Diez bandas que ya no deberían existir
En el saturado mundo del rock y el heavy metal abundan las bandas que no deberían ser. Que molestan. Es más, que deberían desaparecer de la escena porque lo único que hacen es bulto, feo y, vaya, que no.
En el saturado mundo del rock y el heavy metal abundan las bandas que no deberían ser. Que molestan. Es más, que deberían desaparecer de la escena porque lo único que hacen es bulto, feo y, vaya, que no.
¿Cuál es el criterio que hemos seguido para hacer esta lista infame? Por un lado, que las bandas estén arrastrándose por los escenarios. Ese es el factor más importante y que los clasifica automáticamente como indignos. Por otro lado, se trata de bandas que no han sacado un buen disco en la última década o que directamente ni lo han intentado. Hablaremos de bandas cuyos miembros son mercenarios sin carisma que llenan el puesto de otros que ya no quieren estar. O directamente, bandas que dan pena. Sin más. El orden es totalmente aleatorio, arbitrario e injustificable.
Black Veil Brides
No hay nada peor que una banda que replica lo que ya se hizo hace treinta años y se resiste a admitir que están copiando descaradamente un recuerdo del pasado. Estos niños son MOTLEY CRUE, pero sin heroína y sin un disco como “Shout at the Devil” bajo el brazo. Pero claro, cuando un grupito de teenagers americanos se visten de góticos, se pintan la cara y dan cuatro grititos ante un micro, las feromonas se alteran. Su último show en Barcelona fue tan coreografiado y poco natural que parecía que estabas viendo una re-emisión de “Mira Quien Baila” grabada en Gotham. Además, cualquier banda de metal modernito que edita un disco conceptual hoy en día (como hicieron con “Wretched and the Divine: The Story of the Wild Ones”) merece cárcel automáticamente.
Megadeth
Hace años que Megadeth no salen del barro ni con una grua. Siguen resbalándose, cayendo de nuevo y revolcándose de nuevo. Pero es que el problema no es la banda, que es muy solvente, aunque tiene el mismo carisma que un autobús de linea interurbano. El problema es Mustaine: cuando abre la boca para hablar, sube el pan. Cuando abre la boca para cantar, su técnico baja el fader. Solo así se explica que difícilmente se le entienda en directo cuando croa cualquiera de los clásicos de aquella gran banda que desapareció al irse Marty Friedman. No obstante, han sacado algún buen disco en los últimos años, como “United Abominations”, pero es que no es suficiente para justificar lo injustificable…
Lordi
¿Saben ustedes cuando después del coito con un desconocido este insiste en tomar algo y hablar durante tres horas? Pues algo así ha sido lo que ha pasado con Lordi. Después del orgasmo que supuso que ganaran Eurovisión con el absurdo “Hard Rock Hallelujah” (pero vaya, son fans de Kiss y Wasp, así que tiene sentido), la banda se ha empeñado en seguir demostrando que, oye, podemos hacer más cosas. Podemos cambiar de miembros. Podemos hacer canciones distintas. Podemos hacer otros gags teatrales sobre el escenario. El problema es que ya a nadie le importa. Serán la banda de “Hard Rock Hallelujah” igual que Nino Bravo fue el de “Libre”, pero nada más. No hace falta insistir.
30 Seconds to Mars
Las comparaciones son odiosas, siempre lo han sido y siempre lo serán. Pero hubo una época en la que 30 STM eran un grupo de rock buscando su hueco en el panorama. Le duró ese tiempo dos discos: uno más cercano a bandas como A PERFECT CIRCLE y derivados y ‘A Beautiful Lie’. Precisamente ese título es en lo que se convirtieron después, en una banda bonita pero de mentira, más preocupada de rodas cortos cinematográficos que videoclips, más interesados en su imagen y pose que en lo que debería importar: su música. Si a eso añadimos que sus conciertos (muy cortos) se han convertido en un karaoke donde canta más el público que Jared Leto, apaga y vámonos.
Linkin Park
‘Hybryd Theory’ supuso un fenómeno de masas inusual… o mejor dicho: algo habitual en el pasado: un grupo apoyado en la Mtv vio cómo su disco consagraba a unos adolescentes debutantes y los aupaba a todo tipo de listas, premios y festivales. Lo petaron, repitiendo con su segundo trabajo. Y después se les fue la pinza con tres trabajos, a cada cual peor. Vale, sí, no buscaron repetir fórmula, pero un dato: en 2014 tocarán en algún festival su primer álbum al completo (poco más de media hora, también hay que decirlo). Por algo será.
En la actualidad parecen más preocupados en hacer remixes de sus propios temas, como ya hicieron en el pasado. Pero eso es como si pasas una foto mala a blanco y negro: seguirá siendo mala. Con las canciones pasa lo mismo.
In Flames
Maldita la hora en que editaron “Whoracle” y “Colony”, porque desde entonces tan solo han ido cuesta abajo. Hoy en día In Flames son algo así como los funcionarios del death metal melódico. Van, hacen su trabajo, sonríen poco y se esfuerzan menos, y todo para seguir llegando a final de mes. Desde “Colony” que no hacen algo que merezca verdadera atención, y desde “Come Clarity” que no se sacan un tema digno de la manga que la gente tenga ganas de escuchar en directo. ¿Volverán a encaminarse algún día? La cara de hastío de Anders Friden nos dice que no.
Nickelback
“This is how you remind me of what I really am”. Y así es, así les recordamos. Otro grupo en esta lista que debe todo a una canción y a la emisión de su videoclip en una cadena de televisión. A todos los que le encantaba aquella canción, me gustaría saber si son capaces de decir el título de tres canciones de ‘Silver Side Up’ en adelante. Sinceramente, les tenemos bastante perdida la pista en los últimos años por la calidad tan baja de sus discos. Se intentaba vender a Chad Kroeger como una versión menos metálica de James Hetfield y… ejem. De hecho, se ha terminado hablando más de él por su relación con Avril Lavigne que por otros méritos. En fin…
Deathstars
Si Marilyn Manson lleva diez años haciendo el ridículo con algo que va a caballo entre la crisis de mediana edad y la desorientación tóxica, no cabe duda de que Deathstars son algo así como sus hijos bastardos. Cuando una banda busca provocar por provocar es porque su sustancia es escasa. Eso sucede con estos chiquillos, más preocupados de ser los más sorprendentes del parque que de hacer un buen disco. Metal industrial de saldo, originalidad escasa y una imagen que va entre lo andrógino y lo glam. Vamos, lo de siempre pero con otro nombre.
Dokken
Muchas bandas de la era del hair-metal deberían ser aplastadas por un Airbus descontrolado, pero lo de Dokken clama al cielo. Don Dokken no tiene voz, la banda no tiene ideas y los directos son más aburridos que un programa para viejas de TVE de esos que dan los sábados por la tarde. Su último buen disco fue “Erase the Slate”, que salió en 1999. Cuando Aznar estaba en su primer mandato y las Torres Gemelas estaban en pie. Por aquello de poner las cosas en perspectiva.
Bon Jovi
Seamos honestos: tienen un catálogo de temas tremendo hasta 1995. Pero lo que ha venido después es vergonzoso. La mutación de Jon Bon Jovi en el nuevo Springsteen, los escarceos con el country rock, la compra de equipos de la Football League, lo de cantar a través de la nariz, lo de echar a Richie Sambora de la banda por unos céntimos de dólar y lo de editar discos infumables es intolerable. Que alguien le pegue una ojeada a los vídeos de YouTube en los que canta temas de los ’80 en sus giras más recientes. Su cara transmite dolor, como cuando a Rajoy le preguntan por Bárcenas y se le corta la digestión.
Guns N’ Roses
Ya, ya sabemos que solo eran diez, pero es que no se puede aguantar. No hace falta ni que digamos los motivos. Os dejaremos este video:
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