El vocalista de IRON MAIDEN ha participado en el Movil Forum de Barcelona hace escasamente un par de horas. Te ofrecemos un resumen de su interesantisima conferencia.

Bruce Dickinson ha estado este mediodía en Barcelona para inspirar a toda la nueva generación de emprendedores de tecnologías de telecomunicaciones. Su charla, inspiradora, familiar y cercana ha tocado diversos puntos de su carrera profesional.

Dickinson empezaba contando como él tiene dos vidas que en realidad son una. Y cómo la unión de esas dos vidas le hace ser quién hoy es. Ser piloto de aviones e ídolo de masas le ha enseñado algo que Apple tenía muy claro cuando relanzó su marca: que tus clientes sean tus fans. Nos cuenta que cuando tú vendes, no vendes un producto, vendes una relación. A tus clientes no tienes que venderles algo que no necesitan, sino conocerles, saber qué quieren, que esperan de ti, que vacíos tienen que tú puedas llenar.

El mercado además está en pleno cambio y Bruce nos contaba la parte del negocio de la música: antes las camisetas y los conciertos eran baratos, los discos caros. Ahora es al revés. Los discos son más baratos (contando que la mayoría son descargados de internet a coste 0) y las camisetas y los conciertos más abundantes y más caros. Las bandas pasan más tiempo en la carretera. Hay que adaptarse, innovar.

Una de las maneras de innovar es mirar un producto desde otro ángulo, desde otro punto de vista. Ver qué puedes hacer con él que no se haya hecho ya. Dickinson ponía el ejemplo de unos pantalones. ¿Qué se puede hacer con unos pantalones? Cubrirte las piernas, sí. ¿Y recargar el móvil? Quizá con el movimiento, con la fricción… mover la pierna a propósito para recargar el móvil es un gasto de energía pero quizá se puedan crear unos pantalones que aprovechen la energía provocada por el ejercicio de andar para recargar un teléfono, un mp3, una Tablet.

Él nos ha contado cómo ha contribuido a innovar concretamente al Ejército de los Estados Unidos, invirtiendo en un proyecto que parecía una locura.
“Fui al banco a pedir un crédito para la filmación de una película para la cual escribí un guión. Trataba de explicarles por qué mi película era genial pero ellos estaban interesados en cómo, aunque la película resultase un bodrio, la inversión les haría ahorrarse dinero en impuestos. Al fondo de la sala había una persona tomando café y charlando alegremente, sonriendo de oreja a oreja. Me acerqué a preguntarle si iba a invertir en mi película y me dijo que no, que tan sólo había venido a ver si podía robarme la idea para financiar su propio proyecto. Esa persona me pareció tan interesante, que me contó su proyecto e invertí en él. Se trataba de construir un zepelín que podría transportar una media de 7 toneladas de carga a través del atlántico, tardando 3 días y consumiendo 1/3 de lo que consumiría un avión convencional. El 8 de agosto, el vehículo híbrido LEMV hizo su vuelo inaugural bajo financiación del ejército de EEUU”.

¿Por qué nadie había invertido hasta entonces en un proyecto que parecía tan  lógicamente bueno? El miedo al cambio. Los gobiernos por defecto les dicen que no a los emprendedores, igual que un padre le dice a un niño que el tenedor sólo se usa para comer. Y ahora es precisamente, el momento del cambio y la innovación. Atrás quedaron los tiempos del pensamiento recto y ahora ya no es suficiente con el pensamiento lateral. Bruce Dickinson recomienda el pensamiento “circular”.

Otra anécdota que quiso compartir con nosotros fue la del “Flight 666”. Iron Maiden alquiló por 2 años el avión y luego lo cedió un año más para vuelos comerciales. Gracias a meter a todo el equipo, los instrumentos, etc. en un avión y la libertad de movimiento que ello les otorgaba, fueron capaces de hacer ése tour que nunca había sido posible hasta ahora. India, Australia… esos países parecían tan fuera de alcance… y gracias a una idea innovadora, se hizo realidad. Además, la cesión del avión para vuelos comerciales durante un año más hacía que la gente comentase “¡He visto el avión de los Maiden, seguro que están en la ciudad!”, poniendo al grupo en boca de todos, consiguiendo que se hablase de ellos.

Después de su corto discurso en el que a pesar de no decir nada nuevo ni nada que no hayamos oído antes fue emotivo e inspirador, Bruce Dickinson se marchó corriendo del Fòrum de Barcelona en dirección al aeropuerto – lo que no sabemos es si como Capitán Dickinson o como pasajero.