que estar en un foso en un concierto de Iron Maiden y Metallica. Esto solo pasa en nuestro campo. Si me gusta el deporte, no puedo pretender ir a los cuartos de final de la Champions al principio; iré a la segunda división o a algún partido de primera flojito, y puede que en un año o dos consiga acudir al Santiago Bernabéu. Lo que no puedo pretender es estar en 5 meses allí.
En deporte se entiende, pero en música y conciertos se ve como si estuvieras limitando su pasión o su vocación. No obstante, la vocación no te da derecho a hacer cosas, hay que ganárselo un poco. No vas a solicitar el alta de autónomo para cubrir un concierto en la But, pero en determinados conciertos o eventos es una forma de profesionalizar. No limita la posibilidad de crecer, sino que así mejoras la situación del oficio.
Igual a Iron Maiden entran 6 personas, pero a lo mejor van cobrando, y si entra todo el mundo no cobra nadie. Si no lo profesionalizas no le das la oportunidad a nadie de ganarse la vida después de unos años. Si dejas a todo el mundo ir a todo y nadie cobra, no es profesional. Nunca te vas a ganar la vida, vas a hacerlo gratis hasta que te canses y lo mandes a tomar por culo. Si hacemos como en los deportes, profesionalizamos los conciertos grandes y solo entran 4 personas tendrán que pagar por las fotos.
Quizás los medios empiezan a pagar si solo pueden llevar a unos pocos fotógrafos y fotógrafos que cobren. Al contrario, en vez de verlo como cerrar puertas, lo veo como un filtro para quien se quiera dedicar a ello de verdad y se quiera profesionalizar. Tendrá la oportunidad de ganarse la vida. Si en todos los festis grandes y sitios golosos que quiere la prensa entra gente a la que se da por sentado que hay que pagar, así cobrarán. Si pasan 50 a lo loco, nadie cobra. Si tuvieras que tener todo en orden, estar profesionalizado y los medios ven que solo pueden optar a fotógrafos en lugar de mandar a gente gratis, el que tiene talento acabará llegando”.
Cuando los fotógrafos destruyen desde dentro
Una persona que entra en este mundillo sin experiencia tampoco puede venirse arriba y querer cobrar lo que puede ganar Javier Bragado si su material ni se acerca a la calidad de lo que consigue. Esto lo entiende Javi también, y añade a lo anterior que “el problema no es quien está empezando y cobra poco. Lógicamente si llevas poco tiempo no puedes cobrar como si llevaras toda la vida.
Pero si llevas 4 o 5 años, tienes cierta imagen ‘consolidada’ y estás metido en el ajo, no puedes hacer eso. No puedes tirar abajo la profesión así e ir de súper fotógrafo con tarifas por las cuales tendrías que hacer 50 sesiones al mes para comer. Un estudiante se tiene que buscar la vida como hemos hecho todos, no me meto con eso. Sin embargo, el que se carga la profesión es quien alardea pero no genera. Está mal principalmente para ese colectivo, que no tiene para comer y así nunca lo van a conseguir.
No obstante, tampoco creo que sea la culpa de ellos, ya que son los primeros perjudicados. El tema es la falta de una industria profesionalizada. En Reino Unido hay mucha web y blog, pero aquí no tenemos la diferenciación de nivel amateur y profesional como allí, todo se queda en amateur. Allí hay medios con 15 o 20 fotógrafos que viven guay. Aquí no podemos engañarnos, ni aunque fuera muy bien la industria podrían vivir 2.000 personas de esto, sino únicamente unas 40 o 50 puesto que es una cosa muy específica y pequeña.
En fútbol de primera división habrá 200 o 300 que viven de esto. Hay como una especie de creencia universal de disfrutar de la fotografía. Yo juego al fútbol con los colegas y lo disfruto con ellos, pero si digo que quiero jugar en el Real Madrid, se ríen de mí y entienden que no porque hay pocos sitios. Con la foto, la gente quiere jugar en el Madrid, estar en Maiden, en un Resu… jugar en primera. A lo mejor tienen un talento brutal pero no ha llegado aún su momento. En fútbol no vas a primera en un año, tienes que pasar por categorías inferiores y, tras 8 años de carrera, llegas. Lo que no puedes pretender es llevar un año haciendo fotos y querer estar en el Resurrection Fest cubriendo al cabeza de cartel. No debería funcionar así.
A las promotoras les interesa cuanto más ruido mejor, por eso es tremendamente complicado y muy difícil de arreglar. Además de eso estamos en un momento convulso en la industria, no se venden discos… deberíamos intentar profesionalizar. La idea de ese festival del que hablaba de profesionalizar me pareció coherente. Si eres profesional, vienes y sino, no.
La promosió
Hacemos un inciso entre tanta declaración junta para recordar que Javier Bragado hará un taller de fotografía en Madrid los días 26, 27 y 28 de mayo con prácticas en el concierto de Avantasia en el Palacio de Vistalegre. Queda una plaza, por lo que si te interesa escribe a taller@themetalcircus.com o el número de teléfono que aparece en la siguiente imagen. ¿Qué mejor manera de profesionalizarte que con el mejor? Seguimos con el reportaje y las declaraciones…
Siempre puede ir el dueño de la web a escribir y que el festival le pase las imágenes, que para algo están los fotógrafos oficiales, para distribuir a la prensa. Material no va a faltar, se puede distribuir como una agencia. También existe el caso de webs pequeñas que quieren llevar a varias personas y se enfadan porque solo acreditan a quien va para la redacción. El problema es que esto no abarca para todos. Hay fotos oficiales que el festival está pagando, vas a tener lo que necesitas. Entiendo que hace mucha ilusión, es muy emocionante y lo entiendo, pero creo que hay que pasar un camino previo.
Considero que si esto está profesionalizado, el que tiene talento va a llegar. Mi colega Rodri que hace deportes hace 3 años estaba haciendo partidos de fútbol del Burgos y ahora es el fotógrafo del Real Madrid en una agencia muy importante. Lo ha conseguido debido a que tiene talento y ha tragado mucho campo de segunda y mucha mierda para estar donde está. Se puede llegar, comer y vivir de ello. Si se profesionaliza, igual solo llegan 5 o 6, pero lo harán. A lo mejor me equivoco, pero hay que tener en cuenta algo más que la ilusión. El componente fan está muy arraigado, es muy bestia, aunque lo comprendo perfectamente.
Habiendo estado en todas las partes implicadas a lo largo de muchos años, entiendo todos los puntos de vista. He estado en páginas pequeñas, me han negado un pase y me he cabreado. Ahora que estoy rompiéndome los cuernos para vivir de ello, debería ser así, sin libre acceso para todo el mundo. Además, así la calidad del material degenera muchísimo, se viene abajo. Hay gente con un talento descomunal a la que se le cierran puertas porque no hay oportunidad de ganarse la vida y tienen que acabar dejándolo por cansancio y aburrimiento.
Conozco a fotógrafos con un talento bestia que ha tenido que abandonar porque no tenía para comer. Se les niega la oportunidad de llegar. Hay que ir creciendo poco a poco y hay primera división, segunda, tercera… El fin del camino no debería ser hacer fotos a Iron Maiden, el fin debería ser hacerlas y cobrar bien por ello. Si metes barra libre en el Bernabéu y hay 1.000 fotógrafos, no tiene sentido”. (LA TURRA ES MUY REAL, PERO NO LE FALTA RAZÓN)
Planes de futuro de Javier Bragado
Sabemos que se puede hacer algo pesado leer tanta declaración junta, pero pensamos que no tiene desperdicio cada una de las palabras de Javier. Para finalizar, hablamos con el fotógrafo acerca de sus planes de futuro, y al hilo de ello nos comentó que “me gustaría seguir haciendo lo que me gusta, seguir con ganas, no cansarme ni frustrarme. Estaría bien hacer alguna gira fuera de una banda internacional, viajar por Europa… seguir creciendo, haciendo cosas cada vez más grandes. La mejor manera de evolucionar es tener retos que te pongan entre la espada y la pared. Me molaría formar parte de proyectos que manejen presupuestos más grandes o algo así que te haga salir de la zona de confort y ‘pasarlo mal’”.
No todo se reduce a la música para Bragado. Ya nos comentó anteriormente en otras entregas de este reportaje dividido en 4 bloques que es un apasionado del cine, y por eso nos confiesa que “también me gustaría algo fuera de la música, publicidad o así. Me flipan los carteles de cine, me encantaría hacer el cartel de una peli. Aunque sea una película de mierda con un presupuesto de mierda, me haría una ilusión terrible, me flipa. Me encantaría hacer carteles de películas, o de teatro, sería feliz. Me gustaría más que con la música para salir un poco de lo de siempre”.
Esto no quiere decir que Javi tenga intención de dejar la música en lugar de buscar un sitio en otra industria, sino que además de lo que hace le gustaría experimentar más, como por ejemplo “hacer alguna sesión muy loca y liarla parda… al final el presupuesto es lo que hay y vas a lo fácil, me molaría hacerlo a lo bestia pero bien, sin posproducción, montar un decorado loco y hacer el salvaje. Eso en música no es factible con los presupuestos que se manejan. Es una pena porque me encantaría, a pesar de que tuviera que cobrar lo mismo. Si tuviera mucho dinero para producción haría algo loco con elefantes, tigres… a lo puto loco (risas)”.
Después de estas locuras que le gustaría hacer a Javier Bragado si dispusiera de recursos ilimitados como cuando haces los trucos de armas infinitas del GTA, este reportaje llega a su fin. Con él esperamos haber descubierto mejor la vida de un fotógrafo al que le gusta contar lo que ve y siente a través de fotografías con una visión de su trabajo que va desde la puramente artística hasta la de negocio porque, no lo olvidemos, la fotografía es una profesión y ha de seguir adelante para que haya más gente que pueda seguir el ejemplo de Javier y dedicarse a su pasión, pero claro, a base de esfuerzo, tesón y calidad, no solo de boquilla ante la galería con cuatro fotos cutres de modelos del Hacendado en el perfil de Instagram.
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