Las 10 bandas imprescindibles del Prog Rock
Discos temáticos, canciones infinitas, portadas sacadas de los delirios de un mal viaje de LSD… El rock progresivo es un género rodeado de una mitología y símbolos muy queridos y reconocibles, aunque no siempre recibe el reconocimiento que se merece.
Son esos hijos bastardos del rock psicodélico sesentero y de los virtuosos músicos de jazz que se interesaron por la popularidad que bandas de rock como los Beatles, los Rolling Stones o The Who habían conseguido. En sus orígenes fueron continuadores de la ya por aquel entonces agónica escena musical hippie, contemporáneos de verdaderos titanes del género como Lez Zeppelin o Deep Purple, y tristemente sepultados por el auge del punk, que era la antítesis musical de estas primeras bandas.
Algunas de las bandas más importantes de la historia como Genesis, Queen, Pink Floyd o The Doors aparecieron al amparo de esta escena (y se encuentran en este artículo), pero parece que el status quo más puro del género trae la maldición de volar bajo el radar, ya que no es raro que las bandas más eminentemente progresivas, incluso aquellas con grandes éxitos, sean desconocidas para el gran público y que únicamente persistan gracias al amor incondicional de un pequeño nicho de fans.
Pese a todo, su influencia es notable en cualquier banda que guste de ostentosas orquestaciones o de discos temáticos, pero principalmente fueron los primeros en evolucionar los riffs simplones y pegajosos del rock de los sesenta a virtuosas estructuras musicales. Sin más dilación, vayamos a por las 10 bandas imprescindibles del rock progresivo.
Hawkwind
Comúnmente conocida entre los metaleros cómo “la banda en la que estuvo Lemmy antes de fundar Mötorhead”, Hawkind se han ganado el derecho a pertenecer a este top por algo más que por haber albergado a más de una leyenda de la música (Ginger Baker de Cream también pasó por sus filas). Para muchos fueron los fundadores del space rock, un subgénero del rock psicodélico que incorporaba temáticas de ciencia ficción a las secciones instrumentales ambientales que popularizaron los 60, habiendo llegado a componer con el genio detrás de las novelas de Elric de Melnibone, Michael Moorcock. No es descabellado afirmar que, sin sus letras, bandas como Blind Guardian o Iron Maiden jamás se habrían aventurado a incorporar las temáticas de la fantasía y la ciencia ficción a su música.
Capitaneados por un incansable Dave Brock, Hawkwind gozaron de cierta notoriedad en las radios británicas gracias a temas como «Silver Machine», «Shot Down in the Night» o «Urban Guerrilla», y discos como ‘Hall of the Mountain Grill’ o ‘Warrior on the Edge of Time’ aún a día de hoy se sostienen como los clásicos atemporales que son. En 2018 se prodigaron por varios escenarios europeos, por lo que si este año los ves ocultos entre los nombres pequeños del cartel de alguno de los festivales que frecuentes, no pierdas la oportunidad de viajar a las estrellas con estos pioneros.
Marillion
La influencia de Marillion en el mundo del rock va más allá de su aportación puramente musical, y es que los británicos fueron de las poquísimas bandas que vieron en Internet una oportunidad, no una calamidad, y fue gracias a la proximidad con los fans que les dio el mismo, que pudieron seguir a flote como banda (si solo Lars Ulrich hubiera aprendido de ellos…). Por lo demás, aparecieron en escena tardíamente, cuando el género ya se había solidificado y muchas de sus bandas insignia ya comenzaban a dar señales de fatiga, siendo el revulsivo necesario para mantener al rock progresivo vivo.
Ya sea con Fish o con Hogarth al frente, discos como ‘Seasons End’ o ‘Script for a Gesters Tear’, se atrevieron a presentar un sonido algo más sesgado que el de sus predecesores, así como unos arreglos técnicos de un virtuosismo prácticamente inalcanzable para cualquiera de sus contemporáneos. Por todo ello, por mantener al rock progresivo vivo en los 80 y por su aproximación revolucionaria a las nuevas tecnologías, los muchachos de Steve Rothery se han ganado a pulso un puesto en esta lista.
Porcupine Tree
“Todo empezó como una broma”. Esta frase tan habitual en las declaraciones de los tunantes citados en el juzgado de tu ciudad, por una vez propició el nacimiento de una de las bandas más importantes del rock progresivo, que, si bien en los 80 no tuvo tanto éxito como Marillion, sí que puede alardear de no haber dejado nunca de modernizar su sonido, habiendo llegado a abrazar una atmósfera eminentemente metalera y pesada. Los muchachos de Steven Wilson comenzaron como una parodia de todas esas bandas setenteras que les encantaban, y llegaron a la fama y a ser tremendamente influyentes sin que ninguno de sus miembros lo esperara realmente.
Con un sonido que oscila constantemente entre los Pink Floyd de Syd Barrett y los primeros trabajos de Tool, Porcupine Tree sorprendieron a todos con trabajos como el moderno ‘Fear of a Blank Planet’ o ‘The Sky Moves Sideways’, dándole una vuelta de tuerca a un género que se encontraba en un periodo de transición entre el ‘Moving Pictures’ de Rush y el ‘Images and Words’ de Dream Theater. Así que ya sabes, aunque Steeven Wilson se parezca más al guitarrista de una banda indie del Primavera Sound que a un avatar del Guitar Hero, puedes estar seguro que posee en sus dedos más virtuosismo y creatividad que la mayoría de sus contemporáneos.
Gentle Giant
Imaginaos el talento de Gentle Giant cuando en una lista llena de músicos que son auténticos prodigios, necesitan una mención especial a su virtuosismo para que lleguemos a entender porqué están aquí. ¿Hasta que punto llegan sus dones? Bueno, basta con señalar que sus miembros eran en su mayoría multi instrumentistas, y que, si bien era común en el prog rock adoptar influencias externas, los británicos lo llevaron a nuevos niveles, ya que no solo bebieron del jazz, sino también de géneros tan variopintos como el soul, el barroco y la música clásica.
Lamentablemente Gentle Giant se separaron en 1980, y aunque en 2008 hubo una suerte de pseudoreunión en la forma de Three Friends, no hay señales que apunten que estos titanes del progresivo vuelvan a subirse a un escenario. Pese a todo álbumes como ‘Octopus’ o ‘Acquiring the Taste’ brillan por ese toque ecléctico tan característico de los de Londres, lo que les otorga la salvaguarda de eternidad al alcance de muy pocas bandas, que ven su sonido desfasado en cuánto la moda de turno se apaga.
Genesis
A finales de los ’60 una nueva banda británica irrumpió en el panorama musical, Genesis, que a pesar de estar algunos peldaños por debajo de otras formaciones de la denominada invasión británica, tuvieron una repercusión mundial gracias, en gran parte, a su obra maestra ‘Foxtrot’. Este álbum fue para muchos fue la mejor formación de la banda. Entre 1970 y 1975 tuvo en sus filas a Phil Collins, Steve Hackett y Peter Gabriel, quienes juntos definieron las bases del rock progresivo con el álbum ‘Nursery Cryme’ y con un estilo muy particular a la hora de afrontar los directos, con cambios de vestuario y maquillaje que pronto les aupó a la fama.
Numerosos cambios en la formación y una carrera con altibajos impidió que Genesis llegaran a los altares de otros grupos de la época, pero sin duda se convirtieron en una referencia mundial y en uno de los grupos fetiches de los amantes de la música más experimental de los ’70.
Pink Floyd
El rock más psicodélico tuvo su nacimiento en 1965 de la mano de los londinenses Pink Floyd, para muchos los padres del rock progresivo. Roger Waters, David Gilmour, Syd Barrett, Nick Mason, Richard Wright y Bob Klose fueron los pioneros en un estilo que entendió la música como un conjunto de sensaciones, y llevaron un paso más allá la forma de entender los directos, donde no sólo la parte musical era protagonista, sino que también la parte visual.
Su éxito no se entiende sin los discos que marcaron la leyenda de la banda, desde ‘The Dark Side of the Moon’ de 1973, pasando por ‘Wish You Where Here’ (1975), ‘Animals’ (1977) y ‘The Wall’, disco de 1979 que desencadenó el camino hacia la disolución de la banda. En 1985, tras varios litigios y denuncias entre los miembros del grupo, la formación se disolvió de manera temporal. El grupo, con Gilmour y Mason al frente, sin contar con Roger Waters, siguió sacando trabajos de calidad, hasta que en 2005 se reunieron para un inolvidable concierto en el Live 8 de Londres.
Jethro Tull
Ahora toca hablar de una de las bandas más famosas de los años ’70, aunque no por ello más mala o menos imaginativa que cualquiera de sus congéneres: Jethro Tull. Probablemente sean los responsables de que una de las señas distintivas del rock progresivo sean las flautas, y todo porqué Ian Anderson salía al escenario como un juglar huido de una fábula renacentista.
Trabajos como ‘Aqualung’ o el temático y pomposo ‘Thick as a Brick’ son una prueba más que fehaciente de que aún en la cúspide de popularidad con las radios y el gran público, nunca dejaron de ser esos muchachos que quisieron mezclar ese sonido tan característico del folklore inglés con el jazz y la impetuosidad del rock, regalándonos temas tan memorables y característicos como «Locomotive Breath» o «Heavy Horses», logrando la no fácil hazaña de colar la épica y la experimentación en lo más alto de las listas de ventas.
Yes
Aunque el término pionero se ha ido repitiendo mucho a lo largo de este artículo (hasta el punto de casi desvalorizarse), el quinteto inglés fue el primero en suponer una verdadera transición entre el rock psicodélico hippie y la epicidad prog que estaba por llegar. Sin abandonar el sonido o los pasajes más ambientales de sus influencias, Yes sí que fueron de los primeros en ser muy exigentes con el virtuosismo musical del que alardeaban otros géneros y del que el rock de aquel entonces estaba falto.
Como es de esperar en los catálogos de las mejores bandas, el repertorio de Yes varia entre el rock progresivo más grandilocuente en discos como ‘Close to the Edge’ o ‘Heart of the Sunrise’, y sus cortes más aptos para el gran público como ‘90125’, del que se desprendió un mega éxito como «Owner of a Lonely Heart». Aunque han girado con distintas formaciones (en algunos casos incluso a la vez) y todo a punta a que no tardaran en bajar el telón de forma definitiva, de momento siguen yendo por los escenarios de todo el mundo para descargar clásicos como «Heart of the Sunrise», «Changes» o «Yours is no Disgrace».
King Crimson
Si los londinenses llegaron a ser tan influyentes, fue justamente por su el constante cambio que ha experimentado su sonido a lo largo de los años, aunque si algo ha variado tanto o más que éste, es la cantidad de miembros que han pasado por la misma, muchos de ellos de un estatus legendario en el olimpo de la música progresiva. Su estilo es tan versátil y variado que hay quiénes consideran incluso que es un error incluirlos en las corrientes de influencia del rock, pese a que, si algo ha definido al género, ha sido justamente beber de todos los estilos posibles y no tener miedo de reinventarse.
Para muchos la mejor formación fue la que dio luz al majestuoso ‘In the court of the Crimson King’, mientras que otros abogan por el sonido más técnico y ecléctico del ‘Lark’s Tongues in Aspic’. Lo que está claro es que King Crimson es el como los grandes almacenes de la música: puedes encontrar de todo, desde la irreverente «21st Century Squizoid Men», la oscura «Starless» o la misteriosa «Epitaph», pero lo que está claro es que supuso un punto de partida para los cientos de bandas que, gracias a su ejemplo, no temieron en mirar más allá de las estrechas fronteras del rock.
Rush
Después de una lista prácticamente dominada por británicos, los canadienses Rush pueden parecer una sorpresa, pero cualquiera que haya escuchado al triunvirato formado por Geddy Lee, Alex Lifeson y Neil Peart sabrá que, si bien no inventaron nada nuevo, sí que fueron los encargados de consolidar un estilo muy amplio y disperso y unirlo bajo una sola bandera. Lo primero que a uno le sorprende de Rush es que tres músicos sean capaces de recrear tantos sonidos, así como de conjeturar sus excelentes técnicas individuales en un sonido mucho más cuajado y directo que el de sus contemporáneos o que el de cualquier banda que haya venido después.
La fórmula de Rush siempre se ha sostenido en un sonido en la base rítmica potente y complejo sobre el que Peart podía desarrollar su inmenso talento literario, como es de ver en el grandilocuente 2112, y aunque el trío llegó a alcanzar cotas inimaginables de perfección técnica en ‘Hemispheres’, lo que verdaderamente les abrió la puerta al gran público fueron unos ‘Permanent Waves’ y ‘Moving Pictures’ que ya empezaban a juguetear con elementos de música electrónica. Lamentablemente Rush se separaron en 2014, y aunque hay rumores de que Lee y Lifeson podrían unirse para seguir haciendo música, la banda de rock progresivo más importante de la historia ya no volverá a deleitar al público con clásicos como «Tom Sawyer», «The Spirit of Radio» o «Xanadu».
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