Lo mejor del Cruïlla es que a pesar de ser ya un gran festival, todavía mantiene esa proximidad y ese nivel humano que poseen festivales como el Azkena, Rock Fest, Be Prog o Resurrection. Hoy por hoy el Cruïlla es un festival ideal para perderse en la noche barcelonesa, ¡y más si toca Robert Plant!

Hace ya demasiado tiempo que Barcelona mira para fuera, hacia el turista. Desde ya hace mucho que hay una difícil convivencia entre turistas y ciudadanos. El buen tiempo todo el año hace que el goteo constante de turismo provoque que Barcelona sea una ciudad perfecta para unas vacaciones, aunque se suele pagar un precio caro. Conozco barceloneses que no pisan determinados puntos de la Ciudad Condal pues el hartazgo y la multitud lo hacen imposible. Con ello florecieron festivales como el Sónar, el Primavera Sound y el Cruïlla… Este último siempre ocupa el segundo fin de semana de julio y ofrece una alternativa necesaria a los dos mastodónticos festis de la capital catalana.

Afortunadamente hay casos como el festival que nos ocupa que busca que la convivencia entre las dos Barcelonas sea posible. La gracia de este veterano festival es que consigue atraer al turista pero a la vez cuenta con un elevadísimo porcentaje de barceloneses como asistentes. Sus muchas ediciones lo avalan, pero más cuando hay el detalle de servir rock clásico y bandas de las que hay que ver una vez en la vida. Han pasado por sus escenarios los Stooges, The Specials, Madness o Cypress Hill.

Esta vez todo rockero de pro va a verse tentado por el hecho de que el cabeza de cartel sea Robert Plant, la voz de Led Zeppelin y uno de los frontmans definitivos de la historia del rock. Su sola presencia bien vale la asistencia, pero en la presente edición hay un cartel que abarca bandas de dispares estilos, pero también de rock.

Cruilla

Bunbury hará acto de presencia y los 091, reunificados y recién llegados del Azkena, van a demostrar el por qué en los 80 eran considerados una de las bandas con un mejor directo. Pocos grupos pudieron contar con colaboraciones de Joe Strummer (The Clash). Otros de los grandes nombres serán Damien Rice, el incombustible Fermín Muguruza, Vetusta Morla, Calexico o Chambao. Pero para los más rockeros el broche de oro, tras el concierto de Plant, es la oportunidad de ver a Love of Lesbian y a Skunk Anansie. Los ingleses tienen nuevo disco: “Anarchytecture” y no van a defraudar. La gracia del festival es que la mayoría de grupos van a disponer de tiempo para hacer shows completos, algo que se agradece.

Los que vivimos los Doctor Music Festivals sabemos de la oportunidad mayúscula que supone ir a un festival con un elenco de grupos tan variado y diferente. Poco a poco se va imponiendo esa búsqueda de lo ecléctico y dispar. Pero lo mejor del Cruïlla es que a pesar de ser ya un gran festival, todavía mantiene esa proximidad y ese nivel humano que poseen festivales como el Azkena, Rock Fest, Be Prog o Resurrection. Hoy por hoy el Cruïlla es un festival ideal para perderse en la noche barcelonesa, ¡y más si toca Robert Plant!