En 2016, los barceloneses Obsidian Kingdom lanzaron este álbum sobre una inesperada crisis global que provocaría un año sin verano. Los siete temas de la obra desarrollan la paleta emocional de un apocalipsis contemporáneo, donde la normalidad se ve trastocada por el devenir de unos acontecimientos imprevisibles.

“I heard it on the news today / This year there will be no summer / And it’s the first time in decades / This year there will be no summer” (A Year With No Summer).

(Lo han dicho hoy en las noticias / Este año no habrá verano / Por primera vez en muchos años / Este año no habrá verano)

Las últimas semanas se han visto empañadas por la cancelación de casi todos los eventos culturales previstos de cara a la primavera y el verano que está por venir. Los festivales, uno de los principales reclamos vacacionales en cuanto a música y turismo se refiere, han sido los grandes perjudicados, obligados a cancelar sus ediciones de 2020 para, en la mayoría de los casos, aplazar su celebración de cara al año que viene. Los planes de verano de miles de aficionados a la música se han visto trastocados, y la concepción de una época del año que venía siendo la misma desde hacía tiempo ha cambiado de forma radical debido a los recientes acontecimientos.

Obsidian Kingdom ya lo predijeron hace cuatro años”. Este es uno de los comentarios que más se ha escuchado a lo largo de los últimos días, cuando muchos fanáticos de los sonidos progresivos han recuperado ‘A Year With No Summer’, hasta el momento el último disco de la formación barcelonesa. La obra es un disco conceptual que reflexiona sobre la remota posibilidad de un apocalipsis contemporáneo, en una era dominada por las tecnologías globales de la comunicación. La narrativa expuesta a lo largo del disco, a la postre, no ha podido ser más profética. El verano tal y como lo conocíamos, parece, ha dejado de existir, y desde este momento tocará convivir con una nueva realidad donde nuestras costumbres se han visto transformadas hasta límites que, hace unos pocos meses, ni nos hubiéramos llegado a imaginar.

El vídeo del primer single de ‘A Year With No Summer’, “Black Swan”, ya resumía los puntos principales de esta historia que, ahora, parece verse convertida en realidad. Primero, la incredulidad frente a las primeras noticias; después, el pánico por la confirmación de una crisis que trastoca nuestros planes. De forma posterior, la sensación de desesperación ante una situación que nunca antes habíamos vivido; finalmente, la aceptación de las circunstancias que están por venir. El tema, inspirado en el concepto del “Cisne Negro” del ensayista libanés Nassim Taleb, recrea el impacto económico y social de un suceso imprevisible en la sociedad actual.

 Montaña rusa emocional en tiempos de crisis

Hablando en profundidad sobre ‘A Year With No Summer’, los demás cortes del álbum tratan de las emociones periféricas a este aciago suceso, que ahora nos resultan tan familiares y que nos pueden ayudar a trascender la situación: un aura de depresión generalizada, la inexplicable euforia pasajera ante un cambio épico, una sensación de impotencia que en ocasiones deviene en rabia contra la clase política, un incremento exponencial de las teorías de conspiraciones y la nostalgia de épocas pasadas doradas. Además, una de las canciones del disco tiene el inquietante título “10th April” (10 de Abril), que coincide con las fechas de picos de infecciones de coronavirus en varios países afectados.

“Aunque no escribimos este disco pensando en ninguna crisis concreta, hemos sido los primeros sorprendidos con esta coincidencia, que ha vuelto a poner de relieve un disco que quizá ahora podrá entenderse mejor que en el momento de su lanzamiento”, destaca Rider G Omega, fundador y frontman de la banda, aunque anota que “‘A Year With No Summer’ no está exento de una cierta esperanza. El impacto nos impide ver ahora las cosas con perspectiva, pero ésta no es la primera ni será la última crisis internacional, y es preciso que todo cambie para que todo siga igual”.

Nuevo trabajo de la banda en camino

Al igual que tantas otras bandas, el grupo se ha visto afectado por la situación de parón actual, que ha coincidido con el lanzamiento de su tercer disco de estudio. Aunque la formación aún no ha avanzado ni el título ni ningún aspecto de su contenido, ya ha confirmado que verá la luz el próximo otoño y que reconectará con la tónica agresiva de sus inicios, dejando atrás la etapa melancólica que se conformó con ‘A Year With No Summer’.

Sobre Obsidian Kingdom

Obsidian Kingdom es una rara avis dentro de la escena musical: inconformista y desafiante, el quinteto barcelonés actúa con la misma comodidad en grandes festivales que en museos de arte contemporáneo. Sus composiciones, repletas de intensidad y contraste, despliegan siempre sus marcas características: el uso de variados recursos sonoros para reflejar un amplio espectro emocional, un profundo interés por la estética y la puesta en escena, y el carácter críptico y sombrío de los temas tratados.

“A Year With No Summer” se grabó en Londres con el productor colombiano Jaime Gómez Arellano (Ghost, Paradise Lost), y se publicó en 2016 a través de la discográfica francesa Season of Mist, cosechando el aplauso de la crítica internacional especializada. Se presentó en una gira europea de veintidós fechas en Septiembre de 2016.

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