10 bandas imprescindibles del metal progresivo
Guitarristas que parecen tocar con cuatro manos, canciones interminables, baterías más grandes que la inflación en Venezuela… Todo esto es lo que a uno le viene a la mente en cuánto piensa en el heavy metal progresivo, un género que alberga a los mejores músicos y a las canciones más elaboradas.
Considero por muchos como música para músicos, el prog siempre se ha movido entre un nicho bastante pequeño de fans, pese a que no son pocas las bandas que no solo han logrado gustar entre los círculos de metaleros, sino que incluso se han abierto paso hasta el mainstream.
Creo que sería importante destacar que, a primera vista muchas de estas bandas puede parecer que no tengan nada en común entre sí, pero ese es parte del encanto de un estilo que no se cierra a nada y que bebe de todas las fuentes posibles para alcanzar las cotas musicales más altas. ¿En qué momento una banda de thrash pasa a ser prog si decide elaborar sus temas? ¿Una banda de prog deja de serlo si compone un tema en 4/4? Tales preguntas son una constante entre los fans, pero aún sujetos a las cientos de interpretaciones jurisprudenciales que pueda haber, hablaremos de grupos generalmente aceptados como puramente progresivos.
Pain of Salvation
En esta lista uno espera encontrar con mucha frecuencia palabras tales como virtuoso o genio, pero en pos de la sanidad mental de mis queridos lectores, he preferido reservar tales títulos a figuras especialmente representativas; a músicos con un talento y un poder creativos como para tirar ellos solos de una banda en un entorno tan competitivo como es el prog. Así pues, considero que no otorgar Daniel Gildenlöw tal título no solo sería erróneo, sino una falta de respeto a una de las bandas más constantes e innovadoras dentro del género.
Gildenlöw va un paso más allá de compositores como Steve Harris o Dave Mustaine, que son las principales fuerzas motrices detrás de sus bandas, y es que a largo de la carrera de Pain Of Salvation, no solo ha escrito (y sigue escribiendo) todas las líneas de instrumentos, sino que además es la mente lírica detrás de la temática de cada álbum, que al más puro estilo ‘Operation: Midncrime’ o ‘Abigail’, siempre contará una historia. En lo que respecta a su sonido, los suecos se embriagaron del sonido más moderno que llegaba desde E.E.U.U. de la mano de bandas como Faith No More o incluso Korn, aunque técnicamente nunca se han cerrado a nada, tal y como es de ver en temas tan folk como la instrumental “Dryad of the Woods” del espléndido ‘Remedy Lane’ o la épica “Idioglossia” de un ‘The perfect Element Part 1’ que muchos consideran el mejor trabajo de la banda.
Así, aunque nunca abandonen la épica que acompaña a las intrigantes temáticas de cada álbum, Pain of Salvation son también capaces de descargar cañonazos directos y sin reservas que hicieron grandes a contemporáneos suyos que terminaron por convertirse en titanes del nu-metal, como “Ashes”, “Linoleum” o “Used”, que no solo han cautivado a los esnobs más cerrados del prog, sino a un público más joven y amplio.
Ayreon
Y pasamos del proyecto de un genio multi-instrumentalista a otro, y es que Ayreon más que una banda, es el delirio de un músico tan visionario y virtuoso como lo es Arjen Anthony Lucassen, y es que del mismo modo que Pain of Salvation se nutrió del nu-metal y lo elevó con los rasgos del prog, el holandés hizo lo propio con un power metal que por aquel entonces comenzaba a abandonar sus raíces más thrashers para circular por rutas más grandilocuentes y operísticas.
Aunque a día de hoy el término de metal opera parezca acuñado y monopolizado por Avantasia, lo cierto es que Ayreon fueron los que llevaron este concepto a otro nivel, pues cada álbum no solo posee una historia propia, sino que está poblada de un buen puñado de personajes a los que dan voz un vocalista distinto, y en su mayoría transcurren dentro de un universo creado por el propio Lucassen. Sin embargo, debido a la masiva producción y a la cantidad necesaria de músicos para poder interpretar sus temas en directo, la banda no ha actuado en directo hasta 2017, y de hecho en 2019 han estado interpretando el ‘Into the Electric Castle’ entero en unos pocos conciertos muy selectos.
Ayreon es una extravagancia como muy pocas se han visto en la historia del heavy metal, y aunque las posibilidades de verles en directo sean casi nulas y la escala de sus trabajos los haga parecer inaccesibles, lo cierto es que temas como “Valley of the Queens” o “The Dream Dissolves” presentan esta fórmula eminentemente power que tanto gusta, y pueden ejercer de entrada a los fantásticos mundos de Lucassen.
Haken
Muchas de las bandas aquí listadas tienen una carrera bastante extensa, por lo que han tenido tiempo de sobra para hacer lo que mejor se le da al prog: experimentar y perder la cabeza con la producción de sus trabajos y directos. Teniendo en cuenta que las bandas de progresivo son como el buen vino, el hecho de que los ingleses tengan el honor de ser la banda más joven de la lista, no solo es un testimonio de todo cuánto han logrado hacer en tan poco tiempo, sino que uno no puede sino soñar con los trabajos increíbles que aún han de lanzar al mercado.
Liderados por el multi-instrumentalista Richard Henshall, Haken es una banda cuya principal baza son las diferentes influencias de cada uno de sus integrantes, que van desde el pop más radiofónico hasta el jazz más experimental, dando como resultado un sonido único y variado capaz de llevar al oyente a través de una auténtica montaña rusa musical, ya sea con temas tan inquietantes y misteriosos como “Cockroach King” o una “1985” más imbuida de sonidos modernos.
Aunque para muchos tocaron techo con un ‘The Mountain’ que pilló a todo el mundo por sorpresa, entradas más modernas como ‘Affinity’ están lejos de ser una decepción, y siendo tan jóvenes y alcanzado mayor popularidad día tras día, no es descabellado pensar que este quinteto de Londres aún haya de sacar su mejor disco, ese que les corone como la próxima gran banda de progresivo.
Periphery
A primera vista, situar a los americanos en esta lista puede parecer una decisión polémica, sobre todo si se tiene en cuenta la enardecida guerra que hay entre los fans del progresivo más purista y los que defienden el sonido moderno del djent, del que, detalle importante, Periphery fueron pioneros.
Sin embargo, si uno es honesto y analiza el inmenso talento de las composiciones de Misha Mansoor, se da cuenta que si bien la banda no posee ese sonido grandilocuente y sinfónico que comenzara en los 70, tiene unos riffs tan complejos y unas bases rítmicas lo suficientemente elaboradas como para que sus temas suenen como un verdadero laberinto sonoro, uno en el que muchos querrían perderse, como lo son “Ragnarok”, “Make Total Destroy” o la querídisima “Icarus Lives!”.
Cabe destacar que el talento de Mansoor va más allá de las seis cuerdas (pese a que ha llegado a tocar hasta con 8), y es que si bien no es el multi-instrumentalista al que esta lista puede haberte acostumbrado, es un magnífico productor y programador, siendo el responsable de haber imbuido a Periphery con un sonido irrepetible. Esta labor tan meritoria brilla especialmente en ‘Periphery IV: Hail Stan’, en que logra hacer funcionar un disco que arranca con un mastodonte de 17 minutos como “Reptile”, y en un ‘Juggernaut: Omega’ muy recordado por la compresión de sus guitarras y las muchas capas de voz.
Leprous
Perdiendo el puesto de la banda más joven contra Hacken por muy poco tenemos al quinteto Noruego, que en pleno s.XXI ha tomado el sonido melancólico y nihilista del rock alternativo e incluso de corrientes más modernas del indie para nutrir este variopinto género que es el avant-garde metal.
El grupo encabezado por Einar Solberg y Tor Oddmund Suhrke ha sabido mantenerse fiel a su estilo profundamente arraigado en la experimentación y la fusión de múltiples géneros, dotando a Leprous de ese sello único que los convierte en una bestia prácticamente incalificable a efectos de género. Sin embergo, si están en una lista que pone progresivo no es por sus políticas respecto al cambio climático, sino por haber engendrado temas tan pegadizos y deliciosamente elaborados como el conocido como el trío The compuesto por: “The Flod”, “The Price” y “The Valley”.
El tiempo y el éxito que ha vivido la banda en los últimos años les ha permitido volverse ambiciosos, lo que en el estudio se traduce con una producción en que caben todo tipo de experimentaciones en su sonido, como es de ver en dos cortes más recientes como ‘Bilateral’ o ‘The Congregation’, que para muchos fans ha permitido que la banda alcance un nivel musical al que no podían aspirar en sus inicios.
Between the Buried and Me
Tienen el honor de ser los primeros representantes del progresivo influido por los sonidos más extremos, nada más y nada menos que unos Between the Buried and Me que desde que debutaran en 2002 se han convertido en todo un referente al mezclar cosas que no deberían sonar juntas, como es el prog con el hardcore o el death metal, dando como resultado un subgénero que solo por el nombre merece tener millones de seguidores: el mathcore.
Los muchachos de Tommy Rogers y Paul Waggoner son en la música lo que en la cocina sería el chef capaz de que disfrutes un helado de chorizo, y es que ambos músicos combinan sus voces diametralmente opuestas para crear obras como “Selkies: The Endless Obsession” o épicas de las dimensiones de “White Walls”, capaces de aunar en el mismo concierto a un hardcoreta empedernido y a un plácido amante de Yes.
https://www.youtube.com/watch?v=md6jGibyd2w&feature=emb_title
Between the Buried and me pasarán a la historia por ser esa combinación imposible, ese experimento que nunca se pensó que pudiera salir bien, como un verdadero milagro musical que se culminó en un ‘Colors’ que pilló por sorpresa a toda la escena con canciones como “Ants of the Sky”, capaz de llevarte a un montón de lugares distintos, o un ‘The Great Misdirect’ capaz de enlazar temas tan poperos como “Mirrors” con el brutal progresivo híbrido de “Swim to the Moon”.
Animals as Leaders
Si Hacken es la banda de prog puro más joven de la lista, el equivalente con un sonido más moderno y ceñido al djent acuñado por Periphery serían los americanos Animals as Leaders, que han conseguido la nada fácil tarea de lograr que un grupo de prog instrumental esté en boca de todos.
Los muchachos de Tosin Abasi han crecido mucho desde que Misha Mansoor apadrinara al prodigioso guitarrista y le ayudara a dar a luz a un primer trabajo compuesto exclusivamente por él, y es que, como muchas bandas de esta lista, el trío se encuentra ahora mismo a escasos centímetros de la cresta de la ola, y la mejora de su producción es directamente proporcional a la calidad de sus composiciones, pues sus últimos trabajos ‘The Madness of Many’ y ‘The Joy of Motion’ son para muchos el mejor material que la banda ha dado hasta el momento, y no hay un solo fan que no espere con impaciencia su próximo lanzamiento.
No nos vamos a engañar, Animals as Leaders pueden parecer una banda obtusa y a la que es difícil de acceder, y muchos la califican de una banda que solo gusta a guitarristas, el conocido como “guitar porn”, pero lo cierto es que el sonido del grupo sabe trascender a estas barreras y tiene un mensaje para todo el mundo, y es que temas como “Wave of Babies”, “Tempting Time” o la viral “CAFO” son delicadas piezas de precisión rítmica y virtuosismo de seis cuerdas que harán las delicias de cualquiera que decida darles una oportunidad.
Symphony X
El progresivo es un género de híbridos, de experimentación y de temas profundos y trascendentales, y pocos exponentes hay de todas estas tendencias mejores que unos Symphony X que beben de la grandilocuencia del power metal, incorporan elementos compositivos de la ópera y redactan letras arraigados en las idiosincrasias varias de las distintas obras de la literatura universal.
El guitarrista Michael Romeo se influyó por la creciente escena del power metal americano capitaneada por bandas como Iced Earth para componer un power metal que si bien era progresivo, tenía sus raíces bien ancladas en riffs asesinos y canciones que aun siendo cortas y directas, contenía los suficientes poli ritmos como para provocarle jaqueca a un metrónomo, como lo son las conocidísimas “Set the Wolrd on Fire (The Lie of Lies)” o “Of Sins and Shadows”, demostrando que no es necesario sacrificar el virtuosísimo para hacer piezas más asequibles.
Si uno indaga en su discografía encontrará trabajos tan colosales como el épico y grandilocuente ‘The Odyssey’, con el tema homónimo siendo un favorito de los fans que va más allá de los 20 minutos de duración, y es que aunque encontraron cierto éxito de masas con un nada desdeñable ‘Paradise Lost’, el consenso es que tocaron techo con un ‘The Divine Wings of Tragedy’ que es un perfecto ejemplo de la increíble versatilidad de una banda que pasa de darte un cañonazo en el pecho con la potencia de “Out of the Ashes”, a acariciarte con la dulzura de “The Accolade” solo para regresar a la grandílocua fórmula de épicas de larga duración con la homónima “The Divine Wings of Tragedy”.
Opeth
Siendo una de las bandas más versátiles que han existido jamás, Opeth han experimentado con gran variedad de géneros y técnicas a lo largo de su notable carrera, pasando de ser una banda con profundas raíces en el sonido de sus contemporáneos de la escena sueca de death metal, a practicar un rock progresivo muy influido por el jazz, el blues y el folk.
La gran fuerza motriz tras la maquinaria es Mikael Akerfeldt, y es que aunque haya fans que le tengan tirria porqué lleva sin hacer guturales desde el ‘Heritatge’ de 2011, el guitarrista y vocalista es el responsable de haber imbuido a Opeth con su sonido inimitable, y es que es de esos hombres capaces de cantarte una nana y de asustarte hasta la médula en una sola canción, que a la vez tendrá la brutalidad de un huracán y las caricias de un amante. Quizás el mejor ejemplo de esta tendencia sea “Ghost of Perdition”, aunque canciones como “Deliverance” o “Demon of the Fall” tienen ese sello de identidad que hacen que inmediatamente sepas a que banda pertenecen.
Como ya he dicho, la carrera de Opeth es tan diversa como divididos están sus fans, y es que aunque muchos echen de menos las reminiscencias más brutales, trabajos como ‘Sorceress’ o el más reciente ‘In Cauda Venenum’ presentan a una banda madura y más virtuosa que nunca. Sin embargo, si uno ha de elegir el disco que definió el sonido y conquistó a miles de fans, solo deben escuchar un ‘Ghost Reveries’ que supuso la incorporación del pianista Per Wiberg y un paso más dentro de su expedición hacia lo progresivo, dando a luz genialidades técnicas como “The Grand Conjuration”, o un ‘Blackwater Park’ producido por Steve Wilson que supuso la culminación del estilo único de la banda, conteniendo temas que no pueden faltar en un concierto como “The Drapery Falls” o joyas como “Bleak”.
Dream Theater
Probablemente si alguien menciona el término metal progresivo, los neoyorkinos sean la primera banda en venirte a la mente y no sin razón. En muchos aspectos fueron los primeros en darle pinceladas metálicas a un rock progresivo que en aquellos tiempos había sido olvidado por la audiencia más amplia, y es que aunque Queensryche por aquella época ya estuviera en la cima de la ola, Dream Theater lo llevaron todo un paso más allá, añadiendo al prog el toque de Metallica o Iron Maiden del mismo modo que Rush lo hicieran con el rock and roll de Led Zeppelin.
El quinteto ha albergado a algunos de los músicos más virtuosos y más reconocidos de la historia del género, pese a que son John Petrucci, Jordan Rudess y Mike Portnoy, que abandonó a la formación en 2010, los que captan la mayor admiración entre los seguidores. Semejante banda de fenómenos ha dado a luz a algunos de los temas más reconocibles del metal progresivo, desde piezas con un formato más de single como “Pull Me Under” o “As I Am”, hasta las épicas de larga duración como “Octavarium” o “Six Degrees of Inner Turbulence”, que permiten que la banda proyectara todo su virtuosismo musical y creativo.
https://www.youtube.com/watch?v=bktMpOrFofo
La historia de su discografía se ve dividida en dos por la partida de Porntoy, y pese a que la era Manigni ha dejado trabajos tan excelentes como ‘Dramatic Turn of Eventes’ o el reciente ‘Distance Over Time’, la banda está dónde está gracias a trabajos como ‘Metropolis Part 2: Scenes from a Memory’, que contiene temas tan queridos como el laberinto instrumental que es “Dance of Eternity” o la favorita entre los fans “Strange Deja-vù”, o el queridísimo ‘Images and Words’, que engendró joyas que definirían el metal progresivo para siempre como “Under a Glass Moon” o “Metropolis Part 1: The Miracle and the Sleeper”.
Tool
Y cerramos la lista con la que probablemente sea la banda de progresivo más popular del momento, y es que tras tardar trece años en componer un nuevo trabajo, Tool decidieron saltar a la carretera para encabezar festivales y llenar estadios de 15.000 personas, siempre con una propuesta misteriosa, ambiental y profundamente elaborada.
El éxito compositivo de los californianos es como una pirámide con un diamante en lo más alto, pues el inconmensurable talento musical de Adams Jones, Justin Chancellor y Danny Carey elevan a lo más alto las profundas letras de Maynard James Keenan, uno de los frontmans más irreverentes y sorprendentes de todos los tiempos. El sello distintivo de Tool viene heredado de las corrientes nihilistas y de crítica social del rock alternativo de los 90, y es que en su música uno encuentra tanto ese espíritu grunge de Nirvana como una obsesión por lo técnico capaz de hacer que uno caiga en una interminable espiral de Fibonacci. Más que por una canción en concreto, el cuarteto de L.A. es reconocido por su sonido y puesta en escena únicos, siendo los exponentes más reconocibles “Aenima”, “The Pot” o la inconfundible intro de bajo de “Schism”. Otro rasgo característico de la banda es que sus canciones más largas surgen al enlazar dos temas en una simbiosis perfecta, como sucede con “Parabol/Parabola”, “Intensions/Right in Two” o “Disposition/Reflection/Triad”, construyendo canciones medidas al milímetro capaces de llevar al oyente a un viaje difícil de olvidar.
El sonido de Tool es muy fácil de reconocer, y si bien en cada disco han tratado de llevarlo un paso más allá, el recién lanzado ‘Fear Inoculum’ probablemente sea el que tenga un sonido más diferente, pese a que temas como “7empest”, “Invincible” o “Pneuma” estén destinados a convertirse en clásicos. Pese a su éxito y su extensa carrera, solo han sacado al mercado cinco álbumes muy espaciados entre sí, y su escasez solo hace que ninguno de ellos sea imprescindible. ‘Aenima’ presenta a la versión más gamberra del grupo, y contiene clásicos como “Stinkfist” o “Forty Six & 2”, pero la consagración del sonido grupo se dio en unos ‘Lateralus’ y ’10.000 days’ en que la rebeldía nihilista se funde con la excelencia musical en temas como “Jambi”, “Vicarious” o “Lateralus”.
Y estás han sido las bandas imprescindibles para entender el metal progresivo, el subgénero más variopinto y con más cruces de estilo que uno pueda encontrarse. ¿Y vosotros que pensáis? ¿Qué bandas consideráis que son imprescindibles para cualquier fan del progresivo?
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