Considerado uno de los más importantes subgéneros del heavy metal, el doom metal se ha definido como un estilo en el que destaca su atmósfera lenta y pesada y donde predominan las tonalidades oscuras con riffs graves. Sus orígenes se remontan a la década de los 70 cuando una banda llamada Black Sabbath publicó un revolucionado disco debut homónimo.

A partir de ahí, han sido muchas las bandas que aprendiendo de los maestros han ido encaminando sus carreras basándose en el doom metal, pero aportando más y más capas de otros géneros sin olvidar su propia personalidad. De hecho, el doom metal se divide a su vez en más estilos como el proto-doom. el doom stoner, el funeral doom, el gothic doom o el sludge metal entre otros, aunque la raíz de todo sea la misma. En este reportaje repasamos las carreras de 10 bandas de doom metal que más han aportado al estilo.

Black Sabbath

Black Sabbath son considerados los padres de todos los géneros de Metal de corte oscuro. Sin ellos es imposible entender y asimilar la naturaleza intrínseca del Heavy Metal y por supuesto de su vertiente más tétrica y depresiva, el Doom. Con los años fueron conjugando su estilo con la psicodelia, el rock progresivo, el rock más radiofónico e incluso la NWOBHM, siempre adaptándose a las corrientes del momento aunque sin perder su identidad.

Black Sabbath

Sin embargo, de sus múltiples caras, la que más perdurará en el tiempo es aquella que plasmaron en su debut homónimo de 1970 encarnada en la propia canción “Black Sabbath”, con el famoso tritono del diablo que a la postre definiría la naturaleza sonora propia del Heavy Metal una década después.

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Saint Vitus

En una época dominada por el AOR y el Punk y con Black Sabbath en paradero desconocido, los californianos Saint Vitus recogieron el testigo de la legendaria banda de Birmingham y lo transportaron a la década de los 80 añadiéndole un punto extra de decadencia y apología del consumo de droga en forma de oda a la depresión, la soledad y en resumidas cuentas, la muerte en sí misma.

Saint Vitus

Durante sus 15 años de carrera la banda liderada por Dave Chandler publicó 7 discos que pasaron con más pena que gloria y apenas gozaron de la simpatía de un puñado de perdedores afines a las corrientes más Underground. No ha sido hasta su reunión hace una década que su status de leyenda ha acabado por forjarse. Para la posteridad quedará “Born Too Late”, su tercer trabajo de 1986 que sirvió de carta de presentación para uno de los personajes icono del género, Scott “Wino” Weinrich.

Trouble

A diferencia de Saint Vitus que nunca se apartaron del Doom más purista de tradición Sabbathiana, Trouble abrazaron de pleno el sonido NWOBHM de Iron Maiden, Angel Witch o Diamond Head, lo pasaron por el tamiz clásico británico de Judas Priest o Ufo y lo condimentaron con el incipiente US Metal que empezaba a despuntar por entonces amparado bajo sellos norteamericanos como Metal Blade o Shrapnel. Con su dosis justa de oscuridad (Black Sabbath) y un gusto exquisito por la melodía (Su frontman Eric Wagner siempre citó a los Beatles como su mayor influencia), Trouble crearon una trilogía inicial (“Psalm 9” / “The Skull” / “Run to the Light”) legendaria aunque como era de esperar, ignorada en su día.

Trouble

Tuvieron su momento de gloria en 1990 cuando editaron su disco homónimo y cuarto trabajo con Deaf American Recordings y Rick Rubin a los mandos, aunque nunca llegaron a despegar y fracasaron miserablemente, como no podía ser de otra forma. Desde entonces han ido dando coletazos y esporádicas señales de vida conviviendo actualmente la banda madre por un lado y The Skull (la versión con Eric Wagner al frente) por el otro.

 

Candlemass

Exceptuando a Europe, Heavy Load y en mucha menor medida Bathory, Suecia era un país irrelevante en la escena metálica internacional a mediados de los 80. La irrupción de Candlemass en 1986 con el seminal “Epicus Doomicus Metallicus” tampoco cambió el panorama, pero a la postre supondría la creación de un nuevo género, el Epic Doom que a día de hoy es un género por sí mismo y posee una amplia tradición de bandas, sellos y festivales.

Candlemass

Partiendo del sonido británico de Sabbath, Angel Witch o Judas Priest, Candlemass sobre todo a partir de la entrada de Messiah Marcolin en el grupo supieron llevar el metal ralentizado a unas cotas de epicidad hasta entonces desconocidas. “Nightfall” o “Tales of Creation” son auténticos tótems del género y han marcado las pautas que tantas y tantas bandas como Solitude Aeturnus, Solstice, Isole, Forsaken, Count Raven no han hecho más que copiar y desarrollar.

Pentagram

Al igual que con Saint Vitus, la historia de Pentagram deja claro que para tocar Doom hay que ser un perdedor en toda regla. Coetáneos de Black Sabbath (se crearon un par de años más tarde), los norteamericanos no verían editado su primer trabajo hasta 1985 aunque el reconocimiento masivo no les llegaría hasta bien entrado el siglo XXI. Perseguidos por la mala suerte y castigados por el abuso intensivo de todo tipo de sustancias, el debut homónimo del grupo así como sus sucesivos trabajos pasaron totalmente inadvertidos, algo lógico considerando lo fuera de órbita que estaba este tipo de sonido crudo y visceral a mediados de los 80, época marcada por la pomposidad, las bellas melodías vocales y los grandes coros de corte popero.

Pentagram

La banda tuvo cierto repunte en el 2005 cuando Peaceville Records reeditó su viejo fondo de catálogo aunque no fue hasta su reunión del 2008, la edición de “Last Rites” y sobre todo la aparición del famoso documental “Last Days Here” que Pentagram obtuvieron un reconocimiento amplio, consensuado e internacional.

Cathedral

Nacidos en 1989 de la mano de Lee Dorrian y Gaz Jennings (procedentes de Napalm Death y Acid Reign respectivamente), Cathedral a diferencia de sus padres musicales alcanzaron la fama internacional a muy temprana hora. Su debut “Forest of Equilibrium” les asoció rápidamente con los titanes del Death Metal y cimentó un nombre que alcanzaría cotas enormes de popularidad al poco tiempo gracias a discos imprescindibles como “The Ethereal Mirror” y “Carnival Bizarre” donde Cathedral introducen elementos rockeros, psicodélicos o alucinógenos en su sonido de base Doom redefiniendo lo que a la postre se conocería como Stoner (y que desarrollarían ampliamente en sus posteriores trabajos).

Cathedral

Cathedral siempre serán recordados por la inconfundible voz de Lee Dorrian, sus grandes hits (si es que el Doom puede tener “hits”…) como “Ride”, “Midnight Mountain”, “Hopkins (The Witchfinder General)” o “Stained Glass Horizon” y especialmente por recuperar y mencionar siempre en la medida de lo posible de donde procedían sus influencias, algo que puso de nuevo el nombre de muchos mitos olvidados del Doom de nuevo en el candelero.

Paradise Lost

Si hubo una banda que supo explotar comercialmente el género Doom esa fue Paradise Lost quien allá por 1994/95/96 no estaba muy lejos de ser la banda de Metal más grande del planeta. Arrancaron a finales de los 80 como un combo de Death Metal fuertemente inspirado en Celtic Frost y Autopsy, aunque su gusto por Sisters of Mercy, Dead Can Dance o Fields of the Nephilim acabó llevándoles por otros derroteros inesperados. Su segundo trabajo “Gothic” introdujo las voces femeninas e incluso los instrumentos de cuerda, algo que exceptuando a Celtic Frost (“Into the Pandemonium” es considerado por muchos como un disco de Gothic/Doom entre tantas otras etiquetas), nadie había hecho hasta el momento.

Paradise Lost

Paradise Lost

Visto el éxito cosechado, la banda británica se lo jugó todo a una carta y con cada sucesivo nuevo disco fueron dejando de lado el Death Metal e introduciéndose lentamente en los terrenos de la música gótica hasta alcanzar su pico de popularidad con “Draconian Times”, su disco más laureado y que muchos describieron como una versión Doom y barroca del disco negro de Metallica. “One Second” de 1996 les abrió las puertas de la música electrónica, estilo donde deambularon durante una década hasta volver a sus raíces metálicas hace algunos años. Junto a Anathema o My Dying Bride, llevaron el Doom británico a las masas durante la década de los 90 con muy buenos resultados musicales y comerciales.

Thergothon

Considerados junto a Skepticism los creadores del Funeral Doom (vertiente todavía más lenta, densa y opresiva que el Doom de corte clásico), los fineses Thergothon tuvieron una escueta carrera que apenas duró 3 años pero que nos dejó para la posteridad el clásico “Stream from the Heavens” de 1994, un disco que pasó totalmente inadvertido en su momento pero que a día de hoy supone el pistoletazo de salida para una escena enorme que engloba a miles de bandas afines a esa manera de entender el Doom.

Thergothon

Partiendo de una base Doom/Death muy del tipo primer disco de Paradise Lost, los Autopsy o Winter más densos o incluso Disembowelment, Thergothon lograron ralentizar su música aún más apoyados en una voz fúnebre como pocas, capas de teclados y una serie de efectos en las guitarras que los hacía todavía más macabros y bizarros. Para 1993 la banda se había disuelto pero su legado fue recogido por una serie de bandas como Esoteric, Evoken, Mournful Congregation o Ahab que llevarían el estilo al nuevo milenio alcanzando cotas de cierta notoriedad aún tratándose de un género marcadamente anti comercial.

Type O Negative

Type O Negative siempre fueron una banda difícil de catalogar. Tenían un lado Doom igual que tenían otro más gótico, popero e incluso Hardcore. De un mejunje enorme de influencias musicales y las perturbadas mentes de Josh Silver y Pete Steele surge el inclasificable estilo de la popular banda de Brooklyn cuyo legado perdura en el tiempo, sobre todo a partir del fallecimiento de su líder una década atrás, hecho que como suele suceder en este tipo de casos convierte a una banda de cierto éxito en una institución de culto reverenciada por todos (Exceptuando su idilio con el mainstream norteamericano a mediados de los 90, nunca antes tuvo tal repercusión Type O Negative como la que tiene a día de hoy).

Type O Negative

Sea como fuere, la banda liderada por Pete Steele dejó para la posteridad una serie de trabajos excelsos de entre los cuales destaca “Bloody Kisses”, el disco que les catapultó a la fama (platino en Estados Unidos) y repleto de temas memorables como “Christian Woman”, “Black No. 1” o “Summer Breeze”. Su música será recordada igual que su marcado sentido del humor y arte para la provocación, convirtiéndoles en una joya única e irrepetible que lamentablemente dejó de brillar a muy temprana hora.

My Dying Bride

Con una carrera muy parecida a la de Paradise Lost aunque sin lograr tal nivel de popularidad (llegaron a girar con Iron Maiden en 1995, eso sí), la banda británica comandada por Aaron Stainthorpe y Andrew Craighan son toda una institución a día de hoy; 30 años ininterrumpidos de carrera y 13 discos de estudio les abalan. Arrancaron como casi todos los de su quinta mezclando el Death Metal con el Doom clásico, aunque con los años fueron dejando las voces guturales de lado para centrarse en un Doom de corte más poético y bucólico, anclado básicamente en la voz casi narrativa de Aaron, los teclados y pianos y sobre todo el violín, instrumento que les ha acompañado hasta nuestros días y seña de identidad del grupo.

My Dying Bride

La trilogía “Turn Loose the Swans”, “The Angel and the Dark River” y “Like Gods of the Sun” marcó a toda una generación y abrió las puertas para que bandas -muy populares a finales de los 90- como Theatre of Tragedy, Tristania, the Sins of thy Beloved, Sirenia, Lacuna Coil y demás, abrazaran y desarrollaran una vertiente del Doom menos ofuscada y depresiva y más basada en el lado romántico y sentimental del género.

Javi Félez