Iron Maiden capturó la fuerza de su gira World Slavery Tour en Live After Death, lanzado en 1985. Un álbum en vivo que subrayó su carisma escénico y la potencia de su formación clásica.

Para 1985, Iron Maiden estaba en la cúspide de su popularidad dentro del heavy metal. Tras el éxito de álbumes como The Number Of The Beast (1982) o Powerslave (1984), y con giras multitudinarias que los habían llevado por todo el mundo, la banda se propuso inmortalizar su potente directo en un álbum que resumiera aquella etapa gloriosa. Así nació Live After Death, grabado en la gira World Slavery Tour, una de las más espectaculares de la banda.

La música de Iron Maiden se caracterizaba por la presencia de riffs rápidos, estribillos épicos y la voz carismática de Bruce Dickinson, que se convirtió en uno de los mayores frontmen del metal. En medio de la moda glam y de otros subestilos que florecían, los británicos defendían una identidad “clásica” y potente del heavy metal. La acogida que obtuvieron en Estados Unidos, a raíz de sus persistentes giras, ayudó a que Live After Death se convirtiera en uno de los discos en directo más relevantes del género.

Scream for me Long Beach

El disco recoge grabaciones de los conciertos en el Long Beach Arena de California y en el Hammersmith Odeon de Londres, durante la World Slavery Tour. Martin Birch, productor de confianza de la banda, se encargó de dar forma al sonido final, buscando reflejar la potencia real que el grupo mostraba sobre el escenario. En las mezclas se respetó el ambiente del público, subrayando la conexión de Iron Maiden con sus fans.

El resultado fue un doble LP en el que se incluyeron grandes éxitos de la banda, como “Aces High”, “The Trooper” o “Run To The Hills”. Además de su valor musical, el disco llamó la atención por su emblemática portada, con Eddie emergiendo de la tumba y el concepto de “después de la muerte” tan en sintonía con la imagen de Iron Maiden. La energía de la banda expresada en un repertorio que incluía lo que, históricamente, ha sido observado como lo mejor de su carrera es inconmensurable. Gemas como “The Rime of the Ancient Mariner”, con su casi cuarto de hora de duración, llevaron a la banda a otro nivel de épica difícilmente superado por otros coetáneos. 

El ascenso definitivo

La prensa musical elogió el nivel de ejecución de la banda en directo y la calidad de la producción. Por su parte, los seguidores lo acogieron con entusiasmo, especialmente quienes no habían podido verlos en concierto. En pocos meses, Live After Death se convirtió en un fenómeno de ventas, ratificando el tirón de Iron Maiden no solo en Europa, sino también en países como Estados Unidos, donde el heavy metal vivía un momento de gran aceptación comercial. La banda sin embargo pagaba las consecuencias: tras una gira agotadora, las costuras de la banda se estaban tensando. La voz de Bruce Dickinson se resentía del abuso y las relaciones entre los miembros de la banda necesitaban un descanso que llegaría en los siguientes meses hasta que el grupo empezó a dar forma a su siguiente disco, “Somewhere in Time”. 

Con el tiempo, Live After Death se ha convertido en un referente ineludible cuando se habla de álbumes en directo dentro del heavy metal. Su portada se convirtió en una de las más reconocibles del género, y el sonido impecable que ofrecían esas grabaciones hizo que muchos consideraran este trabajo como uno de los mejores directos de la historia del rock duro.

Además, el lanzamiento en video que acompañó al disco reforzó la leyenda de Iron Maiden como una banda espectacular en directo, con un montaje escénico inmenso y un dominio instrumental impecable. A partir de ahí, la banda siguió escalando posiciones en los grandes festivales, y el disco quedó inmortalizado como muestra de la década prodigiosa que vivió el heavy metal en los 80.

Live After Death es un testimonio del momento álgido de Iron Maiden, que logró reflejar la experiencia de su multitudinaria gira y perpetuó la fuerza de sus himnos de estudio en un directo lleno de adrenalina. 

Post Views: 9