¡¡¡¡ATERRYZANDO!!!!!
A PARTIR DE ENTONCES... FUIMOS INSEPARABLES
Lo sabía, como siempre tocaba ir a disco pija y lamentable. En otras circunstancias
la respuesta hubiera sido un NO rotundo y una retirada a tiempo, pero el licor
chino del restaurante y la sonrisa hechizadora de cierta amiga sentada a mi
lado, influenciaron mi decisión. Como siempre me equivoqué, y como un tonto
acabé pagando taxi, entrada a disco y unas copas de más de vodka de garrafón.
Después de una hora de tímido bailoteo, el arrepentimiento llamó a la puerta
de mi consciencia recriminándome el hecho de terminar en una discoteca maquinorra.
Razón llevaba pero decidí agotar el último cartucho y acercarme a la chica
de la sonrisa encantadora. Desgraciadamente al darle un suave toquecito en
el hombro para llamarle la atención derramé todo su malibú con piña encima
de su vestidito. Sabía que soy una persona original a la hora de ligar pero…
quizás esta vez superé todas sus expectativas. Viendo las pocas posibilidades
de éxito con el otro sexo empecé a maldecir el antro infernal donde me hallaba.
Rodeado de ritmo maquinal, alcohol barato, rapados, extintores, máquinas expenedoras
de tabaco, lavabos ocupados, precios abusivos… Me sentía extraño, perdido…
(hasta se me pasó por la cabeza escribir una carta a la Heavy Rock -sección
Tu Mismo-). Pensaba que en semejante cuadra no había nadie afín a mi con quien
charlar un par de minutos. En ese momento mi aparato excretor me aconsejaba
evacuar. Avancé a ciegas maldiciendo las modas y el borreguismo que se respiraba
en el ambiente y continué hacia un pasillo sórdido con una luz al fondo que
indicaba claramente WC.
En mi avance aparté a una enorme cantidad de criaturas de la noche de lo
más variopinta hasta que me dí de bruces con alguien. El golpe fue bastante
fuerte (y con la cabeza) pero como educado que soy me aparté y tras pedir
perdón le indiqué que pasara primero. Ante mi me encontré un heavy de pelo
largo que con una sonrisa dibujada en los labios que también se había apartado
y me indicaba que podía pasar yo primero. Impresionante, alguien educado y
que a pesar de haberle dado un viaje antológico en la nuca, en vez de darme
de ostias hasta el carnet de identidad me pedía perdón y me cedía espacio
para mi avance. Insistí. "Pasa tio pasa…" pero él también sonreía
y sin mediar palabra alguna me hacía gestos de "pasa tu antes".
Al mirarle otra vez vi que no era como los demás que pululaban por la sala,
que había encontrado con alguien digno de haber salido esa noche y de conocer,
pero el NO VA MÁS fue cuando vi que vestía con una camiseta de Savatage: Mi
grupo favorito. Al verla dí un salto y me alegré enormemente señalando la
guitarra blanca de Criss Oliva, pero al alzar la vista el tio también se había
dado cuenta de que yo ¡¡¡LLEVABA LA MISMA!!! y también la señalaba alegrándose enormemente. ALUCINANTE
-pensé- Hebrio de alegría (y Vodka) le tendí mi mano encantado mientras él
hacía lo propio, pero en el momento de la encajada… Me di otro ostión en
los dedos con una superficie sólida y lisa. Llevaba 5 minutos haciendo el
gilipollas delante de un espejo. Ese tio con el que estaba encantado de haberme
encontrado era… yo mismo. Me encontraba otra vez solo frente a un puto espejo
y con la bufeta agonizando, pero había vivido una experiencia extrasensorial
sin drogas, peyote, ovnis ni Gandalfs. Sólo a base de licor chino, vodka y
una urgencia mingitoria.
"¿Dónde estabas?" me preguntó la chica de la sonrisa maravillosa
que olía a media hectárea de república bananera tropical y a la fábrica de
Piña Colada. "Hoy me he encontrado a mi mismo" le respondí. – "Tu
estás borracho, he conocido a un montón de gente por aquí" tenemos que
volver la semana que viene, ¿vale?. Por cierto… ¿dónde están los lavabos?
– "Ni idea" -respondí-, "pero si quieres conocer a alguien
interesante exprímete el vestido, chupa los restos de Malibú con piña y avanza
por allí. Conociéndote como te conozco… quizás si te encuentras a quién
yo me he encontrado borrarás de una vez por todas tu maldita sonrisa que nos
hechiza a todos".
Después de semejante hecho, totalmente verídico, me pregunto cuantos de vosotros
habríais reaccionado positivamente al conoceros a vosotros mismos por primera
vez. La mayoría de "habitantes de la sala" se habrían liado a insultos
y a ostias con el espejo y mi amiguita de la sonrisa encantadora… hubiera
pensado: tía imbécil, se pone de por medio, y mira como va… con un vestidito
manchado de Malibú con piña… que poca clase. Parece una guarra.
Yo pasé la prueba. Me encontré a mi mismo y me caí bien. Sólo me costó unos
cubatas de vodka, licor chino y una operación de recomposición de la vejiga.
Ya sabéis, si un día os estáis meando… antes mezclad vodka y licor chino
y daros un ostión contra el primer espejo que veáis. Eso sí, después os recomieno
pasaros por el lavabo y evacuar.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.