Los In Flames de 2014 poco tienen que ver con los de 1993, eso es cierto, pero hay que reconocer su capacidad de evolución y su inquietud por buscar nuevos matices y no haberse apoltronado en una fórmula que los hubiera asegurado la existencia y continuidad en el mercado.

Desde hace ya bastantes años, el logo de In Flames en los carteles de los festivales veraniegos es casi omnipresente y es que contar con ellos es garantía de éxito. Bien es cierto que no estamos ante una banda “clásica” como podrían ser AC/DC, Metallica, Scorpions o Slayer, pero sin duda alguna han forjado un nombre en la escena internacional, hasta el punto de ser considerados los padres del “Gottenburg Metal” dentro del mundo del death melódico.

En los temas que destacamos se podrá observar cómo ha evolucionado a lo largo de su discografía, sin que la progresión (o simple comercialización, según a quien se pregunte) parezca haber llegado a su fin.

Lunar Strain (Lunar Strain)

En los inicios, In Flames era otra banda más dentro del subgénero del death nórdico si bien ya mostraban cierta inquietud por las melodías en los temas. Para su primer disco, Lunar Strain (1993), las voces corrieron a cuenta de Mikael Stanne que colaboró con la banda sin ser miembro efectivo de la misma.

Moonshield (Jester Race)

Después de ese primer disco, la formación contó con un vocalista propio, Anders Fridén. En este punto se generó una especie de “intercambio de cromos”, ya que Mikael Stanne era el guitarrista de Dark Tranquility, mientras que Anders Fridén era el vocalista principal de la misma banda. Al marcharse Anders, el puesto lo ocupó Mikael… en resumidas cuentas, que de Dark Tranquility salieron dos súper-grupos, que es lo que importa.

En el disco Jester Race (1995) se identifica claramente el sonido In Flames: alternancia de partes melódicas con voces guturales lejanas del death old school y en las que incluso se llegan a escuchar guitarras acústicas.

Ordinary Story (Colony)

En 1999 llegó el primero de los discos de referencia de In Flames: Colony. En este disco el sonido era la evolución natural de los precedentes, pero la diferencia fue la calidad de las composiciones y, quizás, los matices en las voces y en las ambientaciones creadas por medio de los teclados y los efectos en las guitarras limpias que daban una mayor profundidad.

Pinball Map (Clayman)

Only for the Weak (Clayman)

Si Colony fue el primer éxito de la banda sueca, Clayman (2000) fue, sin lugar a dudas, su consagración. El disco era tan completo y contaba con tan buenos temas, que hemos tenido que traer dos cortes para hacerle justicia. Un disco con auténticos hits como Pinball Map o Only for the Weak que atrajeron a una inusual tropa de seguidores para un grupo que tocaba un vertiente tan extrema del metal.

Cloud Connected (Reroute to Remain)

Después del éxito, Reroute to Remain (2002) fue digno sucesor del precedente en cuanto a temas, si bien la fama de In Flames empezó a ser ganada a través de sus directos, como muestra este video, si bien pertenece a una gira muy posterior pero en la que se siguen rescatando temas clásicos.

Dead End (Come Clarity)

https://www.youtube.com/watch?v=MS72D2OwE6A

A partir de este punto empieza la polémica, ya que con el disco Come Clarity (2006) el sonido y la imagen de la banda cambiaron, lo que para algunos de sus seguidores fue considerada como una comercialización de la marca In Flames al alejarse de los derroteros del death melódico tradicional. Por ejemplo, en este disco In Flames contó con la colaboración de Lisa Miskovsky en el tema Dead End. Si alguien busca a esta cantante en internet, verá que poco tiene que ver con el heavy metal, si bien, en mi modesta opinión, uno puede tener distintas aristas y géneros dentro de su repertorio sin que ello quiera decir que el grupo con el que uno colabore se esté reconvirtiendo.

Tema de colaboraciones aparte, el sonido de In Flames sufrió un cambio de tendencia, más crudo en sus partes rápidas en las que la intensidad en el sonido del bajo y la presencia de voces limpias fueron las principales novedades respecto a los discos precedentes.

Mirror’s Truth (Sense of Purpose)

El giro dado en Come Clarity sufrió una nueva vuelta de tuerca con Sense of Purpose (2008) en el que se buscó más contundencia aun que en los discos anteriores, peor quizás en detrimento de la calidad de las composiciones, que no tenían la misma pegada que en Come Clarity.

The Puzzle (Sounds of a Playground Fading)

Sounds of a Playground Fading (2011) se tornó como una apuesta por la musicalidad de las guitarras, en las que los solos tenían muchísima más expresividad que en cualquier otro momento de la discografía de la banda, ya que no sólo seguían la melodía del tema, sino que llegaban a crear una línea propia y paralela a la línea de voz.

Trough Oblivion (Siren Charms)

De lo visto hasta ahora se ve claramente que el sonido de In Flames evoluciona prácticamente de álbum en álbum, sin que haya saltos al vacío o giros de 180 grados. Habrá más de uno que no comparta esta opinión ya que pensará que el último disco Siren Charms (2014) no tiene nada que ver con cualquier cosa hecho antes por los suecos y que han abandonado su propia senda.
Es cierto que en este disco las voces rasgadas o guturales dan paso a un estilo más próximo al recitativo, peor la esencia musical ya se venía fraguando de antes, sin que eso haya podido extrañar a los que les hayan venido escuchando desde hace años.
Puede que este disco sea el más duro de oír, pero contiene temas con estribillos completamente envolventes como este Through Oblivion que merecen estar dentro de la lista de las canciones de referencia de In Flames.

Los In Flames de 2014 poco tienen que ver con los de 1993, eso es cierto, pero hay que reconocer su capacidad de evolución y su inquietud por buscar nuevos matices y no haberse apoltronado en una fórmula que los hubiera asegurado la existencia y continuidad en el mercado. Así mismo, el último disco no deja de ser otro punto de inflexión que seguro deparará nuevos cambios con gran interés musical.