Bon Jovi son, hoy en día, una banda para gente que odia el rock duro pero que tiene euros y dólares y decide llenar estadios a cambio de poder hacerse una selfie con el careto lejano de Jon en una de las macropantallas como fondo. Tan triste como real. Pero hubo una época en la que Bon Jovi eran una absoluta máquina de hacer hits, de arrasar escenarios y de llevar al público al paroxismo con sus enormes conciertos. Repasamos nueve canciones de aquella época que muchos olvidaron, pues quedaron sepultadas bajo “Livin’ on a Prayer”, “Keep the Faith”, “Always” y muchos otros hits. Las recuperamos porque, mira, nos apetece.

Bon Jovi hace tiempo que tienen nuestro molómetro en registros negativos. Jon Bon Jovi es un hombre castigado por la vida que solo escribe canciones grises y aburridas sobre la problemática del hombre de clase trabajadora, esa que el no ha conocido aproximadamente desde 1962. Richie Sambora, el único tipo que le ponía sal al asunto gracias a su indecente ingesta de alcohol y unos riffs y solos estratosféricos,  se largó de la banda hace un par de años con un pacto de silencio que parece que sigue plenamente vigente. Tico Torres y David Bryan siguen contentos de tener trabajo y tocar en estadios, pero saben que su rol en Bon Jovi es puramente testimonial a día de hoy. Y bueno, Hugh McDonald y Phil X tienen entre los dos el carisma de una termita. Si a esto le sumamos que Jon Bon Jovi canta en un registro más cercano al death metal que al hard rock de estadios, tenemos una receta para el desastre. Bon Jovi son, hoy en día, una banda para gente que odia el rock duro pero que tiene euros y dólares y decide llenar estadios a cambio de poder hacerse una selfie con el careto lejano de Jon en una de las macropantallas como fondo. Tan triste como real. Pero hubo una época en la que Bon Jovi eran una absoluta máquina de hacer hits, de arrasar escenarios y de llevar al público al paroxismo con sus enormes conciertos. Repasamos nueve canciones de aquella época que muchos olvidaron, pues quedaron sepultadas bajo “Livin’ on a Prayer”, “Keep the Faith”, “Always” y muchos otros hits. Las recuperamos porque, mira, nos apetece.

“Burning For Love”

Cuando una banda tiene hambre y ganas de triunfar, esa inmediatez se traduce rápidamente en la música y las letras. “Burning For Love” es uno de los himnos olvidados de su primer disco, del cual el grueso del público tan solo recuerda “Runaway”. Pero lo cierto es que aquel primer trabajo estaba repleto de canciones que tan pronto reflejan la inexperiencia de Jon en lo que a control vocal se refiere como su capacidad para encandilar con grandes estribillos.

“Burning For Love” fue uno de los singles del disco, aunque solo en Japón. El inicio de la canción contiene una progresión de acordes que puede recordar momentáneamente al solo de “Highway Star” de Deep Purple. El estribillo es tan inocente y puro, tan cliché de aquella época, que escuchándolo descumples años.

“Only Lonely”

A menudo, Bon Jovi han bromeado sobre “7800ª Farenheit” como el disco más horripilante de toda su trayectoria. Los recuerdos no son gratos para ellos: la banda terminó odiando la producción de Lance Quinn. Es, posiblemente, el disco más “víctima de los 80” que la banda tiene en su haber, pero la brillantez de los estribillos, la robusta construcción de las canciones y la energía de su interpretación son, todos ellos, aspectos que Bon Jovi desearían tener en sus discos actuales. “Only Lonely” es uno de los temas que quedarían como clásicos del disco que Jon Bon Jovi admitió usar como posavasos. La banda lo tocó brevemente en directo durante algunas fechas del “Circle Tour”, aunque la incomodidad de Jon mientras la cantaba era más que evidente. Sigue siendo un temazo, con un solo excelente de Richie Sambora.

“Tokyo Road”

Seguimos anclados en “7800ª Farenheit” tan solo porque es el disco que más odia Jon Bon Jovi, pero lo cierto es que “Tokyo Road” es otra gran canción del trabajo y sería injusto no hacer mención. La propia banda tocó en muchos de los conciertos de la gira de este disco y del siguiente (“Slippery When Wet”), incluso recuperándola durante algún show en Japón en 1995. No deja de ser un clásico de culto para acérrimos, pero resume perfectamente el sonido y la intencionalidad de la banda en aquel momento en el tiempo. Las canciones son fotos de un momento en el tiempo y “Tokyo Road” es una instantánea de Bon Jovi en 1985.

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“Raise Your Hands”

Sin duda, Desmond Child fue quien marcó la diferencia en “Slippery When Wet”, pero algunas de sus mejores canciones son aquellas en las que el afamado compositor no metió la mano. Es el caso de “Wanted Dead or Alive”, uno de los mayores clásicos de la banda, , “Never Say Goodbye” o la animada “Raise Your Hands”, un tema que ha ido apareciendo recurrentemente en los últimos setlists de la banda, principalmente porque se presta a ser cantada por Jon en su tesitura vocal actual. Obviamente, la gloria siempre será para “Livin’ on a Prayer” y “You Give Love a Bad Name”, pero “Raise Your Hands” siempre será un pequeño tesoro en un disco que lanzó a la banda al estrellato más hiperbólico.

“Wild in the Streets”

Si la obsesión de Jon siempre fue la de parecerse a Bruce Springsteen, “Wild in the Streets” fue su primera muestra tangible para el gran público de que estaba realmente empeñado en ello. Posiblemente es el tema que más distinto suena en el marco de “Slippery When Wet”, pero no deja de ser un himno atemporal de rebelión juvenil y gamberradas post-adolescentes a altas horas de la madrugada. Algo con lo que los seguidores de la banda podían conectar fácilmente y que reforzaba el vínculo.

“Blood on Blood”

“New Jersey” fue el último capítulo de una serie, la de la eclosión planetaria de Bon Jovi en los 80. Nadie podía prever que iba a ser el último capítulo pero “New Jersey” enterró para siempre a los Bon Jovi clásicos y al sonido que los popularizó hasta convertirlos en superestrellas. Cada vez se iba a hacer más difícil componer himnos para una generación joven ansiosa de sus propias héroes del rock que hablasen en su mismo lenguaje, igual que los jóvenes de los 70 tuvieron a Kiss y Aerosmith o los de los 60 tuvieron a los Stones y los Beatles. Posiblemente, el último de esos himnos fue “Blood on Blood”, otra veloz oda a la indivisibilidad de la pandilla, inspirada en la película “Stand By Me” de 1986, donde un joven River Phoenix hacía sus pinitos.

“I Believe”

Las cosas ya habían cambiado. La batalla de ego entre Richie Sambora y Jon Bon Jovi había echado al traste el contagioso sentimiento de hermandad que emanaba de la banda. Jon hizo su disco en solitario, la banda se cortó el pelo, cambió de ropa y se puso introspectiva. Nueva década, nuevo look, nuevo enfoque musical. El retorno de Bon Jovi con “Keep the Faith”, tres años después de su anterior disco de estudio, fue un shock y provocó tantos ceños fruncidos como hordas de nuevos fans decididos a abrazar el sonido más radiofónico (si cabe) de la banda. Producido por Bob Rock en lugar del habitual Bruce Fairbairn, el disco está lleno de grandes canciones, algunas de ellas singles y temas fijos en los repertorios del grupo desde entonces, com “Keep the Faith” o “Bed of Roses”. Sin embargo, lo primero que escuchabas al poner el disco era un enérgico tema titulado “I Believe”, machacón y lleno de esperanza y gritos al aire para celebrar que la banda estaba de vuelta. Si quieres despertarte pronto por la mañana y ponerte las pilas, es ideal.

“Dry county”

Una de las cosas que hizo Jon Bon Jovi  en verano de 1991, además de contar fajos de billetes, fue coger su moto y largarse a hacer kilómetros en condiciones de total anonimato por el desierto de Arizona y cercanías. Esas experiencias que recogió le sirvieron para crecer como persona y  recuperar la inspiración que había ido gastando a lo largo de los 80. Una de las canciones más directamente vinculadas con su experiencia motero-introspectiva fue “Dry County”, una favorita de los fans especialmente en directo. El salvaje solo de Richie Sambora después del break central se debería estudiar en las escuelas de guitarra moderna. El ad-libbing de Jon durante ese break, creando tensión y estallando justo antes de dicho solo, es otro de los elementos mágicos de “Dry County”. Una muestra de como Bon Jovi pueden ser maduros y seriotes sin ser grises y aburridos como en sus últimos discos.

“Hey God”

Para muchos, “These Days” fue el último gran disco de Bon Jovi antes de comenzar a mutar en esa banda para MILFS en la que se han convertido desde que “It’s My Life” les devolviese la relevancia y el status de banda de estadio a nivel global. Siempre hay que sacrificar algo en esta vida y Bon Jovi decidieron sacrificar la integridad musical en pos de un status económico y mediático tan desquiciado que Jon Bon Jovi se lanzó a comprar los Buffalo Bills hace unos meses y cogió un enfado tremendo cuando su oferta no fue aceptada. Esto es como si a David Bisbal le da por comprar el Real Madrid y se enfada porque no ha conseguido lo que quería. Estamos hablando, obviamente, de un nivel de riqueza que nadie puede llegar a imaginar y que, obviamente, tiene cierta incidencia sobre la creatividad de Jon. Nadie compone himnos repletos de energía cuando su preocupación más inmediata es si le ha llegado el pedido de combustible. Para su avión privado. El de los días laborables.

En 1995, no obstante, Jon llevaba viajando la mayor parte de su vida adulta en un jet privado pero aún era capaz de componer canciones tremendas. “Hey God” fue una de las últimas grandes composiciones que hizo antes de entrar en el bucle actual y prueba de ello es que sigue siendo rescatada para el directo con cierta frecuencia. No en vano, fue uno de los singles del disco. Ha sido ubicado en terrenos cercanos al grunge por su temática oscura, pero suena más a The Cult que a Soundgarden, para ser sinceros.