El primer disco de la banda -aunque fue su cuarto lanzamiento- fue una revolución dentro del black metal. Pese a enmarcarse dentro de dicho estilo, se considera un disco que supera la barrera de cualquier tipo de género. Publicado el 21 de febrero de 1994, Ihsahn y compañía llamaron en seguida la atención por la majestuosidad de su propuesta.

El black metal es un género que ha ido mutando, mezclándose con otros estilos, y posiblemente sea el género musical dentro del metal que más ha evolucionado en comparación a sus orígenes. Atrás quedo esa música cruda, directa y de producción dudosa, aunque pura y romántica, que a pesar de darle personalidad y una oscuridad propia en sus inicios, ha ido mutando y enlazándose con otras propuestas, y a pesar de que se sigue usando esta manera cruda y originaria de practicar el black, ya podemos probar también otras cosas, desde elementos progresivos o sinfónicos, hasta el post rock o la electrónica, y no por eso deja de ser considerado y catalogado dentro del estilo.

La banda Emperor posiblemente sean los grandes culpables de que esto haya sido así, siendo el origen de toda esta evolución posterior, el siempre inquieto Ihsahn jamás se conformó con seguir los cánones puros del género, y esa búsqueda lo llevo a ir mas allá, a impregnar ese sonido con ciertas atmosferas y melodías, que dotaban de cierta complejidad su obra, y es aquí donde nace un disco como ‘In The Nightside Eclipse’, que marcó el camino, tanto para la evolución musical posterior de los noruegos, siendo a la vez un referente claro en la nueva oleada de bandas dentro del black metal.

El álbum reboza guitarras afiladas y melódicas, teclados majestuosos que otorgan una atmosfera que evoca leyendas paganas, paisajes sombríos con gritos desesperados de rabia. Las letras son un elemento diferenciador del resto de bandas de la época, dejando atrás lo simplemente blasfemo, para dar paso a un retrato lirico que nos ofrece una representación poética del paganismo noruego, el mismísimo Mortiis escribe un par de canciones, como “I Am The Black Wizards”, tema indispensable en la carrera de Emperor, que comienza de manera agresiva para luego ir tomando tintes gloriosos y épicos al final.

La inicial “Into The Infinity Of Thoughts” es el tema de más duración, muchos cambios de ritmo que crean esa aura de grandeza y épica que rodea la música de Emperor. “Inno A Satana” es otro clásico absoluto, que combina magníficamente los gritos con unos cantos de fondo asombrosos, y un final que da la sensación de estar ante algo único. Hay discos que definen la evolución de un género musical, y este álbum marcó un antes y un después, es una escucha obligatoria no solo para los amantes del black, sino de la música en general.

Carlos Neubert