Desgranando el S&M² de Metallica
El S&M² de Metallica era uno de los conciertos más esperados de la banda en los últimos años gracias al enorme impacto que tuvo hace veinte años la celebración del primer S&M con la Orquesta Sinfónica de San Francisco.
Las diferencias después de dos décadas son obvias por el paso del tiempo, pero también ha habido bastantes similitudes con aquel concierto en el Madison Square Garden de Nueva York respecto a este S&M² en el Chase Center de San Francisco. La primera de las diferencias es la repercusión mediática que le han dado a su lanzamiento, y es que, además de engrandecer la producción de los dos conciertos similares que hicieron en esta segunda actuación en 2019, la primera emisión que se ha hecho del concierto grabado ha sido directamente en los cines de todo el mundo con una única fecha exclusiva.
Para este formato, sin que los aficionados fueran víctimas de los interminables anuncios y tráileres del cine cuando van a ver películas, Metallica realizó a modo de intro un minidocumental en el que explicaba algunas de las dinámicas que han seguido para la preparación del concierto en esta ocasión y los factores que han cambiado comparados con la vez anterior. La involucración de la banda en este S&M² ha sido mucho mayor, y es que en el de 1999 fue Michael Kamen quien se encargó de hacer todos los arreglos orquestales para luego ponerlos en común con el grupo e interpretarlos en un concierto muy preciso pero sin alardes de espectáculo. En 2019 no ha sido así. Durante la gira europea de Metallica, Michael Tilson, director de la Orquesta Sinfónica de San Francisco, fue quien tomó las riendas como cabeza del proyecto en el ámbito orquestal para ir enviando a la banda piezas con las que complementar sus canciones.
Empieza el S&M²
De este modo, con un setlist modificado por el simple hecho de haber lanzado tres álbumes de estudio en estos veinte años y que algunos temas se hallen dentro de él, el 6 y el 8 septiembre de 2019 llegaron los días más esperados durante muchos años por la “Metallica family”, como denomina James Hetfield a sus seguidores. “The Ecstasy Of Gold” arrancó -como siempre- el directo y de qué manera. La interpretación por la orquesta en vivo le da un toque más épico y emocionante si cabe, y en el cine nada mejor que un tema de Ennio Morricone para abrir boca. “The Call Of Ktulu” fue la primera canción de Metallica en sonar como homenaje al inicio veinte años atrás, y a pesar de que la estructura fue bastante similar, algunos arreglos orquestales sonaron distintos para no hacerlo igual -algo imposible con Lars a la batería, que cada vez que la toca lo hace de una manera siempre que cuadre en los tiempos de la canción-.
Un seguro de vida en directo cuya simpleza y contundencia van a la par continuó el show: “For Whom The Bell Tolls” levantó a los presentes, como hace siempre, con una puesta en práctica musical casi igual que hace veinte años. La primera novedad llegó con uno de los cortes que no existían en el S&M: “The Day That Never Comes”. Metallica no modificó la manera de tocar las canciones por el hecho de estar con la orquesta ni en 2019 ni en 1999, pero aquí sí que dejó lugar a la agrupación sinfónica para la parte de la intro en el tema más épico del ‘Death Magnetic’ (2008).
Después de un comienzo bastante bueno, la canción que, sin ser de los clásicos, funciona probablemente mejor en la conexión público-banda. “The Memory Remains” dio lugar a que los fans se dejasen la garganta con esta versión en la que corearon la estrofa mítica junto a la orquesta y, finalmente, a capela. Todo iba bien, pero Metallica tiene esa capacidad de dar una de cal y una de arena, y aquí llegó uno de los mayores “plof” de la noche. “Confusion”, uno de esos temas que ni fu ni fa de ‘Hardwired… To Self-Destruct’ (2016) que han tocado bastante en su gira de pabellones/arenas, bajó los ánimos del éxtasis del principio (aunque menos que otras veces porque con la orquesta todo les suena mejor) y más cortando a la gente cuando cantaba al unísono la parte más emocionante de “The Memory Remains”.
Otro de este álbum más reciente, “Moth Into Flame”, arregló un poco esta caída. Este sí que triunfó (salvando las distancias con sus discos de los ’80) cuando se lanzó el disco, y la gente volvió a tratar de retomar ese buen ritmo que habían impreso desde que empezó el directo la formación de San Francisco. Fijarse en el éxito del primer S&M era una de las cosas que podía hacer Metallica para encontrar buenas sensaciones en esta nueva actuación, y una de las canciones que mejor funcionó sin ser de las más conocidas en la trayectoria del grupo fue “The Outlaw Torn”, que decidieron interpretar de nuevo de manera acertada.
La composición que realizaron expresamente en el S&M de 1999, “No Leaf Clover”, no podía faltar como otro homenaje a ese concierto, y “Halo On Fire” atacó tras ella en otra elección buena de su último trabajo para tocar junto a la orquesta para acabar la primera mitad de la velada. Un decálogo de diez temas que no están entre los más famosos de Metallica pero que en este formato funcionaron bien (excepto la citada “Confusion”, que podía haber sido sustituida por cualquiera de las decenas de canciones de la banda). El último disco tuvo bastante repercusión en esta parte, algo que siempre que sacan un LP tratan de hacer y que no siempre gusta a los fans de toda la vida.
Una segunda parte más especial
Lars Ulrich salió micrófono en mano para hacer un speech de agradecimiento y posteriormente presentar a Michael Tilson, director de la orquesta, para que este recogiese el testigo, diese otro pequeño speech y empezaran un tema en solitario, en concreto una versión de Sergei Sergeyevich Prokofiev del segundo movimiento del “Scythian Suite”, Op.20. Metallica se unió a este formato épico -que se hizo bastante largo, todo sea dicho- para tocar unidos “Iron Foundry”, de Alexander Mosolov, con la orquesta haciendo su papel y Metallica una composición propia sobre sus partituras. Las tornas se cambiaron, los cuatro jinetes tenían que adaptarse a la orquesta, y su creación fue nefasta: simplona, aburrida y prescindible. Aunque fuese algo diferente a lo que había sucedido hasta el momento, se hizo pesado y podían habérselo ahorrado.
Siguieron innovando en su concepto de concierto con la orquesta para que James Hetfield se quedara solo con ella e interpretase “The Unforgiven III” cantando. Esta idea fue más acertada que la anterior, y destacó la figura de James a la voz: no parecía encontrarse a gusto sin guitarra, no sabía dónde ponerse las manos y cómo colocarse, y fue el único momento en el que se reflejó su voz resentida en la noche. No se sabe si en esto tendrían que ver algo sus problemas recién desvelados con su recaída en las drogas (de las cuáles no se ha especificado qué sustancias han sido), pero fuera lo que fuera, fue curioso su papel en un formato de la canción muy bonito.
Para seguir con estas novedades, una que ya habían practicado sin orquesta y que han empleado últimamente para hacer referencia a su fundación con la que ayudan a distintos colectivos. “All Within My Hands” del ‘St. Anger’ (2003) sonó en San Francisco con un toque sureño aparte de acústico y no disgustó a los presentes. El último punto diferencial llegó con “(Anesthesia) Pulling Teeth”, donde Scott Pingel, bajista de la San Francisco Symphony Orchestra, rindió su particular muestra de admiración y recuerdo al fenecido Cliff Burton en un corte que puso los pelos de punta. Llamó la atención que, al terminarla -donde Ulrich se había unido con la batería-, el danés fue a saludarle con las dos manos arriba para chocar y se llevó una cobra porque Pingel ni se cercioró de ello.
Cinco hits restaban para concluir, y otro de los que funcionó a la perfección en 1999 con la orquesta cayó en el Chase Center: “Wherever I May Roam”, que tuvo un conjunto de luces y láseres muy especial. “One” prosiguió con una introducción en la que los clásicos sonidos bélicos de diversas armas de fuego y bombas se cambiaron por uno de los percusionistas y Lars golpeando la baqueta del otro con una propia sobre una caja para simular descargas de metralletas. La parte que todo el mundo esperaba en la que a Ulrich le tocaba dar al doble bombo contaba con la incógnita de si lo haría bien, si como de costumbre cuando le apetece y a destiempo o si, como en otros DVDs, se le ha añadido en post producción. Ni se molestaron. Pusieron el sonido original algo más elevado en este aspecto, pero no quisieron falsear este tramo como en directos anteriores.
“Master Of Puppets”, un infalible de su trayectoria, elevó las voces del público con una epicidad que asciende la clásica de las de Metallica en sus giras. “Nothing Else Matters” hizo que las luces se apagaran, las linternas de los teléfonos se encendieran y los corazones se abriesen en una interpretación muy emocionante, y “Enter Sandman”, con un Michael Tilson desatado, iluminó el recinto para que se viera sin problemas la comunión de aficionados-orquesta-grupo que terminó de generar el éxtasis entre los asistentes.
Como conclusión, es posible que en un análisis musical el concierto de 1999 fuera más preciso y, sobre todo, sobrio, pero la diversidad de luces, pantallas, cambios durante la actuación, efusividad de los músicos y actitud generó que este S&M² fuera mucho más espectacular en cuanto a lo que es la puesta en escena. En el otro directo destacó la música, aquí el producto final, y allá cada uno qué es lo que prefiere. Metallica para durante un tiempo por la desgracia de la recaída de Hetfield, pero augura volver cuando todo esté en su sitio.
Setlist del S&M²
1. The Ecstasy Of Gold (interpretada por la San Francisco Symphony)
2. The Call Of Ktulu
3. For Whom The Bell Tolls
4. The Day That Never Comes
5. The Memory Remains
6. Confusion
7. Moth Into Flame
8. The Outlaw Torn
9. No Leaf Clover
10. Halo On Fire
Descanso
11. Scythian Suite, Op.20, Second Movement [cover de Sergei Sergeyevich Prokofiev] (interpretado por la San Francisco Symphony con Michael Tilson al frente)
12. Iron Foundry [cover de Alexander Mosolov] (con Michael Tilson al frente)
13. The Unforgiven III (interpretado por la San Francisco Symphony y James solo a la voz)
14. All Within My Hands (en acústico)
15. (Anesthesia) Pulling Teeth (Scott Pingel, de la San Francisco Symphony, y Lars Ulrich)
16. Wherever I May Roam
17. One
18. Master Of Puppets
19. Nothing Else Matters
20. Enter Sandman (con Michael Tilson al frente)
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