Giras de despedida: el adiós imposible
Las bandas clásicas del género están que se despiden encima. No paran de llegar giras de despedida, unas con más credibilidad que otras. Analizamos el fenómeno.
Llevan décadas en la carretera y piensan que ya no pueden continuar haciéndolo ni un minuto más. Creen no poder seguir soportando el peso de sus galones. Las exigencias de los tours son insoportables a estas alturas de la vida, y sus amigos de instituto, esos con los que montaron la banda de su vida, se han convertido en unos señores extraños con diferente abogado y representante.
Cada uno tiene nuevas aficiones de rico que atender, y un año después de la última mudanza todavía no han estrenado la piscina de sus nuevas mansiones, capricho tras la última boda relámpago. Ya sea por tedio, achaques de salud o diferencias irreconciliables, no pueden seguir negándolo. No hay otro movimiento relativo al grupo que pueda darle más satisfacción y dinero al mismo tiempo. Es el momento perfecto para anunciar una gira de despedida.
Una serie de fechas en el calendario en las que poner especial acento en la retirada de los escenarios, o mejor, la definitiva disolución, eso sí que les llenará los bolsillos. Porque después ya no habrá más, así que no se te ocurra perdértelos o te arrepentirás toda la vida. Todos sentimos la necesidad de acudir al menos a una de las fechas de la gira. ¿Cómo no vas a compartir ese momento tan especial? Todo el mundo debe acudir a la gran celebración de un legado como el suyo.
Un suicidio asistido para el que contarán con un montaje único, espectacular… tanto como el inflado precio de sus tickets. Un último sprint en el que todo ira más lento que de costumbre, tan vehementemente defendido por la banda como ambiguo a ojos del público. Y al final del final, afrontar la gira con el “The End” en el telón de fondo despierta una chispa que se creía olvidada, y la soledad en la mansión se plantea mas aburrida de lo que parecía. Un error de cálculo, no se podían imaginar lo difícil que era permanecer sentados por tanto tiempo.
Pensaban que era imposible seguir dignamente sobre el escenario más años, pero quedarse en casa envejece, mientras que salir al escenario con el maquillaje sintiendo el rugido de los fans es justo el tipo de vida imposible que siempre soñaron. Un sueño alcanzado en la juventud y enterrado después de cientos de cornadas en la industria. “Qué diablos, tenemos que seguir haciéndolo”.
Líneas generales de un guión al que tantas veces hemos sido testigos. Para algunos motivo de risa, mientras que para otros se trata de una estafa en toda regla. Un insulto a los fans llegó a decir Dee Snider, líder de Twisted Sister, después de que la banda colgara las botas a finales de 2016 en su “Farewell Tour” particular -un adiós que sí parece que se puede en serio-. ‘Farewell’, muchos creen que significa “timo”en lugar de “despedida”, y es que solo en el heavy metal hay ejemplos a puñados de que los viejos rockeros nunca mueren… por mucho que lo prometan.
Una y otra vez: Kiss
Todos tenemos un grupo en la cabeza: Kiss. Porque si conocemos a músicos que se visten por los pies, también tenemos claro que la banda más caliente del planeta es famosa por muchas cosas, y una de ellas es por ser una perfecta máquina de hacer billetes que no se detiene ante nada -ni siquiera cuando se enfrenta a sus propias promesas-.
Cuatro años después de que reunieran la formación original del grupo para una gira de reunión en 1996, «Kiss Alive Worldwide”, el verdadero efecto 2000 sería el “Kiss Farewell”, un tour despedida perfecto para compensar la menor venta de tickets tras la publicación de ‘Psycho Circus’ (1998). La despedida de los escenarios de Kiss tenía previsto un recorrido de no mucho más de un año; sin embargo, a finales de 2002 anunciaron que no se iban a retirar según lo planeado. Kiss siguió actuando hasta nuestros días, aunque bien es cierto que esta fue la última gira con su alineación original.
Paul Stanley se sinceró años más tarde confesando que la gira fue un intento de reflotar a Kiss de las penurias y los problemas personales unos miembros de la banda (el sector empresarial, Gene Simmons y Paul Stanley) y otros (el sector fiestero y desquiciado, es decir, Ace Frehley y Peter Criss). Un ataque de sinceridad entre tantas mentiras. El tour no fue un camino de rosas, se relataron actuaciones en vivo decepcionantes y problemas palpables entre los integrantes de la formación.
Los viejos conflictos de personalidad pasaron a primer plano. Absolutamente quemado, el batería Peter Criss abandonaba el barco tras el concierto que la banda señaló inicialmente para el final, el 7 de octubre de 2000 en North Charleston, Carolina del Sur. El contrato de reunión había expirado y todo estaba planeado para recoger los trastos, pero Simmons, Stanley y Frehley pensaron que no habría protestas si prorrogaban la gira por otros continentes, años venideros, y más allá.
Ante un pulso económico de Criss, este fue reemplazado por Eric Singer maquillado como Criss con la intención de alargar la gira durante 2001 en Japón y Australia. Kiss prosiguieron como si tal cosa. En febrero de 2002 Ace Frehley no puede más. El guitarrista deja la formación tras su actuación en la clausura de los Juegos Olímpicos de Invierno en Salt Lake City, Utah.
Su puesto lo ocupó Tommy Thayer, que continuó usando el maquillaje y las vestimenta del guitarrista. Llegaron dos discos de estudio, ‘Sonic Boom'(2009) y ‘Monster'(2012), con diferentes tours que nos traen hasta nuestros días. “Las personas cambian de opinión”, así de fácil lo explicaron. Eso sí, la versión 2.0 de la despedida, el ‘End Of The Road Tour’que comenzó el 31 de enero de 2019 y continuará hasta nueva orden es el adiós definitivo. Palabra. Y ahora toca creerles.
Cream: al menos alguien con integridad
Con mayor o menor dosis de sinvergonzonería, lo que está claro es que el caso de Kiss ni era el primero ni sería el último, aunque desde luego no todos tuvieron el descaro de decir ‘adiós’ con la mano derecha y ‘hola’ con la izquierda. Cream esperó 37 años antes de reunirse en 2005 para una serie de conciertos especiales.
Hablamos de casi cuatro décadas, tiempo más que suficiente como para hacer tabula rasa y que el odio se transforme en nostalgia. Jack Bruce y Ginger Baker se odiaban tanto que el trío formado junto a Eric Clapton anunció su concierto final al cumplir dos años como banda. Formados en 1966, Cream fue el primer supergrupo de rock y tuvo un impacto más que significativo en la música de la época.
Sin embargo, la fecha estaba decidida, el 26 de noviembre de 1968 Cream dieron su concierto final. Cambiamos de milenio y Eric Clapton fue el culpable de organizar una reunión en 2005, cuatro shows en el Royal Albert Hall de Londres, el mismo lugar donde la tripleta realizó sus últimas actuaciones. Cream decidió seguir con su reunión por Estados Unidos en dos nuevas citas señaladas en el Madison Square Garden de Nueva York en octubre de ese mismo año.
No había reproches por parte de nadie, todo el mundo les pedía continuar con el regreso, pero Bruce tenía otros planes y pensó que nada como despejar las dudas. En 2010 se anunció de manera tajante que Cream se había acabado para siempre. Al menos tenía que haber alguien con integridad en este negocio.
Ozzy no es un buen jubilado
Si hay un experto en las giras de despedida es Ozzy Osbourne, y es que tanto en su carrera en solitario como a bordo de Black Sabbath el madman ha aprendido esa lección vital de ‘nunca debes decir nunca’. En 2019 casi todo el mundo le quiere jubilar, sin embargo, él asegura que ser músico es lo único y mejor que sabe hacer y promete que nunca se retirará del todo. Nada que ver con lo que pensaba a mediados de los ’90.
Su álbum ‘No More Tears’ (1991) estaba destinado a ser el último disco de su carrera en solitario, Osbourne expresó su cansancio después de tantas giras y locuras en la carretera, de manera que proclamó su tour de despedida, en principio planteado de corta duración. Era un descanso que entonces anhelaba, algo que le permitiese pasar más tiempo con su familia en una etapa muy difícil de su vida -si es que alguna fue sencilla- ya que, tras ciertas complicaciones de salud, se le diagnosticó de forma errónea esclerosis múltiple.
Con el juego de palabras “No More Tours”, Ozzy se fue despidiendo de sus seguidores en EEUU y Canadá a lo largo de 1992. Poco después de los dos shows finales en Costa Mesa, California, -en el que le acompañaron sus antiguos compañeros de Black Sabbath, Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward-, el Príncipe de las Tinieblas cambió de opinión. «La jubilación apesta», dijo.
Y manos a la obra, ‘Retirement Sucks Tour’se llamó la gira en la que presentó su siguiente trabajo, ‘Ozzmosis’ (1995). La carrera de Ozzy en solitario estaba muy lejos de finalizar, y desde entonces viene alternando su actividad con los compromisos adquiridos con Black Sabbath, algunos de los cuales eran (bingo) tocar con ellos por última vez. Tampoco cumplió su promesa.
En verano de 1997, Tony Iommi, Geezer Butler y Ozzy Osbourne se reunieron para que los Black Sabbath originales encabezasen el festival de metal más potente de finales de los ’90: el Ozzfest. Era la primera reunión de los cuatro miembros desde el ya comentado “concierto de despedida” de Ozzy en 1992. Los planes contemplaban más conciertos en verano de 1998, justo cuando el batería Bill Ward sufrió un ataque al corazón, momento en el que se decidió que bajo “la última cena”, se cerraba la gira de reunión.
Pasado un año de su “último” concierto en los ’90 y tras la publicación de su polémico y tijereteado DVD ‘The Last Supper’ (1999), el grupo resucita y vuelve a tener planes de futuro. Se anunciaron nuevas giras encabezando el Ozzfest con largos periodos de tira y afloja hasta 2016, fecha en la que se embarcaron en otro largo tour de despedida, “The End Tour”. Con gran solemnidad y un disco cierre de carrera ’13’ (2013) la banda concluye finalmente la gira el 4 de febrero de 2017 en su ciudad natal, Birmingham, Inglaterra.
Un final de ensueño de no ser por un par de detalles, Bill Ward, batería original, no estuvo en el tour despedida (ni en el disco ’13’), y tanto Ozzy como Iommi han empezado a dejado caer que, aunque las giras no volverán a la historia de Black Sabbath, quién sabe si algún concierto puntual podría volver a ocurrir.
Judas Priest: Incombustibles
A finales de 2010, Rob Halford quiso avisar a sus fans de que el ‘Epitaph World Tour’ iba a ser la última gira de Judas Priest. La banda había sufrido numerosas rupturas y conflictos a lo largo de los años: K.K. Downing anunciaba que no participaría en la gira y además informaba su salida definitiva del grupo por problemas con sus compañeros de banda.
Esta vez llegaba el adiós definitivo y Halford pedía a sus fans que no se sintiesen tristes: la gira se haría con Richie Faulkner como sustituto de Downing. Una vez celebrada la despedida en esta última gira todo estaba listo para una relajada jubilación. Idea que poco tiempo después ya no sonaba tan bien. En 2013 Judas Priest anunciaban su regreso. En principio descartaban giras, aunque dispuestos a hacer algunas fechas puntuales.
Luego abrían la puerta también a los tours, pero nada de hacer shows de más de dos horas cinco veces a la semana. Al final se entusiasmaron tanto que todo volvió a ser como siempre. Dos discos de estudio después, ‘Redeemer of Souls’ (2014) y ‘Firepower’ (2018), y pese a que Glenn Tipton anunció que también dejaba la banda debido al Parkinson, Judas Priest continúa con la vista puesta en el futuro con una nueva formación en la que cuentan con el productor/guitarrista Andy Sneap.
Scorpions: Año IX d.D. (después de la despedida)
También están los que dicen que se marchan pero nunca terminan de levantarse de la silla. Digamos que hay un margen elástico de tiempo en el que puede entenderse como razonable una gira despedida… periodo sobrepasado ya hace años por Scorpions. El guitarrista fundador de la banda, Rudolf Schenker, dice ahora que la gira despedida durará para siempre, una broma que parece ir muy en serio.
Una hábil estratagema para quitarle hierro a la pregunta que más le han hecho a la banda desde 2010, año en que dijeron que lo dejarían tras concluir el ciclo promocional de ‘Sting In The Tail'(2010), con fechas confirmadas hasta 2013. Los alemanes aseguraron que la culpa fue de sus fans, que ellos les dieron un nuevo chute de energía, una nueva generación de seguidores que los impulsaron a seguir de gira… y volver a grabar sus clásicos en estudio… y salir de nuevo… y celebrar su 50º aniversario… y estar tocando sin parar hasta el día de hoy.
Un periodo de despedida contradictoriamente fecundo: dos discos de estudio (‘Sting In The Tail’ (2010) y ‘Return To Forever’ (2015) -a los que se les puede sumar un hipotético nuevo trabajo en el futuro-). El retiro tendrá que volver a esperar, y lo cierto es que Mikkey Dee (ex Motörhead) aporreando la batería como un animal es una buena excusa para sacar un nuevo álbum y mirar adelante. Nada como un nuevo miembro en la banda para quitarse de encima la patata caliente de la jubilación.
Slayer… ¿Despedida cierta?
Como algunas películas, “con final abierto”, algo así parecía que también iban a plantear Slayer en su ‘Farewell Tour’. Los más bestias del Big 4 del thrash metal americano dieron comienzo a su gira despedida en 2018 sin la necesidad de tener que fijar un final en la agenda. Pese a ello, muchos se sintieron traicionados cuando pasadas 24 horas de sus dos conciertos de la gira final en España -en noviembre de 2018 en Madrid y Barcelona- se anunciaba el regreso de la banda a un festival español, el Resurrection Fest 2019.
Finalmente, Slayer quiso recalcar explícitamente que esta vez sí se trataría del último concierto del cuarteto en España, señalando igualmente cuáles serían los últimos shows que la banda ofrecería este mismo verano en los diferentes países del continente europeo por los que también se irán despidiendo.
Retirada a medias: Mötley Crüe
Con un enfoque todavía más preventivo para asegurar el cumplimiento de su promesa tenemos a Mötley Crüe. En 2014, durante la rueda de prensa en la que presentaron su ‘Final Tour’, la banda firmaba ante notario un «acuerdo de finalización de gira» legalmente vinculante, y que presuntamente impide que todos sus miembros vuelvan juntos a la carretera. ¿Lo más gamberros de la clase son al final los más leales? Pues así lo parece. El 31 de Diciembre de 2015, en su natal Los Angeles, dieron cierre a su vida en la carretera.
Teniendo en cuenta que este último capítulo lo hicieron cada uno por su lado sin cruzarse mas allá de lo estrictamente personal, todo indicaba a que la banda cumpliría su promesa (más aún teniendo en cuenta el delicado estado de salud de Mick), pero el empujón de popularidad de la adaptación cinematográfica de ‘The Dirt’ podría poner sobre la mesa ofertas muy tentadoras para cuatro cafres sin escrúpulos como Tommy, Nikki, Mick y Vince. Pese a las tentaciones, siempre podrán seguir grabando temas nuevas en el estudio sin incumplir contrato alguno, por lo que la llama sigue viva.
Nine Inch Nails: No escupas hacia arriba
Nada peor como darse golpes de pecho. Un envalentonado Trent Reznor decía sin titubeos en 2009 acerca de su banda, Nine Inch Nails: “NIN se detiene como banda en vivo. Esto acaba de llegar a un punto en el que ha invadido todos los demás aspectos de mi vida. Nunca querría ser como Gene Simmons, un anciano que se maquilla para entretener a niños, como un payaso que va a trabajar.
En mi paranoia, me temo que si no lo detengo, podría convertirse en eso». Pues no es paranoia, y no hay similitudes en relación al maquillaje, pero sí que hay cierto parecido en que por la boca muere el pez. Bocaza podría decirse en este caso. Pese a la anunciada retirada en vivo de NIN tras la ‘Wave Goodbye Tour’, a finales de 2012 el líder de Nine Inch Nails tuvo que ir preparando el terreno para explicar su regreso a los escenarios.
El megalómano artista señalaba que sentía cierto amargor respecto a sus últimos conciertos, los cuales no acabaron siendo para él la forma correcta de acabar con la banda. En febrero de 2013, Reznor anunció el regreso de Nine Inch Nails, dando detalles de una inminente gira que daría comienzo a finales de 2013 en Estados Unidos, con tour mundial posterior. Un ‘Twenty Thirteen Tour’ (2013–2014) al que siguió otro ‘I Can’t Seem To Wake Up Tour'(2017) y el reciente ‘Cold And Black And Infinite’ (2018)… ¿Alguien dijo “como un payaso que va a trabajar”? Con maquillaje no, pero con falda sí que le hemos visto.
Lo imposible hecho realidad con Ministry
De la misma generación tenemos a los Ministry de Al Jourgensen. Tras 27 años de actividad, siendo pioneros de un género y con discos de platino en su haber, Ministry desaparecían en 2008. Ministry eran asesinados por su propio creador, que aseguraba que una futura reunión de la banda sería absolutamente imposible.
Sin embargo, en agosto de 2011 un montón de euros del Wacken Open Air,fueron suficientes para que una reunión de Ministry fuese anunciada para la edición 2012 del festival alemán. De paso, Ministry publicaría más tarde varios discos de estudio, ‘Relapse’ (2012), ‘From Beer to Eternity’ (2013) y ‘AmeriKKKant’ (2018), con sendas giras promocionales por EEUU y el resto del mundo… y aquí no ha pasado nada. Y si alguien se queja, la culpa es de Donald Trump.
En el mundo del rock son ya demasiados los casos de grupos que no supieron cumplir su promesa de retirada: Status Quo, The Who, Eagles… y se puede apostar con tranquilidad a que nos quedan muchos más por ver en el futuro. Para muchos es absolutamente escandaloso, pero, en el fondo, ¿realmente le supone al público un perjuicio tan grave el que se la cuelen con este tipo de cosas? Puede que sí. Queda claro, quienes son los listos y a quienes se les queda la cara de tontos.
Siempre podremos consolarnos pensando que es mejor asistir a la nueva gira de quien ya se había despedido, que jamás poder ver un tour prometido que se torció para siempre. Quién sabe, quizá necesitemos ver el paso de los dinosaurios una vez más, el estiércol resultante de alguno de estos ‘fake tours’ podría ser el nutriente que abone el terreno en el que pueda enraizar con fuerza la próxima generación, de una vez por todas.
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