Las bandas más polémicas del rock y metal
Hay bandas de rock y metal que son naturalmente polémicas. Otras se esfuerzan en serlo. Los fans del metal aman discutir como un yonki vestir chandal. Éstas son las bandas que más dividen a sus fans.
Hay bandas de rock y metal que son naturalmente polémicas o hacen todo lo posible por serlo. Y para los metaleros, pocos placeres se comparan con el debate acalorado sobre estúpideces como bandas favoritas, subgéneros ridículos o si aquel concierto estuvo bien, mal o regular (mención aparte merecerían los carteles de los festivales). ¿Thrash o death? ¿El primer disco de una banda es el mejor por autenticidad o es mejor su última evolución etilística?
Si el metal ya es intenso, las opiniones que genera lo son aún más. Con las redes sociales de por medio, las controversias sobre qué bandas representan el “verdadero metal” no han dejado de crecer a lo largo de los años y algunas se han convertido por derecho propio en el centro de estos estériles enfrentamientos entre fans. Aquí te traemos una lista de las bandas que más han dividido a sus fans y más han polarizado la escena.
Mago De Oz: ¿Folk metal o rock celta pop?
Desde los años 90, Mago De Oz ha sido una rareza en el mundo del metal en español, mezclando sin miedo guitarras, violines, folk y el heavy metal más pendenciero posible. Aunque su propuesta les ha ganado seguidores en todo el mundo, especialmente en America Latina, también tiene sus detractores, que los ven más como una banda de “folk pop” que de metal. Para algunos, discos como Finisterra marcaron un antes y un después en el metal en español, mientras que otros consideran que su sonido es más un espectáculo que un homenaje a las raíces del género. En cualquier caso, todo español que empezó a escuchar metal entre 2000 y 2020 lo hizo escuchando a Mägo de Oz como puerta de acceso a todo lo demás. A partir de ahí, odiadles todo lo que queráis pero al César lo que es del César.
Avenged Sevenfold: ¿Héroes o “traidores” del metal?
Avenged Sevenfold ha hecho de la reinvención un arte, aunque no siempre en el buen sentido para sus seguidores más acérrimos. Desde sus orígenes como metalcore puro, la banda decidió cortar con los gritos y breakdowns, y se volcó al speed metal con City of Evil en 2005. Después de años de trajes y tatuajes estilo Mötley Crüe, ahora se mueven entre el groove, el thrash y el prog como si de un experimento constante se tratara. Algunos consideran que cada nuevo disco los hace más “auténticos”, mientras otros piensan que su estilo es una montaña rusa que se ha perdido en sus propios giros. Por algo «Nightmare» sigue siendo vigente como una suerte de fin de época: fue la ruptura entre los Avenged Sevefold clásicos liderados compositivamente por el baterista The Rev y la banda más grande pero más inestable estilísticamente que fueron después.
Babymetal: J-pop y metal o una paella valenciana con Nutella
Babymetal irrumpió en la escena en 2013 con su viral Gimme Chocolate!!, mezclando el metal con el pop japonés y un estilo kawaii que enloqueció a unos y enfureció a otros. La combinación de dulces melodías y guitarras rápidas dividió al público: unos ven a Babymetal como el futuro del metal, mientras que otros consideran su estilo poco más que un truco comercial. Sin embargo, con el respaldo de grandes como Metallica y Rob Zombie, y tras tres álbumes, las japonesas parecen haber llegado para quedarse.Su próxima gira española en arenas es significativa de un cambio de parecer: los haters comienzan a rendirse a la evidencia. Más allá de lo difícil de tragar que sea la mezcla, ésta funciona. Sorprendentemente. Y la banda que acompaña a las integrantes de Babymetal es espectacularmente buena.
Ghost: ¿Pop disfrazado de metal?
Ghost ha conseguido una legión de fans gracias a su combinación de melodías pegajosas, una teatralidad absurda y estética satánica. Su música, que oscila entre el metal suave y el pop de los 80, ha atraído a audiencias de todo tipo y generó comparaciones que van de Blue Oyster Cult a Styx pasando por el metal más recalcitrante de los 80 y 90. Mientras algunos los ven como el renacer del metal teatral, otros consideran que Ghost es, en el mejor de los casos, una broma. Pero con un Grammy y arenas llenas de fans, no parece que a Tobias Forge le importe mucho. Su próxima actuación en España, en un espacio para casi 10.000 personas como el Palacio de Vistalegre, es significativa del nivel en el que se mueven mientras nosotros estamos aquí sacándoles pegas.
Manowar: ¿Guerreros del metal o basura infantil?
Manowar ha construido su legado con letras de guerra, gloria y honor, y una estética de guerreros medievales listos para la batalla. Para algunos, Manowar representa la esencia épica del metal; para otros, sus himnos resultan caricaturescos y exagerados, rozando lo infantil. Su hit “Warriors of the World” sigue siendo un tema de guerra para sus devotos fans, pero no todos se toman en serio su “metal épico”, que para algunos roza la autoparodia. Incluso para ellos mismos que, bordeando los 70 años se encuentran atrapados en una concepción monolítica del metal que cada vez tiene menos razón de ser en lo tiempos que corren.
Bring Me the Horizon: Los Scorpions del metalcore
Bring Me the Horizon es probablemente la banda que más ha reinventado su sonido. Comenzaron como pioneros del deathcore, ganándose una primera base de fans que pronto se sintió traicionada cuando evolucionaron hacia un metalcore más accesible en There is a Hell… y luego al metal alternativo con Sempiternal. Sus giros hacia el pop, el rock alternativo y, en ocasiones, el pop puro, han hecho que muchos fans no sepan si amarles o dejarles ir como a una novia tóxica que necesita terapia o te va a arruinar la vida. ¿Innovadores que siempre buscan nuevos sonidos o una banda sin rumbo? Los debates sobre ellos son proporcionales al crecimiento de su base de fans. Algo estarán haciendo bien, en principio.
Black Veil Brides: los Mötley Crüe de la era digital
Hace una década, Black Veil Brides parecía la banda más polarizadora del planeta. Su debut We Stitch These Wounds trajo un metalcore competente, pero su estilo estético, inspirado en el glam metal de los 80, hizo que los fans de lo “auténtico” se llevaran las manos a la cabeza. Aunque han reducido su look dramático, la banda sigue despertando opiniones mixtas. Para algunos, es la representación de la decadencia del “metal de moda”; para otros, una banda valiente que sigue su propia visión.
Limp Bizkit: El nu-metal para niñatos de 40 años
Limp Bizkit trajo el nu-metal a la cima en los años 90, y de inmediato dividió a los metaleros. Su mezcla de hip hop y riffs pesados, sumado a la actitud obtusa de Fred Durst, fue recibida por algunos como la evolución moderna del metal y por otros como una moda pasajera. Años después, los de “Nookie” siguen en el ruedo: para algunos, son una reliquia divertida de otra época; para otros, un error musical que debería haberse quedado en el 99.
Falling in Reverse: Metal, emo y Twitter en una sola banda
Falling in Reverse es una banda que despierta amores y odios a partes iguales, no solo por su estilo que mezcla emo y metalcore con un toque de rap, sino por la personalidad inconfundible de su vocalista, Ronnie Radke. En sus canciones, no duda en lanzar ataques a críticos y haters y en celebrar su estatus de “rebelde” en la escena. Algunos ven a la banda como una bocanada de aire fresco, mientras que otros consideran que el enfoque de Radke raya en lo ególatra. En cualquier caso, Falling in Reverse siempre está en el centro de la conversación y sus próximos conciertos en España son una manera de comprobar que hay sustancia más allá de las polémicas.
Metallica: De dioses del thrash a posers vendidos
Metallica es la banda de metal por excelencia, pero eso no los ha librado de ser uno de los grupos más polarizadores. Con su Black Album de 1991, abandonaron su sonido thrash y se convirtieron en estrellas globales, una “traición” que todavía algunos fans no les perdonan. Desde colaboraciones con Lou Reed en aquel insoportable «Lulu» hasta peleas públicas y una épica batalla con Napster, Metallica parece tener un talento especial para generar polémicas, aunque eso no impide que llenen estadios y sigan siendo una de las bandas más grandes del mundo. Pero ante un pedo de Lars Ulrich, la comunidad del metal puede pasar dos semanas discutiendo si era afrutado o fétido y, sobretodo, si era tan fétido como los que se tiraba en 1986.
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