Publicado el 1 de julio de 1985, Fly On The Wall mostró a AC/DC fiel a su esencia. Producción espartana, riffs infecciosos y la voz de Brian Johnson mantienen su rock inquebrantable.

Fly On The Wall es el décimo álbum de estudio de la banda australiana AC/DC, publicado el 1 de julio de 1985. Tras la salida de Phil Rudd en 1983, el grupo había sufrido algunos cambios internos, pero se mantuvo fiel a su fórmula de hard rock enérgico y directo. En aquel momento, bandas de hard rock y glam dominaban buena parte de la escena, apoyándose en la MTV para promocionar videoclips con un gran despliegue visual. No obstante, AC/DC se negó a ceder ante las tendencias más comerciales, apostando por su estilo característico: riffs crudos, batería contundente y la voz inconfundible de Brian Johnson.

Precedido por Flick Of The Switch (1983), que ya mostraba una producción más austera en comparación con sus trabajos anteriores, Fly On The Wall se lanzó en un clima de fuerte competencia mediática. El grupo afrontaba el reto de retener a los fans clásicos y, al mismo tiempo, conquistar a un público joven bombardeado por la estética glam. Pese a las presiones de la industria, AC/DC insistió en la defensa de un rock esencial, un sonido sin ornamentos que llevaba siendo su seña de identidad desde los inicios de la banda.

Un disco autoproducido

El disco fue grabado entre 1984 y 1985, con Angus Young y Malcolm Young al frente de la producción. La decisión de autoproducirse buscaba preservar el sonido directo que había forjado la reputación de AC/DC. Fue el primer álbum completo en el que participó el baterista Simon Wright, quien reemplazó oficialmente a Phil Rudd a partir de la gira de “Flick of the Switch”. Mientras tanto, Brian Johnson continuó al micrófono, aportando su estilo vocal rasgado y potente aunque comenzando a evidenciar el desgaste de las largas giras con una voz algo más maltrecha.

Al igual que sucedió con el anterior Flick Of The Switch, la banda quiso eludir los excesos de producción y mantener la inmediatez que los había caracterizado desde los 70. Sin embargo, el énfasis en una mezcla sencilla y un tono de guitarra muy frontal hizo que parte de la crítica advirtiera una falta de pulido en comparación con lo que se estaba estilando entre las bandas del momento. La voz de Brian Johnson quedó ligeramente enterrada en algunas pistas, algo que se achaca a la mezcla final. No obstante, desde el punto de vista creativo, AC/DC consideraba que lo esencial era capturar la energía de su sonido en vivo y no caer en efectos ni arreglos demasiado elaborados.

Fracaso comercial

Fly On The Wall salió a la venta el 1 de julio de 1985, bajo el sello Atlantic Records, alcanzando el puesto n.º 32 en la lista Billboard 200 de Estados Unidos. Aunque no superó la acogida de discos previos como Back In Black (1980) o For Those About To Rock (1981), mantuvo a AC/DC dentro del radar de emisoras y medios especializados. Varios videoclips acompañaron la promoción, entre ellos el del tema “Danger” y el de “Shake Your Foundations”, que contaron con una difusión razonable en la MTV, si bien no lograron la rotación masiva de otras bandas más acordes a la estética glam.

Las ventas se sostuvieron pero fueron claramente siguiendo el patrón a la baja post “Back in Black”, lo cual realmente reflejaba la solidez del grupo a pesar de la competencia encarnizada en la segunda mitad de los 80. La gira promocional mostró de nuevo a la banda en su habitat natural, el escenario, donde la energía de Angus Young y la voz de Brian Johnson seguían convocando a una multitud de seguidores fieles al estilo esencial de AC/DC.

Falta de hits

El repertorio de Fly On The Wall incluye temas como “Fly On The Wall” (que abre el álbum con un riff inmediato), “Shake Your Foundations” (una de las más promocionadas para la MTV) y “Sink The Pink”. Aun cuando no alcanzaron el estatus de clásicos incontestables de la banda, estas canciones mantienen el enfoque de riffs repetitivos y bases contundentes, característico de AC/DC. La labor de Simon Wright en la batería aportó un pulso firme, diferenciándose ligeramente del estilo más sucio de Phil Rudd.

Si bien la crítica se mostró dividida —algunos estimaron que la producción era demasiado áspera y la voz de Brian Johnson aparecía con una ecualización algo sepultada—, el disco resultó atractivo para los seguidores que apreciaban la coherencia estilística de la banda. Temas como “First Blood” o “Playing With Girls” conservan la guitarra punzante de Angus Young y la base rítmica minimalista que, en el fondo, es la seña de identidad del quinteto australiano.

Revalorizado

Con el paso de los años, Fly On The Wall ha sido revalorado por los fans más acérrimos de AC/DC, quienes destacan su honestidad y la insistencia de la banda por no sucumbir a las modas de la década. Lejos de las superproducciones y los excesos ornamentales del glam metal, Ac/dc mantuvo su filosofía de riffs al grano y estribillos enérgicos. Aunque no figure entre los discos más vendidos del grupo, forma parte de la etapa en que Brian Johnson y los hermanos Young trabajaban prácticamente sin mediaciones externas, lo que para muchos seguidores subraya la autenticidad de su propuesta.

La gira asociada consolidó la presencia de Simon Wright en la banda y dejó claro que, en directo, los australianos seguían siendo una apisonadora de rock elemental. Aunque la producción de la época haya recibido críticas, el álbum es un testimonio de la tenacidad de Ac/dc, empecinada en perseverar en una fórmula que consideran inamovible: el rock crudo y de raíz bluesera que les convirtió en un icono de la música dura desde los 70.

Sergi Ramos