Los suecos se abrieron camino en el black metal de una forma muy personal con este tercer trabajo de estudio, publicado el 11 de mayo de 1987. Un punto de inflexión de una interesante carrera.

Muchos creen erróneamente que el black metal surgió en Noruega cuando la realidad es que los noruegos fueron empapándose de los verdaderos precursores del género. Bathory, fue parte del cuarteto que ayudaría a su conformación junto a Venom, Celtic Frost y Mercyful Fate. Quorthon formó Bathory en Suecia en 1983 y dio paso a uno de los primeros sonidos que combinaban viking y black metal.

El grupo nació a raíz de un anuncio de un estudio de grabación que a su vez sirvió para que se completase la primera formación. Quorthon se encargaba de las voces y las guitarras, Vans Mcburger de la batería y Freddan Hereafter del bajo. Una vez completado el equipo se embarcaron en la aventura de elegir un nombre y se decantaron por Bathory, en honor de la condesa húngara Erszébet Báthory conocida por sus crímenes.

Bathory

En 1804 publicaron su primer trabajo ‘Bathory’ pero fue en 1987 cuando los suecos lanzaron uno de los álbumes más famosos de su carrera. ‘Under The Sigh Of The Black Mark’ estaba compuesto por diez canciones, fue grabado en los Estudios Heavenshore y producido por Quorthon y The Boss. ‘Under The Sign Of The Black Mark’ se dividió en dos partes. Una primera llamada ‘Darkness’ que contenía los cinco primeros temas entre los que cabe destacar la instrumental “Nocternal Obeisance” y la canción homenaje a la condesa húngara, “Woman Of Dark Dessires”.

Bathory grabó su álbum siguiendo el estilo propio de la época, es decir, uno caracterizado por una producción que hoy día se consideraría “ruidosa”, pesada y con ese toque tan sepulcral propio del black metal. Con “Evil” bautizaron a la segunda parte del disco, donde “Enter The Eternal Fire” contenía una importante carga épica y algunos solos de guitarra que podían recordaban al speed metal. “13 Candles” era otro tema especial cuya ritualística introducción podía transmitir la sensación de estar en el mismísimo infierno.

A pesar de seguir su habitual estela, muchos consideraron este LP como un punto de inflexión en su carrera ya que incluía una esencia considerablemente épica que no habían expresado antes con tanta rotundidad. En definitiva, fue un trabajo cumbre en su carrera que los invitaría a seguir componiendo y actuando hasta que en 2004 Quorthon murió por un ataque al corazón. Sin embargo, ‘Under The Sign Of The Black Mark’ sigue vivo y alimentando la oscuridad residente en los antiguos y nuevos amantes del black metal.

Pilar Martínez