El pasado 6 de febrero de 2011, la noticia saltaba a todos los medios, tanto especializados como generalistas, que dieron una cobertura realmente inusitada. Gary Moore, el que fuera guitarrista de THIN LIZZY y dueño de una imponente carrera en solitario en los últimos cuarenta años, aparecía sin vida en una habitación de hotel de Estepona, Málaga. Moore había llegado el día antes acompañado por una mujer dispuesto a pasar unos días de vacaciones en el sur de España. Pero esa misma noche, un paro cardiaco –según se desprende del informe de la autopsia- terminó con su vida mientras dormía. ¿El motivo? Probablemente un problema cardiaco arrastrado desde tiempo atrás. Pero tanto da. El mundo acababa de perder a uno de los mejores guitarristas que han puesto las manos sobre una Les Paul. O una Fender. O una Charvel. O cualquier guitarra que existiera. Sirvan estas líneas como homenaje en este primer aniversario de su fallecimiento.

La carrera de Gary Moore y la de Rory Gallagher tienen paralelismos muy desgraciados, pero que nos ayudan a poner en perspectiva la verdadera grandeza del artista que nos acaba de abandonar. Tanto Moore como Gallagher eran irlandeses, una característica que dotaba a su estilo de una ferocidad y una personalidad que sol puede gestarse en un lugar tan castigado como aquel. Ambos eran músicos en solitario que vivían a la sombra de una banda (Thin Lizzy en el caso de Moore, Taste en el caso de Gallagher).Ambos recibían un respeto masivo por parte de otros músicos y un sector de fans acérrimos que idolatraban su figura y arte, pero su éxito no era tan expansivo como su influencia podría hacernos creer. Ambos poseían el 90% de su sonido en sus manos, no en los efectos ni en sus amplificaciones o guitarras. “Sonido distintivo”, que se suele decir. Maestría y dedicación, que diría yo. Ambos venían de entornos humildes, lo que contribuyó a que la fama les repeliera como a pocos. Y la más triste coincidencia de todas es que ambos murieron demasiado pronto. Antiguamente, morir a los 27 (como Joplin, Hendrix y Morrison) era considerado “demasiado pronto”. Pero a medida que han pasado los años y hemos ido siendo conscientes del escaso relevo generacional que tienen los grandes músicos de nuestra era, incluso morir al borde los 60 se ha considerado “demasiado pronto”.

Ciertamente ese ha sido el caso de Gary Moore, un artista prolífico, capaz de corretear por pistas estilísticas muy variadas, pero sin perder nunca el sentido de la orientación ni el ritmo en su carrera, fuera cual fuera la meta final. El presente artículo no pretende ser biográfico. A fin de cuentas, para eso existe la Wikipedia o, para los de la vieja escuela, los varios libros biográficos (aunque pocos en consonancia con su peso musical) que hay por ahí disponibles. Todos sabemos de donde viene Moore, su pasado, sus hazañas, sus equivocaciones y su innegable legado. Lo más importante es tener en cuenta lo que nos ha dejado: una discografía repleta de grandes trabajos y toda una generación de guitarristas que, poco a poco, reconocen la labor fundamental que el norirlandés tuvo a la hora de forjar sus estilos.

Durante mucho tiempo, Gary Moore fue considerado un hereje, un traidor. Abandonó el rock duro de tintes melódicos para dedicarse al blues. Muchos creen que lo hizo porque el blues era popular y quería beneficiarse económicamente de ello. Lo que pocos tienen en cuenta es que el blues era muy poco popular en 1989 y fue precisamente Moore quien lo llevó a lo más alto de nuevo. Cuando un artista de prestigio, con una carrera de éxito como la que tenía el guitarrista a finales de los ’80, decidió lanzarse a sentir el blues, muchos dientes chirriaron. “Impostor” decían unos al verle junto a BB King y Albert Collins, dejando que el blues emanara de su guitarra, aunque con muchos momentos de puro metal entre bend y bend de sus cuerdas. “Vendido” decían las hordas heavies que veían en él un desertor. Pero cuando ninguna de esas personas sabía quien era Gary Moore, él ya llevaba años sintiendo el blues y dándole salida a través de su guitarra. Pocos le reconocen el mérito, pero sin Moore no habríamos tenido la gran eclosión bluesera de los ’90 y sus futuras consecuencias, como la aparición de grandes valores actuales de la talla de Joe Bonamassa. Que un artista y un disco de blues vendieran más de tres millones de copias era casi tan impresionante en 1990 como que hoy en día cualquier banda consiga superar la marca de las 500.000 copias vendidas, considerando la caída irrefrenable del negocio discográfico.

El rock duro fue una fase en la carrera de un artista camaleónico. Su momento de crecimiento vino durante ese periodo, por lo cual es poco menos que lógico que sea aquello por lo que más se le recuerda. Pero Gary Moore era mucho más que hard rock. Desde los experimentos de SKID ROW en 1970, a los escarceos folk con THIN LIZZY en 1973, pasando por la fusión de COLOSSEUM II a finales de los 70, el rock con pes lírico de THIN LIZZY nuevamente en 1978, el pop metalizado de G FORCE en 1980, la influencia celta de “Wild Frontier” y “After the War” a finales de los 80, el ya mencionado blues, el rock alternativo y moderno de “Dark Days in Paradise” en 1997, los experimentos electrónicos de “A Different Beat”… Moore hacía de todo, y todo lo hacía bien. O al menos, con gusto. Donde ya parecía algo desganado es en su querido blues. Sus últimos discos, como “Old New Ballads Blues” y “Bad For You Baby” mostraban un cierto cansancio y falta de ideas, propios de llevar veinte años en un mismo estilo que ya no le ofrecía mucha variedad. Es revelador que Moore decidiera volver a recuperar en pleno 2010 a su viejo compañero de tiempos rockeros, el teclista y compositor Neil Carter, y se largara a hacer una gira europea en la que revivía los hits de su época más orientada a lo céltico. Los planes para un nuevo disco de rock duro céltico en la onda Lizzy/Moore estaban ahí y Moore debutó tres nuevas canciones en la gira que denotaban un gusto por los sonidos más duros una vez más. Culo inquieto, sin duda.

En los últimos años, Moore había sufrido cierto olvido por parte del gran público. Ya saben como es el gran público: o le das siempre lo mismo, o se confunden y no saben donde ubicarte. Moore sufrió ese problema en sus propias carnes, pero nunca comprometió su libertad musical por los dictados de la gran masa. Y es que el artista de verdad es el que hace lo que el quiere y se preocupa después por si a alguien le ha gustado. Moore era terco y tozudo, de carácter difícil según algunos, pero sincero en su arte. Y solo a través de la sinceridad uno se puede permitir el lujo de tener ese “sonido distintivo”. Podías escuchar una canción de Moore a un kilómetro de distancia, y en cuanto sonaba su guitarra, le identificabas en un nanosegundo.

Parte del éxito de Moore residía en el hecho de que siempre tuvo un oído muy hábil para reconocer las buenas melodías y lo pegadizo.  Nunca fue un gran letrista, pero siempre supo usar las palabras adecuadamente para transmitir sentimientos, aunque su guitarra le superara de largo en ese ámbito. Con sus manos y seis cuerdas podía hacerte llorar como si tu coche se lo hubiera llevado la grúa. Para muestra, un botón: “The Messiah Will Come Again”. El viejo clásico de Roy Buchanan cobraba una vida distinta en manos de Moore. Vayan al portal YouTube y busquen la versión que interpretó en el festival de jazz de Montreux de 1990. Llena de improvisaciones respecto al original que editó en su disco “After the War” de 1989, pero con el mismo o más feeling. Por no hablar de la manera en que estructuraba cada uno de sus pasajes. Parecía que tuviera una pizarra delante con los detalles de un maquiavélico plan para hacerte saltar las lágrimas. Pero no, no era el caso. El tipo estaba demasiado ocupado poniendo una de sus caras de “solista enardecido”, arqueando su espalda hacia atrás presa de la pasión con la que interpretaba, o estableciendo contacto visual con su sufrida banda para marcar lo que tocaba hacer en cada momento.

 

 

Hablemos sino de “Empty Rooms”. Busquen la versión que Moore interpretó en directo en el Isstadion de Stockholm en 1987,en plena gira de “Wild Frontier”, su disco más popular.  Los cuatro minutos del solo de outro son el decálogo de lo que un guitarrista debe hacer para transmitir algo, lo que sea, con su música. Velocidad cuando toca, pero siempre precedida de bends y sostenidos que hagan sitio para el ataque que se avecina, haciéndolo así doblemente letal. Y estamos hablando de una balada. Su asincopaciones contra la batería del veterano Eric Singer son de órdago. Pero en ningún momento pierde el sentido de lo que quiere hacer: emocionarte.  Pasar lo que el siente, desde sus dedos a tu corazón. Y lo consigue.

 

 

El Moore más bruto también tenía su gracia. Los solos de “White Knuckles”, modificados a medida concierto tras concierto, eran legendarios. Ahí tenías a Moore, subido en una plataforma hidráulica, varios metros por encima de las cabezas de sus acólitos, haciendo un solo a la velocidad de la luz, usando viejos trucos como el de la sirena de ambulancia, o palancazos capaces de hacer temblar los intestinos de cualquiera de los presentes. Cuando le daba el punto, optaba por interpretar algunos compases del himno nacional del país en que se encontrara. Y cuando se cansaba de demostrar su valía, ejecutaba aquellos temibles acordes, le echaba una mirada a su baterista de aquel momento (Ian Paice? Paul Thompson? Bobby Chouinard? Tommy Aldridge?) y el solo finalizaba con su dosis de bulla final, Moore absolutamente perdido en el rasgueo de sus cuerdas, con cara de muy mala leche.  Moore, con la plataforma hidráulica ya recogida sobre si misma, se adentraba en el riff de “End of The World”, saltaba de la misma y la banda le seguía en su apocalíptico cuento sobre botones rojos, guerras nucleares y otras cosas de esas que dan mucho respeto. Como siempre, vayan a buscar el video de este tema, preferentemente la versión del home video “Emerald Aisles”, grabado en Belfast en 1984, y lo entenderán todo mucho mejor.

 

 

En ese sentido, el lado más heavy y ruidoso de Gary Moore solía ser el más bienvenido en sus conciertos. En la gira de 1987, su particular cénit musical de la época hard rock, las interpretaciones del tema "Out in The Fields" se iban alargando progresivamente en cada show. Al principio de la gira el tema duraba alrededor de 6 o 7 minutos, y al final de esta la cosa llegaba a los 11 minutos. Su solo central, de duración variable, solía contener una cantidad pasmosa de efectos y feedback a volumen monstruoso. Lo que en el caso de otro artista podría ser considerado simple ruido, en el caso de Gary Moore era pura musicalización de una agresión a menudo tosca y frontal. El final de la canción, con la adrenalina a tope era antológico. En éste video de uno de los conciertos de la gira americana de 1987, grabado en Detroit con Eric Singer a la batería, queda claro que hay algo intrínsecamente animal en el estilo de Moore que conecta con nuestros aspectos más primarios. 

 

 

Cuando John McLaughlin pensaba que ya lo tenía todo controlado, probablemente tuvo que echar una ojeada al trabajo de Moore con John Hiseman, John Mole y Don Airey en COLOSSEUM II, una superbanda de fusión y rock progresivo, en la que Gary militó a mitad de los 70 (incluso llegó a actuar en Valencia en 1977, si no me falla memoria!). Las estructuras de temas como “Put it This Way”, “The Scorch”, “Fighting Talk” o “Desperado” eran progresivas, si, pero con el toque cercano y comercial que tiene cualquier cosa donde Moore haya metido la guitarra. Tampoco apestaba el hecho de que Don Airey (fiel compañero de Moore en muchas aventuras) fuera casi como su sombra, doblando muchas de sus partes con el teclado y generándole un apoyo musical en sincronía absoluta con cualquier cosa que a Moore se le pasara por la cabeza.

 

 

En sus aventuras con el blues, Moore aprendió que menos es más. Poco a poco fue dejando de lado el sobreuso de la velocidad para centrarse en el efecto positivo que tenía el hecho de que sus solos respiraran cuanto más mejor. El ejemplo perfecto es el de “Still got The Blues”. Sus respuestas de guitarra a todo lo que cantaba, como sucede en “Cold Day In Hell” eran pequeños detalles que conseguían mejorar las canciones con poco. En su homenaje al mentor de su carrera, Peter Green, realizado en el disco “Blues for Greeny” de 1995, Moore lleva a su terreno canciones como “I Loved Another Woman”, “The Supernatural” o “Driftin’”, sin añadir más de lo que necesitan. Esa demostración de autocontrol y de madurez musical es lo que hace de Gary un solista modélico. Siempre puso la canción por encima de su virtuosismo. Y aún así, siempre encontró la manera de demostrar su técnica envidiable sin perjudicar el desarrollo de la canción.  En tiempos más recientes, sus solos en temas como “I Love You more Than You’ll Ever Know” convertían temas aparentemente mediocres en grandes obras. Que se dice pronto.

Que Gary Moore abandone el mundo de los vivos no debería ser motivo de tristeza desde el punto de vista artístico. Probablemente su ausencia haga que valoremos mucho más todo lo que ha hecho hasta ahora y evitará que su carrera se degrade hasta lo insoportable cuando sus dedos funcionen un poco peor, su mente sea menos clara o su cansancio le haga esforzarse menos. Pero desde el punto de vista personal, es toda una tragedia. No solo se ha ido un gran ser humano, sino un músico que dejó una marca indeleble en el imaginario colectivo de la guitarra. Por no hablar de un padre con varios hijos que le echarán mucho de menos a partir de ahora. Esa es la verdadera tragedia. Musicalmente, lo que Moore no hubiera hecho ya en los últimos cuarenta años es que probablemente no existe, así que sequémonos las lagrimas y disfrutemos una vez más de todo lo que nos ha regalado hasta la fecha. Que no es poco.

 

REST IN PEACE

Los músicos de todo el mundo lloraron la pérdida de Moore y reconocieron su influencia en distintos comentarios y comunicados. Recogemos los más destacados:

“Estoy totalmente en shock. Conozco a Gary desde 1967, cuando el estaba en PLATFORM THREE y ha sido un gran amigo desde entonces. Fue un placer tocar con Gary de nuevo en el 2006 después de su tiempo con Lizzy. Siempre estará en mis pensamientos y no me puedo creer que se haya ido” – Brian Downey (THIN LIZZY)

“Tocar con Gary durante la era de “Black Rose” fue una gran experiencia. Era un gran músico y una gran persona. Le echaré de menos” –Scott Gorham (THIN LIZZY)

“Estamos devastados tras saber de la muerte de Gary Moore. Tanto Fredrik Akesson como yo éramos grandes fans de su música desde que éramos niños. Ha sido parte integral de nuestro crecimiento musical, así que aceptamos con mucha tristeza la noticia de su fallecimiento. Uno de los mejores solistas de rock de la historia. Te queremos Gary, descansa en paz. – Mikael Akerfeldt (OPETH)

“Un gran guitarrista y, para mi, un hombre que me dio grandes canciones que escuchar y bailar. Era muy joven, solo 58 años. Una gran perdida para la música. NIGHTWISH grabaron una de sus canciones a modo de versión, “Over The Hills and Far Away”. Espero que descanse en paz. Gracias por todas las canciones que nos has dado y que tanto disfruto” – Anette Olzon (NIGHTWISH)

“Gary era un músico con muchísimo feel. Tocaba con los poros de su piel. Recuerdo como en 1988 estábamos de gira con WHITESNAKE y me hice buen amigo del guitarrista de la banda por entonces, Vivian Campbell. Solíamos improvisar mucho antes de los shows. Una noche le dije que me encantaba su solo en directo y que si me podía explicar como lo hacía. Me mostró el riff y me dijo “sencillamente toco este riff, pero lo toco por todo el mástil y parece que esté tocando algo distinto, pero no lo es”. Y luego me dijo “ah, y le robé el riff a Gary Moore”. Echaremos mucho de menos a Gary” – Mark Kendall (GREAT WHITE)

“Gary Moore era uno de los grande. Tenía sus raíces en el blues y en la potencia del rock, una combinación brillante. He tocado con algunos de los mejores guitarristas del negocio y siempre que me han preguntado si querría hacer un proyecto con alguien, yo siempre he dicho “Gary Moore”. Poca gente lo sabe, pero yo toco la guitarra. Me convertí en vocalista por accidente. Así que se apreciar lo que hace Gary desde la perspectiva de músico. Era un talento alucinante y no nos olvidemos de su voz, que era pura y honesta como su estilo con la guitarra”.

“Tuve la suerte de conocer a Gary en Dinamarca durante los días de RAINBOW. Era un gran tipo y muy humilde, lo cual me impresionó. Le echaremos de menos, porque era un original que destacaba sobre el resto. Le envío mis simpatías a su familia y amigos. Todo el mundo del rock está entristecido por su pérdida. RIP, Gary” – Joe Lynn Turner.

“Tuve la suerte de tocar la batería con Gary en su gira “Wild Frontier” de 1987. Entré en la banda de Gary a través de Bob Daisley. Habíamos grabado juntos en el disco “Eternal Idol” de BLACK SABBATH. Bob cerró la audición en Londres en enero de 1987. Pronto comenzamos los ensayos para la que sería una de las giras más exitosas de la carrera de Gary”.

“Recuerdo que practicábamos cada día en los John Henry Studios de Londres. Bob y Neil Carter vivían en Brighton y tenían que irse a tiempo de coger su último tren a casa. Gary y yo nos quedábamos e improvisábamos, solo con batería y guitarra. Tocábamos temas de THIN LIZZY o simplemente improvisábamos hasta el infinito, porque Gary nunca se quedaba sin ideas cuando se trataba de hacer solos. También tocaba guitarras legendarias por entonces. La Les Paul de Peter Green de 1958 y su Fender Stratocaster “Pink Salmon” de 1962. Obviamente no se llevaba esas guitarras de gira ya que eran muy valiosas y raras”.

“He de decir que lo que siempre me impactó de Gary fue su absoluta pasión e intensidad como guitarrista. El hombre tocaba cada canción y nota como si fuera la última ocasión en que fuera a tocarla. Pedía y esperaba lo mismo por parte de su banda”.

“He de admitir que era un poco duro con sus bateristas. Pero tan solo pedía lo que el mismo daba a su propia música. Tenías que estar totalmente entregado cada vez que tocaras con él. Me inspiraba a querer estar a su nivel cada noche”.

“Siempre le daré las gracias por la oportunidad que me dio para tocar con él. Siempre he creído que me ayudó a subir al siguiente nivel. Era un músico brillante. Fue una gran experiencia educativa que nunca olvidaré y llevaré conmigo allá donde vaya. Dios te bendiga, Gary Moore” – Eric Singer.

“Gary era un amigo y un gran hombre. Siempre respeté que jugara con sus propias reglas. No tenía tiempo para tonterías: estaba centrado y era apasionado con su música, uno de los mejores. La última vez que toqué con el fue cuando apareció como invitado en mi show del Royal Albert Hall…y lo llevó todo a otro nivel. El lugar implosionó. Cuando tocaba, lo hacía de verdad. Si no hubiera habido un océano entre nosotros y a Gary no le hubiera importado volar, habríamos creado muchas cosas juntos. Hemos perdido a un gran blues man y estoy muy, muy triste” – Paul Rodgers 

“Fue mi esposa quien me dio la noticia. Es terrible: 58 años es muy pronto. En el caso de Phil Lynott, fue trágico, y en el caso de Gary, debería haber durado muchos más años”.

“Tengo grandes recuerdos de la gira que Moore hizo con THIN LIZZY junto a QUEEN: siempre sonriente, contento y…era demasiado joven para morir. Por entonces había vuelto hacía poco a LIZZY y encajaba a la perfección: un tío que tocaba rápido, con sus staccatos a todo trapo y un poco de jazz. Muy distinto a Brian May, quien es muy fluido. Pero los músicos captan lo que hacen sus otros compañeros y Brian siempre disfrutó mucho del estilo de Gary.

“El virtuosismo es algo que ya no tenemos. Hay grandes bandas, pero el énfasis no está en el virtuosismo ya. Por entonces, todo se basaba en lo bueno que eras. Había tantos virtuosos y Gary era uno de ellos. Era toda una estrella” – Roger Taylor (QUEEN)

“Conocía a Gary Moore desde siempre. Nos encontramos muchas veces a lo largo de los años y siempre parecía que no hubiera pasado el tiempo. Tuve el honor de grabar con el en el disco “After The War”, en el tema “Led Clones”, lo cual fue muy divertido. Decir que su muerte es una pérdida trágica no hace justicia a la importancia que ha tenido. Hemos perdido a un músico fenomenal y a un gran amigo. Descansa en paz, Gary” – Ozzy Osbourne.

“Estoy impactado y entristecido por la muerte de Gary. Era uno de los grandes, tenía un talento enorme y era una fuerza musical sin igual. Yo era un fan de su música. Mis condolencias a la familia, sus amigos y fans de todo el mundo” – Roger Glover (DEEP PURPLE)

“No hay palabras para describir como nos sentimos al escuchar que Gary Moore ha fallecido. No podemos creerlo. Es un shock. Era una de nuestras mayores influencias, como guitarristas y como compositor. Nuestros pensamientos están con su familia y amigos cercanos” – EUROPE.

“Gary Moore nos dio una vida llena de música, era un gran guitarrista. Era “el” guitarrista de rock, el que tenía lo mejor de todos los ámbitos en su estilo – y eso solo podía suceder porque tenía lo mejor de todo en su corazón. A su familia y fans, mi mayor simpatía, amor y apoyo en estos duros momentos” – Ron “Bumblefoot” Thal (GUNS N’ROSES)

“RIP, Gary Moore. Un guitarrista brillante, no el nombre más conocido del mundo, pero un tipo que no necesitaba modas, trucos o imagen, solo tono y alma” – Alex Skolnick (TESTAMENT)

“Una vez más, el mundo ha perdido una voz única, un gran talento. Si no fuera por Gary Moore mi vida habría sido muy distinta. Tres tipos – Gary, Randy Rhoads y Michael Schenker- guiaron mi decisión para convertirme en un guitarrista. Recuerdo la primera vez que escuché a Gary. Había comprado “Corridors of Power” una noche cuando la tienda casi cerraba. La siguiente mañana lo puse en el tocadiscos mientras me preparaba para ir al colegio. Las primeras notas de “Falling in love With You” sonaron mientras me cepillaba los dientes y recordaré ese momento para siempre – tan solo unas pocas notas, pero con el poder de los Dioses tras ellas. Me cambió la vida. Siempre que grabo algo, lo comparo con Uli Jon Roth, Schenker, Randy y Gary y me pregunto ‘¿es tan bueno como lo que ellos harían?’. De momento, ni me acuerdo a ello. Dios bendiga a Gary Moore. Descanse en paz” – Ralph Santolla (OBITUARY, DEICIDE, DEATH, ICED EARTH)

“El domingo sentí tristeza al leer que Gary Moore había muerto. Estaba dolido, ya que conozco a Gary hace muchos años y es un gran guitarrista y amigo. Le echaré mucho de menos, aunque nos deja un gran legado de música. Mis pensamientos están con su familia. Descansa en paz, mi amigo” –Mick Box (URIAH HEEP)

“Mis condolencias a la familia de Gary Moore – uno de los mejores guitarras de la historia. Una gran perdida para el mundo de la música. Su música inspirará a muchas generaciones venidera. Dios le bendiga. Amor y respeto” – John Sykes 

“La muerte de Gary es una gran perdida. Era demasiado joven. Sus discos en solitario eran brutales” – Henry Rollins.

“Es con mucha tristeza que conozco la noticia del fallecimiento de Gary Moore. Es un gran y terrible impacto y tengo dificultades para sumir que se ha ido. Tengo muy buenos recuerdos de nuestros años trabajando juntos, como amigos y como compañeros de banda. Tengo mucho respeto y amor por Gary como persona, era increíble. Hasta la próxima y descansa en paz, mi amigo” – Bob Daisley.

“Me entristece saber que ha fallecido uno de los mejores guitarristas de toda la historia – Gary Moore. Si disco ‘Still Got The Blues’ era uno de los mejores, uno de mis favoritos. Su estilo no se puede aprender, sale del alma. RIP, Gary” – Geezer Butler (BLACK SABBATH) 

“Creciendo en los ’80 en Suecia, no podías evitar a Gary Moore. Su hard rock celta era masivamente popular allí. Como guitarrista, tuvo una gran influencia en la escena europea y en mi desarrollo. América tenía a Randy Rhoads y Eddie Van Halen, pero Europa tenía a Gary Moore y Michael Schenker. Hay muchos Gary Moore-ismos en la música de ARCH ENEMY…y eso es algo de lo que estoy muy orgulloso. Gracias por la música. RIP, Gary” – Michael Amott (ARCH ENEMY)

“Gary Moore está en mi lista de los cinco guitarristas más influyentes, junto a Jimi Hendrix, Eddie Van Halen, Stevie Ray Vaughan y Michael Schenker. Su influencia es tan notable que el lick inicial del solo de “Master of Puppets” es una variación de un lick que Gary tocaba a menudo. Recuerdo como aluciné la primera vez que escuché su disco de blues, no solo por su estilo, sino por el sonido, su tono. Recuerdo estar tan inspirado que compuse dos riffs basados en su sonido y feel, los cuales terminaron en el tema “The Unforgiven” – Kirk Hammett (METALLICA)

“Estoy muy triste por la muerte de Gary Moore. Hemos perdido a uno de los grandes. Su estilo me influyó mucho y tuve la suerte de verle cuando tocó en Grecia en el 2008. Creo que nunca he escuchado a alguien más profundo que Gary a la hora de tocar. Como uno de tus mayores fans, gracias por la música que nos diste. RIP, Gary” – Gus G (OZZY OSBOURNE)

“No puedo creer que Gary Moore haya fallecido hoy. Fue una gran parte de mi vida y un amigo íntimo. Su brillantez como músico será eterna a través de su legado musical y vivirá en el corazón de sus fans. Ha sido un privilegio conocerle y trabajar con el. Mis simpatías hacia sus hijos y su familia” – Neil Carter (GARY MOORE)