A menudo es complicado conseguir que un artista decida sobre la marcha, en el curso de una entrevista aleatoria e impersonal por teléfono, los cinco discos que le cambiaron la vida.

Pero con Joel O’ Keeffe de Airbourne es fácil: todos sabemos cuáles son sus influencias y de ahí no se va a desviar mucho. Su elección de álbumes favoritos no sorprende, aunque sí que sorprende más su placer oculto, el artista que le hace vibrar y que no tiene absolutamente nada que ver con el rock. El guitarrista y líder escénico de la banda australiana nos habla de la música con la que creció y los discos que le electrizaron hasta hacerle formar uno de los grupos más importantes del rock duro en la actualidad.

Puede que no hayan inventado nada nuevo, correcto, no obstante, como mínimo no esconden de dónde vienen ni intentan hacer creer que han inventado la rueda. Con su último disco ‘Boneshaker’ recién estrenado y justo tras una impactante gira española con las entradas agotadas -o casi agotadas en cada ciudad-, el músico nos detalló sus favoritos. 

AC/DC – T.N.T. (1975)

Es un álbum distinto a ‘High Voltage’, que es el que se suele conocer en todo el mundo. Es mi favorito y es el que crecí escuchando. Tiene temas como “It’s A Long Way To The Top” o “Rock And Roll Singer”. Hay una línea, un verso, que dice “And all the other shit / That you teach kids in school”. Fue algo que escuché cuando era un niño cuando estaba en el colegio y convirtió a Bon Scott en un ejemplo a seguir. Los profesores te enseñaban matemáticas e inglés, pero yo lo que quería era rockear. ‘T.N.T.’ fue el disco que me hizo darme cuenta de lo que quería. 

Metallica – Kill ‘Em All (1983)

Otro trabajo que escuché desde pequeño y que fue de mis primeros en la colección. Recuerdo la primera vez que escuché “Hit The Lights”, la manera en que la batería iba cobrando importancia y la tensión iba creciendo. La primera vez que escuché “Motorbreath”, “No Remorse”, “The Four Hoursemen”… Fue una pasada. Tenía cierta obsesión con “Jump In The Fire” y una vez, al unísono con la canción, salté del tejado. Terminé con una fractura en el tobillo. No hay manera más clara de disfrutar de un disco que lanzándote desde un tejado mientras lo escuchas.

Motörhead – Rock ‘N’ Roll (1987)

Es un álbum que escuché mientras crecía. Hay canciones en ese disco que son ciertamente distintas a lo que habían hecho hasta entonces, sobretodo “Stone Deaf” y “Rock ‘N’ Roll”, que son las más conocidas. También “Cradle To The Grave”, que fue una cara B. Siempre que estoy en un avión y siento que el avión se va a estrellar, me pongo ese tema y me calma. No tengo ni idea de porqué.

AC/DC – The Razor’s Edge (1990)

Es un trabajo que tenía en cassette. De hecho, fue mi primer disco. Recuerdo ser un niño de seis años viendo el vídeo de “Thunderstruck” y obsesionándome con él. Cada vez que veo ese videoclip me transporta a cuando era un niño, lo cual siempre es bueno. La mayoría de canciones de ese disco son de mis favoritas de AC/DC. 

Pantera – Vulgar Display Of Power (1992)

Lo escuché cuando era un niño y no le hice mucho caso. Recientemente lo volví a escuchar con detenimiento y atención y me flipó. Lo puse en el avión volando hacia París y ahora es mi disco favorito del momento. Estoy en una época en la que estoy descubriendo a Pantera. No todo es rock de garitos australianos. Pantera me están motivando mucho últimamente. 

El placer oculto

Sin duda, Hans Zimmer. Mi hermano y yo teníamos entradas para verle en Melbourne. Después de ver el show me quedé impactado. Fue espectacular. Sonó la canción de “Piratas Del Caribe”, la famosa de “Batman”, el tema de “Inception” y todas esas grandes piezas musicales que aparecen en películas interpretadas por una enorme orquesta bajo su dirección. Es uno de los conciertos sinfónicos más grandes que se pueden llegar a ver. Las canciones son intensas y la producción es gigante; es como el mayor concierto de rock and roll que te puedas imaginar.

https://www.youtube.com/watch?v=3Rmn8HGGFj4

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Sergi Ramos