Lejos de llamarlos “disfraces”, la estética de muchas bandas del rock duro desde los primeros tiempos de este estilo tendió a la utilización de una imagen propia que potenciase su diferenciación del resto.

Acertada en unas ocasiones, imitadora en otras e incluso ridícula en algunas, esa tendencia a vestirse de forma acorde – o no tanto – a la filosofía del grupo adquiere una relevancia especial en estas fechas en que se celebra el Carnaval y podemos preguntarnos “¿Y si salimos como XX?”. Trataremos de dar un rápido repaso a aquellas bandas que más se diferenciaron de las demás. Para bien o para mal.

Clasificar, etiquetar, encasillar, categorizar.

Está claro que nos sentimos más cómodos en cuanto utilizamos criterios para sectorizar cualquier tema que nos sea de interés. Refiriéndonos a la imagen diferenciadora de las bandas vamos a establecer, sin academicismo alguno y como lista abierta del todo, una serie de estilos en los que encuadrar distintas bandas. Seguro que os parecerá que algunas bandas deberían estar en otro nicho estilístico y de eso va precisamente este artículo: de que toda clasificación es subjetiva y aleatoria.

No me mires, No me mires, no me, no me…

Quizá el primer gran motivo por el que los artistas ocultaban su rostro era para no ser reconocidos, bien por una protección de su identidad debido a los motivos que fuese, bien querer crear un halo de intriga alrededor del grupo o quizá por un punto de timidez. Eso sin olvidar que determinada imagen ayuda a centrar la atención del público en la música y no en la imagen del artista.

Hay que empezar por la Gran Banda Oculta, pese a que su sonido no está muy definido dentro del rock duro, su actitud y su imagen obligan a empezar por ellos: The Residents. Globos oculares, capuchas, caretas, cualquier cosa es válida para este proyecto de cara a ocultarse, no importa quienes sean, ni si son siempre los mismos o bajo esos cascos cada vez hay diferentes músicos, el hecho en sí de la total ocultación es lo que les da un valor por encima de todos los demás grupos. Iniciadores y maestros absolutos de los que los demás son meras copias.

The Residents

The Residents

Por antigüedad hay que seguir con… sí, claro, Kiss. Siempre fueron el choque total entre su estética y su sonido. Un aspecto que contrapone el camino que va de lo bestial hasta casi lo ridículo unido a un rock de medio voltaje que apunto está de hacer que veamos sus actuaciones en directo como un playback en el que canciones, estética y puesta en escena casan un poco a la fuerza como sus propios apodos: The Starchild, The Demon, The Catman y The Spaceman (los originales). Cada uno mostrando su propia personalidad tanto en la indumentaria como en el maquillaje. Luego vino el mostrar sus rostros y ya cayó el mito, ahora ya no tiene aquella gracia de antaño.

Kiss (Foto: Sergi Ramos)

Sus mejores y más poderosos herederos son Slipknot, quienes consiguen llevar su propia estética a un nivel más sofisticado pasando del maquillaje a las máscaras y mutando estas según van avanzando en su desarrollo musical. Aspectos globales más terroríficos que los KISS, las diferentes estéticas (máscaras y ropajes) que van adoptando son para evitar encontrar en un oscuro callejón. Cueros, metales y plásticos convertidos casi en armas mortales para ser el reflejo de la música de la banda. ¿Y qué decir de MushroomHead? Tenían ese mismo ansia de separar la identidad de sus miembros, de utilizar máscaras y uniformes, de llegar a evolucionar hasta hacer otras casi gemelas de las de Slipknot, pero para que entramos en terrenos delicados, mejor dejarlo así.

Slipknot

Si alguna banda hay que citar como heredera directa de The Residents casi habría que cita a Mgla y su imagen opaca, ciega y totalmente cerrada. Vestimentas del día a día, sudaderas de capucha sobre las que cierran sus rostros con un velo totalmente opaco que evita ver el menor de los rasgos de M. y Darkside quienes al más puro estilo de aquellos hacen de su identidad uno de los mayores secretos del panorama metal actual. Maravilla como la simplicidad en la ocultación de sus rostros los aleja años luz del resto de artistas que se analizan en este artículo. Y pocos se adecúan de una forma tan perfecta al sonido de la banda: ver y escuchar a Mgla es un todo inseparable.

Crónica Mgła Madrid 2019

Mgła (Foto: Álvaro Carlier)

Fans del Do It Yourself de la Srta. Pepis

El automaquillaje como herramienta de expresión en la que la banda lo tiene claro pero el respetable tan sólo acepta lo que ve. Detalles pictóricos que parece que los propios artistas crean y ejecutan sobre sus rostros (sin descartar otros aditamentos) que más que ocultar distorsionan las facciones de los músicos. Muestras variadas que van desde claros fans de Kiss a dignos pretendientes a las pasarelas de moda. El padre, más bien el abuelo, de todo este movimiento, Mr. Furnier, Alice Cooper, sus maquillajes mezcla de vodevil y casa de terror de feria aderezados con una vestimenta totalmente acorde y una puesta en escena cada vez más compleja, teatral y cercana a los espectáculos ilusionistas le alzan por sí mismo a lo más alto cuando de aderezar la propia imagen se trata.

Alice Cooper Madrid

Alice Cooper (Foto: Javier Bragado)

La complejidad de adecuar la inclinación a las manifestaciones serie Z de cómics y películas de terror que Misfits llevan con orgullo a su propuesta musical les llevó a utilizar su recreación de aquellos personajes de Creepy o la Hammer pasados por su batería punk-a-billy para recrear peinados antigravitatorios y pseudomáscaras que homenajeaban aquellas publicaciones logrando una extraña mezcla en la que no teníamos muy claro si daban miedo o provocaban confusión, otros posteriormente, aprendieron la lección y perfeccionaron la idea.

King Diamond (y su aprendizaje en Mercyful Fate) es otro de los ejemplos que parecen del DIY, del “a mí con esto me vale” de su sencillo maquillaje de sus inicios al algo más logrado pero-tampoco-tanto que luce en las últimas décadas, más centrado en la indumentaria y el atrezzo que lleva como mimetismo perfecto con toda su brutal parafernalia escénica.

King Diamond (Foto: Sergi Ramos)

Cuando no haya más sitio en el infierno, los muertos ocuparán la tierra (Zombi, George A. Romero, 1978)

Criaturas salidas del Infierno, representaciones terrenales del Mal, humanos poseídos por el Maléfico, la humanización de los Demonios más arcanos… Artistas que se pasaron no ya al Lado Oscuro sino a las Puras Tinieblas. El color negro predominando y reinando mano a mano con el rojo. Miedo y Terror, Infierno y Tierra. Muerte y Destrucción.

Eliminar a Mayhem de esta ecuación sería prescindir de uno de sus elementos primordiales, la piedra angular de este movimiento que creció de sus cenizas y su sangre. Su actitud sobre y fuera del escenario es el espejo de este movimiento Su imagen, basada en maquillajes de aspecto terrorífico era lo más pacífico y normal que rodeaba a esta concepción seminal del metal. Quizá no supieron, no quisieron, no pudieron separar su vida real de la que creaban sobre el escenario.

Crónica Mayhem Madrid

Mayhem (Foto: Kaisla Virtanen)

Más brutales y terroríficos, henchidos de hemoglobina y putrefacción, Watain son la versión más gore del sonido metal. No sólo se basan en el horror, sino que crear a su alrededor una especie de credo que sin llegar a tal rozan el sacrilegio para muchas mentes bien pensantes y anodinas. Si crees que Rob Zombie puede dar miedo, estos te van a acojonar.

Crónica Watain Barcelona

Watain (Foto: Lluís García)

El terror, el miedo, el horror y cualquier otro derivado también pueden tener una enorme cantidad de glamour y aquí es donde empieza la refinada imagen de Craddle Of Filth y su personal propuesta derivando hacia los postulados del vampirismo y otros seres mitológicos y terroríficos, pero alejándose de la parte más sanguinolenta para darle una nueva imagen más romántica, más estilosa y elegante. Tienen el encanto y la delicadeza del propio terror en estado puro. Si muchos artificios más.

Cradle Of Filth Leyendas del Rock

Cradle Of Filth (Foto: Jesús Martínez)

De profundis clamavi ad te, Domine.

No importa quién sea ese Señor, muchas bandas lucen galas de reminiscencias (para)religiosas, adoptan alias claramente religiosos o anti/para/contra. Misas paganas se mezclan y confunden con letanías religiosas con puestas en escena tan detallistas que podrían ser dignas de un film de Greenaway.

¿Duda alguien que hay que empezar con ellos, con los verdaderos apóstatas de este credo? : Ghost, antecesores y casi fundadores de la irreverencia religiosa cristiana, si así se quiere ver o creadores de su propia Iglesia, si queremos rebuscar algo más en su propuesta. Al igual que Slipknot supieron crearse a sí mismos cuantas veces fue, es y será necesario, para que cada vez que anuncien nuevo disco y nueva gira pensemos en qué derroteros son los que van a tomar y que seamos conscientes que sus derivas estéticas van a ir paralelas a la musical.

Ghost (Foto: Javier Bragado)

Con anterioridad a Ghost deberíamos fijarnos en Behemot, en ellos el paganismo, el ocultismo, la mitología y las referencias demoníacas forman parte de esa veneración al dios o la forma que quiera adoptar que ellos llevan al extremo de convertirlo en un acto de fe (¿anti fe tal vez sea más adecuado?) y cambiarla según van evolucionando, porque son una de las propuestas estéticas que más compleja se va haciendo, sobremanera en las promociones de sus giras y discos.

Behemoth Hellfest 2019

Behemoth (Foto: Oscar Gil)

También hay que hacer un hueco aquí a una banda española que tiene su propia iglesia, una religión totalmente cruzada y una puesta en escena que aúna el culto y las liturgias con la ocultación de la identidad: El Altar Del Holocausto. Penitentes enfurecidos, devotos de su propia religiosidad y oradores a su personalísimo dios, se ocultan bajo los blancos ropajes de los penitentes de Semana Santa. La sencillez (¿recordáis a Mgla?) como arma, ¿para qué crear un halo de misterio con máscaras si en cualquier procesión tenemos la solución?. Sus letras ahondan en estos postulados que veremos hacia donde evolucionan…

El Altar Del Holocausto (Foto: Iria López)

Únicos en su especie, difíciles de encasillar y un ¿pero qué coño es esto? para terminar.

Rápido repaso a un puñado de artistas cuyas propuestas tiene que tener de momento su propio apartado, como la Enfermedad de McClingley (¿Y es grave esta enfermedad, doctor?, Aún no lo sabemos Sr. McClingley).

Rammstein: Post apocalípticos, Industriales, Paramilitares, Pseudociborgs… únicos en su estilo, únicos en sus postulados y únicos en su estética de tal forma que estando muy disfrazados casi parecen no estarlo y salir a escena con lo primero que pillaron en el armario, pero no te dejes engañar, no dejan nada al azar, está todo pensado y milimetrado, dueños de una evolución tan sutil que casi puede pasar desapercibida pero que está ligada sin remedio a cada uno de sus discos.

Rammstein (Foto: Sergi Ramos)

Un tipo con un cubo de Kentucky Fried Chicken que lleva una pegatina con la palabra “Funeral” y una máscara blanca como la de Michael Myers en Halloween… ¿en serio?, y tanto. Más seria aún es su magnífica propuesta musical (olvidaos de la anécdota de G’n’R) de un maravilloso guitarrista capaz de haber estado en Praxis junto a Bill Laswell, Bernie Worrell, Bootsy Collins, y Bryan «Brain» Mantia… Buckethead no sólo es imagen, es calidad musical indiscutible.

Hay otros grupos a los que parece darles por aposentarse en un momento histórico, así tenemos las primeras propuestas de Manowar, guerreros sacados de épocas pasadas al estilo de Conan que poco a poco fueron dejando de lado los Abanderado de piel de oveja pero que tuvieron su punto interesante.

Manowar

Más cercanos en el tiempo, Sabaton son los guerreros del siglo XXI, metálicos y sofisticados, correosos y tecnificados en total oposición con la sencillez, la humildad de echar la vista al siglo pasado que plantean 1914 y esa brutal oscuridad con la que tratan de acercarnos el total horro y terror que tuvo que ser la guerra de trincheras.

Sabaton (Foto: Javier Bragado)

Y no podíamos terminar sin citar a los más enmascarados de todos, los que más kilos de látex llevan encima, los que no sabemos si salen de una película de serie B deudora de El Señor De Los Anillos o van a tocar, ni tan sólo cómo son capaces de tocar: Lordi. Extras de cine de orcos, monstruos salidos de la mente de un Ed Wood desfasado tenían que tener su propio espacio. Como colofón mencionar que para la selección de estas bandas además de aplicar un criterio estético se buscó también el musical, que nos sólo fuesen unos tipos disfrazados sino que tuviesen una imagen que reforzase su propuesta artística.

¿Y qué coño son Gwar? Dejémoslo así.

Crónica Lordi Murcia

Lordi (Foto: Jesús Martínez)

Toni de Lola