Speed y distorsión: así se hizo ‘Ace Of Spades’ de Motörhead
El 28 de diciembre se cumple el sexto año desde la muerte de Lemmy Kilmister, líder indiscutible de Motörhead y último bastión de una manera de ver la vida y el rock and roll. A la par, el pasado 12 de noviembre se cumplieron seis años de la muerte del mítico batería de la banda, Phil “Philthy Animal” Taylor. Y poco después, el 10 de enero, se cumplen cuatro años desde que nos dejó “Fast” Eddie Clarke.
Con ellos, desapareció todo rastro de la formación clásica del grupo británico. La misma que grabó los discos más laureados de la carrera de Motörhead. La misma que hizo de esa zafia mezcla de rock and roll y punk el germen del proto-thrash metal y todos los géneros extremos que vendrían de la mano en décadas posteriores. Es fácil decirlo ahora, pero sin Motörhead seguramente nos habríamos quedado en refritos de Mötley Crue y Ratt a partir de 1984. El disco que les hizo llegar al siguiente nivel y que, en parte, marcó el inicio del fin para esa formación clásica que era tan venerada como temida. Pocas cosas eran más peligrosas que los miembros de Motörhead en pleno 1980, salvo la carrera presidencial de Ronald Reagan y la invasión de Irán por parte de Irak.
El camino al éxito
Cuando Motörhead editaron su primer disco homónimo en 1977, la banda era difícilmente una unidad cohesionada. Después de la salida de Lemmy de las filas de Hawkwind en 1975, el bajista y vocalista fichó al guitarrista Larry Wallis (Pink Fairies) y al batería Lucas Fox. Tras apenas diez conciertos, estaban teloneando a Blue Öyster Cult en el Hammersmith Odeon, lo que despertó el interés de Andrew Lauder de United Artists. Lauder ya conocía a Lemmy por su tiempo en Hawkwind y pronto el grupo entró a grabar en los Rockfield Studios de Monmouth con Dave Edmunds a la producción.
La poca estabilidad como batería de Lucas Fox llevó a Lemmy a sustituirle por Taylor. No obstante, el sello desestimó la edición del material -aunque esperaría a que el grupo tuviese algo más de fama en 1979 para editar aquellas grabaciones bajo el título de ‘On Parole’-.
Pese a todo, las cosas seguían cambiantes en el seno de la banda y Wallis fue el siguiente en irse del grupo después de la entrada de Clarke como segundo guitarrista. Esa formación resultante terminaría grabando -no sin algunos conatos de disolución previos- trece canciones que terminarían conformando el primer disco homónimo del grupo, editado en abril de 1977. No sería la panacea: en 1978, Clarke y Taylor habían montado otra banda bautizada como The Muggers.
Con el management de Douglas Smith poniendo las cosas en orden, el grupo consiguió un contrato para grabar un single con Bronze Records. Con “Louie Louie” bajo el brazo y un éxito modesto en las listas británicas, la banda giró para promocionarlo y recibió el siempre inestimable apoyo de John Peel, para quien grabaron una sesión, lo que les llevó a actuar en el mítico programa televisivo Top of the Pops de la BBC. El éxito generó interés en Bronze, quien decidió darle manga ancha al grupo y procurarles un estudio y un productor para grabar lo que terminaría siendo ‘Overkill’, editado en marzo de 1979.
El disco marcó el primer paso de Motörhead por el Top 40 de las listas de discos británicas, donde consiguió un nada desdeñable puesto 24º. La gira posterior les llevaría a actuar en el festival de Reading, aunque el grupo no aflojó ni un momento y se volvió a meter en el estudio para grabar su siguiente disco, ‘Bomber’. Sin tiempo para contemplaciones, se lanzaron de nuevo a la carretera por Europa y el Reino Unido con Saxon como teloneros y un espectacular artefacto escénico que les acompañaría en diferentes momentos del resto de su carrera: la estructura de luces conocida como “Bomber”, que descendía sobre el escenario y “planeaba” en distintos momentos del show.
¿Y ahora qué?
Con un disco, ‘Bomber’, que había logrado el puesto número 11 en las listas británicas, Motörhead comenzaban a percibir un cambio de tendencia. Fue, como recuerda Lemmy en su autobiografía “White Line Fever”, en un concierto en el Stafford Bingley Hall que la banda recibió discos de plata por las ventas de ‘Bomber’. Más de 250.000 copias vendidas indicaban que Motörhead habían tocado un botón determinante en los fans del rock duro. Y aquello no había hecho más que empezar.
Tras el show en el Stafford Bingley Hall, el grupo pasó a ensayar para lo que sería su próxima obra. “Estábamos imparables”, recordaba Lemmy en su autobiografía. “‘Bomber’ había funcionado mejor que ‘Overkill’, y ‘Ace Of Spades’ prometía llegar incluso más lejos. Estábamos en pleno ascenso y sabía que ese iba a ser un éxito. Nos sentíamos bien”.
“No me di cuenta entonces de lo malditos que estábamos. Aquello era el final de algo, no el principio”, aseguraba en su libro. “‘Ace Of Spades’ fue el disco definitivo de esa formación de Motörhead”. La banda entró a los Jackson’s Studios de Rickmansworth, donde pasarían alrededor de seis semanas -entre agosto y septiembre de 1980- dando forma a su nuevo trabajo junto al productor Vic Maile, a quien Lemmy conocía de los tiempos de Hawkwind. “Vic era un gran tipo y un gran productor”, explicaba Lemmy. “Tenía diabetes, de lo cual murió más adelante. Es algo típico: los tipos buenos siempre se van. Por eso yo sigo aquí”, decía por entonces el músico.
Maile tenía lo que Clarke definió como “la caja de los trucos”: una caja de cartón llena de artilugios variados con los que conseguir diversos efectos de sonido. En medio de las maracas y las panderetas, había un set de bloques de madera con los que la banda grabaría el mítico segmento de “tap-dancing” (claqué por aquí) previo al breakdown del tema título del disco.
Con los miembros de la banda “pasados de speed o borrachos y totalmente en contra de ello”, según Clarke, la cosa no parecía fácil. Finalmente llegaron a un compromiso: “lo haremos porque eres tú, Vic, pero no vamos a usarlo para el disco”. Finalmente el productor colocó un micro Neumann y la banda se puso a hacer su parte. La falta de coordinación inicial era evidente pero, tal y como recordaba Clarke, “cuando lo escuchamos pensamos ‘oh, no queda nada mal’”.
Lemmy intentó cuadrar el máximo de referencias posibles a los juegos de cartas en la letra de la canción. Acompañada por un riff a todo trapo, la voz de Lemmy iba escupiendo referencias al poker, los ases, los ochos, las picas y demás. Aunque era notoria la afición del músico a las maquinas tragaperras, como él mismo recordaba “no puedes cantar demasiado sobre frutas que giran y todo eso”.
“No me di cuenta entonces de lo malditos que estábamos. Aquello era el final de algo, no el principio”, aseguraba en su autobiografía Lemmy Kilmister. “‘Ace Of Spades’ fue el disco definitivo de esa formación de Motörhead”
Pese a que todo el mundo conoce la versión clásica de la canción, existe una versión alternativa donde todavía no se han implementado algunas partes clave del riff y el mítico break central. Dominada por la guitarra de “Fast” Eddie Clarke en lugar del bajo hiperdistorsionado de Lemmy, la pieza apareció por primera vez en el recopilatorio ‘Dirty Love’ de Eddie Clarke, editado en 1989 y el cual incluye diversas tomas no usadas de las grabaciones de “Ace Of Spades”. Muchas de esas tomas alternativas han sido recopiladas en la nueva reedición y caja deluxe que celebra el 40 aniversario del legendario disco y de la que hablamos un poco más adelante en este mismo artículo.
La mayoría de canciones de ‘Ace Of Spades’ son consideradas clásicos de Motörhead. “Era un paquete excelente de canciones”, recordaba Lemmy. Una de las más reconocidas es “(We Are) The Road Crew”, que la banda dedicó a su equipo de gira. “Me llevó diez minutos escribir la letra”, afirmaba Lemmy. “Vic tuvo que salir a comer algo. No había acabado de poner mantequilla en su primer cracker y fui y le dije ‘ya la tengo’. ‘Vete a la mierda tío, no he comido siquiera todavía’, me respondió Vic”.
“Cuando Vic se dio cuenta de que realmente había finalizado la letra, estaba anonadado. Yo también estaba bastante sorprendido. Diez minutos de trabajo real no están mal”, decía sarcásticamente Lemmy en su libro. “Desde entonces he hecho unas cuantas canciones con ese método”. Lemmy explica que la banda llevó a su crew de gira al estudio a escuchar la canción. “Uno de ellos rompió a llorar allí mismo. Estaba sollozando. Fue bonito que la canción afectase a alguien tan profundamente. Las bandas, en general, no tratan demasiado bien a su equipo. Yo lo intento”.
Otros temas como “The Chase is Better Than The Catch”, una pieza cadente con un riff pesado marca de la casa, eran comentados con sorna por Lemmy en su libro. “¿No es así?”, se preguntaba retóricamente acerca del título de la canción (“la caza es mejor que la captura”). “Cuando te mudas con alguien, se acaba todo. Dejan sus bragas en el baño y tienen costumbres horribles que no conocías hasta entonces y que descubres inmediatamente. Es fatal, ya sabes -tener una relación es fatal para la relación-”.
En esencia, Vic Maile ayudó a Motörhead a traducir su monstruoso sonido del directo a los surcos de un vinilo con mayor suerte que ninguno de sus anteriores trabajos. Además, proveyó a la banda de un toque más refinado en el estudio -especialmente en la batería de Philthy Animal Taylor y en las pistas vocales de Lemmy- que ayudaría a hacerles más viables para el público. Sin embargo, ‘Ace Of Spades’ es la pura esencia de los Motörhead outlaws de 1980 -sin concesiones, sin remilgos y con una tremenda habilidad para canalizar un nuevo tipo de agresividad en su música que, hasta entonces, no existía en la escena-.
Después de finalizar el disco, el grupo se dispuso a realizar las fotos que adornan su portada. Realizadas en South Mimms, al norte de Londres, el motivo western fue idea de Clarke, quien tenía “un horroroso deseo de parecerse a Clint Eastwood”, según Lemmy. “Teníamos buen aspecto vestidos como pistoleros, Aunque tuvimos algunos problemas de armario”, explicaba Lemmy. “Los pads con forma de picas estaban demasiado separados y no se apreciaban, así que arranqué todos los de una pierna y los sumé a los de la otra, así que solo se me podía fotografiar de un único lado”.
El principio del fin
Tras realizar una intensa campaña promocional del disco en diversos shows televisivos en el Reino Unido, la banda se lanzó a realizar su gira más ambiciosa hasta la fecha, el “Ace Up Your Sleeve Tour”, que les llevó por toda Gran Bretaña del 22 de octubre de 1980 hasta el 29 de noviembre incluyendo múltiples noches en muchas ciudades (dos noches en el Manchester Apollo, dos en el Mayfair de Newcastle, dos en el Colston Hall de Bristol y, con especial significación, cuatro en el Hammersmith Odeon de Londres).
“Llevábamos el rig de luces ‘Bomber’ y el fondo de escenario de ‘Overkill’ con los ojos iluminados además de unos tubos luminosos que formaban un as de picas gigante en los primeros shows, aunque no duraron mucho -eran algo frágiles-”, explicaba Lemmy en su biografía.
Con su antiguo sello, Chiswick Records, deseoso de capitalizar el nuevo éxito de la banda, se puso en circulación el EP ‘Beer Drinkers’, el cual contenía temas sobrantes de las sesiones de ‘Motörhead’. El grupo aprovechó el tirón y se fue de gira a Irlanda a principios de diciembre, donde el Animal Taylor se rompió el cuello de la manera más absurda posible. El percance obligó a la banda a suspender su inminente gira europea de invierno de 1981, pero aprovecharon el tiempo grabando un tema junto a Girlschool titulado “Please Don’t Touch”, una versión de Johnny Kidd and The Pirates. La canción formaría parte de un EP titulado ‘The St. Valentine’s Day Massacre EP’ que fue editado el 14 de febrero de 1981 y que incluía a Motörhead tocando el tema de Girlschool “Emergency” y a Girlschool tocando el tema de Motörhead “Bomber”. Con Animal Taylor convaleciente, fue Denise Dufort, batería de Girlschool, quien grabó las pistas. El single llegaría al número 5 de las listas británicas y dio lugar a una curiosa unión bicéfala de ambas bandas llamada Headgirl, bajo cuyo nombre actuaron en el Top of the Tops de la BBC.
Ya en marzo, con Taylor recuperado, la banda siguió adelante con su gira europea junto a Girlschool y finalizaron la ronda de conciertos con cuatro fechas en Inglaterra que sirvieron de caldo de cultivo para el mítico directo “No Sleep ’Til Hammersmith”, crónica impresionante de un momento de forma espectacular para la formación. Como recuerda Lemmy, ninguno de los conciertos fue grabado en el Hammersmith londinense. “Son grabaciones de shows en West Runton, Leeds y dos noches en Newcastle”, detallaba el bajista en su autobiografía.
No tuvieron tiempo ni para dormir ni para sentarse a saborear su éxito: en abril de 1981 ya estaban camino a Estados Unidos para telonear a Ozzy Osbourne en la gira “Blizzard Of Ozz”. Fue allí donde la banda supo que el directo que acababan de editar se había disparado directo al número 1 de las listas en Gran Bretaña. “Por supuesto que cuando llegas a lo más alto tan solo puedes ir hacia abajo”, recordaba Lemmy. “Pero por entonces, no sabíamos que ese era nuestro pico de popularidad. De hecho, no sabíamos nada”.
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