El 15 de octubre 1973 Keith Richards fue hallado culpable por tráfico de cannabis por la corte de Niza, Francia. El colíder de los Rolling Stones fue condenado a un año de cárcel y una multa de 5.000 francos. También se le prohibió la entrada a Francia durante dos años.

Si alguien hizo un pacto con el diablo alguna vez, después de Robert Johnson, ese fue Keith Richards, con los incombustibles episodios que han forjado su dilatada existencia. El que fuera líder indiscutible junto con Mick Jagger de Sus Satánicas Majestades’ (tras la desaparición del talento único de Brian Jones) ya apuntaba maneras desde pequeño. En 1959 fue expulsado del colegio por absentismo escolar, ya en los años ´60 fue cuando empezó su gran afición por el blues, con la edad temprana en la que comenzó a experimentar con las drogas.

El Origen de las Especies

Dejando a un lado su incuestionable legado artístico, su imagen siempre fue una larga sombra, y como Mick Jagger llegó a afirmar, la imagen de Keith Richards “ha contribuido en que al final se convirtiera en un adicto”. Cuando a Keith le preguntaron por la cosa más extraña que había esnifado, respondió “Mi padre.” Afirmó que después de la cremación de su padre no pudo resistirse a una pequeña esnifada con él, con sus cenizas, y que bien a su padre no le hubiera importado. Si bien su mánager quiso aclarar que fue una broma, su círculo más cercano creía que la anécdota era verdadera.

 

Gimme Shelter

Tras el éxito del mítico ‘Sticky Fingers’ The Rolling Stones decidieron abandonar Inglaterra, y Keith Richards se instaló en Villa Nellcôte, una mansión de 16 habitaciones en la Costa Azul de Francia, huyendo de la deuda con el fisco británico. Allí se instaló con su novia Anita Pallenberg, y comenzaron las grabaciones de ‘Exile On Main St’ considerado uno de los discos más importantes de la música contemporánea. Allí inició su destructiva adicción  a la heroína y a ausentarse continuamente de las grabaciones del grupo. Fruto de aquel viaje fue “Brown Sugar” (“azúcar marrón”, en este caso, una clara referencia a la heroína.)

El 15 de octubre de 1973 fue declarado culpable de tráfico de cannabis por el tribunal de Niza, y la sentencia condicional de un año y una multa de 5.000 francos, y tuvo prohibido la entrada en Francia durante dos años. Fueron liberados más tarde bajo fianza, ya que no tenían antecedentes penales, fecha después de la cual abandonó Francia.

Fue en el sótano de Nellcôte donde tuvieron lugar las grabaciones de ‘Exile on Main St.’ y la espiral de decadencia en el abuso de sustancias,  especialmente cannabis y heroína, que le perseguiría durante décadas. En 1979 Keith Richards abandonó a Anita Pallenberg por la incapacidad de ella para controlar sus adicciones, mientras él luchaba por rehabilitarse. 

Aunque Keith Richards reconoció ser muy meticuloso con el consumo, sin pasarse de los límites, el enorme volumen de sustancias que ingirió Richards a través de los años es el resultado de que su supervivencia no puede explicarse en absoluto por la moderación, si bien la causa fue su tendencia siempre de proteger su verdadero “yo interior” de la mirada pública, presentando una imagen decadente y extravagante, copiada hasta la saciedad con mayor y menor acierto  por infinidad de músicos y tendencias.

Keith Richards declaró en 2010 que había renunciado a “todo” después de una vida de excesos, y era más feliz por ello. En su lugar dejó las drogas duras por el consumo de cannabis por las mañanas. “Es algo estrictamente californiano”, dijo el músico de Kent, de 76 años.

Adney Sid