Quien no conozca a Savatage tiene la oportunidad de hacer un pequeño repaso a una banda muy especial, con diferentes épocas, con diferentes estilos; y que no nos engañemos… cuesta entrar en su mundo y sonido. No es un grupo fácil, y de buenas a primeras parecen un grupo más.

Vuelven. Y lo hacen por la puerta grande. Estaba claro que tarde o temprano había que reactivar la banda de culto por excelencia. Y más cuando en los shows de la Trans-Siberian Orchestra estaban dando cabida hasta siete temas de los añorados Savatage. Con el show de Wacken fresco en la memoria, vamos a repasar los 10 temas imprescindibles. No es fácil. De hecho es imposible; y más para un servidor, que es tan fan del grupo que poseo en mi comedor un grafiti de tres metros con el logo de Savatage.

Ahora vemos en foros que salen fans de Savatage por todos los rincones defendiendo cosas absurdas como que Savatage sin Criss Oliva no son Savatage… Por favor, lo que hay que oír a estas alturas. Quién no les conozca tiene la oportunidad de hacer un pequeño repaso a una banda muy especial, con diferentes épocas, con diferentes estilos; y que no nos engañemos… cuesta entrar en su mundo y sonido. No es un grupo fácil, y de buenas a primeras parecen un grupo más. Sin nada especial. Pero algo deben tener cuando sus fans, pocos en España, siempre les tienen como su banda favorita. En la retina de la memoria queda ese inolvidable show en el Machina Festival. Para muchos, me incluyo, el mejor concierto que hemos visto en nuestra vida.

Aquí van:

“Sirens” (Sirens)

Primer paso discográfico y primera sorpresa en un disco irregular. Los inicios de Savatage fueron prometedores pero después de los dos primeros discos facturaron “Power of the Night” y “Fight for the Rock”, para muchos su momento más bajo. Suenan a heavy metal del momento y se marcan uno de los riffs inmortales que les van a caracterizar. Voz y guitarra dominan el corte e irrumpen con fuerza, desde la tétrica intro.

“By the Grace of the Witch” (The Dungeons are Calling):

Tema crudo, a medio tiempo, con sonido cavernoso pero absolutamente excitante y adictivo. Pieza hímnica con aura maléfica, coros funcionales y un Jon Oliva sonando realmente agudo. Poco o nada tiene que ver con lo que conseguirían posteriormente, pero vemos a unos Savatage sonando a banda de heavy metal típico de la época. Apenas tres minutos, pero en los que Criss Oliva no se queda en un segundo plano y demuestra toda su calidad e imaginación. Himno underground y una de las joyas perdidas de los de Florida.

“Hall of the Mountain King” (Hall of the Mountain King):

https://www.youtube.com/watch?v=jAukGWuVyEo

Apoteósico riff que será plagiado por muchísimas bandas, incluso algunas de renombre. Obra maestra de un disco que es casi perfecto. Jon Oliva demuestra que su garganta permite unos juegos de voz impresionantes y el falsete va apareciendo apoyado por esos coros ya vistos, sobretodo, en sus dos primeros discos. El aura satánica está presente en el interludio de guitarra y sobretodo en los agudos que preceden a un solo exquisito. Aquí Savatage se acercaban a la cima de la composición. A partir de ese momento todos sus discos son imprescindibles.

 “Gutter Ballet” (Gutter Ballet)

https://www.youtube.com/watch?v=nyeBVfpwGbk

Si “Hall of the Mountain King” era perfecto, esta vez los hermanos Oliva se superan con otra obra maestra. Queda toda resumida en esta inmortal canción que es para muchos músicos de heavy metal su favorita de todos los tiempos. No es para menos. La irrupción del piano le da al grupo una aura especial. Es un medio tiempo muy melódico, con muchísimos detalles y es de sus temas más representativos. Suena en muchas discos metal, pero pocos saben que es de Savatage. El piano domina la canción y es el principio de otro estadio para el grupo. Si nos fijamos en la portada hay un símbolo importante: el piano de cola está empalado por la guitarra blanca de Criss, simbolizando la unión de lo clásico con el rock-metal. Lo dicho, el grupo sube otro nivel…

“When the Crowds are Gone” (Gutter Ballet)

La joya tapada de “Gutter Ballet”. Hay muchas, pero si hay un tema que siempre dejan en el tintero y que nunca suena en sus conciertos es este. Imperdonable. Una letra preciosa, con intro, nudo y desenlace. Empieza en balada a piano y progresa en crescendo para finalizar con una coda suave. Una auténtica maravilla para los sentidos. El cambio a voz rasgada de Jon es sobrecogedor. Este tramo tiene unas pequeñas orquestaciones y en la letra se cita a la famosa frase de Shakespeare: “Malgasté mi tiempo hasta que el tiempo me malgastó a mi”. Una cita, que como veremos, repetirían.

“If I Go Away” (Streets a Rock Opera)

En esos tiempos ya se rumoreaba que Ozzy iba a fichar a Criss Oliva para su banda. Nunca pasó, afortunadamente para Savatage. Esta obra les abrió las puertas del éxito sobretodo por la archiconocida “Jesus Saves”. Una ópera rock con un traficante-músico. Es el disco favorito de Jon Oliva pues es el último que grabó con su hermano, antes de ser atropellado por un conductor ebrio. Ya eran maestros de la balada y aquí una pequeña muestra. “If I Go Away” es sublime. El problema es que este disco tiene muchas, algunas muy cortas pero impresionantes. Savatage estaban en su mejor momento.

“Believe” (Streets a Rock Opera)

Quizá la balada definitiva de Savatage. Cuando es interpretada, al terminar, Jon Oliva siempre señala al cielo, dedicándola a su hermano. Otra dosis de piano dominante y una voz triste pero optimista. Suele ser cantada por el público y es uno de los grandes momentos de sus conciertos, y no es para menos. Intensa como pocas, dulce, pero dura y con muchísima actitud. Estará en Wacken, no tengáis ni una duda. Por cierto, aquí vuelven a citar la frase de Shakespeare, pero la letra vuelve a ser impresionante. Atención a los detalles finales de Criss Oliva al final del tema.

 “Edge of Thorns” (Edge of Thorns)

Quienes creían que sin Jon Oliva el grupo estaba tocado de muerte… quedaron alucinados con “Edge of Thorns”. Zak Stevens se doctoraba por todo lo alto, y eso que Jon Oliva decidía retirarse del grupo dando protagonismo a Paul O’Neill; el miembro externo del combo que siempre traía ideas y aportaba historias para los discos conceptuales. Juntamente con “Gutter Ballet” y “Hall of the Mountain King” estamos ante una de las composiciones más emblemáticas. En este disco hay temas excelentes y muchas quedan fuera, pero este teclado inmortal de intro y esas melodías en la línea vocal son soberbias.

“Sleep” (Edge of Thorns)

La demostración palpable de que lo de este grupo es insultante es “Sleep”. La balada que cierra el disco. A guitarra y voz, sin más, desnuda, preciosa. Ha sido interpretada en los shows de la Trans-Siberian, y es lógico, pues en su día fue acompañada de un videoclip. Para muchos una pieza escondida, pero soberbia. Hay una versión en Youtube con Jeff Scott Soto impresionante, pero también Nathan James (la bestia rubia) la canta de maravilla. De todas sus versiones, me quedo con el bonus track en unplugged con Stevens a las voces. Está en los extras de las reediciones de Savatage y puedes oír a la banda explotar de alegría al terminarla.

“Chance” (Handful of Rain)

Para Jon Oliva los Savatage de los 90 son ya la previa a la Trans-Siberian Orchestra. Y si hay un tema que vuelve a reescribir la historia para el grupo es esta. Más de ocho minutos de obra maestra. Influenciada por los musicales de Andrew Lloyd Webber y por Queen, una de las bandas de la infancia de los hermanos Oliva. Aquí la cosa ya suena orquestal y la complejidad compositiva está presente. Lo sinfónico besa a al heavy metal y se funden para siempre. No es exagerar si decimos que es el “Bohemian Rhapsody” de Savatage. El glorioso final incluye el célebre canon polifónico espectacular. Y lo mejor de todo es que el grupo se atreve a cantarlo en directo. A partir de entonces la cosa cambia: si quieres estar en Savatage: obligatorio saber cantar.

Bonus Tracks:

“Christmas Eve Sarajevo” (Dead Winter Dead)

El grupo ya no se esconde y directamente tira de orquestaciones para embellecer su música. Pelotazo enorme con este tema que volvería a cambiar las cosas. Es una versión del “Carol of Bells”, un tema navideño tradicional pero pasado por el filtro del grupo. La Trans-Siberian empieza a echar la leña al fuego y el éxito de masas espera. Pero no hay que olvidar que este tema estuvo en la magna obra “Dead Winter Dead”. Una bellísima historia de amor entre un serbio y una musulmana bosnia, en plena guerra de los Balcanes, vista a través de los ojos de una gárgola de la catedral. Al final del disco la gárgola de piedra llora… Tres minutos y medio de placer absoluto y un disco otra vez perfecto.

 “The Wake of Magellan” (The Wake of Magellan)

Rizar el rizo… Esta vez la cosa va de Magallanes y los viajes marinos, y el grupo vuelve a parir un disco soberbio. Quizá el más complejo de todos. El tema título es la que ha quedado, pero hay varias que son absolutamente imprescindible. Uno puede oler el mar y el rugir de las olas en estos seis minutos excepcionales. Una línea que indaga en lo hecho anteriormente en el “Dead Winter Dead” pero que termina con el canon polifónico más complejo que han creado, Creo que nunca lo han cantado en directo, pero si hay que esperar sorpresas en Wacken y siendo un show tan especial, no creo que sea problema, y más contando con los dos coros de cantantes de la Trans-Siberian. Cabe añadir que en este disco está la intro “Welcome” que ha sido plagiada en más de una ocasión.

“Morphine Child” (Poets and Madmen)

https://www.youtube.com/watch?v=kn2yN9F3_TE

La despedida de Savatage no fue la soñada precisamente. Con prisas y con uno de los discos más flojos. Quedarán para el recuerdo “Comissar” y “Morphine Child”, pero todo podía haber sido mejor. Esperábamos que el grupo grabara con el impresionante frontman Damon Jiniya, pero la cosa quedó en nada. De todas formas queda para el recuerdo este tour de forcé en el que el combo demuestra que mantienen el tipo con otro himno excepcional. 100% Savatage con un desarrollo marca de la casa y un interludio excepcional con Jon rasgando su voz, ya algo cazallosa por el peso de los años, el alcohol… y su propio peso. 10 minutos de maravilla a la altura de la leyenda.