Los escenarios son lugares, por lo general, seguros. Salvo cuando hay un charco de sudor, o una bandera lanzada por alguien del público, o un músico ligeramente impedido por cuestiones barbitúricas o etílicas.

Tenemos que admitirlo. Nuestras infalibles rockstars son meros mortales en el mejor de los casos. Da igual que seas Gene Simmons, James Hetfield o Axl Rose. La realidad es que:

Los escenarios son lugares, por lo general, seguros. Salvo cuando hay un charco de sudor, o una bandera lanzada por alguien del público, o un músico ligeramente impedido por cuestiones barbitúricas o etílicas. Pese a ser lugares aparentemente seguros, también están llenos de trampillas, pasarelas elevadas, escalones y otras maravillas propias de los faraónicos montajes a los que ha dado lugar el ansia de espectáculo de algunas de las bandas más importantes del mundo. Las pasarelas elevadas de Iron Maiden, las botas de plataforma de Kiss o la Harley de Rob Halford de Judas Priest son inofensivas hasta que dejan de serlo.

Por suerte, ninguno se ha hecho daño de verdad, aunque algunas de estas hostias duelen de ver. Sobretodo la de Steven Tyler, que es casi ridícula. Otras, como la reciente de James Hetfield son de las que te hacen retorcerte de dolor en la silla. En cualquier caso siguen todos más o menos vivos. Y si Dave Grohl puede partirse una pierna y seguir el show, vosotros que os cogéis la baja del trabajo a la que tenéis dos décimas de fiebre solo demostráis que sois unos flojos y unos mindundis y unos apocados.

Long live a las hostias como panes!

Metallica

Iron Maiden

Kiss

Ace Frehley

Judas Priest

Aerosmith

Foo Fighters

Poison

Alice Cooper

Marilyn Manson

Slipknot