¿Qué produce terror? ¿Qué “da miedo”? ¿Qué activa el horror? Está claro que no hay una respuesta unánime ya que cada persona posee unos resortes que hacen aparecer esos sentimientos atávicos que provocan la atracción por lo oscuro, lo profundo, lo pavoroso… Y las bandas de rock siempre han sabido usarlos para crear una imagen propia que traiga a la superficie los miedos que se esconden en el desván de la memoria.

Más allá de los protoimpulsores como Kiss, The Residents, Alice Cooper, Ozzy Osbourne o Screaming Lord Sutch y Screamin’ Jay Hawkins, desde siempre los artistas musicales supieron buscar una imagen que sirviese de marca propia basada en esos temores, esos terrores y en la activación del miedo, usando maquillajes, máscaras, puestas en escena, atrezo y parafernalia para reforzar el mensaje musical. Vamos a seleccionar (dejando en el camino a muchos como King Diamond, GWAR, Insane Clown Pose o Rob Zombie) a aquellos que tienen un punto un tanto insano o de provocación deliberada.

Death SS

En plena vorágine del punk, en 1977, unos pirados italianos, Steve Sylvester y Paul Chain (apodos que recuerdan a los actores de spaghetti western ya que se llamaban Stefano Silvestri y Paolo Catena) montaron Death SS para dar rienda suelta a su pasión por la autodenominada “horror music” un compendio de ocultismo, horror y otros ingredientes para convertirse casi en uno de los pioneros del black metal.

Maquillados como cadáveres en descomposición, momias, esqueletos, hombres lobo, vampiros o lo que se les pasaba por la cabeza a sus más de cuarenta miembros a lo largo de su vida, son un claro ejemplo de atracción temprana por el horror. Traerlos a esta lista es un pequeño homenaje a esas incansables bandas que no alcanzan la notoriedad y el reconocimiento globales. Sus puestas en escena, dignas del Giallo más lisérgico, convierten el escenario en una horror movie con una banda sonora tan brutal como el aspecto de los músicos, una imaginería digna de competir (a su nivel claro) con las teatralizaciones de King Diamond, una banda que aún hoy en Italia sigue moviendo una gran cantidad de fieles seguidores.

Mayhem

Sin Mayhem, ya en 1984, el terror y el horror en las bandas metal no serían lo que son. Únicos en su historia y especiales en su imagen inicial, Dead y Euronymous son el ejemplo pluscuamperfecto de lo que esta lista busca resaltar. Hablando en plata: acojonan. Maquillajes sencillos pero efectivos que resaltan esos detalles que hacen saltar el resorte del miedo.

Mayhem

Su oscura música y sus demenciales letras fueron superadas en la realidad por el suicidio de Dead y el asesinato de Euronymous a manos de Varg Vikernes (Burzum) lo cual no supuso el final de la banda, que continuó (dejando ya la parafernalia terrorífica) con Necrobutcher hasta hoy día. Con él al frente sus directos se vuelven más complejos, el gore hace acto de presencia y es su vocalista actual, Attila Csihar quien con su imagen atrae todas las miradas: maquillado, señor de mutilaciones y sacrificios conduce a los fans por el escenario a su antojo. Mientras el resto de la banda, a cara descubierta, acompañan al maestro de ceremonias en sus rituales.

Burzum

¿Se puede tratar el horror en el metal sin hablar de Burzum? No, o al menos no debería poderse. Comienzan los años noventa y si bien su imagen no usaba solo el maquillaje para resaltar el miedo (era algo más ocasional), la parafernalia con la que se adornaba, su “filosofía”, sus mensajes, son suficientes para generar, cuando menos, inquietud.

La mirada de Varg Vikernes ya de por sí es suficiente para que cualquiera se piense dos veces enfrentarse a él, luego, su historia, potencia ese aspecto porque ¿cuántos artistas asesinaron a un colega de escena musical y, además, quemaron varias iglesias? Tras su salida de prisión abandonó todo aspecto terrorífico para adoptar otro más orientado casi al mesianismo, pero, claro, ya no es lo mismo. El pasado de la banda es digno de ser considerado como uno de los más contundentes en cuanto a estética y puesta en escena se refiere, por otro lado, su presente, sus discos, siguen creciendo en complejidad y controversia entre quienes consideran que el norte está perdido y los que siguen creyendo que Varg es un oscuro Señor del Mal.

Behemoth

Paralelos en el tiempo a Burzum, estos polacos hacen de la imagen un arte. Sus maquillajes y máscaras evolucionan con ellos sin perder un ápice de, digamos, maldad. Paradigma del terror arcano sus diversas estéticas provocan la inquietud a sabiendas que nada de bondad se esconde bajo esos ropajes.

Behemoth

Nergal es, tal vez, el artista que mejor partido sabe sacar a la imagen, no deja nada al azar: tocados, capas, capuchas, maquillaje… todo está milimétricamente pensado para provocar lo que en cada momento desea. Si echar un ojo a su aspecto te deja indiferente, podrías ser un miembro de Behemoth. Esos cambios de estética danzan de un lado a otro de lo terrible, sacerdotes de antiguos cultos, oscuros seres, chamanes de tribus perdidas, sean lo que sean, Behemoth se convierten en un espectáculo tan visual como musical que buscan sacudir los temores más profundos del ser humano.

Gorgoroth

Podríamos hablar de la respuesta noruega a Behemoth, pero no sería justo. Infernus es el Orco Mayor del black metal, el satanista innegable. Las potentes puestas en escena de Gorgoroth son todo un espectáculo en honor de Satán: crucifixiones, sacrificios… mientras los miembros de turno del grupo (otra banda con un incontable número de ex) parecen una tribu perdida en medio de un bosque impenetrable o en la cima de una montaña alejada de cualquier punto civilizado.

Una grey que a simple vista ya destila brutalidad, violencia y una total falta de humanidad. Pinturas de guerra que no buscan esconder el rostro, sino mostrar el verdadero, ese que no tiene más que maldad. El fuego, la sangre, la muerte como conductores del espectáculo, una puesta en escena que cautiva y logra mantener la atención todo el tiempo. No importa lo desagradable que pueda parecer lo que está sucediendo mientas están sobre el escenario, es una parte más de la música, de esa apabullante y demoledora música que a duras penas se puede entender y comprender sin ser en directo, porque Gorgoroth nacieron para el directo, su medio natural donde desarrollan todas sus paranoias.

Gehenna

Traer a Gehenna en vez de a otras bandas similares en estética y sonido ¿es un absurdo? Puede, pero tienen ese toque propio que les hace especiales. Si bien su imagen parece heredada de Mayhem o Burzum estos noruegos le dan un punto cadavérico que les hace especiales. Además aportan un toque de antropofagia en sus maquillajes que inquieta de forma particular. Añadamos a todo esto la presencia de Sarcana en sus orígenes, un contrapunto que, en vez de dulcificar la imagen de la banda, la llevaba a las zonas más oscuras, está claro que deben aparecer en esta lista. Tras su marcha la estética del grupo dio un pequeño giro hacia lo más duro, adentrándose en la profundidad de la maldad sin concesiones.

Más sangre, más misterio, más brutalidad que se transfiere a su sonido, caótico y enrevesado en escena de tal suerte que parecen traer la banda sonora del fin del mundo, dominada por la voz de Sanrabb, una de esas voces que van unidas de forma inseparable al aspecto de quien la posee, no podría ser de otra forma para que Gehenna sean como son.

Mushroomhead

Adiós maquillaje, hola máscaras. Como parte de su apuesta por la diferenciación la banda americana decide crear personajes en los que tanto los uniformes como las máscaras sean la parte identificativa, pero nada de caretas bondadosas y agradables, Mushroomhead creó unas propias en las que lo terrorífico estaba presente.

Mushroomhead

Con el tiempo cada miembro del grupo fue creando su propia imagen, alejándose de la sencilla homogeneidad inicial y sin perder un ápice del punto desasosegante que les caracteriza, los ojos en X dejan paso a una trabajada imagen que no cesa de mejorar y evolucionar con los cambios, constantes, de personal que sufre el grupo. Quien los considere una copia de otros grupos debería leer su biografía. Considerados los chicos malos, los imitadores descarados o los copiones sin escrúpulos por parte de crítica y público, esa misma que alienta las confrontaciones y las polémicas, Mushroomhead poseen su propia personalidad, y es de agradecer.

Portal

Tal vez no sean muy famosos, pero la estética de Portal no deja indiferente a nadie. Una mezcla de verdugos y ajusticiados con capuchas ajustadas, sogas de ahorcado y otros aderezos para acompañar al voluble vocalista que en cada gira cambia de imagen, adaptándola al tema del disco que presentan, logrados y labrados tocados, garras… todo vale para mostrar su acercamiento a lo más oscuro y profundo del ser humano.

Al igual que otras bandas ocultan tanto sus rostros como sus nombres lo cual facilita la leyenda de los cambios de miembros más allá de los reconocidos. Estos australianos tienen, además, un estilo musical tan personal como su imagen y merecen tanto una escucha como una visión de sus directos para apreciar la intensidad de su propuesta. Es ahí donde se aprecia la calidad global de este grupo, ejemplo de que la fama no siempre favorece a quien la merece ya que Portal combinan imagen, música y capacidad en vivo a un nivel mayor del reconocimiento global que tienen, adentrarse en su mundo (sobre todo desde los videos) traerá una buena recompensa.

Slipknot

No por ser obvio había que obviar a Slipknot. Si algún grupo es merecedor de ser nombrado por ocultar sus rostros, sin ser Kiss, los chicos de Iowa son los número uno. Uniformes y máscaras mundialmente reconocidos que van más allá de la llamada al terror, al miedo o al horror, provocando la más profunda inquietud, pues hasta la más “inocente” tiene un halo de oscuridad que hace que el espectador sea consciente que nada afable se oculta debajo.

Slipknot

Slipknot

Tan confiados estaban en su imagen que lanzaron su propia marca de ropa, hoy día limitada a poco más que camisetas y sudaderas, mientras esperan poder poner en el mercado un merchandising completo basado en su estética. Sus disputas con Mushroomhead deben quedar en una mera anécdota para chascarrillos de bar. Todo esto se combina en unos directos impresionantes, apabullantes e incontestables. Una banda que si en disco logra estar a gran altura, en directo, con su poderosa estética se eleva muy por encima de la media. Shows donde cada uno de los miembros atrae miradas y en los que la parafernalia no es un aditamento sino un elemento esencial.

Mgła

Menos es más. Y los polacos Mgła son la quintaesencia de la sencillez a la hora de crear una imagen inquietante. Nada de máscaras, nada de maquillajes, una sencilla capucha y una tela de rejilla provocan la desazón más profunda al ser conscientes que no vemos qué se oculta detrás mientras ellos nos ven sin distorsiones.

Es esa imagen de lo oculto pero accesible lo que hace de Mgła una banda con una presencia aterradora, la mirada del vacío, del negro y profundo vacío que observa sin poder ser observado, que se oculta para mostrar todo lo que el subconsciente quiere que sea mostrado. Un absoluto acierto. Tal vez a muchas personas les resulte simplista o naïf pero desde siempre ocultar el rostro de forma que ni ojos ni boca queden a la vista del observador implica una parte de temor, por la indefensión que ello provoca y es ahí donde Mgła saben cómo situarse, cómo comportarse y cómo explotar ese simplismo naïf.

Rose Tattoo

¿Rose Tattoo? Pero ni se maquillan, ni usan máscaras, ni ocultan su rostros, ¿por qué están aquí? Sencillo. Su imagen no necesita ningún aderezo para provocar el más pavoroso de los temores. Encontrarse a la banda original en cualquier calle por muy bien iluminada que esté provoca cuando menos la inquietud.

Rose Tattoo (Foto: Elena Marco)

Lo más importante en Rose Tattoo, frente a otras bandas, sobre todo posteriores, es que se basaron en sí mismos para crear una imagen dura, fuerte y con aires de terror es que ellos eran así, no se crearon sus personajes, no estaban “perfectamente desaliñados”. Más simple que eso: así se vestían para salir de casa porque así es como eran. Hasta el pequeño Angry Anderson tiene un aura de pendenciero que hace que cambiar de acera pueda ser la mejor de las opciones. Y es que el miedo es tan libre y variado que puede hacer que sonriamos ante las demás bandas de esta lista mientras agachamos la cabeza y bajamos la mirada al cruzarnos con Rose Tattoo.

Toni de Lola